La desaparición del sistema de cuotas lácteas el 1 de abril del 2015 abre un escenario de incertidumbre para la ganadería gallega. Durante más de 25 años, en toda la UE se mantuvo una limitación sobre la cantidad de leche producida. Con el fin de las cuotas desaparecen esos límites y se abre un periodo de ‘barra libre’ en la producción de leche que presenta muchas incógnitas. Nos ayudamos de informes de la Comisión Europea y de la opinión de investigadores y organizaciones del sector para buscar respuestas sobre lo que puede pasar a partir de abril.
¿Cuanto va a crecer la producción tras el fin de las cuotas?
La evolución de la producción dependerá en buena medida de los precios de la leche y de los costes de producción. En un supuesto de precios medios como el actual, la Comisión Europea calcula que más de la mitad de los países de la UE no podrían aumentar la producción, pues los costes de producción adicionales ‘se comerían’ todos los ingresos adicionales.
Para este año, las perspectivas comunitarias apuntan a un aumento de la producción de sólo un 1,6 por ciento, en consonancia con unas previsiones de bajos precios de la leche en buena parte del 2015.
En un escenario a medio plazo, hasta 2023, la Comisión calcula que la producción puede crecer de manera significativa en países como Irlanda, más del 20%, o en Holanda y Dinamarca, más del 15%; en tanto nos países del Este de Europa el pronóstico es de una bajada de las entregas.
El caso español
En España, la Comisión prevé un aumento mínimo de las entregas y advierte también de que hay expertos que consideran que en España y Portugal puede registrarse una caída de la producción por déficits en las estruturas del sector produtor y del industrial.
Los datos recientes de producción en España, sin embargo, invitan a un mayor optimismo. En paralelo al aumento de la cuota láctea, la producción estatal creció en los últimos cinco años en 540.000 toneladas, un 9,2%, con un aumento en Galicia superior a la media estatal, según las cifras que maneja Francisco Sineiro, profesor de Economía Agraria de la Universidad de Santiago. “Por tanto, pienso que España puede crecer más de lo que considera la Comisión”, valora Sineiro.
¿Que pasará con el precio de la leche tras el 1 de abril del 2015?
Los aumentos de la producción de leche en la UE y a nivel internacional a lo largo del 2014 desencadenaron significativas bajadas de precios para las explotaciones ganaderas. Hasta la pasada primavera, la demanda mundial de productos lácteos crecía a un ritmo mayor que la oferta, pero el aumento de la producción de la UE, Estados Unidos y Nueva Zelanda en un 5 % en la primera mitad del año cambió las tornas, según el análisis de la Comisión Europea.
Así las cosas, la Comisión Europea calcula que la tendencia de bajos precios de la leche continuará hasta la segunda mitad del 2015. El posible fin de la prohibición de exportaciones a Rusia y la reactivación de la demanda china podrían entonces elevar las cotizaciones, según un informe de Rabobank que apunta en la misma línea.
Medio plazo
A medio plazo, en el ciclo 2016-2023, las previsiones de la Comisión Europea en el precio de la leche son favorables, pero sobre la base de unas buenas perspectivas de exportación. “Esas expectativas están sujetas a riesgo”, recuerda Sineiro. “Si no aumentan las exportaciones, será un problema para España, ya que dado que España es un mercado deficitario -produce menos de lo que consume-, los productos no exportados de la UE se redirigirán al mercado interior”.
Las premisas favorables para el aumento de las exportaciones europeas las resume Sineiro en tres puntos: “el consumo continúa creciendo en los países emergentes; esos países no serán capaces de autoabastecerse y las industrias europeas serán competitivas en exportaciones frente a las firmas de países produtores cómo Nueva Zelanda o Estados Unidos”.
Las perspectivas del precio de la leche son buenas a medio plazo, pero no seguras
Con las cautelas anteriores, la Comisión Europea, en un informe de finales del 2013, aventuraba para el ciclo 2016-2023 un precio medio en la UE en el entorno de los 350 euros / tonelada, si bien, sólo unos meses después, una circunstancia inesperada como el veto ruso trastocaba ya esos cálculos comunitarios.
¿Hay mecanismos para evitar graves crisis de precios?
