“La agricultura y la ganadería son pura poesía”

Visitamos la explotación de oveja gallega de Nieves Fernández Vidueira en Viana do Bolo. Ganadera, poeta, agricultora, talladora de madera....su vida es seguida a diario por cientos de personas a través del Facebook, demostrando que el centro del mundo puede estar en la aldea más apartada.

“La agricultura y la ganadería son pura poesía”

Nieves Fernández Vidueira escribiendo mientras pastan sus ovejas

Un cayado para guiar las ovejas, una navaja para hacer tallas con la madera de los castaños, unos perros para dar ayuda y compañía…..y un teléfono móvil para contar a través de imágenes y poesías la vida de una pastora en Quintela do Pando, una aldea del ayuntamiento ourensano de Viana do Bolo. Estos son los aperos con los que cada mañana Nieves Fernández Vidueira sale al monte con sus 430 ovejas para hacer un trabajo que le apasiona y que cientos de personas de todo mundo siguen a través de su perfil en Facebook.

“La vida del ganadero o del agricultor es pura poesía”, subraya una mujer para quien los comienzos no fueron fáciles. “Yo y mi marido, Francisco, empezamos con esta explotación ganadera prácticamente desde cero”, asegura. Con 16 años Nieves marchó desde su aldea a Madrid para trabajar en el servicio doméstico. Una vez casada, el matrimonio vuelve a Quintela de Pando “porque la tierra llamaba por nosotros y quería tener aquí a mis hijos”.

Empezaron a comienzos de los años 80 con 18 ovejas de su abuela y partir de ahí fueron recriando, siempre apostando por la raza Oveja Gallega, hasta lograr actualmente un rebaño de 430 cabezas, de las que 322 son de pura raza autóctona.

“Los cambios que vivimos en estas décadas fueron muy grandes: pasamos de un sistema tradicional de ´beceira´donde se juntaban todas las ovejas de la aldea y se iba al monte por turnos entre los vecinos a, debido al envejecimiento y al abandono de la ganadería, pastar nuestro rebaño prácticamente todos los prados de la aldea”, asegura Nieves.

En el año 1997 decidieron dedicarse íntegramente a la ganadería de ovino, para lo cual se profesionalizaron y fueron adquiriendo maquinaria e instalaciones que mejoraron el bienestar animal y facilitaron notablemente el manejo. Nieves destaca especialmente la construcción de dos modernas naves para el ganado, un depósito de 220.000 litros que les asegura el suministro de agua durante la sequía estival, o la compra de un carro esparcidor de abono y de una cosechadora de segunda mano para el centeno.

A día de hoy Nieves y Kiko tienen un rebaño de 430 ovejas y manejan unas 60 hectáreas, entre propias y alquiladas, de las que en 16 siembran centeno, un cereal adaptado a este clima de montaña, y con el que ceban los corderos, su principal fuente de ingresos, además de proporcionarles paja para la cama del ganado.

Sistema de manejo del ganado

En cuanto al sistema de manejo, este es totalmente tradicional y la explotación está dada de alta en el CRAEGA. “Las ovejas -explica Nieves- salen al pasto todos los días, a no ser que nieve. En invierno, pastan la afelpa -el centeno que brota- durante dos o tres meses, hasta diciembre, cuando vendemos los corderos de Navidad. Les damos hierba seca cuando hay escasez de pasto y los corderos los alimentamos con leche de las madres y centeno que cultivamos nosotros mismos”.

En esta ganadería los corderos están con las madres durante el primer mes, pastando en los mejores pastos y más cercanos. A partir de entonces pasan al establo, donde se alimentan de hierba seca, centeno, y, por la noche, de la leche de las madres.

