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El Polo de Innovación Digital para el Sector Agroalimentario promovido por el Campus Terra de la USC y el Centro Tecnológico de Telecomunicaciones de Galicia (Gradiant) aprobó este jueves su estructura de gobernanza, así como la creación de seis grupos de trabajo que respondan a las diferentes demandas del sector.
Prospectiva e Inteligencia, Oferta y Demanda, Proyectos I+D+i, Producción Agraria, Producción Ganadera, e Industria Agroalimentaria son las denominaciones que recibieron estos seis grupos de trabajo, que, tal y como destacan los impulsores del polo, deben erigirse en estructuras dinámicas que pueden ir evolucionando y mudando a medida que avancen las sesiones de trabajo y se evalúen las necesidades que vayan surgiendo.
La creación de estos grupos partió de un cuestionario previo al que fueron sometidos los diversos agentes del sector, desde empresas, pasando por asociaciones profesionales, cooperativas, productores, clusters, universidades y centros tecnológicos. En la reunión se aprobó también la estructura de gobernanza del polo, encabezada por la secretaría técnica que conforman Campus Terra y Gradiant.
El encuentro, celebrado en el Centro Singular de Investigación en Tecnologías de la Información (CiTIUS) de Santiago de Compostela, estuvo presidido por el vicerrector de Desarrollo Científico y Tecnológico del campus de Lugo, Andrés Barreiro Lois, y por el director general de Gradiant, Luis Pérez Freire. Enrique Rohrer acudió en representación de la Agencia Gallega de Innovación a esta reunión de trabajo, que fue clausurada por el vicerrector de Coordinación del campus de Lugo, Javier Bueno Lema.
En este Digital Innovation Hub, según la terminología que emplea la Comisión Europea, confluyen, por la banda de la demanda, un sector productivo y transformador abierto a la incorporación de tecnologías y servicios innovadores adaptados a su realidad productiva; y por la banda de la oferta, la conjunción de proveedores tecnológicos y de servicios así como de los centros de conocimiento e innovación generadores de esas soluciones y mejoras que demanda el sector.
Esta iniciativa establece una dinámica provechosa de colaboración abierta y ágil, de la que cada parte interesada puede tirar beneficios específicos: mayor competitividad para el sector agroalimentario, oportunidades de negocio y potencial exportador para los proveedores tecnológicos u oportunidades de capitalización del conocimiento existente en los centros de investigación e innovación gallegas.
