¿Pueden evitarse los enjambres en el colmenar?

Abordamos con apicultores expertos la enjambrazón de las abejas. Conocemos las causas detrás de los enjambres y las claves para intentar reducir las pérdidas que provocan en la cosecha de miel a los productores

¿Pueden evitarse los enjambres en el colmenar?

Enjambre de abejas situado en una higuera en la zona de Lalín (Pontevedra).

Cada primavera es habitual encontrar enjambres de abejas que abandonan la colmena en busca de un nuevo espacio en el que establecerse. Los enjambres son la respuesta natural de las abejas para la reproducción de las colmenas, pero suponen pérdidas muy significativas para los apicultores que procuran una rentabilidad económica con la colmena. Por eso, cabe preguntarse si es posible evitar, o al menos, reducir los enjambres que se producen en el apiario.

Los expertos y apicultores coinciden en señalar que, pese a los esfuerzos que se hagan, hay diversos factores que provocan la enjambrazón de las abejas, y algunos de ellos escapan al control del apicultor. Sin embargo, el manejo que se realiza de las colmenas será determinante para reducir el número de enjambres que cada temporada salgan del colmenar. “Aunque es un proceso natural, se va a acentuar pa causa de la meteorología y el manejo que hagan los apicultores del colmenar”, explica José María Seijo Coello, presidente de la Agrupación Apícola de Galicia.

”Aunque es un proceso natural, puede acentuarse a causa de la meteorología y el manejo que hagan los apicultores”: José María Seijo, Agrupación Apícola

“Antiguamente, cuando la cera tenía una mayor importancia para su uso en las iglesias, se decía que era un buen año si salían muchos enjambres”, detalla Suso Asorey, portavoz de la Asociación Gallega de Apicultura (AGA). Ahora, la miel es uno de los principales productos que ofrece la colmena, con lo que los enjambres, al reducir el número de abejas que queda, disminuye la producción de esa colmena.

“Si el enjambre sale temprano, al comienzo de la primavera, aún puede darle tiempo de hacer una buena colmena e incluso llegar a producir ese mismo año”, apunta Asorey. Sin embargo, si su salida es tardía y con la amenaza de la velutina que hay, ya es más difícil que produzca para esa campaña, tal y como detallan desde AGA.

En la enjambrazón las abejas son muy pacíficas, los riesgos para la población son mínimos

Hace falta tener muy presente que, pese a que en los enjambres se concentra una gran cantidad de abejas, sobre todo en aquellos que salen más temprano, es uno de los momentos en los que menos riesgos suponen para la población. “En la enjambrazón las abejas son muy pacíficas, así es que muchos apicultores no empleamos protecciones para cogerlos”, detalla Asorey.
“Es muy importante que la gente no se asuste y no opte por echarles agua o insecticida, porque sería acabar con ellas”, aconseja Seijo, al tiempo que recomienda llamar a un apicultor para que se encargue de recogerlo.

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¿Por qué salen los enjambres?

Los enjambres son la respuesta natural de la colmena a muchas de las problemáticas que se le presentan. Así, una de las causas más habituales para que se produzcan los enjambres es la falta de espacio en la colmena. Si los apicultores tardan en colocar las medias alzas o las alzas, que le aportan espacio extra, es probable que las abejas opten por dividirse, y mitad de la colmena, junto con la reina vieja, abandona la colmena.

”Muchas veces los enjambres se deben a descuidos de los abejeros, por no haber controlado el colmenar”: Román Cid, Asociación Abellas Nais

“Muchas veces los enjambres se deben a descuidos de los abejeros, por no tener controladas las abejas. La enjambrazón se puede controlar, en gran medida, con revisiones periódicas del colmenar”, apunta Román Cid, promotor de la Asociación Abellas Nais, una entidad que agrupa principalmente apicultores de la provincia de Ourense.

