Ganaderos y tratantes reclaman que no sea obligatorio vacunar contra la lengua azul a los becerros que van al matadero

Ganaderos y tratantes reclaman que no sea obligatorio vacunar contra la lengua azul a los becerros que van al matadero

Ganaderos y tratantes le reclaman a la Xunta de Galicia que no exija vacunar contra la lengua azul a los becerros que van al matadero, al considerarla una medida innecesaria que sólo provoca perjuicios económicos a ambos colectivos.

Hasta ahora estaban declaradas zonas afectadas por la lengua azul las provincias de Ourense y Pontevedra, así como el sur de la provincia de Lugo (comarcas de Sarria, Chantada y Lemos), pero desde la aparición a comienzos de este mes de nuevos casos también en ganaderías de la provincia de A Coruña toda Galicia está declarada zona restringida con lo que a partir de marzo -cuando los mosquitos que transmiten la enfermedad vuelven a estar activos- del próximo año la Xunta va a exigir el deber de vacunar todos los animales y desinfectar los vehículos de transporte, previsiblemente en toda Galicia.

Precisamente esta medida de vacunación, en concreto de los becerros que van para el matadero, es la que más rechazo suscita entre ganaderos y tratantes.

Este último colectivo celebró este viernes en Lugo una asamblea a la que acudieron profesionales de las cuatro provincias gallegas y en la que le volvieron a reclamar a la Xunta que no exija la obligación de vacunar a los animales que van para matadero por considelrala una medida innecesaria y que sólo les provoca perjuicios económicos.

«La vacuna sólo se le puede poner a los becerros a partir de los 4 meses de vida y hay que aplicarles dos dosis, la segunda 21 días después. La vemos lógica si los animales van para vida, o para ferias o exposiciones, pero no cuando se trasladan directamente de la ganadería al matadero, como es el caso del 85% de los becerros que se envían para matadero en Galicia», explica Enrique Otero, presidente de la Asociación Gallega de Tratantes.

Y es que para este colectivo supone un importante sobrecoste económico: «Nos obliga a hacer muchos más desplazamientos a las ganaderías con los camiones, con el sobrecoste de gasóleo y horas de trabajo, porque muchas veces los becerros no están todos vacunados y tienes que ir varias veces», explica.

Mientras en los cebaderos es más fácil la vacunación de los becerros para abasto contra la lengua azul no ocurre  lo mismo con las pequeñas y medianas ganaderías».

«Los ganaderos que no están en ADS son los que más problemas tienen para vacunar los becerros»

Una idea que confirma Samuel Formoso, ganadero y responsable del sector de la carne en el SLG-CCLL y vocal en la IGP Vacuno de Galicia.

«Nosotros ya llevamos advirtiendo de que esta exigencia no es lógica desde el punto de vista sanitario y para el ganadero, a parte de la pérdida de tiempo, supone un importante gasto económico, especialmente si no están en una ADS», explica.

«Si estás fuera de una ADS muchas veces es difícil encontrar un veterinario que te quiera venir a poner la vacuna a los becerros porque no todos pidieron autorización a la Xunta ya que no les es rentable. Y si consigues que venga el coste del desplazamiento más el del trabajo hace que salga muy caro para el ganadero. Conozco un caso de un ganadero de Sarreaus que no está en una ADS y al que el veterinario le cobró 70 euros porque tuvo que venir de lejos, de la comarca de Viana do Bolo», asegura Samuel Formoso.

Una enfermedad que se transmite por la picadura de los mosquitos

La lengua azul es una enfermedad vírica de carácter infeccioso no contagioso (no se tramite por contacto directo de unos animales a otros), transmitida por diferentes especies de mosquitos del género Culicoides (vectores biológicos) que transmiten la enfermedad por la picadura a animales infectados y posterior picadura a animales sanos.

En ese sentido, hace falta señalar que la lengua azul no es una zoonosis, es decir, no es transmisible a las personas, ni por contacto directo con los ejemplares positivos ni por consumo de productos cárnicos.

La época estacionalmente libre del vector, es decir, época en la que no hay mosquito transmisor, es en invierno.

Las principales consecuencias de la declaración de una zona restringida para el sector ganadero de bovino y ovino consisten en que durante la época de circulación del vector existen restricciones a los movimientos de los animales vivos sensibles si no se realizó la vacunación previa, así como de la existencia de trabas a la exportación a terceros países de animales y sus productos y subprodutos-

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