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Ganadería Cruceiro Pazo: Un ejemplo de transición de sala a robot de ordeño

Esta ganadería de Arzúa supo adaptar rápidamente su rebaño al ordeño robotizado, a pesar de las limitaciones de las instalaciones. En la actualidad ordeñan la mitad de sus 110 vacas en producción con un Lely Astronaut A5 y prevén incorporar otro para finales de año. Nos cuentan cómo está siendo su proceso de transición

Ganadería Cruceiro Pazo: Un ejemplo de transición de sala a robot de ordeño

Manuel Varela, uno de los socios de SAT Gandería Cruceiro Pazo

Mejorar la calidad de vida tanto de los ganaderos como de los empleados, así como la organización del trabajo. Ese fue el motivo el motivo que llevó a la Ganadería Cruceiro Pazo de Arzúa a instalar un robot de ordeño, un Lely Astronaut A5, y a estar trabajando para incorporar otro para finales de este año. Y todo en un tiempo récord: En febrero de este año decidieron comprarlo, el 23 de junio ya lo habían instalado y un mes después ya funcionaban con normalidad.

En la actualidad ordeñan 54 vacas en robot y otras 56 en sala, una Gascoigne de 16 puntos. “Es una sala de ordeño trasero que compramos de segunda mano en Francia y que instalamos en el 2014. Estamos muy contentos con ella y de hecho antes de comprar el robot pensamos en informatizarla y poner collares para reducir la duración del ordeño, alrededor de 1 hora y 45 minutos en cada ordeño, uno a las siete de la mañana y otro a las siete de la tarde, pero casi nos costaba tanto como un robot, por lo que que al final nos decantamos por este», explica Manuel Varela, tercera generación al frente de esta ganadería de vacuno de leche, que cuenta con 110 vacas en producción y 190 animales en total. Además de Manuel, la SAT familiar está formada por su madre Ángeles, y por su hermana, Ángela.

«No instalamos el robot por reducir mano de obra, pues estamos muy contentos con nuestros dos empleados, sino por tener más organización del trabajo, y mejorar calidad de vida, para todos, también para los asalariados. Porque si ordeñas a las 7 de la mañana y a las 7 de la tarde, tienes mucho tiempo de por medio y hay que levantarse muy temprano, y eso tampoco ayuda para atraer mano de obra», reconoce.

El empujón definitivo para pasar de sala a ordeño robotizado fue un ganadero vecino con el que mantienen muy buena relación. “Ya nos rondaba la idea por la cabeza pero el paso lo dimos a raíz de que un ganadero vecino, con el que hacemos muchos trabajos en común y tenemos relación de amistad, instaló dos Lely Astronaut A 5 en diciembre y vimos que cambió para mejor su forma de trabajar y la calidad de vida. Fuimos con él y con técnicos de Lely visitar otras granjas y el 23 de junio ya empezamos a ordeñar en robot”, destaca Manuel.

Previamente realizaron en el rebaño una selección de las vacas con más facilidad de ordeño; luego ese lote estuvo una semana con pienso en robot para que se habitúara al aparato y un mes después ya estaban ordeñando con normalidad. ¿Y como lo notaron en la producción? “Subimos gracias al tercero ordeño: Hoy media estamos en 3,2 ordeños y 43 litros de producción frente a los 34 en los que estamos en sala”, explica.

La valoración del resultado en Ganadería Cruceiro Pazo es tan positiva que para finales de año ya tienen previsto instalar una segunda unidad del Lely Astronaut A5 para ordeñar todo el rebaño con robot

 

Yolanda Trillo: “Esta granja es un ejemplo de transición a robot de ordeño”

Yolanda Trillo Dono, Farm Management Support (FMS) de Lely, explica que “en Ganadería Crucero Pazo no se notaron los cambios en leche en ningún momento de la transición de la sala al robot”.

“La alimentación se mantuvo consistente y el cambio fue progresivo y paulatino al nuevo sistema de ración parcial mezclada en acuerdo con el nutricionista de la explotación. Se empezó con 47 vacas en robot y se fueron incrementando animales a medida que el manejo lo permitía, hasta hoy que se mantiene en 54”, destaca.

Así en la gráfica 1 se observa el salto de 91 a 139 Días en Leche (DEL) (ver gráfica), lo que supuso arrancar el primer día con 1900 kg hasta llegar a los 2400 kg de leche total producidos al día por este lote de 54 animales. Descendieron las calidades de la leche ligeramente hasta mantenerse en 3,7% de grasa y 3,3% de proteína en la actualidad. Las células somáticas se mantuvieron e incluso descendieron ligeramente. El consumo de pienso en robot es de 370 kilogramos diarios, con un promedio de 6,7 kilos de concentrado en robot por vaca y día.

Gráfica 1. De izquierda la derecha se presentan los datos diarios desde el inicio del arranque hasta la actualidad (dos meses). En barras se refleja la evolución del promedio de los días en leche del rebaño y una línea la evolución de la incorporación de animales al robot.

lely ganderia cruceiro arzua 1

Gráfica 2. De izquierda la derecha se presentan los datos diarios desde el inicio del arranque hasta la actualidad (dos meses). En barras se refleja la evolución del promedio de leche del rebaño y la línea representa la evolución de los ordeños medios realizados.

lely ganderia cruceiro arzua 2

Ración de las vacas y producción

En Ganadería Cruceiro Pazo le venden la leche a Nestlé y en el conjunto del rebaño logran unas calidades de alrededor del 3,8% de grasa y 3,3 de proteína, con un recuento de células por debajo de las 200.000.