“Vendemos los corderos con entre mes y medio y dos meses y vienen pesando en canal entre 9 y 10 kilos, ya que a partir de ese peso les cuesta coger kilos”, explica Nieves. La venta es a través del matadero de Viana “y no tenemos plus, de momento, ni por ser de oveja gallega ni por ser criado en ecológico”. Al igual que la gran mayoría de los ganaderos y agricultores, Nieves critica los bajos precios que percibe el productor: “Vendemos al mismo precio que hace diez años, cuando el coste del gasóleo o de las cotizaciones sociales y tratamientos casi se triplicó”.

Una vía para diferenciar y darle valor a la carne de sus corderos es la apuesta por la marca de calidad Cordeiro de Ovella Galega. De hechoe, la ganadería de Nieves fue la primera de Galicia en utilizar este logo impulsado por ASOVEGA (Asociación de Criadores de Raza Ovella Galega): 22 corderos que fueron vendidos con este sello a comienzos de este mes.

Otra fuente de ingresos complementaria de esta ganadería es la venta de corderas de pura cepa Oveja Gallega. Y es que el rebaño de Nieves Fernández Vidueira fue uno de los pocos en los que se mantuvo la raza ovina autóctona.

“La raza Oveja Gallega está mucho mejor adaptada al medio”

La apuesta por la raza Oveja Gallega, que llegó a estar en peligro de extinción, es otro de los signos de identidad de esta ganadería. De hecho, fue una de las que participó en el programa de recuperación de la raza puesto en marcha por la Xunta de Galicia en el año 2000. “Eran las ovejas de mi abuela y por eso las conservamos, y durante estos años fuimos haciendo un trabajo de selección y de recría para depurar la raza”, asegura Nieves.

A pesar de rendir menos kilos en canal, reconoce ser “una forofa de esta raza, porque está mucho mejor adaptada a la zona”. Así, destaca que “apenas tiene problemas de cojeras, ni de pedero, y al tener menos ubre se mueve mejor entre las gestas y los tojos para pastar”. Además, destaca que “es una raza muy prolífica, con muy pocos problema de reproducción, y saca adelante muy bien los corderos”. “Si la madre está sana y bien alimentada en mes y medio el cordero ya puede salir al mercado”, subraya.

El año pasado tuvieron un total 1,6 corderos por oveja, y este año prevé llegar a 1,8, intentando concentrar los partos en aquellas épocas de más demanda de carne de cordero, como las fiestas de verano o Navidad.

En cuanto a la calidad de la carne de esta raza, asegura que “la prueba más elocuente es que es un cordero que toda la gente que lo prueba repite”.

 “Creo que en el rural es donde mejor se vive”

¿Que te aporta la poesía?
La poesía parte de la tradición popular de brindis o “regueifas” que había en la aldea y que se cantaba en las celebraciones sociales y en los trabajos comunales. Era algo que se me daba muy bien desde pequeña y que siempre me gustó. Después de hacer un curso de Internet en Viana, mi hijo me regaló un móvil con Internet y fue cuando empecé a publicar fotos cuando estoy en el monte con las ovejas y una poesía explicando la imagen.

Es una satisfacción para mí ver que hay gente a la que mis poesías le levantan el ánimo. Un día una mujer que me seguía por el Facebook y que estaba de visita en Viana me paró en la calle y lloró de emoción al verme.

Le fabricabas los juguetes y les escribías los cuentos a tus hijos….
Sí. No podíamos permitirnos comprarlos, pero yo quería que mis niños también los tuviesen, por lo que se los construía tallando madera en el monte con la navaja. Y lo mismo con los cuentos, que también se los escribía yo.

¿Falta aún igualdad entre hombre y mujer en el rural?
De momento no hay igualdad como es debido. Las chicas siguen prefiriendo emigrar a quedar en el campo y esto es algo que tenemos que solucionar.

Sin embargo, yo desde pequeña fui rebelde. Ya casada, iba a la cava y a la poda de las viñas a jornal con mi marido, aunque por entonces estaba mal visto que las mujeres hiciésemos estos trabajos, lo mismo que injertar o podar los castaños. Pero era algo que me había aprendido mi abuelo y que a mí me gustaba.

