En Galicia asistimos a un proceso explosivo de desagrarización. Entre 1950 y 2012 se perdió el 93% del empleo"Desde mediados del siglo pasado se perdió el 93% del empleo agrario", evidencia, una tendencia que se mantuvo también en este siglo, mientras en los últimos 20 años el número de explotaciones se reducía en un 35% y su tamaño se multiplicaba por 2,12. Más consumo sin aumentar la producción
La producción animal ha crecido mucho más que la producción de alimentos vegetales. Galicia exporta sobre todo leche pero importa productos agrícolasLas tendencias de consumo también han cambiado. "Desde los años 50 en adelante, pero sobre todo con la entrada en la UE en 1986 los cambios han sido tremendos. La globalización del sistema alimentario llevó a la creciente importancia de la producción animal dentro del modelo productivo y de consumo. La producción animal ha crecido mucho más que producción de alimentos vegetales y se convierte en un vector claro del modelo alimentario de las últimas décadas", asegura el informe. Importación de cereales
Más de la mitad del trigo producido en el mundo va destinado a alimentar al ganado en ven de a las personas"La globalización alimentaria ha llevado a que una parte muy importante de los cereales que podríamos comer los seres humanos vaya dirigida a la alimentación animal", indican. Tanto que calculan que más de la mitad del trigo producido en el mundo va destinado a alimentar al ganado en vez de a las personas. Más animales que personas en el rural
La configuración de la cabaña ganadera también ha variado. El número de pollos se ha multiplicado por tres y el de cerdos por cuatroEsa evolución es paralela a la de los hábitos alimenticios. En España se consume sobre todo carne de cerdo (se consume más carne de cerdo que todas las otras juntas), seguida de la de pollo, vacuno y ovino y caprino. Cada español come unos 50 kilos de carne de cerdo al año, 10 más que un europeo y 20 más que un norteamericano. ¿Cuál es el impacto climático de la dieta gallega? A partir de los datos de la FAO es posible acercarse a la dieta media del Estado español: aproximadamente 2 kg de alimentos cada día, lo que equivaldría a unas 3000 kcal por persona y día, de las que el 26% proceden de cereales, el 22% de aceites vegetales, el 15% de carnes, el 10% de huevos y leche, otro 10% de azúcares, un 7% de frutas y hortalizas, un 3,5% de tubérculos y el 3% de pescados. En el caso gallego, los patrones de consumo son algo diferenciados (se consume menos carne (213 gramos/día frente a 281en el caso español) pero más pescado (270 gramos/día frente a 116). Teniendo en cuenta esto, se podría estimar el impacto climático de nuestra dieta en 5,22 kg de CO2 por persona y día (donde el consumo de carne y pescado son las partidas de mayor nivel de emisiones).
Comer productos de origen animal tiene un impacto ambiental mucho mayor que comer productos vegetales, ya que las dietas basadas en proteínas animales contribuyen más al calentamiento global del planeta que las dietas más vegetarianasEn nuestra dieta, los productos de origen animal representan el 46% y los de origen vegetal el restante 56%. Sin embargo, analizado en términos de emisión de gases de efecto invernadero, los investigadores asignan casi el 90% del impacto sobre el calentamiento global del planeta a los alimentos de origen animal que comemos y solo un 11% a los procedentes de los vegetales. "Más verduras frescas, fruta y legumbres podría permitir una reducción del impacto climático entre un 25 y un 45 % en relación con nuestros padrones de consumo actuales", concluyen. ¿Qué ha sido del estiércol?
En las casas gallegas los cerdos eran auténticas máquinas de la economía circularLa modernización también estabuló al ganado. "Si los animales se mueven menos y comen más cereales y piensos, es decir, más calorías y proteínas que pastos, engordan antes y producen más", argumenta el estudio. Para sus autores, es necesario volver a prácticas agrícolas y técnicas de manejo del ganado que permitan una gestión más sostenible de los ecosistemas agrarios, reduciendo las repercusiones ambientales y manteniendo la fertilidad del suelo mediante rotaciones, policultivos y abonado orgánico.
Muchos de estos saberes propios de los sistemas agrarios tradicionales se están perdiendo"Muchos de estos saberes propios de los sistemas agrarios tradicionales se están perdiendo, entre otras cosas porque la modernización ha implicado un distanciamiento de la cultura agraria tradicional, calificada como atrasada, y ahora muchos y muchas de nosotros no sabemos ni como se cultiva una lechuga", evidencian.
