Consejos para mejorar el tiempo que esperan las vacas en el ordeño

La norma a tener en cuenta es un máximo de una hora desde que el ganado sale de la zona de cubículos y alimentación hasta que vuelve. La sala de espera genera estrés en los animales pero, al mismo tiempo, es un lugar idóneo para refrescar a las vacas en los días de altas temperaturas

Víctor Manuel López, durante a súa intervención nas Xornadas Técnicas de Vacún de Leite de Seragro

Víctor Manuel López, durante su intervención en las Jornadas Técnicas de Vacuno de Leche de Seragro

El veterinario Víctor Manuel López Rodríguez ofreció en las XX Jornadas Técnicas de Vacuno de Leche de Seragro algunos consejos prácticos para reducir las incomodidades del ganado en la sala de espera, un lugar por el que las vacas pasan al menos dos veces al día y que se puede convertir en un foco de estrés para ellas.

“La sala de espera debería ser una zona de transición rápida donde las vacas permanezcan el menor tiempo posible, no un lugar donde las amontonamos a la espera de ser ordeñadas”, asegura Víctor, que en su charla, titulada La sala de espera desespera, dio una serie de recomendaciones sobre cómo manejar a las vacas en el período de tiempo que pasan desde que salen de la zona de alimentación y cubículos hasta que entran en la sala de ordeño.

La sala de espera no debería existir como un lugar donde amontonamos vacas, sino una zona de transición rápida

“La sala de espera desespera pero, ¿a quién? ¿A las vacas, a los ganaderos, a la rentabilidad de la explotación?”, se preguntó el veterinario del servicio de calidad de la leche de Seragro, que detalló que en la actividad diaria óptima de la vaca tres cuartas partes de su tiempo (unas 18 horas) debería pasarlas rumiando y descansando. “Debemos conseguir que las vacas pasen la mayor parte del día comiendo y descansando”, insistió, por lo que es contraproducente que transcurra más de una hora desde que la vaca sale de la zona de cubículos y alimentación para ir a ordeñarse hasta que vuelve.

Adaptar los lotes a la capacidad de la sala de ordeño

xornadas Seragro 2023 tipos de sala de muxido

Por eso, es fundamental adaptar el tamaño de los distintos lotes a la capacidad de la sala de ordeño (número de puntos), de manera que se reduzca el tiempo de espera. “El tiempo en la sala de espera debería ser el menor posible; lo ideal sería que las vacas no echaran más de 30 minutos esperando y un cuarto de hora ordeñándose”, explica Víctor.

Lo ideal sería que las vacas no echaran más de 30 minutos en la sala de espera y 15 minutos en la sala de ordeño

El tiempo para ordeñarse debería estar entre los 10 y los 15 minutos, en función de la producción del animal, el momento de la lactación y el tipo de vaca (vacas duras con velocidad de flujo reducida, etc). Ese tiempo incluiría la entrada y salida a la sala de ordeño (la sala paralela y la rotativa son más rápidas para la entrada y salida de los animales que la tándem y la espina de pescado), el tiempo de preparación (entre minuto y minuto y medio) y el tiempo de ordeño propiamente dicho (entre 4 y 6 minutos).

“Si tenemos 4 vueltas de vacas por 15 minutos de media de tiempo de ordeño son ya los 60 minutos, que sería el tiempo máximo que debería estar una vaca fuera de la zona de alimentación y descanso”, indica el veterinario de Seragro.

Diseño de la sala de espera

xornadas Seragro 2023 sala de espera1

“Las salas de espera deben ser más largas que anchas, con una proporción 2 a 1 (2 metros de largo por cada uno de ancho), con entrada por la parte de atrás para que al entrar las vacas se dirijan a la sala de ordeño, que es lo que queremos”, asegura.

En las salas muy anchas las vacas se dispersan mucho, lo que no favorece el avance hacia la sala de ordeño

El espacio idóneo en una sala de espera es de 1,8 metros cuadrados por vaca. “Si tenemos muchas vacas con la cabeza erguida y con el lomo arqueado quiere decir que no respiran y no caben bien. Si eso pasa en vuestra sala de espera es que tenéis vacas de más o sitio de menos”, dijo Víctor a los ganaderos asistentes a las jornadas técnicas de vacuno de leche.

