“Tenemos un coste fijo de 2.60 euros por kilo de carne con poco más de 300 euros de pienso por ternero”

Visitamos la ganadería de Antonio Cabana Fraga en San Simón da Costa , en Vilalba. Esta explotación de vacuno de carne es una de las que lleva más tiempo en ecológico en Galicia y también de las que logra menores costes de producción. Así es cómo trabajan...

Alejandro Cabana Chao cun dos bois da súa gandería. Foto. G.F.S.

Alejandro Cabana Chao cun dos bois da súa gandería. Foto. G.F.S.

Antonio Cabana Fraga es el titular de una explotación de vacuno de carne en ecológico de la parroquia de San Simón da Costa, en Vilalba. Junto con la ayuda de su hijo, Alejandro Cabana Chao, atienden diariamente un total de 130 animales. Fue hace una década cuando Antonio y Alejandro decidieron continuar con la explotación de Pilar Chao, mujer y madre respectivamente, que por motivos de salud tuvo que abandonar la actividad que había iniciado a principios de los años 90.

Recientemente, se publicaron los resultados del “Grupo operativo carne de vacuno a pasto” viendo unos resultados satisfactorios en esta ganadería en cuanto a costes de producción y rentabilidad. Aún así, Alejandro reconoce que siempre hay cosas en las que mejorar. Para esto centran la base de la alimentación de vacas y terneros en el pasto, que complementan con pienso a medida que se van acercando a la edad de comercialización.

“A pesar de que en el estudio hay granjas que consiguen más ingresos, en nuestro caso nos salieron los costes de producción bastante bajos y así podemos conseguir mejor beneficio. Tenemos un coste fijo de 2.60 €/kg con poco más de 300 € de pienso por animal. Esto lo conseguimos manteniendo la calidad, siempre buscamos un grado de engrasamiento mínimo de 2 puntos. Habiendo pasto, leche en cantidad y ayudándoles con algo de concentrado en la fase final conseguimos un promedio de 220 kilos a los 8 meses. Con todo esto las cuentas finales nos salen en unos 14 € por hora trabajada en la explotación”, explica Alejandro.

En la explotación de Antonio y Alejandro, trabajan una superficie agrícola de algo más de 60 hectáreas. A mayores, disponen del monte comunal de San Simón, certificado en ecológico. Para el aprovechamientos de los pastos dividen la cabaña ganadera en 3 lotes: dos de vacas paridas y un tercero lote de gestación. “Para nosotros es muy importante el monte porque lo tenemos pegado a la casa y están las vacas controladas, además de que en invierno pueden bajar a nuestras fincas. Es un monte que para el ganado es bueno y tiene mucho pasto”, comenta Alejandro.

A medida que las vacas se van acercando al parto bajan del monte comunal para las fincas en las que permanecerán con la cría hasta el momento del destete y su comercialización. A pesar de no tener una programación de partos en épocas concretas “al estar en una zona de montaña la propia naturaleza hace que muchas vacas paran en primavera. Tampoco quiero modificarlo porque para mí es muy cómodo criar un becerro en esta época. Aquí los meses de enero y febrero son de los peores del año. Tenemos terneros que nacieron en primavera y ya están con 160 kilos, ahora con algo de pienso que coman en la tolva se ponen para vender en otros 3 meses. Además, llevan poco tiempo comiendo porque había pasto suficiente y yo veía que crecían bien” explica Alejandro.

El destete coincide en la mayoría de los casos con la salida de los becerros de la granja, “a no ser que vea una vaca más baja, están con ellas hasta que se venden. Ellas mismas cuando se acercan a los 7 meses los van destetando. Lo ideal sería hacer una nave con un corral grande para meterlos los últimos 2 meses pero tal y como están los costes de las obras es complicado”, comenta Alejandro mirando hacia el futuro. De esta forma los novillos vienen comercializándose cuando consiguen un peso entre 200 y 230 kilos. “En nuestro caso es cuando más rentables son. De poco sirve sacar un becerro con más kilos si al final lo comieron en concentrado. Lo que sí siempre buscamos es animales con calidad, con un mínimo de 2 puntos de engrasamiento”, argumenta apoyándose en los datos recogidos en el informe del grupo operativo.

El pasto es la base de la alimentación

PASTOREO RUBIA ALEJANDRO alejandro

En cuanto a la alimentación el pasto es la base, bien sea aprovechado directamente por las vacas o en forma de complemento como silo o hierba seca. A mayores, los novillos tienen a disposición una tolva con pienso como complemento cuando las necesidades nutricionales no están sólo cubiertas con la leche y el pasto. “Para conseguir el engrasamiento utilizamos un concentrado con mucho maíz. Este año también vamos probar a mezclar el pienso con silo de maíz y ver que resultado nos da. Sembramos 1.5 hectáreas que picaremos cerca de la espiga y haremos en bollos pequeños para ir gastando según nos haga falta”, comenta Alejandro.

El exceso de hierba en primavera lo recogen en forma de rollos, de silo y hierba seca, haciendo cada campaña un promedio de 500.

La gestión en ecológico de las praderas, unida a la ubicación de la granja hace que el pasto se prolongue en verano. Alejandro explica que “en esta zona baja mucho la niebla y llovizna, tenemos más problemas en invierno, los primeros meses del año son duros. Creo que también el manejo que llevamos haciendo en ecológico desde el año 2001 hace que nuestros pastos estén adaptados a esta zona y a pesar de estar en agosto nuestras fincas aún están verdes. Hicimos un estudio biológico de las fincas y salió que había mucha vida debajo de la tierra, teniendo así un equilibrio en el que el pasto aguanta mejor”.