Las proteínas procedentes de harinas animales en los piensos han sido sustituidas por proteínas de origen vegetalLa prohibición del uso de proteínas animales para la alimentación del ganado (a través del Reglamento UE 999/2001 de mayo de 2001), a raíz de los casos de encefalopatía espongiforme bovina, llevó aparejado un incremento del consumo (e importación) de soja. De los 34 millones de toneladas de soja importadas anualmente por la UE, 13,5 proceden de Brasil, 7,2 de Argentina, 8,5 de EEUU, 1,3 de Paraguay, 1,1 de Canadá y 0,7 de Ucrania.
Un tercio de la soja importada por la UE procede en la actualidad de zonas del planeta deforestadasLos PATs siguen prohibidos para rumiantes a día de hoy en la UE, que estudia sin embargo autorizarlos para porcino o avicultura, al igual que ya lo están en la acuicultura. Se busca de este modo reducir las importaciones de soja de aquí a 2030 dentro de la Estrategia De la Granja a la Mesa. Los puertos de A Coruña, Marín y Vilagarcía A los puertos españoles llegan anualmente cuatro millones de toneladas de soja procedentes de países como Brasil, Argentina o EEUU (de ellas 750.000 toneladas desembarcan en los puertos gallegos de A Coruña, Marín y Vilagarcía). Las importaciones suponen el 100% de la soja utilizada en la producción de piensos (en España, donde las condiciones climáticas no son adecuadas para este cutivo, solo se producen 3.200 toneladas en comunidades como Castilla y León, Castilla La Mancha y Extremadura, destinadas en su totalidad a fabricación de bebidas de soja).
Se importa el 13% de trigo, el 50% de maíz y el 100% de la soja utilizados en la fabricación de piensos en EspañaEspaña es el principal productor de piensos de la UE y su alta dependencia de la importación de materias primas hace a las empresas fabricantes de productos para alimentación animal tremendamente vulnerables ante subidas bruscas como las que se están produciendo desde principios del pasado mes de septiembre en ingredientes como el maíz, la cebada, la soja o la colza. En el global de piensos en España las oleaginosas representan, dependiendo de la especie, entre el 15 y el 18%. El porcino y la avicultura tienen mayores necesidades proteicas que los rumiantes, por lo que la importancia de estos sectores (España exporta por ejemplo el 52% del porcino que produce, que va para países europeos como Francia o países extracomunitarios como China) equivale a mayor consumo y, por tanto, también mayor importación de soja.
El porcino y la avicultura tienen mayores necesidades proteicas que los rumiantesLa producción anual de piensos en España pasó de 31,3 millones de toneladas en 2015 a los 37,4 millones de 2019, de los que el 10% (3,1 millones) se producen en Galicia. Del total, 11,5 millones se destinan a ganado porcino (el 72% a cebo) y 4,5 millones a aves (48% a avicultura de carne). La globalización de la comida
Hay una tendencia a la igualación de las dietas, producimos y comemos de formas muy semejantes estemos donde estemosLa tendencia a la igualación de las dietas hace que los alimentos viajen más. Incluso los que podrían producirse a nivel local proceden muchas veces de la otra punta del planeta. Muchas de las legumbres y frutas que forman parte habitualmente de la cesta de la compra recorren casi 5.500 kilómetros hasta llegar a los supermercados y tiendas españolas, mientras materias primas de los piensos para animales como la soja hacen 7.000 kilómetros hasta llegar a los puertos gallegos. Efectos ambientales y sanitarios La globalización alimentaria implica un mayor impacto ambiental, no solo por los viajes de la comida de una punta a la otra del planeta, sino porque "producimos con una alta huella ambiental y producimos muchos alimentos que se desperdician", explica la guía. Se calcula que el 20% de los alimentos producidos en la propia UE acaban en la basura como desechos. Pero la dieta dominante, además de efectos ambientales, también tiene efectos en la salud de las personas. Más del 50% de la población europea tiene sobrepeso y más del 20% es obesa. Las dietas no saludables son el principal factor de riesgo de enfermedades y de mortalidad en Europa y afectan en mayor medida a los grupos sociales más pobres.