La raza de las abejas es otro de los motivos por el que están proliferando los enjambres. “Las razas foráneas de abejas que se fueron introduciendo en Galicia, muchas de ellas no adaptadas a la climatología, son más propensas a la enjambrazón”, indica Seijo Coello. Así, el aprovechamiento de los enjambres naturales contribuye a que se asienten estas razas con tendencia a la enjambrazón. “Las ventas de reinas por internet hicieron que llegaran muchas razas de abejas foráneas que pueden funcionar bien el primer año, pero al cabo de 2 o 3 años es cuando se verán las aptitudes de esa colmena”, concreta Seijo.

Las razas foráneas de abejas que se han ido introduciendo en Galicia son más propensas a la enjambrazón

“Nuestras abejas vienen de pasar toda su vida en colmenas hechas con corcho o colmenas, y eso se ha quedado en su genética. Y ese instinto, y otros, como el de la agresividad,según los investigadores, lo transmiten los zánganos”, detalla Cid. Por ese motivo, el apicultor justifica que se eviten esas colmenas con tendencia a la enjambrazón, puesto que cada primavera criarán de 2 a 4.000 zánganos que transmitirán esa genética.

Una reina vieja en la colmena también puede ser la causa para que se produzca un enjambre. “Hay ocasiones, que una reina con 3 años decide enjambrar para que así se renueve la colmena”, indica Asorey. En cuyo caso, el apicultor puede atajarlo si renueva él directamente la reina cada cierto tiempo.

A veces, aunque los cuidados de los abejeros sean los idóneos, se producen enjambres derivados de las condiciones climáticas, son debidos a un desequilibrio biológico dentro de la colmena. Se producen cuándo en una colmena fuerte su actividad se ve interrumpida por las lluvias, por lo que las abejas del campo quedan sin función, al no poder salir a recolectar, y comienza un malestar en la colonia, ya que el funcionamiento no es el idóneo. “Cuando se dan estas circunstancias las abeja se preparan para enjambrar y el primer día que esté bueno sale el enjambre en las horas centrales del día”, explica Asorey. Así, es que los años húmedos suelen ser proclives para la enjambrazón, mientras que en los secos son más escasos.

Sin embargo, una primavera lluviosa como esta puede provocar, además, que las colmenas lleguen a morir de hambre al permanecer muchos días sin poder salir al campo y consumir sus reservas de alimento.

La varroa, una oportunista en la enjambrazón

La presión que hace la varroa sobre la colmena es otra de las causas para que se produzcan enjambre. “Las abejas buscan con la enjambrazón la solución a la varroa cuando se sinten muy agobiadas por ella”, concreta Suso Asorey. De este modo, la enjambrazón resulta casi un remedio natural contra esta enfermedad. “El enjambre provoca que se rompa el ciclo natural de la colmena, y lo mismo acontece con la varroa, puesto que están sincronizados”, detalla Asorey.

El enjambre que marcha será el que lleve la varroa consigo, mientras la colmena de la que salieron queda limpia del ácaro. “Muchos apicultores cuando cogen un enjambre no le dan tratamiento y eso provoca que haya mucha mortandad otoñal e invernal a causa de la varroa que tiene”, explica Román Cid. Desde los 3 colectivos de profesionales coinciden en destacar la importancia de aplicar tratamientos para la varroa, si se desconoce el origen del enjambre.

Recomiendan aplicar un tratamiento contra la varroa cuando se coge un nuevo enjambre cuya origen se desconoce

“Dado que el 80% de la varroa parasita la cría, si damos el tratamiento cuando se coge un enjambre conseguimos que sea mucho más efectivo puesto que en ese momento esa colmena aun no tendrá cría donde se pueda esconder la varroa”, concreta Seijo. Además, el tratamiento podrá aplicarse en los 15 días siguientes ya que en ese margen aún no habrá cría en la nueva colmena.

Claves para reducir la enjambrazón

Pese a que no sea posible controlar al 100% los enjambres en el apiario, existen prácticas con las que los apicultores consiguen reducirlos o controlarlos, realizando ellos sus propios enjambres artificiales, con lo que evitar las pérdidas de producción de miel. “Siempre es mejor intentar que no enjambreen y hacer nosotros una selección de las colmenas que queremos dividir, y dividirlas. Esto nos permite tener mejores reinas y genética si dirigimos nosotros esa división”, explica Esther Ordóñez, veterinaria y presidenta de la IXP Mel de Galicia.

