Ganadería Gallardo SC es un ejemplo de explotación láctea con relevo generacional y nuevas instalaciones que está sentando las bases para producir leche cumpliendo con las exigencias medioambientales que desde Bruselas se están imponiendo para el sector.
Francisco Gallardo y su hijo Adrián están al frente de esta ganadería familiar situada en el lugar de Outeiro, en Mazaricos. Adrián estudió en Fonteboa y se incorporó hace 4 años a la granja familiar.
Fue el momento en el que decidieron construir un nuevo establo que les permitiera trabajar más cómodos y tener la posibilidad de seguir aumentando al número de cabezas sin las limitaciones de espacio, almacenamiento de purín y proximidad a las viviendas que tenían hasta entonces.
En la nave vieja no había más que trozos de galpones y mucho trabajo; era hacer algo nuevo o abandonar
“En la nave vieja, que estaba pegada a la casa, estábamos muy apretados. No había más que trozos de galpones por todos los lados y mucho trabajo. Así que en ese momento o hacíamos una nave nueva o había que abandonar la actividad”, reconoce Francisco.
Se separaron del núcleo de viviendas del pueblo y construyeron una instalación nueva con capacidad para unas 110 cabezas y ya pensada para doblar el número de animales. Incluso la sala de ordeño ha quedado dimensionada para eso, por lo que únicamente tendrían que incorporar más puntos de ordeño sin necesidad de cambiar el sistema interno. “Es una sala de 16 puntos en este momento, pero ampliable a 24”, indican.
En previsión, crecer
Adrián tiene un hermano más pequeño, Samuel, que en este momento tiene 12 años. “Si él quiere seguir también con la granja habría que aumentar al número de cabezas para que pudieran vivir los dos de la explotación”, razona Francisco. “Podemos doblar la nave actual tanto para la parte de atrás como para el lado, por lo que podríamos llegar a 300 y pico vacas en producción”, explica.
La intención a corto plazo no es ordeñar tantos animales, pero sí traer para la nueva nave toda la recría que tienen en el establo viejo, para tener de este modo todo más a mano y más cómodo a la hora de trabajar. “La nueva nave ya ha sido construida pensando en la comodidad para el día de mañana, teniendo en cuenta la falta de mano de obra”, destaca Adrián. Reunir todo el ganado en la misma instalación también les va a permitir tener más controlados a los animales.
Sigo trabajando de camionero varios días a la semana; contamos con apoyo familiar y el refuerzo de una persona contratada para poder hacerlo
En este momento atienden la explotación Francisco y Adrián, con ayuda de otros miembros de la familia y el refuerzo puntual de una persona contratada los días en los que Francisco mantiene su otro trabajo, de camionero, al que dedica dos o tres días a la semana. “Los domingos cubro las libranzas en un camión de recogida de leche, los lunes llevo vacas para los mataderos de Bandeira y Ribadavia y algunos miércoles voy con terneros al mercado de Amio”, relata.
Producción estable con buenas calidades
Ganadería Gallardo SC se mueve en estos momentos en unos 32 litros por vaca al día de media, con un 4% de grasa y un 3,50% de proteína. La calidad higiénica se sitúa en menos de 10.000 gérmenes y 133.000 células somáticas. Ponen mucho énfasis en la limpieza de la sala de ordeño y las camas del ganado son de carbonato mezclado con serrín (70% de serrín y 30% de carbonato).
Entregan la leche que producen a Leyma desde hace 6 años, después de una mala experiencia previa con Lácteos Pérez Oliveira. “Antes vendíamos la leche a la quesería de A Pereira, pero cuando fue a la quiebra nos dejó con 4 meses sin cobrar, había sido un palo de unos 50.000€ en aquel momento”, lamenta Francisco.
60 ha de superficie
A pesar de haber aumentado al número de cabezas en los últimos años siguen manteniendo la suficiencia alimentaria de la explotación, gracias a ir incrementando también fincas en paralelo.
Ganadería Gallardo se encuentra en una zona en la que hay más explotaciones lecheras, lo que hace que el terreno esté muy buscado. Los precios rondan los 10-12 €/ferrado (en esta zona son de 424 m2), aunque existe variabilidad en función de las características de la parcela y su situación en un abanico que se mueve entre los 8 y los 15€.
La finca que tenemos más lejos está a un cuarto de hora
Disponen de 60 hectáreas de superficie agraria, de las que siembran a maíz 36. “Este año echamos también 3 hectáreas de veza para cumplir con la PAC”, explica Adrián. “Hacemos el ensilado a finales de abril para sembrar el maíz, si se puede, a principios de mayo”, explica.
Habitualmente hacen un solo corte de hierba para ensilar, excepto en las fincas en las que la hierba va muy adelantada. “En esos casos hacemos un primer corte por el San José para tener otro igual a finales de abril. Sino la hierba se hace muy vieja y coges fibra pero ese silo no vale para dar leche”, razona.
Normalmente procuramos ir a un corte solo de hierba a finales de abril para sembrar el maíz a principios de mayo
Hacen hincapié en la calidad de los ensilados, tanto de hierba como de maíz, que comparten protagonismo en su ración. La cosecha de maíz de este último año fue muy buena en esta zona, de unos 10.000 kg más por hectárea, hasta llegar a una media de unos 63.000 kg/ha. “Nosotros echamos 6 hectáreas menos de maíz que en la anterior campaña y recollimos mucha más cantidad”, explica Francisco.
