Capón Holstein SC es una ganadería familiar de Chantada que está de estreno. Tienen nuevo establo con el que buscan asegurar unas óptimas condiciones de producción para los próximos años, en los que aspectos como el bienestar animal o el cuidado del medio ambiente tendrán un peso determinante en la viabilidad de las granjas lecheras.
Con el objetivo de lograr mayor calidad de vida para ellos y mayor confort para su ganado, en el mes de septiembre hicieron el cambio de sus vacas a las nuevas instalaciones, que acogen a las vacas en producción en una parte y a la recría en la otra mitad.
Manuel Capón, su hija Águeda y su yerno Miguel están al frente de esta explotación ubicada en el lugar de Andemil, perteneciente a la parroquia de Vilauxe, que a pesar de aumentar al número de cabezas sigue apostando por el pastoreo y el silo de hierba para alimentar a sus vacas, aunque han echo ya algún cambio en el sistema de manejo. Ellos, en su forma de trabajar, pero sobre todo sus vacas, están aún en el proceso de acostumbrarse a las nuevas instalaciones.
Tercera generación de ganaderos
La incorporación de Águeda hace tres años marcó el punto de inflexión para esta ganadería familiar y fue el detonante para decidirse a construir el nuevo establo. “Las únicas instalaciones que teníamos eran una cornadiza de 30 puntos y una sala de ordeño en espina de pescado de 6 puntos en línea única. Para poder quedarnos nosotros teníamos que aumentar porque obviamente con 30 vacas no íbamos a poder vivir, y disponer también de condiciones de trabajo buenas, así que había que modernizarse”, razona.
El establo viejo tenía 33 años; teníamos que modernizarnos y aumentar el número de cabezas para poder quedarnos con las vacas
Ella representa ya la tercera generación de ganaderos en casa. “Empezó mi abuelo con vacas de carne. Después, cuando mi padre se quiso quedar, se pasaron a la leche, ya con vacas holstein”, cuenta. Su marido también procede de familia ganadera. Miguel es de Cantabria, pero ya lleva 15 años en Galicia.
Buenas calidades
En este momento están ordeñando unas 65 vacas, con una media de producción que está por encima de los 30 litros y niveles altos de grasa (4,26%) y proteína (3,40%). Con el cambio para la nueva cuadra han notado ya un incremento de producción en las primerizas y esperan que se vaya trasladando también a las vacas adultas a medida que se vayan acostumbrando a las nuevas instalaciones.
“Nunca habían visto un cubículo y a muchas aun les cuesta acostarse en ellos”, reconocen. La zona de recría del nuevo establo cuenta con cama caliente para las terneras y cubículos para las novillas próximas al parto para que mejoren su adaptación de cara al momento de pasar al lote de producción, en el que las vacas descansan en camas de carbonato y serrín.
Venir para aquí ha supuesto un cambio muy grande de manejo, de alimentación y de instalaciones, al que las vacas aún se están acostumbrando
El cambio para el establo nuevo también coincidió con la campaña de vacunación de la lengua azul en esta zona del sur de Lugo. “Vinimos para aquí con la vacuna recién puesta”, recuerda Águeda, que espera que la llegada de la primavera y la salida del ganado a pastar se note de manera importante en el tanque de la leche.
Llevan entregando la leche a Danone “toda la vida”. “Yo no recuerdo otra empresa”, dice Águeda, y de cara a la próxima renovación de contratos espera “que los precios al menos se mantengan”. “Es necesario para que las explotaciones podamos hacer inversiones”, asegura. En su caso, el nuevo establo les ha costado más de 360.000 euros.
Mejora en la recría
Aunque en la media de producción del rebaño no hayan tenido todavía un incremento muy elevado, en el caso de la recría, de pasar de hacerla fuera, en el prado, a poder completarla a cubierto, el salto ha sido ya muy positivo. “Las novillas llegan mucho mejor al parto y eso se nota después en la leche que dan”, asegura Miguel. “Hasta ahora esa era una de las cosas en las que flaqueábamos”, admite.
Al pasar a hacer la recría dentro las novillas llegan mucho mejor al momento del parto y eso se nota después en la leche que dan
“Antes la recría la hacíamos toda en el prado porque no teníamos instalaciones, lo único que teníamos para ellas era una cornadiza que usábamos solo para inseminar. Ahora las terneras y novillas están todas dentro y creo que eso se va a notar mucho”, augura Águeda.
Las vacas secas siguen estando un mes fuera, lo que favorece su recuperación, y las novillas de recría cuando empreñan también pasan 2 o 3 meses, en función de la época del año, en la pradera, pero después vuelven para el establo para tener un mayor control sobre ellas a medida que se acerca el momento del parto.
Mantener el pastoreo
En los planes de Capón Holstein no entra prescindir del pastoreo, pero contar con unas buenas instalaciones, que permiten mayor confort a los animales y que están dimensionadas para el número actual de cabezas que tienen, les ha permitido variar el sistema de manejo que hacían del ganado, pasando de un sistema totalmente extensivo “por necesidad” a un sistema semiextensivo que tiene en cuenta las condiciones meteorológicas y la calidad del pasto a la hora de salir las vacas a pastar.
