«En los países avanzados ya tienen claro que el eucalipto no es el árbol más rentable a largo plazo»

Marcos Vázquez Marey es desde el pasado mes de octubre el presidente del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Lugo, el de mayor peso de Galicia, con alrededor de 1.000 profesionales colegiados. Compatibiliza su labor con una ganadería de vacuno de carne de 20 madres reproductoras en Láncara y unos 300 manzanos para la producción de sidra ecológica.

En esta entrevista analiza la situación de la profesión e incide en la necesidad de transmitir al conjunto de la sociedad la importancia de las actividades agroganaderas cómo motor para crear riqueza y mantener un medio rural vivo.

¿Cuál es tu vinculación con el sector?
Me definiría como una amante sin pudor del medio rural y siempre estuve conectado con este mundo. Recuerdo ir a hacer exámenes a la facultad en Lugo y volver para seguir ensilando y siempre creí en el futuro de este sector. Tengo que reconocer que soy un privilegiado por trabajar en lo que me gusta y donde me gusta: en el medio rural.

Como muchas otras personas en Galicia, trabajo en la ganadería y en la agricultura a tiempo parcial, una verdadera herramienta contra el abandono en el rural. Aunque mi explotación podría ser aprovechada a tiempo completo, yo soy un campesino a tiempo parcial, porque desarrollo otras actividades a las que me da acceso la titulación. Considero que la figura del agricultor profesional a tiempo parcial es también una salida profesional para nuestro colectivo.

¿Qué objetivos te marcas para el colegio durante tu mandato?
Quiero que trabajemos todos en equipo. Somos un grupo de 13 personas en el que estamos tanto ganaderos, técnicos de cooperativas, funcionarios de la administración y profesionales independientes.

Como primer objetivo quiero escuchar las demandas de los más de 1.000 colegiados en la provincia de Lugo. También centrarnos mucho en el medio rural no solo a nivel productivo, sino también paisajístico, ambiental y social. Recuerdo que el perito agrícola era muy valorado y respetado en el medio rural en el pasado siglo y me gustaría que se recuperara ese papel y esa valoración.

Los ingenieros agrícolas somos proyectistas de todo tipo de construcciones y de máquinas, pero no me gustaría que emuláramos a otros técnicos, pues ante todo tenemos que plasmar más rural y más vocación agronómica en nuestros proyectos. La cercanía y los conocimientos del rural y agronómicos es lo que marca la diferencia.

“El ingeniero agrícola es el más idóneo para elaborar un proyecto de instalación agrícola o ganadera”

En los últimos años los arquitectos empezaron también a copar áreas que correspondían a los peritos agrícolas, elaborando proyectos para instalaciones ganaderas…
Desde que asumí este cargo, una de mis preocupaciones principales fue la batalla de las competencias. En primer lugar, hay que recordar que un proyecto empresarial en el rural vinculado a la producción primaria lo tiene que hacer un técnico que tenga idoneidad, y el ingeniero técnico agrícola es el que es más idóneo, y ahí es donde podemos defender nuestra profesionalidad e idoneidad para esos trabajos, lo que nos diferencia de profesionales de otros sectores.

Para evitar la competencia desleal dentro del colectivo ¿Habéis previsto establecer unas tasas oficias como los abogados?
Tenemos unas recomendaciones oficiales aprobadas y de hecho seguimos empleando una actualización de cuando los precios estaban regulados. Pero ahora el mercado es libre y no podemos incidir en eso, pero sí en la calidad de los proyectos que visamos. Reconozco que la mayoría de los casos de competencia vienen por los precios de los proyectos y legalmente no podemos hacer nada.

Por vuestras manos pasan muchos proyectos para ser visados. ¿Cuál es la tendencia en bienestar en las nuevas instalaciones ganaderas?
Constituimos un gabinete de visados formado por cuatro profesionales colegiados y que rotan periódicamente, en aras de fomentar la calidad de los proyectos. Este sistema nos permite incrementar también la capacidad y la velocidad de visado.

En diseño de instalaciones se avanzó mucho en lo que es tratamiento de lixiviados, pendiente de las camas de descanso o diseño de los pasillos para mejorar en bienestar animal. Es algo que se está llevando a los proyectos.

