Selección genética de la abeja gallega, colmenas más resistentes a enfermedades, productivas y mansas

La Casa do Mel de Goente (As Pontes) impulsa un programa de selección genética de la abeja negra local para lograr mejores colmenares. Unos 40 apicultores gallegos participan de esta iniciativa con una selección inicial en sus colmenas. Conocemos más detalles de esta iniciativa de conservación de la especie autóctona

Selección genética de la abeja gallega, colmenas más resistentes a enfermedades, productivas y mansas

La selección de las abejas se está realizando en distintos colmenares de Galicia y con pruebas determinantes para conocer las características de las colmenas.

«En otras especies son habituales los programas de selección y mejora genética, pero con las abejas en Galicia poco se ha hecho hasta ahora», explica Manuel Ferreira, presidente de la asociación y del centro de divulgación apícola Casa do Mel de Goente, en As Pontes (A Coruña). Por eso, en el 2019 iniciaron un programa de selección genética de la abeja autóctona con el que conseguir mejores colmenares y en el que están ahora a trabajar intensamente con la colaboración de apicultores de distintas zonas de Galicia. «Es un programa que va a llevar su tiempo, pero es una necesidad que hay en la apicultura gallega», reivindica Ferreira.

Con su selección quieren conseguir colmenas más resistentes a las principales enfermedades, en especial a la varroa, la mayor amenaza actual para la supervivencia de los colmenares. «Nuestra prioridad es seleccionar aquellas abejas autóctonas que respondan mejor frente a las enfermedades», apunta Ferreira. Además, tienen en cuenta otros aspectos, como la producción que logran o lo dóciles que son, calidades que resultan interesantes puesto que facilitan tanto la rentabilidad de la actividad como la labor de los abejeros.

La selección en los colmenares

La primera fase del programa es la selección de colmenas con buenas aptitudes, para lo cual cuentan con la participación de unos 40 apicultores de distintas zonas de Galicia. Así, tienen colaboradores de los Ancares, de la zona de Santiago o de Muras, entre otros lugares. Ya en el 2019 llevaron a cabo la selección de las primeras colmenas gracias a la colaboración de unos 11 apicultores. El año pasado la pandemia interrumpió los trabajos de selección que han retomado este año.

Los propios apicultores hacen una selección inicial de las mejores colmenas que tienen en el colmenar y luego un equipo técnico procede a hacer más pruebas para determinar aquellas con mejores aptitudes. El principal objetivo es conseguir abejas con una buena resistencia a las enfermedades y para eso valoran mucho aquellas colmenas higiénicas y organizadas, ya que son dos características determinantes para ofrecer una mejor respuesta ante enfermedades como la varrosis.

Para valorar estas cualidades, realizan una pequeña prueba que consiste en pinchar una pequeña zona de cría, que dejan señalizada. «Una buena colmena detectaría ese problema en la cría y en menos de 24 horas tendría esa zona limpia», detalla la veterinaria Iria Bellas, que forma parte del equipo técnico involucrado en el proyecto junto con el ingeniero de montes Iago Vilela y la bióloga Eva Pico.

 Evalúan la capacidad de limpieza de la colmena, ya que es una ventaja ante enfermedades como la varroase.

Evalúan la capacidad de limpieza de la colmena, ya que es una ventaja ante enfermedades como la varroasis.

Otra de las pruebas que realizan para ver la respuesta de las abejas a la varroa consiste en colocar un papel blanco impregnado de vaselina en el fondo sanitario de la colmena dos días antes de la visita de los técnicos al colmenar. En él pueden contabilizarse los ejemplares de varroa que se desprendieron de las abejas en ese tiempo y comprobar tanto el grado de afección como la respuesta de la colmena. «En una revisión en el microscopio podemos comprobar cómo se encuentran los ácaros y saber si se han desprendido accidentalmente de las abejas o si fueron eliminados de su cuerpo por las propias abejas», concreta la veterinaria. Cuando los ácaros son arrancados por las propias abejas, en un proceso de acicalamiento conocido como grooming, la varroa queda con daños que se aprecian en una revisión más minuciosa. El estudio pone especial atención en la varroa, no sólo por el problema actual que supone para los colmenares, sino por la resistencia a los tratamientos habituales que están comenzando a desarrollar los ácaros.

recuento de varroa -seleccion xenetica abeja gallega

Recuento de varroa en uno de los colmenares preseleccionados.

