La banda marrón del pino entra en Galicia por la zona oriental de Lugo

Propietarios de la comarca de A Fonsagrada constatan una importante afección del hongo en las masas de pino radiata ubicadas en zonas altas. La enfermedad está teniendo gran impacto en el País Vasco y en el occidente de Asturias

La banda marrón del pino entra en Galicia por la zona oriental de Lugo

Pinos afectados por la banda marrón en el oriente de Lugo. / Imágenes cedidas.

La banda marrón del pino, un hongo que debilita a las coníferas y que puede causar su muerte, está entrando en Galicia por concellos del oriente de Lugo como A Fonsagrada o Baleira. La llegada de la enfermedad a las masas gallegas de pino insigne (‘Pinus radiata’) próximas a Asturias era previsible, pues en el occidente de la comunidad vecina registran una incidencia en aumento del hongo desde 2018, cuando también el problema de las bandas marrones y roja explotó en el País Vasco.

La entrada en Galicia de la banda marrón del pino es un motivo de preocupación para los propietarios forestales, pues el hongo puede afectar a masas de pino insigne que aún se encuentran lejos de su turno óptimo, obligando a talas prematuras.

La amenaza del hongo desincentiva además las plantaciones de pino insigne, la especie más susceptible a la enfermedad y que en Lugo es la principal conífera. Menos susceptible es el pino del país (‘Pinus pinaster’), la conífera dominante en Galicia, en tanto el pino silvestre, que sólo se encuentra en zonas de alta montaña, se considera resistente a la enfermedad.

“Viendo el impacto que está teniendo la banda marrón en la comarca de Oscos – Eo (Asturias), aquí nadie piensa en plantar pino insigne. Los pinares del occidente de Asturias están ya muy afectados y se están cortando todos. Aquí en A Fonsagrada desde hace dos años va a más”, explica un propietario forestal que contactó con ‘Campo Galego’ para advertir del problema.

Las zonas más afectadas se sitúan por el momento en partes altas de los montes, por encima de los 600 metros, como A Vacariza o A Fontaneira (Baleira). “Los pinos afectados comienzan a ponerse marrones por la parte baja y después el problema va subiendo y extendiéndose, hasta el punto de que algunos árboles acaban por secar. Otros se recuperan en la siguiente primavera, pero estamos viendo que el problema va en aumento”, señala.

Es un impacto que confirma también otro propietario y técnico de A Fonsagrada consultado, José María Álvarez, que advierte de las dificultades fitosanitarias que enfrentan los montes. “En mi caso particular, las parcelas de monte que tenemos a castaño están muy afectadas por distintas enfermedades y plagas, tanto por la tinta como por el chancro y por la avispilla, que está pegando fuerte. Con el pino insigne, el temor que hay es a la expansión del hongo porque tenemos masas a las que aún les faltan años para entrar en turno de tala y en las que ya hicimos varias podas y desbroces”, explica.

Impacto desde 2018
Los hongos de la banda marrón y de la banda roja, presentes desde hace tiempo en los montes de la Cornisa Cantábrica, saltaron de nivel a partir del 2018, cuando, coincidiendo con una primavera cálida y húmeda, se calcula que alrededor de un tercio de los pinares del País Vasco se vieron seriamente dañados. Un problema similar se registró también en los últimos años en el Occidente de Asturias, si bien en un principio Galicia no se había visto afectada.

De aquella, desde el sector forestal gallego se abogaba por evitar el alarmismo, pues los impactos que está causando la banda marrón en el País Vasco o en Asturias no implican que Galicia pueda tener una afección similar.

“En el 2019, hicimos un viaje técnico al País Vasco y a Asturias para ver el impacto que estaban teniendo las bandas marrón y roja, pero de aquella en Galicia no se apreciaban aún pinares afectados”, recuerda el director de la Asociación Forestal de Galicia (AFG), Francisco Dans. Desde la AFG tienen prevista una próxima ronda de visitas a los pinares insigne de sus socios para valorar la situación en la actualidad.

Medidas preventivas
Para encarar la llegada de la enfermedad a Galicia, Dans señala que las principales medidas a tener en cuenta son preventivas. “El problema de la banda marrón se agudiza en montes sin buena silvicultura, sobre todo en masas densas en las que no se hicieron claras. La falta de aireación aumenta el impacto de la enfermedad”, explica el director de la Asociación Forestal, que recomienda las claras, las podas y los desbroces como mejor vía para reducir los riesgos.

Existe también la posibilidad tratamientos terrestres con productos fitosanitarios, como el óxido cuproso, y Neiker, el instituto vasco de investigación agraria, está haciendo ensayos complementarios con bioestimulantes y con productos naturales.

Acciones en montes de gestión pública
Desde la Xunta, la Consellería de Medio Rural recuerda que los propietarios tienen a su disposición las órdenes de ayudas para acciones silvícolas que convoca cada año la Xunta, “pues este tipo de trabajos aumentan la circulación del aire en las masas y reducen las condiciones que favorecen la aparición de la enfermedad”, subraya.

En los montes de gestión pública ubicados en las áreas de riesgo, la Consellería señala que ya se está encargando de realizar estas acciones silvícolas, así como tratamientos fitosanitarios, líneas con las que se consigue “aumentar la fortaleza y resistencia de las masas tratadas”, destaca.

Plantación joven de pino insigne afectada por la banda marrón.

Plantación joven de pino insigne afectada por la banda marrón.

¿Especies alternativas?

El problema de la banda marrón del pino insigne afecta a una de las zonas en las que más incidencia va a tener la prohibición de nuevas plantaciones de eucalipto. En la actualidad, gran parte de los pinos insignes que se cortan en el interior de Lugo se sustituyen por eucaliptos, principalmente por el atractivo económico de la especie.

La inminente moratoria del eucalipto dejará ahora a los propietarios de pinares con pocas alternativas. Otras coníferas menos susceptibles a la banda marrón, como el pino del país, pueden representar una opción, si bien con un turno de tala ligeramente mayor que el pino insigne.

En el País Vasco, Neiker está trabajando en la obtención de pinos insigne resistentes a la banda marrón y también está haciendo un estudio sobre las especies de interés comercial que se pueden adaptar a cada zona, mapeando las características de suelo y clima presente y futuro. El objetivo que tienen es diversificar las masas forestales, haciéndolas más resistentes a patologías.

Entre tanto, para evitar una conversión generalizada de pinares a plantaciones de eucalipto, la Diputación Foral de Guipúzcoa, con competencias en la provincia en materia forestal, decretó recientemente la prohibición de plantaciones con turnos menores de 25 años.

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