La concentración empresarial en el ámbito alimentario es un proceso alarmanteLos autores del estudio alertan de que "la concentración empresarial en el ámbito alimentario es un proceso alarmante". Aportan algunos datos: "el 70% de la industria agroquímica que produce fitosanitarios para la agricultura está en manos de sólo tres empresas; sólo las diez empresas más grandes controlan el 73% del mercado global de semillas y hasta el 90% del comercio mundial de granos está controlado por cuatro multinacionales". Sin embargo, dicen, "la agricultura familiar de pequeña escala sigue siendo la responsable de la alimentación del 70% de la población mundial, sobre todo en los países pobres". Leer el etiquetado Algunas medidas sencillas para corregir la actual situación que se da en la producción y consumo de alimentos son dos consejos que dan en la propia guía: "Revisa las etiquetas de los productos que comes y apuesta por productos de proximidad y de temporada".
Revisa las etiquetas de los productos que comes y apuesta por productos de proximidad y de temporada"Al pensar dónde se producen los alimentos estamos intentando conocer cuáles son los medios de transporte usados para llevar esos alimentos desde el campo hasta el plato y en los impactos ambientales producidos cuando se transportan, y también si no sería posible producirlos aquí al lado", argumentan.
La publicidad hace muy bien su trabajo: mostrar atractivos los productos poco saludables independientemente de sus costes sociales y ambientales"Los padrones de consumo alimentarios no son fijos, sino que van cambiando con el tiempo y tienen un fuerte componente cultural que está muy influenciado por la publicidad, que hace muy bien su trabajo: mostrar atractivos los productos poco saludables independientemente de sus costes sociales y ambientales", aseguran.
Velar por la seguridad alimentaria y la calidad de la materia prima destinada a la alimentación animal es el gran objetivo de E-Pienso, el nuevo grupo operativo de carácter “supra-autonómico” que la Asociación Gallega de Alimentos de Piensos Compuestos (Agafac) acaba de constituir en Madrid con las principales entidades y asociaciones del sector y cuya finalidad es compartir datos entre los distintos agentes, incrementar la coordinación y unificar los sistemas de alerta rápidas.
Agafac cuenta en la actualidad con uno de los más avanzados sistemas de seguridad alimentaria de carácter sectorial que hay en España, el sistema gmp.Galis, pero con su participación en E-Pienso pretende reforzar aún más los mecanismos de seguridad llevando a cabo distintas actuaciones conjuntas, algo que hasta ahora no existía y que permitirá mejorar los mecanismos de control realizados por el sector.
E-Pienso creará una plataforma tecnológica y una aplicación para almacenar una gran base de datos conjunta (Big Data) gracias a la información facilitada por los cinco sistemas de seguridad alimentaria sectoriales: gmp.Galis (Galicia), Qualimac (Cataluña), Aplika-Epea (Euskadi), Segacyl (Castilla y León) y Piensa-Q (Murcia). El grupo operativo hará, asimismo, una evaluación conjunta de proveedores, aumentando de forma notable el poder de interlocución representativa del sector.
Las principales entidades
“Creemos que la coordinación y el intercambio de información y de experiencias es el camino que debemos seguir para dar las mejores garantías de calidad y de seguridad al animal y, por tanto, al consumidor final”, explica el director de Agafac, Bruno Beade.
El Grupo Operativo E-Pienso también dispondrá de un Sistema de Alerta Rápido Unificado (SARU) que informará a todas las áreas implicadas en el caso de que se detecten partidas potencialmente contaminadas en una zona geográfica concreta. Con la constitución de la plataforma, el sector camina hacia un sector cada vez más innovador, tecnológico y competitivo. Además, sus integrantes confían en mejorar de forma notable los resultados económicos de las explotaciones y evitar incidentes de seguridad en todo el proceso.
“Queremos compartir datos, conocimientos y experiencias”, subraya Bruno Beade, partidario de unificar criterios para aumentar la eficacia de los sistemas de seguridad a nivel nacional para mostrar a la sociedad el elevado nivel de exigencia y control que se aplica en la cadena alimentaria.
Además de Agafac, en la nueva plataforma están integradas las principales entidades de la industria del pienso de España, como la Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos para Animales (Cesfac), la Asociación de Fabricantes de Piensos Compuestos de Castilla y León (Asfacyl), la Asociación de Fabricantes de Piensos Compuestos del Sureste de España (Apicose), la Asociación de Fabricantes de Piensos Compuestos de Euskadi (EPEA), la Asociación para el Control y la Promoción de la Calidad de las Materias Primas (Qualimac).