¿Que te aporta vivir en el rural?
Creo que en el rural es donde mejor se vive. Hace días difíciles de mojaduras, pero la naturaleza lo compensa. ¿Sabes lo que es arar una finca y sentir el olor de la tierra? ¿O podar un castaño y oler la savia? !No hay perfume que se le parezca! ¿O cuando injertas un castaño y después de unos días ves que prendió y fuiste tu quien le dio vida? ¿Y el aroma de las candelas de los castaños? !!Eso es pura vida, pura poesía!!

¿Que les aconsejarías a los jóvenes que se quieren incorporar a la agricultura o a la ganadería?
Si no les gusta el campo y la ganadería es mejor dejarlo. Simplemente tienen que querer y que les guste. A partir de ahí ya irán aprendiendo. Y a parte de la formación reglada, pienso que sería muy interesante realizar estancias en ganaderías. Por lo demás, creo que antes de iniciar cualquier proyecto, hay que tener garantizada la comercialización, la venta.

“La clave para ser una buena ganadera: querer y que te guste”

Por lo demás, si tratamos bien la tierra, nos va a devolver más de lo que le damos. Y, sin duda, querer es poder. Esta explotación está a unos 900 metros de altitud y me empeñé en cultivar frutales porque en la infancia no teníamos posibles para comprarla. Y a pesar de que me decían que no era posible a esta altura, conseguí en esta parcela que era improductiva cultivar 150 especies entre árboles frutales y flores; tenemos kiwis, conseguimos el primer limonero, tomates, pimientos…etc.

¿Vivir en el rural es, sobre todo, vivir en comunidad?
Desde luego. Todas las tradiciones comunales que había en Quintela do Pando las seguimos conservando. Así, seguimos juntándonos todos para cantar los Reyes. Y en el mes de agosto la gente de la aldea que vive fuera nos hace una fiesta para los que vivimos todo el año aquí, y yo pongo los corderos como forma de agradecerles todo lo que los vecinos me dan a mí, empezando por las fincas que pasto.

Soy también una apasionada del Entroido, del Fulión y del Boteiro. Se llegó a perder en Quintela do Pando porque marchó toda la gente joven, y cuando volví de Madrid decidí empezar a recuperarlo. Así, con una careta vieja que había encontrado tallé la primera máscara de Entroido para mi hijo, y a día de hoy tengo más de 700 tallas de madera. En cuanto a la inspiración, cuando vamos a podar un castaño ya veo la figura en la madera, ya la naturaleza me dice que figura voy a sacar de allí….

¿Que le pedirías a la Administración?
Pediría primero que volviesen los servicios de Extensión Agraria, porque te daban asesoramiento y facilitaban mucho todos los trámites burocráticos y de ayudas. Tampoco se entiende que por las ayudas y subvenciones tengamos que pagar un 21% de IVA.

Es decir, pediría a la administración que en vez de penalizar, incentive a los ganaderos. En esta comarca de Viana, por ejemplo, dando ayudas para gestionar mejor el monte y para desbroces para crear pastos.

En cuanto al pago de las indemnizaciones por los daños ocasionados por la fauna salvaje, le pediría a la Consellería que sea más flexible en el momento de justificar los daños. Así, en este momento si el lobo le come la cabeza a una oveja o no la localizas, al no haber el Crotal identificativo del animal, la Xunta ya no te paga la indemnización.

 “En la nueva PAC hay una penalización a los ganaderos de montaña”

Por último, en las ayudas de la nueva PAC no se entiende la penalización que estamos padeciendo los ganaderos de montaña. Este año no me aprobaron el CES, al superar la carga ganadera, ya que me descartaron muchos pastos arbustivos y todas las parcelas de menos de 3.000 metros. Tampoco me tuvieron en cuenta como pasto las raberas, que tradicionalmente son el pasto del ganado después de la cosecha del centeno. Con la nueva PAC sufrí una reducción de un 8% con respeto al año pasado.

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