En abril de 2015 no sólo desaparecerán las cuotas lácteas, sino también el actual sistema de compra y almacenamento público de productos industriales (leche en polvo, mantequilla). Esa intervención pública actuaba hasta ahora como colchón para los precios, retirando leche del mercado en los momentos en que bajaban demanda y cotizaciones. “Los precios de intervención permitieron que Europa mantuviera un significativo diferencial en relación al precio internacional de la leche. En el 2002 llegó a haber 10 céntimos de diferencia entre el precio en España y el internacional” -recuerda Sineiro-. “A partir de ahora sólo habrá medidas de apoyo en caso de crisis graves, pero de manera puntual. No será como en los últimos años”.
«El mercado necesita regulación. Si abrimos todos el ‘grifo’, lo fundimos» (Francisco Sineiro, economista)
La única alternativa que se presenta a las medidas públicas es la regulación de los volúmenes entregados por acuerdos entre industrias y produtores. “El mercado necesita de regulación. Si todos abrimos el grifo, fundimos el mercado”, valora Sineiro. “El mercado de la leche es muy sensible a los cambios de oferta y demanda. Si falta un 1% de leche, el precio sube incluso un 3%; pero también al contrario, si sobra un 1% de leche, el precio baja incluso un 3%”, advierte. “Con la desaparición de las cuotas, entramos en un escenario de mayor variabilidad de precios debido a los riesgos inherentes a la falta de regulación de la producción y a las incertidumbres en torno al aumento del consumo de leche y a los costes de producción”.
¿Existen garantías de recogida de toda la leche que se produzca?
La recogida no está garantizada. “La leche entregada va a ser un aspecto clave a negociar. La preocupación no serán sólo los precios, ya que puede haber periodos en los que la industria no tenga capacidad de canalizar más leche, por lo que tener seguridad en la recogida es clave”, valora el gerente de la Asociación Galega de Cooperativas Agrarias (Agaca), Higinio Mougán.
«La preocupación no son sólo los precios. Tener seguridad en la recogida es clave» (Higinio Mougán, Agaca)
En la misma línea incide el responsable de vacuno de leche de Unións Agrarias-Upa, Javier Iglesias, quien añade además la necesidad de medidas para evitar el cierre de explotaciones: “Hay que establecer mecanismos para garantizar que se le va a recoger la leche a todos los ganaderos. En un contexto de exceso de leche, puede haber rutas que a las industrias no les interese mantener por carecer de un gran volumen de explotaciones, caso por ejemplo del oriente ourensano”, advierte.
Precio A y precio B
Las negociaciones ganadero-industria de los volúmenes de leche a entregar parecen apuntar al modelo francés. “En Francia se hacen contratos por doble volumen, ‘A’ a un precio y ‘B’, a partir de un volumen dado, a un precio inferior referenciado al precio de los productos industriales (leche en polvo, mantequilla)”, explica Sineiro.
¿Las explotaciones deberían aumentar la producción tras el fin de las cuotas?
Depende. Todas las voces del sector coinciden en que la primera necesidad es controlar los costes de producción. “Si la explotación necesita comprar mucha parte de la alimentación de las vacas, puede verse en determinados momentos en situaciones en que los márgenes no cubran los costes de producción” -valora Higinio Mougán-. “Lo primero es controlar los costes de producción y hacer cuentas en función de la situación del mercado. El ganadero que tenga suficiente superficie agraria para autoabastecerse en buena medida sí que debe seguir creciendo tras la desaparición de las cuotas”.
«Había una tradición de producir en base a piensos, pero ya cambió la mentalidad» (Javier Iglesias, Upa)
La conciencia sobre la necesidad de controlar los costes de producción parece generalizada. “En el campo se produjo un cambio importante de mentalidad en el 2009, cuando se registró una crisis importante de precios de la leche y muchas explotaciones se vieron en situaciones apuradas”, recuerda Javier Iglesias, de Unións Agrarias-Upa. “Había una tradición de producir leche en base a piensos y de aquella hubo un cambio y se pasó a producir el máximo alimento posible en la explotación”.
La cotización de los cereales base para los piensos de las vacas constituye además un coste en progresión. “El precio del concentrado creció un 50% desde el año 2000, en tanto el precio de la leche en el mismo periodo subió sólo un 20%” -calcula Sineiro-. “La producción de más leche sin atención al margen que queda en la explotación es una carrera estéril” -avisa el profesor de la USC-. “Hay explotaciones con menos cuota que obtienen la misma renta por ocupado que otras con más cuota”.
Hacer números a varios años es otro de los consejos de Sineiro: “Dado el escenario de variabilidad de precios, las explotaciones deben aprovechar los buenos años para hacer caja y ahorrar para afrontar los malos años”.