Sobre Agafac
La Asociación Gallega de Fabricantes de Alimentos Compuestos de Galicia (Agafac), con sede en A Coruña, es una organización profesional creada para defender los derechos de los fabricantes gallegos. Forman parte de la entidad 26 empresas con 35 centros de producción que representan más del 85 por ciento de las toneladas de piensos de Galicia. Coren, CLUN, Xallas, todas las grandes firmas y cooperativas gallegas, forman parte de Agafac. En 2005, Agafac creó un sistema de control conjunto, elevando así las exigencias y las garantías de todo el proceso, desde que el cereal se descarga en el muelle hasta que se reciben en la fábrica. Este método se llama Sistema Galicia Alimentos Seguros, conocido en el sector como gmp.Galis.
"Una empresa de envasado de la leche que detecta una alteración bacteriana tiene que parar su proceso hasta identificar la causa"Estas empresas precisan de realizar controles microbiológicos rutinarios para garantizar la calidad y seguridad de sus productos durante todo el proceso. En algunos casos puntuales puede haber una contaminación microbiana, de la cual no se conoce la naturaleza ni el origen, lo que obliga a parar la producción, con el coste que eso supone. Para poder tomar medidas y determinar la fuente de contaminación, es necesario identificar el microorganismo de forma rápida, de ahí que la inmediatez en la detección e identificación de la bacteria que logra el CETAL le permite a las empresas acortar los tiempos de parada mientras esperan la identificación del tipo de anomalía. “Una empresa de envasado de leche que detecta una alteración bacteriana tiene que parar inmediatamente el proceso mientras no identifica el causante y no es lo mismo poder reanudar el proceso en una hora que tener la fábrica parada incluso varios días”, ejemplifica Ania Pino. La gran novedad que aporta el CETAL es precisamente poner al servicio del sector agroalimentario tecnología puntera que hasta ahora sólo se aplicaba en el ámbito de la sanidad y de la investigación. Laboratorio de Referencia a nivel estatal para la aplicación de la normativa comunitaria La Unión Europea ha llevado a cabo en los últimos años un extenso desarrollo normativo en lo referente a legislación alimentaria, con el objeto, entre otros, de garantizar la seguridad y la inocuidad de los productos que comemos, y obliga a los Estados miembros a poner en marcha los recursos necesarios para la aplicación de la normativa comunitaria en este ámbito. El Ministerio de Agricultura tiene previsto designar al Laboratorio de Seguridad Alimentaria del CETAL como Laboratorio Nacional de Referencia para el desarrollo del Programa de Control Oficial de la Producción Primaria Agrícola. El CETAL será el encargado de llevar a cabo los controles oficiales, regulados en base a la aplicación de la normativa comunitaria en materia de higiene en la producción primaria agrícola. En concreto, análisis microbiológicos de muestras de cualquier tipo de producto vegetal, suelo o agua, en relación con Salmonella spp., Listeria monocytogenes y Escherichia coli, incluida la E. coli verotoxixénica (VTEC). El Laboratorio de Seguridad Alimentaria (LSA-CETAL) se convertirá de este modo en el primer Laboratorio Nacional de Referencia (LNR) que designa el Ministerio en Galicia y, junto con el Arbitral Agroalimentario de Madrid, serán los dos LNR del Programa Nacional de Control Oficial de la Producción Primaria Agrícola. Para eso, el CETAL está en trámites de obtener la necesaria acreditación por ENAC de las técnicas de identificación de los agentes patógenos de transmisión alimentaria y está participando en ejercicios de intercomparación laboratorial para comparar sus resultados con otros laboratorios y conseguir el aseguramiento de la calidad en sus análisis. Recientemente el Laboratorio de Seguridad Alimentaria participó, por ejemplo, en ejercicios para la detección de cepas de Salmonella spp. en ensaladas con semillas germinadas. Estudio pionero de presencia de patógenos en frutas y hortalizas frescas Dentro de las funciones del Laboratorio de Seguridad Alimentaria está la de prestar servicios básicos demandados por el Ministerio. El CETAL está ejecutando, por ejemplo, un programa de monitoreo microbiológico para frutas y verduras. El objetivo es proporcionar información rigurosa sobre la presencia de patógenos específicos en frutas y hortalizas frescas a nivel estatal. La primera fase del estudio, pionero hasta entonces en España, se ejecutó durante el último trimestre de 2015, analizando 300 muestras: 100 de lechuga (Lactuca sativa), 100 de tomate (Solanum lycopersicum) y 100 de pepino (Cucumis sativus), recogidas en tres explotaciones de Murcia y en otras tres de Andalucía, en la provincia de Almería. La segunda fase tuvo lugar un año después, a finales de 2016, y se analizaron diversos tipos de vegetales de producción primaria obtenidos en explotaciones agrícolas de las cuatro provincias gallegas. El muestreo se realizó con 220 tomas y los alimentos implicados fueron lechuga (Lactuca sativa), tomate (Solanum lycopersicum), cebolla (Allium cepa), pimiento (Capsicum annuum), manzana (Malus domestica) y fresa (Fragaria vesca). Este estudio está completándose en este momento con el análisis de fresas procedentes de explotaciones ubicadas en Andalucía.