Para ampliar la capacidad de la sala de espera puede cerrarse con cancillas algún pasillo de la zona de cubículos pero no se deben aprovechar espacios muertos que no sean adecuados. “Las salas de espera con recovecos hacen que constantemente tengamos que ir a buscar vacas”, dice Víctor.

El arrimador es una herramienta que hay que usar con sentido común, no es un apilador de vacas

Las entradas deben ser amplias. “Si trabajamos con lotes de entre 80 y 90 vacas nos harían falta 3 metros de anchura en la entrada a la sala de espera y con más de 100 vacas necesitaríamos 5 metros. De este modo conseguimos que entren de manera fácil y evitamos que se golpeen”, aclara.

Debemos evitar que las entradas a las salas de espera sean por los laterales, porque eso crea cierto caos

En cuanto a la pendiente del suelo de la sala de espera, Víctor asegura que “si puede ser del 0% mejor, pero como máximo del 2-3%”. “Con pendientes muy elevadas a las vacas les cuesta mucho avanzar y se acentúan los problemas podales porque cargan más peso en las patas posteriores y tienden a ponerse de lado o incluso de culo hacia sala de ordeño.

La pendiente del suelo no debe superar el 2-3% para que a las vacas no les cueste avanzar y no provocar problemas podológicos

Además en los sistemas de lavado del suelo por flushing, “cuando tenemos pendientes elevadas el agua baja muy rápido y en vez de arrastrar la basura del suelo salta por encima de ella y tenemos un lavado muy ineficaz”, asegura.

Iluminación y ventilación

xornadas Seragro 2023 sala de espera2

Debido al cambio climático, el estrés calórico del ganado en los establos va a más y se debe aprovechar el momento del ordeño para bajar la temperatura corporal de los animales. “La sala de espera es un lugar perfecto para refrigerar a las vacas, porque van a pasar por ella 2 o 3 veces al día”, recuerda el veterinario de Seragro.

La sala de espera es un lugar perfecto para refrigerar a las vacas y que entren frescas y tranquilas a ordeñarse

La sala de espera debe estar bien ventilada (al estar las vacas juntas la temperatura se incrementa) y lo ideal es que cuente con sistemas de aspersores y ventiladores con los que lograr empapar de agua a las vacas evaporando su calor corporal mediante circulación de aire.

Otro aspecto a tener en cuenta es el de la iluminación. “Muchas veces nos encontramos con una sala de ordeño muy bien iluminada pero al lado la sala de espera muy oscura. Eso es un problema porque estamos obligando a las vacas a un contraste lumínico al que lea cuesta mucho adaptarse y que simplemente poniendo unas luces para iluminar la sala de espera resolvemos”, indica Víctor.

Ni chillar ni dar golpes

Las vacas tienen buen oído, pero les molestan los ruidos fuertes, bruscos y estridentes. “A menos 10 decibelios, cuando nosotros no estamos escuchando nada, ellas ya están oyendo perfectamente, pero a partir de 70 decibelios ya se empiezan a molestar”, explica Víctor.

El nivel de ruido tolerable para una vaca estaría en los 70 decibelios, que es el ruido habitual en una sala de ordeño

“El nivel de ruido habitual que hay en una sala de ordeño se sitúa en esos 70 decibelios, por lo que cuanto más ruido metamos a mayores peor”, afirma. “Hay que evitar chillar, tanto entre nosotros como con las vacas. Hablarles a las vacas no es malo, pero nunca chillarles; hay que hablarles de manera pausada y que asocien la voz de la persona a un estímulo positivo”, dice.

La utilización de música en la sala de ordeño para el veterinario de Seragro no tiene demasiada utilidad. “Las radios no deben estar a mucho volumen y si se quiere poner música que sea constante, sin altibajos que las asusten”, aclara.

También recomienda evitar ruidos estructurales estridentes o chirridos molestos de los hierros, que son muy frecuentes en los establos. “Algunos de ellos se solucionan simplemente echándole un poco de aceite a las cancillas o poniendo una goma entre dos hierros y otros son ruidos neumáticos para los que hay silenciadores. Deberíamos evitar que las vacas y nosotros mismos tengamos que sufrir este tipo de ruidos en una sala”, asegura. Tampoco se deben dar golpes en los hierros para que las vacas anden. “No sirve absolutamente para nada; es algo contraproducente”, afirma.