La ración para las vacas de robot está compuesta por 6 kilos de bagazo que le compran a Estrella Galicia, 22 de silo de maíz, 10 de silo de hierba y 1,5 kilos de paja, además de los 6,7 kilos de pienso que reciben en el robot. Para las vacas que ordeñan en sala la ración es de 28 kilos de silo de maíz, 9, 1 de silo de hierba, 5 de bagazo y 11 kilos de concentrado .

“El carro nos lo hace la cooperativa Perpetuo Socorro de Arzúa, a la que también le compramos el pienso y le contratamos el servicio de maquinaria”, añade Manuel.

ganderia cruceiro arzua pesebre vacas

La base territorial, su principal limitación para crecer

Las instalaciones y la base territorial son las limitaciones de Ganadería Cruceiro Pazo para seguir creciendo. “Trabajamos cerca de 60 hectáreas, la mitad en propiedad y la otra mitad en alquiler a granjas que fueron cerrando alrededor, pero poco podemos crecer porque tierra no hay más disponible: la que hay es monte o fue forestada y es muy difícil revertir el uso”, reconoce.

En cuanto al manejo de la tierra, cultivan a maíz unas 43 hectáreas en las mejores fincas, de forma que logran unos rendimientos medios de 45 toneladas de materia húmeda por hectárea y con unos ciclos entre 350 y 400. De esa superficie en 35 hectáreas rotan con pradera de invierno, en las que siembran una mezcla de raigrás italiano y raigrás híbrido y algo más de 10 hectáreas las mantienen la pradera permanente.

ganderia cruceiro arzua becerras

Buenos resultados con el Azul Belga en los cruces cárnicos

En cuanto a la genética, en Ganadería Cruceiro Pazo buscan ante todo en los acoplamientos lograr una vaca funcional, con una buena estructura para producir leche. “En las novillas inseminamos todas con sexado, y en las de primero y segundo parto hacemos una selección e inseminamos con frisón, sexado o con azul belga según el tipo y su producción lechera”, explica Manuel.

La elección de esta raza para los cruces cárnicos -que representan alrededor del 70% de las inseminaciones en vacas en producción en esta ganadería- se debe, según este ganadero, a que “retrasa un poco menos los partos que otras razas y prácticamente no tenemos incidencias”. “Los becerros nos los pagan bastante mejor que los frisones, pero no recuperamos aún los precios que había antes de la pandemia”, puntualiza.

De caseros a una de las principales granjas de Arzúa

La historia de ganadería Cruceiro Pazo es en gran medida una historia de superación. Los abuelos maternos de Manuel eran caseros y con mucho esfuerzo fueron comprando poco a poco las tierras en las que se asienta la ganadería.

“Éramos caseros y no teníamos base territorial, por lo que fuimos comprando las fincas que teníamos arrendadas, entonces unos 120 ferrados, y creciendo poco a poco”, destaca.

De este modo, son varias las fechas que marcan la historia de esta ganadería: En 1998 la madre de Manuel, Ángeles, toma el relevo de su abuela, Carmen, en la pequeña ganadería familiar de 20 vacas de leche. En el 2002 construyen a primera nave para vacas estabuladas y pasan a 40 animales en producción. En el 2006, con 24 años Manuel decide incorporarse a la ganadería familiar: “Estudié un ciclo de electricidad pero siempre me tiró más la ganadería y trabajar en casa”, reconoce. En los siguientes años fueron ampliando de 20 en 20 plazas hasta llegar a los 120 cubículos para vacas en producción con los que cuentan hoy en día. Y en el 2014 compraron la sala de ordeño, en la que invirtieron case 150.000 euros. “Y todo en base a ahorro propio, pues sólo tuvimos una ayuda de un plan de mejora para construir los nuevos silos”, subraya.

En el 2018 se incorpora también la hermana de Manuel, Ángela, y ponen en marcha como negocio complementario a la ganadería de vacuno de leche una granja de pollos camperos en la que invirtieron alrededor de 500.000 euros. “Hicimos un plan de mejora y vimos que dado que nuestra ganadería está limitada para crecer más porque no tenemos base territorial disponible, decidimos diversificar con la avicultura, que era más compatible con lo que teníamos”, explica. “Lo peor de todo -reconoce- fue sin duda la burocracia para crear un negocio en el rural: tardamos 3 años en llevar a cabo el proyecto debido a todos los trámites y papeles que nos pedían”.

Cambios para el futuro

De cara a los próximos años Manuel no prevé incrementar el número de animales pues están limitados por tres factores clave: La propia nave, que se le quedaría pequeña y obsoleta y les exigiría construir un establo nuevo en otra ubicación; la falta de base territorial disponible en la zona y los propios robots de ordeño, con una capacidad de alrededor de 60 animales por aparato.

Lo que sí prevén yesconstruir una nueva fosa de purín pues la actual se les quedó pequeña y cubrirla, además de incorporar un robot de limpieza de Lely.

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