Aunque llenaron los silos, no tienen previsto reducir la superficie labrada en la próxima siembra. “Nunca puedes bajar la guardia, porque no sabes cómo te va a venir el año”, advierte. Y pone el ejemplo de A Mariña de Lugo, que mantiene habitualmente buenas medias de producción de maíz y sin embargo el último año, debido a la sequía, la cosecha fue muy escasa. “Las ganaderías de allá venían a comprar maíz aquí y también se vendieron en esta zona muchos fardos de hierba para Cataluña, donde también hubo mucha sequía”, cuenta Francisco.
Parte de los trabajos agrarios los hacen ellos mismos y otra parte los contratan. “Hemos ido invirtiendo algo en los últimos años en maquinaria y ahora podemos hacer nosotros más cosas”, aclara.
Compraron, por ejemplo, una cisterna nueva para sacar el purín. Es una cisterna convencional, pero esperan que no les afecte la nueva normativa de purines que establece restricciones a los sistemas de plato. “Nosotros tenemos casi todas las fincas en pendiente y de menos de 2 hectáreas”, dicen.
Mejora de la calidad del purín y uso de energías renovables
Francisco y Adrián son conscientes de que para poder seguir produciendo leche en los próximos años, además de contar con instalaciones idóneas que favorezcan el bienestar animal, las explotaciones van a tener que cumplir con una serie y exigencias medioambientales. Y en ese aspecto están convencidos de que “las ganaderías familiares gallegas podemos ser un ejemplo de economía circular”.
En su caso, están apostando tanto por las energías renovables como por la optimización en la utilización del purín producido en la propia ganadería, buscando reducir las emisiones y la necesidad de insumos químicos.
Para mejorar la calidad fertilizante del purín y reducir su olor Ganadería Gallardo SC emplea la solución a base de bacterias que comercializa la empresa gallega Bioprana. “Nosotros echamos en el pozo los restos de la comida y también el maíz podrido y las bacterias se lo comen todo, queda todo líquido y de esa manera podemos echarlo con la cisterna, no tenemos que andar echando estiércol, y el purín tiene más materia orgánica también”, destaca Francisco.
Lo que gastas en estos productos para mejorar el purín lo ahorras después en fertilizante químico, porque tienes que usar muchos menos abonos
A mayores, a la hora de echar el purín en las tierras y praderas le añaden, a través de un sistema de dosificación en la propia cisterna, moléculas fijadoras del nitrógeno de la marca Vizurra, que evitan el efecto lavado y la pérdida de nutrientes. “Te aguantan más las praderas, se mantienen más verdes y cuando hiela no le ataca igual que a las otras. Antes echabas el purín y si te llovía perdías todo lo que habías echado. Lo que gastas en estos productos lo ahorras después en abono, porque tienes que echar mucho menos”, insiste. “Nosotros solo usamos un poco ahora para la hierba y después para el maíz, porque el maíz tiene que comer sino no hay producción”, asegura.
Veo lógico que se controlen más los momentos en los que se echa el purín
“Europa va a exigir ahora este tipo de productos mejorantes para el purín, igual que quería hacer con los inyectores, pero yo pienso que usando este tipo de aditivos no serían necesarios los inyectores, porque las emisiones se reducen mucho. Yo veo bien que se controlen más los momentos en los que se echa el purín, eso sí. Por ejemplo, sería ideal tres veces al año: en las praderas para ensilar, en el momento de sembrar el maíz y cuando levantas el maíz y siembras la hierba”, dice.
Pero eso implica “tener fosa con capacidad suficiente, algo que permite después ahorrar mucho dinero, porque de otro modo lo estás tirando continuamente y cuando te hace falta no lo tienes”, reconoce.
El pozo de purín de Ganadería Gallardo SC, con capacidad para casi 2 millones de litros de almacenamiento de purín, les permite guardar el abono orgánico generado por el ganado para los momentos en los que es más necesario, reduciendo de este modo las necesidades de fertilizantes químicos de la explotación. “Tenemos capacidad de almacenamiento para 6 meses”, destaca Francisco.
La cisterna ha cumplido ahora un año desde que la compramos; no tiene inyectores pero esperamos no tener que cambiarla y que nos sirva para seguir echando el purín con ella
Hace un año compraron una cisterna de 14.000 litros con la intención de echar ellos mismos el purín. Es una cisterna convencional, sin inyectores, pero esperan poder seguir usándola a pesar de la entrada en vigor del Real Decreto de Nutrición Sostenible de Suelos Agrarios, por un lado dado que la mayoría de las sus fincas son de pequeño tamaño y tienen más de un 10% de pendiente y, por otro lado, porque cuenta con un sistema de plato invertido, que la Xunta tiene previsto autorizar como método de aplicación en Galicia.
Autoproducción de energía
Otra de las apuestas de esta ganadería familiar en los últimos años fue la instalación de paneles solares y baterías acumuladoras para autoabastecerse de energía eléctrica sin necesidad de estar conectados a la red, una decisión que también les permite un ahorro económico.
Quieren que echemos al ganado fuera por bienestar animal pero ese bienestar animal se acaba cuando viene el lobo
Francisco y Adrián ven compatible la actividad agroganadera con el cuidado del medio ambiente y la biodiversidad pero consideran necesario un control de la fauna salvaje. Al lado de la granja disponen de un robledal al lado del río de casi dos hectáreas por lo que, dice Francisco, “si no fuese por el lobo, en verano podríamos tener las vacas secas y las novillas fuera porque tienen sombra y agua disponible”.
“Desde Europa quieren que echemos el ganado fuera y cuando vienen los de bienestar animal a hacer las auditorías nos dicen que eso puntúa muchísimo, pero el bienestar animal lo hay mientras no viene el lobo”, razona.
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