Acostumbrar a las novillas a entrar a la sala antes del parto

actividade diaria da vaca

En el momento en el que a las vacas que están esperando en la sala de espera les toca entrar a ordeñarse, hay que hacer un manejo dinámico, acompañando su entrada con movimientos en sentido contrario al que se tienen que dirigir para que avancen cuando alguna se queda parada. “No debemos estar clavados en la entrada de la sala de ordeño mirando el móvil, ni dando golpes o chillando, porque lo que haremos será asustar a las vacas”, indica Víctor.

Para el manejo de las primerizas, recomienda “no dejarlas para el final del lote de ordeño”. “Las primeras veces que se ordeñan tienen miedo y tienden a irse para atrás y a quedar rezagadas, pero entrarán mejor a la sala si van por el medio de otras vacas”, dice.

Aconseja también meter a las novillas antes de parir a la sala de ordeño. “Pienso que estamos haciendo un mal manejo de las terneras desde que nacen hasta que paren, porque nunca estamos con ellas . Deberíamos de gastar un poco más de tiempo en tener contacto con las novillas y llevarnos bien con ellas para evitar tener que pelear después en la sala”, asegura.

Buenas rutinas de preparación de las vacas

xornadas Seragro 2023 sala de espera muxido bimodal

Una de las partes esenciales de un bueno ordeño pasa por establecer rutinas correctas de preparación de las vacas en las salas (limpieza de pezones, primeros chorros, etc). “Si hacemos una buena preparación y tenemos vacas tranquilas el ordeño es mucho más rápido y fácil”, dice.

Además de establecer protocolos a seguir, hay que comprobar que se cumplen por parte del personal encargado de ordeñar y que son eficientes. “El objetivo es que al colocar las pezoneras empiece a caer la leche manteniendo un flujo alto y continuo hasta el final, cuando actúan los retiradores. De esta manera tendremos una vaca perfectamente ordeñada en 5-6 minutos”, calcula.

El ordeño bimodal se da más en las salas y establos en los que hay prisas

Pero si no preparamos bien a las vacas previamente o tenemos vacas estresadas, advierte, “tendremos ordeños bimodales, en los que no cae la leche o cae muy poca durante los primeros 40 o 50 segundos y el ordeño se alarga mucho más tiempo porque el flujo es menor”, describe. “A veces incluso salta el retirador porque no detecta leche, por lo que tenemos que volver a colocar las pezoneras en el modo manual y el ordeño pasa a durar 7, 8 o incluso 10 minutos”, relata.

El ordeño bimodal, dice, “se da más en las salas y establos en los que hay prisas”, pero aclara que “la prisa es un concepto humano; la vaca nunca tiene prisa”. “Si acabamos provocando sobreordeño, haciéndole daño a la vaca y estropeándole el esfínter del pezón, esa vaca va a tener un recuerdo negativo para el día siguiente y va a entrar más mal a ordeñarse”, evidencia.

A la hora de ordeñar hay que tratar de ser lo más eficientes posible pero siempre respetando los tiempos de la vaca

A la hora de buscar rapidez y eficiencia, “no por tener más gente en la sala de ordeño va a ser mejor”, asegura. “Tenemos que tener las menores personas posibles pero muy preparadas. Hay que dar formación y cursos de reciclaje a los trabajadores cada 5-6 meses para refrescar ideas y corregir errores”, recomienda Víctor.

Sin obstáculos ni distracciones a la salida de la sala

Saída defectuosa dunha sala de muxido por un pasillo estreito que obriga a xirar 180 graos á vaca

Salida defectuosa de una sala de ordeño por un pasillo estrecho que obliga a girar 180 grados a las vacas

La zona de tránsito a la salida de la sala de ordeño debe estar siempre limpia y sin obstáculos. “En la salida de la sala hay habitualmente más distracciones que en las entradas y eso ralentiza mucho los cambios. Tenemos que acompañar a las vacas en su recorrido y ver dónde y por qué se paran y tratar de corregir esos elementos”, afirma.

Para favorecer el flujo de vacas, la zona de salida debe estar bien iluminada, para que las vacas no tengan miedo a salir de una zona muy luminosa, como acostumbra ser la sala de ordeño, y entrar en una zona del establo muy oscura. “Las luces no deben estar nunca enfocadas a los ojos de las vacas, porque las van a deslumbrar y va a ser peor el remedio que la enfermedad”, advierte Víctor.

