¿Cómo influye la localizacion geográfica, y por lo tanto el clima y la disponibilidad de pastos, en los costes de producción y en el rendimiento de los becerros y de las vacas nodrizas de una ganadería de vacuno de carne? A esta pregunta intentó responder la Sociedad Gallega de Pastos y Forrajes (SGPF), en su última reunión realizada en el MUVICLA, en Trasliste (O Corgo), analizando el caso de dos explotaciones familiares: La de Xabier Fernández Arias, situada en la Terra Chá, en tierras alquiladas en el Pazo de Caldaloba, en Cospeito, y otra, la de su hermano, en la casa familiar en Chandrexa de Queixa, en plena alta montaña ourensana.
Las dos explotaciones comparten cabaña ganadera, vacas de raza Rubia Gallega, que llegaron a la campiña luguesa en un lote procedente de la casa familiar de Xabier, un joven licenciado en biología, que vio en la ganadería una oportunidad laboral de futuro y una forma de vida que le gusta. “Las dos ganaderías compartimos genética y estamos en ecológico y, aunque con estrategias de adaptación al entorno y resultados diferentes, tanto una explotación como otra compartimos un mismo objetivo: Producir lo más barato posible”, destaca.
Diferencias en la disponibilidad de pastos
Dentro de esa estrategia las dos ganaderías de vacuno de carne intentan aprovechar al máximo el pastoreo, la forma más barata de alimentación del ganado, pero hay importantes diferencias en la disponibilidad de pasto en una y en otra comarca.
“En Cospeito podemos tener las vacas pastoreando casi todo el año, y solo suplementamos con hierba seca durante el invierno. Por el contrario, en Chandrexa de Queixa buena parte del pasto que tienen las vacas es arbustivo, de menor valor nutricional, lo que también repercute en la condición corporal del ganado, aunque con mejores resultados a nivel de parasitismo. Allí entre mayo y octubre aprovechan el pastoreo en montes comunales de mayor altitud, cerca de la Cabeza de Manzaneda, donde en verano aún se mantiene fresco el pasto, y en octubre baja el ganado para cerca de las casas y pace en invierno en fincas alrededor de la aldea, si hay pasto, y se suplementa con hierba seca y silo de hierba, una suplementación que puede ser prácticamente total durante cuatro o cinco meses, lo que también sube los costes de producción”, explica Xabier.
Importancia de aplicar un calendario de crubriciones y partos
Uno de los indicadores que marca la rentabilidad de una ganadería de vacuno de carne es el intervalo de partos, que en el caso de Chandrexa está en 13,29 meses y en la granja de Cospeito está en 11,70 meses.
En este sentido, y dentro de la estrategia de reducir los costes de producción, en la ganadería de Caldaloba aplican las siguientes medias:
-Retrasar destetes tratando en la medida de lo posible incluso de no destetar hasta el sacrificio para reducir así el consumo de pienso.
-Hacer coincidir las épocas de más pasto o bien con momentos de alta demanda de leche por parte de los terneros o a finales de otoño con el momento de aumentar la condición corporal de las vacas para afrontar el invierno y prepararlas para el parto, intentando que las vacas estén el menor tiempo posible con condiciones corporales bajas.
“Los becerros que nacen fuera de la programación consumen un 30% más de pienso”
“De esta forma, intentamos que las vacas queden preñadas entre diciembre y febrero para que paran entre septiembre y noviembre, de forma que en la época en que los becerros precisen más leche de las madres, entre los meses de marzo y mayo, sea cuando hay mayor disponibilidad de pasto”, destaca el ganadero.
En el caso de la ganadería de Chandrexa de Queixa siguen las mismas medidas, pero adaptadas a sus condiciones específicas: “La temporada ideal de partos para reducir los costes de alimentación en Chandrexa es entre diciembre y enero”.
La menor disponibilidade de pasto en Chandrexa hace que exista también una importante diferencia en los días destetados de los becerros, y por tanto en el coste de alimentación: 52 días destetados en el caso de la granja de Caldaloba frente a los 80 de los becerros de la ganadería de Chandrexa.
Resultados productivos en la ganadería de Cospeito:
-Media pesos y edad sacrificios:
Machos : 243 kg con 279 días.
Hembras : 204 kg con 265 días.
Peso medio machos y hembras: 223,5 kg.
-Consumo medio de pienso:
604 kg de pienso por animal, con un promedio de 2.70 kg de pienso por kg de carne producido.
A este respecto, Xabier Fernández destaca “la gran diferencia entre becerros nacidos en invierno y los nacidos en primavera o verano, llegando a consumir un 30% más de pienso los terneros nacidos a partir de abril”.
Resultados productivos en la ganadería de Chandrexa de Queixa:
-Media pesos y edad sacrificios:
Machos: 247 kilogramos
Hembras: 175 kilogramos
Peso medio: 211 kilogramos.
-Consumo medio de pienso: 811 kg por animal, lo que da un promedio de 3.84 kg de pienso/kg de carne, logrando una categoría de conformación U y de engrasamiento 2-3.
En las dos ganaderías el pienso es suministrado a voluntad a los becerros, “con la diferencia de que en Chandrexa alguno de los lotes no dispone de comedero de pienso para los terneros en el pasto, lo que retrasa su crecimiento y hace que el destete sea aún más traumático”, concluye Xabier.