La Misión Biolóxica Galega busca evaluar la vulnerabilidad del suelo gallego ante el cambio climático

La MBG también explora las capacidades de adaptación de prácticas agrarias a las variaciones climáticas.

La Misión Biolóxica Galega busca evaluar la vulnerabilidad del suelo gallego ante el cambio climático

La necesidad de adaptarse a los nuevos retos que supone el cambio climático llevó al CSIC a inciar investigaciones en relación a la resiliencia del suelo frente a los desafíos climáticos que se prevén para lo futro. Así, junto con otros entes tanto estatales como dentro de programas de la UE se está buscando una solución que mejore la calidad del suelo agrícola mediante una mejor gestión del mismo y con prácticas sostenibles.

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) participa, a través del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (Madrid), la Misión Biolóxica de Galicia (sede Santiago de Compostela) y el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (Murcia) en el proyecto “MINOTAUR”, que forma parte del programa EJP SOIL, financiado por la Unión Europea, cuyo principal objetivo es mejorar la calidad del suelo y la gestión agrícola a través de enfoques innovadores y prácticas sostenibles.

“El suelo es la base de la vida en el planeta, ya que es gran parte responsable de servicios como la provisión de alimentos mediante la agricultura y la regulación del clima global. En los últimos años, una buena cantidad de proyectos sobre esta temática reflejan la importancia que este recurso natural no renovable, el suelo, tienen para la Unión Europea y el devenir de las futuras generaciones. Un claro ejemplo es el programa EJP SOIL y, como parte del mismo, el proyecto MINOTAUR, en el que participamos 16 instituciones de investigación europeas”, explican desde el grupo Interacciones Microbioma-Chan-Planta (IMiSPla) de la MBG, adscrito al Departamento de Suelos, Biosistemas y Ecología Agroforestal.

El proyecto, de 3 años de duración, se inició en 2021 con la labor de modelar la biodiversidad y las funciones del suelo para evaluar su vulnerabilidad al cambio climático y el impacto de diferentes prácticas agrícolas a la adaptación climática en la UE. Entre sus principales objetivos está el obtener datos de campo y de experimentos de laboratorio que muestren como responde la diversidad taxonómica y funcional del suelo y sus funciones ecosistémicas ante distintas prácticas agrarias en condiciones de cambio climático.

Estos datos se emplearán posteriormente para calibrar y validar modelos y mapas de biodiversidad edáfica en Europa los cuales pueden ayudar a la toma de decisiones sobre los mejores usos del suelo en diferentes zonas de Europa. Por el momento, se trabajó en una red de experimentos europeos a largo plazo (ocho en total) que conforman un gradiente con diferentes condiciones climáticas y tipos de suelos, así como diferentes prácticas agrarias que incluyen distintos tipos de fertilizaciones y arados del suelo.

Estos ensayos agrícolas abarcan un rango latitudinal que cobre de España a Suecia, e incluye Lana Hinca Experimental de lana Canaleja (INIA-CSIC), uno de los ensayos agrícolas a largo plazo más antiguos de la región mediterránea. En cada ensayo se tomaron muestras de suelo sometidos a distintos tratamientos experimentales de fertilización y roturación.

El consorcio del proyecto MINOTAUR, bajo la coordinación del INIA-CSIC, colaboró en determinar en estos suelos a abundancia y clasificación funcional y taxonómica de una amplia lista de indicadores biológicos tales como hongos y bacterias (microbiota), nematodos (microfauna), microartropodos (mesofauna) y lombrices (macrofauna). En las mismas muestras se determinaron también parámetros físicos, químicos y biológicos que se asocian con funciones ecosistémicas características de los suelos, como el secuestro de carbono y el ciclado de nutrientes, la regulación hídrica y el potencial antifitopatógeno.

En la etapa final de proyecto se evaluará cuál es el impacto de la gestión agrícola en estos indicadores biológicos y funciones ecosistémicas en función de las condiciones edafoclimáticas. Tres de estos ensayos fueron además seleccionados para realizar un ensayo de cambio climático coordinado por el CEBAS y la MBG (sed Santiago), que permitirá conocer como las prácticas de gestión agrícola alteran la resiliencia de la diversidad y funcionalidad del suelo ante la sequía y el incremento de aridez asociado con los escenarios de cambio climático. Estos resultados se presentarán ante el consorcio MINOTAUR en la próxima reunión de proyecto que se celebrará en Rennes (Francia) en octubre.

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