“No se entiende que los Consellos Reguladores encarguen sus análisis a laboratorios de fuera de Galicia”Además, realizamos certificados informativos, análisis para bodegas que no tienen laboratorio propio. En ellas ofrecemos información de acidez, grado alcohólico, azúcares y dióxido de azufre. Por último, el Lafiga también realiza los análisis para los Consellos Reguladores de las cinco Denominaciones de Origen, para ver si los vinos cumplen los pliegos de condiciones de cada una de ellas. En este sentido, es de lamentar que, a pesar de ser un laboratorio de referencia y de que estos Consellos Reguladores reciben cuantiosas ayudas públicas de la Xunta, la mayor parte de ellos encargan la realización de estos análisis a laboratorios de fuera de Galicia. ¿Observáis tendencias en los análisis de los vinos gallegos en cuanto a la presencia de residuos? La tendencia es positiva en cuanto a cada vez detectamos menos residuos. Recibimos uvas, mostos y vinos y es muy minoritario detectar muestras con restos de pesticidas. Entiendo que esto es gracias a que los viticultores son cada vez más profesionales y a que se exigen carnés de manipuladores de productos fitosanitarios y hay una mayor trazabilidad de estos productos. Otras de vuestras líneas de trabajo son las analíticas de suelos ¿Empezáis a detectar contaminación por nitratos de origen ganadero, como hizo público recientemente Augas de Galicia? En general, Galicia está libre de puntos negros por exceso de fertilizantes. En este sentido, el Centro Tecnológico de la Carne nos envía de aguas de A Limia, la comarca de Galicia que podría tener más problemas por exceso de carga ganadera, y de momento los resultados no exceden los valores permitidos en cuanto a presencia de nitratos.
“No detectamos de momento contaminación de aguas por nitratos de origen ganadera”En cuanto a la fertilización, los ganaderos profesionales que tienen una explotación dimensionada no suelen tener problemas de exceso o falta de abonado porque saben que la fertilidad del suelo les va al bolsillo. Así, procuran realizar en invierno analíticas de suelo y no gastar dinero en abono inorgánico u orgánico que no es necesario para las extracciones de los cultivos que van a tener en rotación. Pienso que hay que seguir formando, y sobre todo concienciando, a los ganaderos en fertilización racional y eficiente porque, a lo mejor con el abono de la propia explotación sería suficiente. Los agricultores y ganaderos más profesionales lo hacen bien y ahorran muchos miles de euros en fertilizantes de síntesis. Y en cuanto a la sanidad vegetal, ¿Cuáles son vuestras principales áreas de trabajo? Este año hicimos más de 3.200 análisis de sanidad vegetal, algo excepcional, sobre todo por la Tecia Solanivora o polilla guatemalteca de la patata. En cultivos leñosos tratamos sobre todo fusarium del pino y en cultivos herbáceos analizamos cereales, leguminosas, proteaginosas y muchos cultivos de huerta (patata, lechuga, pimiento..). En este campo pienso que habría que mejorar la coordinación del laboratorio con los Servicios de Sanidad Vegetal, para que podamos comprar medios y reactivos. Es decir, deberían prevenirnos sobre lo que podemos encontrar para que podamos comprar lo que precisamos para hacer esos análisis. En general, pienso que es muy necesaria mejorar la coordinación dentro de la Administración. Además de lo que ya expuso en cuanto a las necesidades de personal y de mejorar la coordinación, ¿Que otros aspectos son necesarios para mejorar el trabajo del Lafiga? Tenemos muchas dificultades para detectar residuos de glifosato por falta de la tecnología adecuada, y en concreto de personal especializado. En total, en el Lafiga detectamos 254 pesticidas en todo tipo de materiales (suelos, aguas, alimentos, bebidas, forrajes...etc). Sin embargo queda mucho por hacer tanto a nivel de la Unión Europea cómo gallego. En cuanto a la UE, la Comisión aun no fijó límites máximos de residuos de pesticidas en muchos de los alimentos, de las bebidas y de los productos de alimentación animal, y queda mucho por hacer. Se analizan estos residuos en forrajes y en piensos pero no en productos alimentarios finales, como leche, frutas, verduras o carne, y eso no es comprensible, a no ser que la Comisión no se atreva por las presiones existentes.