El manejo de las vacas para la salida de la sala de ordeño debe ser, lo mismo que para la entrada, dinámico, pero sin molestarlas ni chillarles

En las salas en las que se comparte el pasillo de vuelta con la propia sala de espera el veterinario de Seragro es partidario de poner paneles opacos de separación para que las vacas que salen de ordeñarse y las que esperan para entrar no tengan contacto visual y no se distraigan o enreden unas con las otras. “Se debe separar con planchas opacas, pero que no sean planchas metálicas brillantes, que molestan mucho a las vacas”, indica.

“Tenemos que llevar a las vacas con tranquilidad, sin asustarlas, porque lo que no queremos es meter vacas nerviosas a la sala de ordeño”

Víctor Manuel López2

La sala de ordeño constituye el verdadero corazón de una ganadería de leche y las salas de espera no son un elemento que se pueda disociar de la sala de ordeño, al igual que los pasillos que conducen a esta parte del establo. Todos estos elementos conforman uno todo con la sala de ordeño y deben ser considerados en conjunto con esta zona también a la hora de manejar a los animales.

Por eso, es necesario actuar de una manera correcta desde el mismo momento en que levantamos a las vacas de los cubículos para conducirlas a ordeñarse. “Tenemos que llevar a las vacas con tranquilidad, sin asustarlas, porque lo que no queremos es meter vacas nerviosas a la sala de ordeño”, argumenta Víctor.

Una vaca nerviosa puede estar en ese estado de estrés entre 30 y 45 minutos y pasarle esa ansiedad a las vacas que tenga a su lado

Afirma además que “es importante saber cómo piensan las vacas, cómo reaccionan ante determinadas circunstancias, a qué le tienen miedo o cómo ven”. “Para mí uno de los mayores errores que cometemos hoy en día en los establos es pensar que las vacas son como nosotros, que piensan como nosotros y reaccionan como nosotros”, dice.

Uno de los mayores errores que cometemos hoy en día en los establos es pensar que las vacas son como nosotros y como desconocemos ese comportamiento creamos patrones de manejo completamente inadecuados

“Y eso nos llevan a construir estructuras en los establos que no favorecen en nada el comportamiento del animal o a seguir patrones de manejo completamente inadecuados, porque las vacas reaccionan ante los estímulos de una manera completamente distinta a como lo hacemos nosotros”, insiste.

Las vacas: curiosas y miedosas

Las vacas son animales herbívoros presa de depredadores carnívoros. Eso hace que estén en todo momento alerta vigilando su entorno ante posibles ataques, lo que las convierte en curiosas y miedosas por naturaleza. “Cualquier elemento nuevo que haya en el establo, o por ejemplo si hay un plástico volando, enseguida irán a mirar qué pasa”, describe Víctor.

El cerebro de la vaca no es capaz de hilar una idea con otra hasta llegar a una conclusión; tiene sobre todo memoria fotográfica

En cuanto a la capacidad cognitiva, el cerebro de la vaca es poco evolucionado y no es capaz de enlazar unas ideas con otras. “Tienen una memoria más bien fotográfica con la que relacionan los distintos espacios con actividades diferentes, es decir, aquí como, aquí bebo, aquí descanso o allí tengo miedo”, explica.

La pupila del ojo de la vaca es rectangular y gracias a eso las vacas son capaces de ver todo a su alrededor excepto en una zona ciega que coincidiría con la prolongación del rabo y que es muy útil para su manejo. Son además animales que crean una zona defensiva de exclusión a su alrededor, que varía en función de la vaca y en la que no quieren tener a nadie.

La visión de la vaca está diseñada para detectar peligro y percibir movimientos rápidos y agresivos en su entorno

“Su visión bifocal es mucho peor que la nuestra y perciben los colores de una manera muy distinta a la nuestra. Les cuesta mucho pasar rápidamente de una zona clara a una zona oscura porque las zonas claras para ellas brillan mucho más y las oscuras son mucho más profundas; por eso lo que para nosotros es una simple sombra en el suelo a ellas les crea mucho miedo porque ven un agujero”, asegura Víctor.

Las vacas tienen querencia por el color amarillo; les gusta mucho

Teniendo esto en cuenta, el veterinario de Seragro recomienda una serie de pautas de manejo, como son evitar hacer movimientos bruscos en el entorno de las vacas, aprender a manejar su zona ciega y su zona defensiva para moverlas hacia donde nos interese y evitar hacerles pasar rápidamente de zonas muy claras a zonas muy oscuras y viceversa.

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