Además de la colocación de nuevas alzas para ampliar el espacio de la colmena, cuando las abejas lo precisen; es recomendable proporcionarle cera renovada, tal y como recomiendan desde la Asociación Apícola de Galicia. También es aconsejable tener la piquera de la colmena abierta. “A veces se encuentran con la piquera cerrada, lo que les provoca que se eleve la temperatura de la colmena, mientras que la ventilación en primavera resulta más saludable”, concreta Seijo.

La renovación de la cera, la colocación de nuevas alzas o la selección genética pueden reducir los enjambres en el colmenar

La selección genética que pueda ir haciendo el apicultor también es una herramienta clave para reducir la enjambrazón. “Hay que evitar las reinas que tienden a multiplicarse”, indica Seijo. Esta raza de abejas con tendencia a enjambrar provocará que no sólo salga de la colmena un enjambre en la temporada, sino que puedan llegar a producirse hasta 2 o 3 enjambres, cada uno más pequeño, puesto que en cada enjambre salen aproximadamente la mitad de las abejas. “Hay apicultores que aprovechan esos pequeños enjambres, aunque es un error puesto que están reproduciendo abejas enjambradoras”, indica Román Cid.

Sin embargo, hay quien valora también aprovechar estos enjambres cuando se trata del segundo enjambre que sale de la colmena, aunque sea de menor tamaño metiéndolo inicialmente en un portanúcleos. “Si lo cuidamos un poco, alimentándolo, no hay porque despreciarlo puesto que para el segundo año puede ser una colmena que produzca mucha miel al tener una reina joven, de segundo año. Si el enjambre es muy pequeño, el mejor póde servirnos para renovar alguna colmena que no sea muy productiva o que sea agresiva?, valora Asorey.

En estos enjambres de pequeño tamaño una de las prácticas más recomendadas es juntarlo con otra colmena, un proceso que se recomienda hacer de manera paulatina, evitando que unas abejas acaben matando a las otras, al considerarlas intrusas. Para que se vayan aclimatando se aconseja colocar el enjambre dentro de la colmena separado de una hoja de papel del resto de las abejas. De este modo, unas y otras abejas irán rillando poco a poco el papel que las separa, mientras se van acostumbrando y dejan de considerar al enjambre como un extraño.

A enjambrazón artificial

Los enjambres artificiales, realizados por los propios apicultores, son una de las claves para reducir las pérdidas. “Es preferible que sean los propios apicultores quienes hagan los enjambres en buenas condiciones, aunque a veces resulta difícil introducir a la gente en estas prácticas. La apicultura precisa de mucha formación”, valora Román Cid, de la Asociación de Abellas Nais. El apicultor recomienda planificar bien los enjambres para que resulten colmenas equilibradas, con una proporción de cría, y población exterior e interior semejante para tener un buen desarrollo.

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Cría artificial o científica de abejas en un colmenar. // Foto Abellas Nais.

Mientras que los enjambres naturales saldrán a lo largo de la primavera, incluso se pueden producir de una manera más tardía ya en verano, a la hora de hacer los enjambres en la colmena el apicultor deberá adelantarse. “Las condiciones varían mucho de unas zonas a otras, por lo que no se puede establecer un calendario fijo, puesto que en zonas de costa ya en febrero se pueden superar los 12 grados de temperatura y podrá comenzarse a trabajar en ellos, mientras que en los valles se harán en la primera quincena de marzo y en la zona de montaña se espera hasta finales de marzo o comienzos de abril”, concreta Cid.

La selección genética de las abejas también resulta fundamental, puesto que deben escoger reinas poco proclives a la enjambrazón. La cantidad de reinas que creía una colmena es uno de los indicadores para conocer si tienen esta tendencia. “Si se detectan entre 10 y 12 realeras en una colmena que esté sobresaturada, si se le ofrece más espacio es probable que no enjambree, mientras que si se contabilizan entre 50 y 60 la tendencia es a hacer enjambres”, especifica Seijo.

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