También hay que destacar que en las ayudas para planes de mejora de la Consellería de Medio Rural se demande la obligatoriedad de un estudio económico. Es importante que un técnico llegue a una explotación y pueda hacer unas recomendaciones y, en este sentido, un plan económico obliga a repensar las inversiones en instalaciones para que no acaben siendo un lastre en vez de una solución.

¿Cómo inciden los planes de mejora en vuestra carga de trabajo?
Con 11 millones de parcelas en Galicia existe un elevado grado de litigiosidad entre propietarios, y en este sentido la delimitación de parcelas sigue ocupando mucha de nuestra carga de trabajo. La litigiosidad se mantiene casi constante, así como el intercambio de tierras.

En cuanto a los proyectos, si hay planes de mejora anima mucho a hacer proyectos de inversiones así como que las instalaciones se construyan dentro de la legalidad. Sin duda se notan muchísimo los planes de mejora en la actividad de los ingenieros agrícolas.

Por otra parte, pienso que hay que reclamar a la Xunta de Galicia que se cubran las jubilaciones de los centros de investigación agraria así como que se refuercen las oficinas agrarias comarcales, porque son imprescindibles para el apoyo al sector.

¿Cuál debe ser el papel del ingeniero técnico agrícola ante las denuncias de falta de cumplimiento de la legalidad en la forestación de tierras agrarias? ¿Deberían actuar los colegios como parte denunciante?
Mientras yo presida no tengo intención de promover que se presenten denuncias a este respeto, pero sí tratar de convencer y de hecho es una línea en la que estamos trabajando. Sirva como ejemplo que un estudio reciente de la Fundación Juana de Vega concluye que en Galicia hay más de 700.000 hectáreas abandonadas de las que 41.000 tienen máxima aptitut para la producción de maíz forrajero, lo que permitiría que nuestros ganaderos redujeran su factura en concentrado y en gastos de alimentación.

Es decir, donde se da hierba, maíz o patatas habría que pensar mucho lo de plantar eucaliptos. Además, en países desarrollados y con cultura forestal tienen claro que el eucalipto no es un árbol rentable a largo plazo. Y eso reconociendo que los propietarios son libres para hacerlo mientras esté permitido por las leyes y por los planes generales.

Es suficiente con mirar lo que se está haciendo en otras zonas cercanas de aquí, como en Braganza, en el norte de Portugal, donde tienen claro que lo más rentable es la plantación de castaños. Y de hecho, la gente que plantó 20 hectáreas de castaños hace 30 años hoy tiene unos ingresos de 100.000 euros al año de promedio por la venta de castañas y con una calidad de vida muy buena.

¿Cómo valoráis las últimas reformas de la Ley del Suelo y su incidencia en los planes de mejora?
Las leyes del suelo en Galicia siempre son un tema altamente sensible. Considero que la anterior ley del año 2002 fue muy innovadora, pese a las críticas que tuvo. Por ejemplo, creó los planes generales con las figuras de suelo rústico de protección agropecuaria, suelo rústico de protección forestal y núcleo rural tradicional e intentó que se les diese relevancia en los planes generales. Además, favoreció el reconocimiento de las explotaciones y que a partir de entonces todo lo que se construyese en el rural fuera legal, algo que aún no se consiguió.

 “Debemos ser los primeros en transmitir a la sociedad la importancia del medio rural”

En cuanto a la ley de 2/2016, diría que todos aún tenemos un profundo desconocimiento de ella, con unos reglamentos que son muy extensos. Además, emitir cualquier informe técnico obliga también a consultar la ley de emprendimiento, la ley de montes, la de protección contra incendios forestales de Galicia…etc. Redactar leyes para un medio rural tan complejo y diverso como el gallego es muy difícil.

¿En que áreas de trabajo prevés que se genere más trabajo para los colegiados en los próximos años?
Considero que la nuestra es una profesión de futuro, y sobre todo en nuestro territorio, donde los estudiantes están rodeados de explotaciones agroganaderas.

Por lo demás, tenemos que tener el compromiso de transmitir a la sociedad que el medio rural es fundamental para Galicia y todos tenemos que concienciarnos y difundirlo. Tenemos también un gran área de trabajo en mejorar la movilidad de la tierras en Galicia y en incrementar la dimensión de las explotaciones.