Mallan la hierba de sus fincas para tener su propia semilla

Para el abonado y mantenimiento del pasto Alejandro y Antonio emplean abono de pollo ecológico y semilla cosechada en la propia explotación, además de la sabiduría popular. “Mallar hierba de nuestras fincas. Coincidiendo con la primera luna de septiembre pasamos la trituradora para luego echar la semilla cosechada y abono por encima”. Para los trabajos agrícolas tienen todo tipo de maquinaria. “Hacemos un correcto mantenimiento de todos los aperos para que tengan una vida útil más larga y así nos sale más económico que hacerlo con una empresa externa”, explica.

En cuanto a tratamientos veterinarios realizan el mínimo posible. “Desparasitamos y vacunamos contra IBR y carbunco, por el resto tratamos alguna vaca o becerro cuando lo necesita pero es muy raro. También, puntualmente, realizamos alguna inseminación pero para la reproducción tenemos dos toros”, detalla Alejandro.

En lo tocante a la raza empleada no hay pureza aunque los toros son de limusín. Alejandro dice que “estoy seguro que cualquier rubio hace tan buen becerro como un limusín pero para nosotros la facilidad de parto y la vitalidad que tiene en los primeros días de vida es fundamental y por eso nos decantamos por esta raza de cara al futuro”.

Todas las fincas tienen cierre con estacas de castaño y 4 o 5 hilos de alambre. “Al trabajar fuera necesitamos que los cierres estén bien hechos y no estar pendientes de si el ganado se echa de las fincas. Hay fincas cerradas con estacas con más de 20 años, y que están bien conservadas. Mi padre mira mucho las lunas para hacer los trabajos, de este modo la madera hay que cortarla en su momento y dejarla secar antes de hacer los cierres, consiguiendo que duren más tiempo y ahorrando costes. Explica Alejandro al mismo tiempo que comenta que a pesar de los cierres todos los años tienen 2 o 3 bajas a causa del lobo.

“También soy consciente de que el lobo hace su función y no se puede erradicar completamente pero sí controlar. Otro problema que tenemos con la fauna son los buitres que en este caso sí que creo que en esta zona hay un exceso de aves y que habría que limitar”.

Entre Alejandro y Antonio se reparten las tareas diarias de la granja teniendo una buena organización para optimizar el tiempo. De este modo, cuantifican un promedio de 4 horas diarias dedicadas a la explotación: “Hay días que estás más horas y otros en los que únicamente revisas que el ganado esté bien. Yo paso muchas horas en medio de ellas aunque solo sea observándolas y al final esas horas no son de trabajo propiamente dichas. Para el manejo del ganado y para cambiarlo de finca o meter las vacas en la manga lo hacemos con un quad y unos perros border collie. Ya tienen instinto de trabajo y con algo que los enseñes sirven de mucha ayuda. En menos de media hora puedo cambiar de finca un grupo de 40 vacas”.

Comercializan los animales a través de la cooperativa Almoga

Foto do gando no prado feita no mes de agosto

Foto do gando no prado feita no mes de agosto

Siempre fueron socios de cooperativas a través de las que comercializan la carne. “Estamos en la Cooperativa Almoga, de Vilalba, y vendemos todo a través de ella, yo en la casa no acuerdo nunca un tratante. Después también vendemos a particulares medias canales o canales completas aunque por falta de tiempo no potenciamos más la venta directa, son los clientes de siempre”.

Para Alejandro el trabajo en la ganadería es un hobby al que dedica parte de su tiempo libre y reconoce que “esto tiene que gustar, hay que llevarlo en el cuerpo”. “Para mí -subraya- es una forma de vida, me crié en esto y puedo echar horas y horas en medio de las vacas sólo porque me gusta. Lucharé por esto a pesar de que muchas veces no recibimos el apoyo por parte de las administraciones. Este año quedamos sin línea de ayudas de ecológico por falta de presupuesto, lo mismo que con las ayudas por los ataques del lobo. Igualmente, no veo normal que no seamos considerados zona de montaña cuando estamos a 800 metros de altura y a poco más de 1 kilómetro de distancia, que ya son de otro ayuntamiento, sí haya esa consideración. Las leyes deberían ser hechas con los pies en la tierra y no sobre un papel”.

 “Las leyes deberían ser hechas con los pies en la tierra y no sobre un papel»

Otro problema con el que se encuentra Alejandro en su explotación es la ordenación del territorio, “en esta zona no hay concentración, nosotros tenemos bastante terreno alrededor de la casa porque fuimos cambiando y comprando fincas colindantes pero esto debería hacerlo la administración para facilitar el trabajo y hacerlo más atractivo para las nuevas generaciones”.

La producción de vacuno de carne en ecológico sigue siendo baja en comparativa con otros sectores, pero Alejandro siempre apostó por proteger el medio ambiente. “Seremos una de las explotación de carne en ecológico más antiguas de Galicia, una de las cosas que me anima a seguir adelante es la protección del medio que nos rodea y mantener la cultura y la sabiduría popular. Cuando se pasa de convencional a ecológico también hay que cambiar la mentalidad de trabajo y puede que al principio veas un descenso en la producción pero al final, cuando hay un equilibrio en las fincas vuelves a ver la rentabilidad”, concluye.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Solicitamos su permiso para obtener datos estadísticos de su navegación en esta web, en cumplimiento del Real Decreto-ley 13/2012. Si continúa navegando consideramos que acepta el uso de cookies. OK | Más información