“Precisamos más personal pues sólo están cubiertas 30 de las 41 plazas del Lafiga”En cuanto a Galicia, hasta hace poco realizábamos los análisis de residuos en alimentos para la Consellería de Sanidade. Los inspectores de esa consellería empezaron seleccionando 360 muestras de alimentos de los establecimientos comerciales de Galicia, y luego, la redujeron a 70, un muestreo que claramente no es representativo. Y hace un par de años la Consellería de Sanidad decidió montar su propia unidad de análisis de residuos de pesticidas dentro del Laboratorio de Salud Pública, dejando de enviarnos las muestras, a pesar de que contamos con experiencia probada y con un equipo que costó 250.000 euros. Esto no puede suceder con los fondos públicos.
Quesos, yogures y leche pasteurizada aportan lactobacilus, unas bacterias que mejoran la flora intestinal y facilitan la digestión de lácteosLa ausencia de lactasa no quiere decir que no se puedan consumir productos lácteos. Los quesos, yogures y la leche pasteurizada, entre otros productos, le aportan al organismo lactobacilus, que son bacterias que segregan lactasa y que, por tanto, con un consumo continuado, permiten que las personas puedan consumir leche y otros lácteos. A nivel mundial, la población de Europa, Rusia y Norteamérica presenta los mayores niveles de lactasa de forma natural. En países de Asia, como China, el porcentaje de población con lactasa es menor, pudiendo rondar el 10-20%, si bien el resto también puede consumir lácteos que tengan lactobacilus. El investigador Carlos Spuch precisa que ni la leche UHT ni la esterilizada cuentan con lactobacilus, por lo que en el caso de personas que detecten problemas para digerir la leche, recomienda el consumo de quesos, yogures y leche pasteurizada. "El cuerpo, con la incorporación de lactobacilus al organismo, se va adaptando progresivamente al consumo de lácteos. También ocurre lo contrario. Si dejamos de consumir lácteos, vamos a perder lactobacilus y es probable que, al volver a tomar leche más adelante, nos siente mal", explica el investigador.
La adición de quitosano, una sustancia que se obtiene de la cáscara de crustáceos, reduce la absorción de colesterol en el organismoOtra de las aportaciones de la investigación fue el desarrollo de un ovoproduto con hasta un 45% menos de colesterol, a partir de la adición de quitosano, una sustancia que se puede obtener de la cáscara de los crustáceos y que se caracteriza por ser un absorbente de las grasas. El quitosano le confiere al huevo además propiedades antioxidantes y antimicrobianas. La tesis de Xaquín Antón Vázquez, titulada 'El huevo: características nutricionales, efectos de su consumo a largo plazo y desarrollo mediante procedimientos tecnológicos de ovoprodutos funcionales', se realizó en el Laboratorio de Higiene, Inspección y Control de Alimentos de la USC. El director del Laboratorio, Alberto Cepeda, destaca el resultado del trabajo, la obtención de productos con un menor nivel de colesterol. “Entre otras cuestiones, la investigación desestructuró los componentes del huevo y los volvió a estructurar de una manera en la que el contenido de colesterol era menor”, subraya. Seguridad en la industria alimentaria Otra tesis desarrollada en el Laboratorio de Control de Alimentos de la USC fue la realizada por Bernardo J. Pérez, licenciado en Biología y también directivo de Clavo Food Factory, sobre 'Nuevos retos para la industria alimentaria: elaboración de alimentos nutricionalmente adecuados con mínima alteración organoléptica alergenicamente seguros'. El trabajo valoró cuestiones como el efecto que tiene el tipo de aceite que se emplea en la pre fritura y en la fritura final de alimentos precocinados.