“Antes teníamos todo fuera, tanto las terneras como las vacas de leche, que solo venían a ordeñarse y a comer el pienso y el silo en las épocas en las que no había pasto fuera, pero después pasaban tanto todo el día como la noche en el prado. No teníamos nada estabulado porque no teníamos otra alternativa. Ahora las vacas en producción salen a pastar solo por el día y en las épocas en las que hay pasto”, explica Águeda.
Manejan unas 115 hectáreas de superficie pero en la zona no hay concentración parcelaria
La alimentación de las vacas en producción se suplementa ahora todo el año con silo de hierba y concentrado, mientras que para la recría emplean hierba seca y pienso. Manejan unas 115 hectáreas, concentradas en dos localizaciones principalmente, en Andemil y en Xedive.
En las fincas que están en el entorno del nuevo establo hacen pastoreo con las vacas que están dando leche, mientras que en las parcelas más alejadas tienen el lote de novillas preñadas y vacas secas. El resto de los prados los reservan para la producción forrajera.
Lo malo es, reconocen Águeda y Miguel, el pequeño tamaño de las fincas en esta zona, en la que no hay concentración parcelaria, lo que dificulta el manejo del ganado y encarece los trabajos de ensilado o abonado. “Eso es ahora lo que nos faltaba a nosotros para poder trabajar cómodos, la concentración”, piden.
Socios de Aira
Esta ganadería de Chantada es socia de la cooperativa Aira, que les proporciona la mayoría de los servicios técnicos, de maquinaria y alimentación que precisan, lo que les permite ahorrar costes, optimizar las inversiones y centrar su tiempo en el cuidado del ganado.
“Aira nos suministra el pienso, nos hace el ensilado, nos presta el servicio de carro mezclador, el de podología, nos llevan la gestión, todo”, resumen. En la parte veterinaria, están en la ADSG de la cooperativa, aunque la reproducción, el control de la calidad de la leche y la parte clínica la hacen ellos, ya que tanto Águeda como su hermano Roi son veterinarios.
Tanto Águeda como su hermano Roi son veterinarios
La formación representa hoy en día un valor básico para estar al frente de una explotación lechera, aseguran. Águeda hizo Veterinaria y Miguel estudió un ciclo medio de FP en la rama agraria, lo que les permite tener conocimientos suficientes y capacidad técnica para adaptarse a las nuevas normativas que están llegando, como la del veterinario de explotación o la relativa al SIEX y al cuaderno digital.
Décadas de apuesta por la buena genética
Desde que Manuel Capón, el padre de Águeda, se hizo cargo de la ganadería familiar en los años 80 y cambió las vacas de carne que había en casa por animales de raza holstein, la mejora genética siempre ha sido uno de sus objetivos.
“Mi padre siempre ha sido un entusiasta del pastoreo y un enamorado de las buenas vacas desde el punto de vista morfológico y yo sigo sus pasos”, reconoce Águeda, que desde pequeña acompañaba a su padre y a su hermano Roi en los concursos de ganado a los que acudían habitualmente, una experiencia que espera que ahora puedan vivir también sus hijos Lucas y Blanca.
Capón Holstein era una de las explotaciones habituales en los concursos de ganado
“En este momento hemos parado un poco de ir por todos los cambios pero esperamos reanudar”, adelantan. Han obtenido premios destacados tanto en el certamen autonómico como en el Concurso de la Moexmu.
En este momento atienden la granja entre los tres (Águeda, su padre y su marido), pero Manuel está ya próximo a la jubilación, por lo que no tienen en mente seguir creciendo. “Para nosotros los dos solos las 72 vacas en ordeño que nos caben en el establo son suficientes”, dicen.
Mi padre siempre ha sido un entusiasta del pastoreo y de las buenas vacas desde el punto de vista morfológico
Tener que llevar y traer las vacas al pasto todos los días les supone un trabajo extra, aunque hayan reducido bastante la distancia que recorren, que antes llegaba a los 2 km, y encontrar mano de obra “formal y preparada” no es fácil, dice Miguel.
Venta de recría
Hace muchos años que no compran vacas y el crecimiento que han tenido para entrar en el establo nuevo lo han cubierto todo con recría propia. En los últimos años las novillas que criaban les hicieron falta para ellos, pero una vez estabilizada la granja en las 72 vacas en producción (la capacidad total del establo), tienen pensado volver a vender recría a otras explotaciones, como hacían antes.
Nosotros no buscamos vacas de concurso, pero una vaca buena morfológicamente es una vaca que va a durar muchos años dando leche
Emplean semen sexado en las novillas y también en algunas vacas adultas y buscan “animales funcionales”. “Nosotros no buscamos vacas de concurso, sino una combinación de todo, pero yo pienso que una vaca buena morfológicamente es una vaca que va a durar muchos años dando leche, va todo un poco de la mano”, asegura Águeda. “Seleccionamos bastante y en las primerizas que no nos convencen ponemos carne para seguir manteniendo un nivel morfológico alto en el conjunto del rebaño”, explica.
Aunque en este momento, por la necesidad de crecer para llenar la capacidad del establo nuevo, la mitad del rebaño son primerizas, la media de lactaciones en el conjunto de las vacas en producción se sitúa en los tres partos, lo que da una idea de la longevidad que alcanzan.