El Real Decreto 666/2023 sobre Medicamento Veterinario y el Real Decreto 992/2022 de Uso Sostenible de Antibióticos son dos de las novedades legislativas que afectarán a partir de este año a las granjas y a los veterinarios que las llevan, con el punto de mira puesto en la merma del uso de antibióticos en las ganaderías.
“En esta última negociación de la PAC hubo presiones en Europa para condicionar las ayudas de la PAC a España al compromiso y esfuerzo del Gobierno español en la reducción de antibióticos”, explica Gerardo Rivero, jefe de servicio de Seguridad Alimentaria en las Producciones Ganaderas de la Xunta.
Entre las funciones en este ámbito del veterinario de explotación, que la mayoría de ganaderías deberán designar antes del próximo 18 de mayo, está la identificación de los antimicrobianos de que deberán aplicarse de manera prioritaria en la granja, el registro de los tratamientos, la valoración del consumo habitual de antibióticos de la explotación y la elaboración de informes trimestrales, la identificación de las causas que hayan podido originado un incremento puntual en el consumo, la supervisión de las medidas para el almacenaje y conservación de los medicamentos de los tratamientos en curso y de los sobrantes de los tratamientos anteriores, así como el plan de gestión de los residuos de medicamentos.
El veterinario de explotación deberá elaborar un informe trimestral de consumo de antibióticos y establecer medidas correctoras para las granjas que superen la media nacional
“El Real Decreto 992/2022, que empieza a aplicarse ya este año, va a crear complicaciones en determinadas explotaciones, porque inicia las comparaciones entre ganaderías”, reconoce Gerardo. “Aquellas que estén por encima de la media van a tener que poner en marcha medidas concretas de control e higiene”, indica.
Secado selectivo
En el año 1998 se aprobó un primer Real Decreto 1749/1998 que abrió el camino al control y reducción de medicamentos. Desde entonces, la vigilancia sobre el uso de antibióticos en las granjas y su control en los productos de consumo se ha ido incrementando.
“Hace muchos años que en Galicia se miran las quinolonas en vacuno de leche. Esos análisis en las muestras del Ligal ha llevado a que hoy los residuos de quinolonas en la leche prácticamente hayan desaparecido”, afirma Gerardo, que destaca el camino andado por el sector en este campo.
“En los años 90 la normativa europea hablaba de 400.000 células somáticas y la media de las granjas de leche en Galicia era de 700.000 células, pero hoy los tiempos han cambiado por completo. Eso permite que no sean necesarios antibióticos en todos los casos a la hora de secar las vacas. Hoy no se puede hacer un secado en sábana a todas las vacas; hay que ir cambiando totalmente la manera de trabajar”, asegura el responsable de la Xunta.
Asociación estratégica entre ganadero y veterinario
La restricción al uso generalizado de antibióticos obliga a un tratamiento individualizado de los animales y a una mayor presencia del veterinario en la explotación. Aunque “la prescripción no siempre implica tener que ir a ver a la vaca”, indica Gerardo.
“Hay una serie de casos en los que se puede emitir una receta sin examen clínico si el facultativo tiene un conocimiento exhaustivo de la explotación, pero independientemente de que se vaya a la granja o no tenemos que cambiar la manera de trabajar y justificar por qué hacemos las cosas”, dice.
Es imprescindible tal como se han puesto las cosas que el veterinario y la ganadería tengan una relación continua
“Hoy ya no se puede trabajar si no hay una asociación entre el veterinario y el ganadero. La nueva reglamentación ha invertido la carga de la prueba y hace que el veterinario tenga que poder demostrar en todos los casos la necesidad y justificación del tratamiento. Se restringe mucho el criterio facultativo; si el veterinario no puede demostrar una relación estable con la explotación prácticamente no puede trabajar”, reconoce.
Restricciones a medicamentos habituales como el calcio
A partir de ahora, en todas las recetas habrá que identificar al animal a tratar, algo que hasta este año no era necesario. Eso, añadido a que el ganadero no podrá tener en su poder un medicamento si no tiene la correspondiente receta, hace que no pueda haber en el botiquín de las explotaciones productos que hasta ahora eran habituales, como por ejemplo calcio.
“El Reglamento europeo establece que los medicamentos podrán utilizarse exclusivamente en las condiciones que establezca su ficha técnica, y el calcio pone en su ficha técnica que es de uso exclusivo de veterinarios, por eso se prohíbe la dispensación al público”, justifica Gerardo.
A partir de ahora, en todas las recetas habrá que identificar al animal a tratar, algo que hasta este año no era necesario
“Somos todos una cadena, desde los veterinarios de campo a las Autoridades de supervisión y control oficial y todos tenemos que hacer nuestro trabajo. En nuestro caso somos una especie de policía sanitaria que trata de verificar que se cumplen las normas. Gracias a eso no hay fronteras a los productos dentro del territorio comunitario. Estamos al servicio del mercado interior y en nuestro caso somos una especie de auditoría al sistema de producción de alimentos de origen animal de Galicia”, dice.
El jefe de servicio de Seguridad Alimentaria en las Producciones Ganaderas de la Consellería pone el énfasis en la necesidad de que los prospectos y fichas técnicas de los medicamentos estén actualizados y pone como ejemplo las reacciones detectadas provocadas por la vacuna de la lengua azul. “La povidona, que es lo que se cree que provoca la reacción cruzada, no estaba declarada en la lista de ingredientes. A mí me parece eso gravísimo. En cuanto tuvimos constancia de esa circunstancia por las quejas de los veterinarios que estaban detectando esos problemas pusimos una queja inmediatamente a la Agencia Europea del Medicamento”, indica.
“Me llama la atención lo atrasados que estamos aún hoy en la gestión de los residuos veterinarios”
El Plan de Uso Racional de Medicamentos Veterinarios, derivado del Real Decreto 634/2023, el mismo que regula la designación del veterinario de explotación y la elaboración del Plan Sanitario Integral, obliga a que todas las explotaciones ganaderas cuenten con un plan de gestión de residuos de medicamentos.
“Me llama la atención lo atrasados que estamos a día de hoy en Galicia en la eliminación y destrucción de medicamentos. Esto es algo que me preocupa y que va a traer problemas, porque estos residuos son fuente de resistencias y nos van a atacar por ahí en el asunto de la reducción de antibióticos”, indica Gerardo Riveiro.
Mi propuesta es que las cooperativas se conviertan en gestores de residuos y una vez al año hagan recogida por las granjas
“Mi propuesta para solucionar esto es que las cooperativas se conviertan en gestores de residuos y una vez al año hagan recogida por las granjas”, propone para avanzar en esta materia, teniendo en cuenta el número de granjas existentes en la comunidad y su dispersión por el territorio.
Normas alejadas de la realidad del sector
“Cambian las normas porque ha cambiado la sociedad y la sensibilidad del legislador, que está cada vez más lejos del campo”, asegura. “Los productores y los veterinarios estamos en minoría y a veces el legislador, tanto europeo como español, se viene arriba a la hora de dictar normas”, considera.
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“Hace 150 años que el lobo no come a una persona pero va a acabar pasando. Porque en una población excesiva de lobos esas son las consecuencias. Lo sabe cualquier persona con conocimientos de biología, pero no lo sabe el legislador”, se queja.
Como ejemplo de ese distanciamiento evidente entre las normas que emanan de Bruselas y el sector productor, Gerardo pone el Reglamento 2019/6 de la UE sobre Medicamentos Veterinarios, que incluye también otras cuestiones que tienen que ver con aspectos de bienestar animal. “En este Reglamento la UE es draconiana con ganaderos y veterinarios”, asegura.