Una segunda tesis desarrollada en el Laboratorio de Control de Alimentos exploró el efecto del aceite en la fritura de alimentos precocinadosLa investigación concluyó que es más importante la calidad del aceite doméstico que el empleado en la pre-fritura industrial a la hora de determinar la calidad nutricional del producto. La combinación de procesos pre fritura con aceite de oliva y la terminación doméstica en horno constituyen la mejor opción para obtener un alimento saludable, según esta tesis. También se valoró el empleo de ingredientes con multitud de agentes alergénicos en una planta alimentaria, concluyéndose que es posible elaborar en la misma planta líneas de alimentos sin alérgenos siempre que se empleen buenas prácticas en la industria elaboradora. Proyectos I+D Ambas tesis de investigación fueron desarrolladas a partir de proyectos de I+D (Investigación + Desarrollo) impulsados por la USC en colaboración con Clavo Food Factory, una industria alimentaria de carácter familiar que tiene su sede en Caldas de Reis (Pontevedra) y que cuenta también con una planta en Tordesillas. Clavo Food se dedica a la elaboración de productos congelados, platos preparados, refrigerados y cocina precocinada, tanto para el hogar como para la hostelería.
"El tabaco aumenta el riesgo de cáncer de pulmón un 1.000 %; la carne procesada aumenta el riesgo de cáncer de colon un 18%" (Esteve Fernández)“Dos factores de riesgo pueden estar en la misma categoría, por ejemplo el tabaco y la carne procesada, ambos en el grupo 1, “cancerígeno para los humanos”, con independencia de la magnitud del riesgo: el tabaco aumenta el riesgo de cáncer de pulmón un 1.000 % (fumando 10 cigarrillos al día, pongamos por caso) y la carne procesada aumenta un 18% el riesgo de cáncer colorrectal (en consumidores habituales de 50 gramos al día)”, compara Esteve Fernández. “Tabaco y carne procesada están además en el mismo grupo con independencia de con cuántos cánceres están relacionados: el tabaco causa 15 tipos de cáncer, la carne procesada sólo se asocia con el cáncer colorrectal”, valora Esteve. (Nota: la carne roja, clasificada en otro grupo como probablemente cancerígena, también se relaciona con el cáncer de próstata y de páncreas). “Tampoco la población expuesta es la misma: en España un 30% de los adultos fuma a diario, pero sólo un 10% come carne a diario; o la magnitud de la enfermedad causada: en todo el mundo el tabaco causa un millón de muertes al año, mientras que la carne procesada 34.000 “, señala el médico del Institut Català de Oncologia.
"No es lo mismo una, o de vez en cuando, que muchas y a diario" (Elisa Calle)“¿Acaso -añade la profesora- alguien puede llegar a pensar que fumarse un pitillo al año provoca indefectiblemente cáncer de pulmón, o que una copa de vino nos provoca cáncer de hígado? Porque no es lo mismo una, o de vez en cuando, que muchas y a diario”.
"Comer en ocasiones un buen trozo de carne en compañía de familia o amigos nos va a permitir disfrutar de la vida, que es disfrutar de la salud"“De hecho -añade la profesora de Medicina Preventiva-, la pirámide de la dieta mediterránea recomienda que la carne roja se consuma menos de dos veces por semana y las carnes procesadas, como mucho, una vez a la semana. Es decir, en nuestra dieta diaria no deben estar las carnes rojas y procesadas y sí los cereales integrales, las verduras, las frutas y el aceite de oliva virgen. Ahora bien, comer en ocasiones un buen trozo de carne en compañía de amigos o de la familia, o hacer una barbacoa, nos va a permitir disfrutar de la vida, que es una buena forma de disfrutar de la salud”.
El fiscal sostiene que los acusados añadieron agua durante meses para obtener mayores ingresos de la lecheSegún el relato del fiscal, los hechos que se le imputan sucedieron, concretamente, entre los años 2010 y 2011, mientras I.P.C trabajaba como transportista autónomo para la citada industria láctea y se ocupaba de realizar dos rutas de recogida de leche diferentes en días alternos, una de ellas por el municipio de Abadín y la otra por los ayuntamientos de Vilalba y Cospeito. El ministerio público precisó que, en el transcurso de esas rutas, el transportista recogía la leche producida por las explotaciones agropecuarias de su hermano, M.P.C, y de su suegra, L.M.C, ambos acusados. De hecho, en su escrito de acusación, el ministerio fiscal sostiene que los tres acusados, “puestos de previo y común acuerdo y obrando con ánimo de ilícito enriquecimiento, añadieron agua a la leche recogida y transportada”, para “aumentar su volumen y, en consecuencia, la remuneración obtenida por su venta”. El fiscal sostiene que esa maniobra de los acusados “se mantuvo en el tiempo durante varios meses”, hasta que “la empresa sospechó” de que “no se trataba de un hecho accidental o aislado y se verificó el fraude mediante las pruebas y analíticas oportunas”. Sin embargo, el transportista insistió en la vista oral en que nadie de la empresa le dijo “nunca” que hubiese problemas con la leche transportada, ni tampoco que hubiese un supuesto desfase entre los litros que figuraban en las hojas de ruta y el contenido real de las cisternas cuando entraban en fábrica. De hecho, dijo que tuvo constancia de esa acusación cuando ya había dejado la empresa, a pesar de que el camión que él guiaba entraba todos los días en fábrica y era pesado dos veces, una al entrar y otra al salir -con la cisterna vacía-, para comprobar con exactitud el volumen de leche transportada. Los tres imputados han sido acusados de un delito continuado de estafa y el fiscal pide para cada uno de ellos una pena de cuatro años de prisión, mientras que la acusación particular eleva esa petición a 6 años de cárcel y el pago de una multa. Ambas acusaciones exigen también el pago, en concepto de responsabilidad civil, de las pérdidas ocasionadas a la empresa, cifradas en 180.000 euros.
En porcino y viticultura, el sobrecoste llega al 5-10%, en tanto en vacuno se limita al 2-3%Porcino y avicultura Ahora bien, analizando sólo las cifras de los costes de producción derivados del cumplimiento de las normativas comunitarias, los datos son significativos. Los sectores peor parados son el porcino y la avicultura, con sobrecostes de hasta un 5-10% por cuestiones de bienestar animal, gestión de purines y seguridad alimentaria. El informe reconoce que hubo explotaciones pequeñas que tuvieron que cerrar en los últimos años por no dar cumplido con la normativa, si bien apunta que la producción global de carne no se redujo en la UE. Vacuno de leche y carne En vacuno de leche, los sobrecostes se limitan al 2-3%, según el estudio de la Comisión Europea, ya que el sector lácteo produce más en base a tierra y normalmente ya venía disponiendo de instalaciones suficientemente dimensionadas; si bien también hay diferencias por países. En tanto en Irlanda, con gran base de pastizales, los sobrecostes medioambientales de gestión de los purines son casi nulos e incluso llevaron a una reducción de la aplicación de fertilizantes minerales, en los Países Bajos la directiva de nitratos genera un sobrecoste de un 1,6% por la falta de base territorial.
En Estados Unidos se permite en la producción de carne el uso de fármacos promotores del crecimiento. En Europa noEn la producción de vacuno de carne, un sobrecoste señalado en el estudio radica en la prohibición en Europa de fármacos permitidos en Estados Unidos para promover el crecimiento de las reses, los llamados beta agonistas, una situación que también se repite en el porcino con la ractopamina. Cuando la carne de la UE compite con la de los Estados Unidos en terceros mercados o cuando la de Estados Unidos accede a mercados comunitarios, la producción europea compite en desventaja. Viticultura En agricultura, el estudio examina los casos de la viticultura y de la producción de trigo y de manzanas y concluye que en Europa se produce un sobrecoste de entre el 1 y el 3,5 % por el cumplimiento de las normativas comunitarias, principalmente las relativas a la seguridad alimentaria y al uso sostenible de fitosanitarios. En terceros países productores de fruta hay menores requisitos medioambientales, si bien el estudio señala que las exigencias de las cadenas de distribución europeas que compran esas producciones encarecen también los costes a niveles similares a los de la UE.
"Si desapareciese toda la legislación europea, no mejoraría mucho la competitividad de ganaderos y agricultores"Conclusiones Así las cosas, la gran diferencia de gastos de producción entre la UE y terceros países, más que por el cumplimiento de la normativa comunitaria, se debe a los menores costes laborales de terceros países y, en ocasiones, a una mayor productividad o a menores gastos de alimentación. El informe señala diferencias de costes globales entre la UE y terceros países de hasta el 50%, una cifra que apenas bajaría si se reduciesen los gastos por el cumplimiento de las normativas comunitarias, que representan en Europa un sobrecoste de entre el 1 y el 10%: "Si desapareciese toda la legislación europea relativa a la seguridad alimentaria, protección del medioambiente y bienestar animal, no mejoraría mucho la competitividad de los ganaderos y agricultores europeos".