La mansedumbre de la colmena es otro de los aspectos a valorar, puesto que facilita en gran medida el trabajo de los abejeros. Cuando el equipo de expertos llega al colmenar evalúa la respuesta que tiene la colmena frente a ellos, así como una vez que comienzan a abrirla. «Este es un carácter muy hereditario, por lo que si una colmena es dócil es muy probable que se lo transmita a sus descendientes», apunta la veterinaria.

También tienen en cuenta la calma de las abejas ante situaciones que para ellas suponen un riesgo, como son los ataques a la cría. Los técnicos extraen un panal con cría que colocan fuera de la colmena para observar así la respuesta de las abejas. «De este modo evaluamos el instinto maternal y de protección de la colmena al ver si cuidan de la cría y permanecen apegadas para mantener la temperatura y evitar que mueran o si se marchan», detalla Bellas. La cantidad de abejas y de cría de la colmena son otros factores que también tienen en cuenta en este proceso de selección.

La producción de la colmena es también determinante en un proceso de selección genética como este, pero la elección la harán en las siguientes fases del programa. «Evaluaremos las colmenas en igualdad de condiciones para saber realmente cuáles son las más productivas», explica la bióloga Eva Pico.

Selección de las mejores

Una vez rematen esta primera fase de selección entre los colmenares que participan en el programa de mejora, trasladarán las colmenas al colmenar que la Casa do Mel tiene para este fin en la antigua zona restaurada por la compañía eléctrica Endesa. Este colmenar para la selección genética lo instalaron en el 2019, tras un convenio con la firma y se suma a los otros dos que el colectivo gestiona en la zona, uno de ellos dedicado a la producción de miel y productos de la colmena y otro para actividades de formación.

La zona de restauración de la compañía, que abarca unas 1.500 hectáreas, permite que el proceso de selección se lleve a cabo más fácilmente y con mayores garantías. «Las colmenas de la asociación son las únicas de este espacio, lo que nos garantiza que los cruces van a ser sólo con nuestras abejas», detalla Ferreira.

Pruebas genéticas

El proceso de selección que realizan en las colmenas se complementa con una identificación genética. En la primera fase del programa, con la selección realizada en el 2019, ya realizaron estas pruebas para conocer la especie de abeja de los colmenares escogidos. «Todas las abejas que habíamos seleccionado eran Apis mellífera iberiensis, nuestra abeja negra común y autóctona», concreta Ferreira.

Las pruebas genéticas, que realizaron en la Universidad de Murcia, también confirmaron que contaban con ejemplares tanto del subgrupo europeo y africano, a la par que se detectó un nuevo tipo, que aún no estaba identificado. «Además de confirmar que contábamos con abeja autóctona, lo más importante fue que nos informaron de que teníamos la suficiente variabilidad genética como para poder llevar a cabo un proceso de selección y mejora genética», indica la bióloga Eva Pico. La endogamia puede terminar provocando desequilibrios dentro de la colonia como la disminución de la termoregulación, de resistencia a enfermedades y la aparición de puestas irregulares, conocido como pollo lagunar.

«Queremos llegar a tener un banco de reinas que poder ofrecer a los apicultores socios»: Manuel Ferreira, presidente de Casa do Mel 

Además de conservar la abeja negra local, por su adaptación a las condiciones climáticas gallegas, el proyecto busca acercar este proceso a los apicultores. «Queremos llegar a tener un banco de reinas que poder ofrecer a los socios», apunta Ferreira.

A la par de los convenios de colaboración con la entidad eléctrica, el colectivo también contó con la colaboración tanto de la Diputación de A Coruña como del Ayuntamiento. «Para nosotros es muy importante contar con el apoyo de las administraciones para poder llevar a cabo estas iniciativas que tienen beneficios tanto para los apicultores como para la sociedad en general», reivindica Ferreira. En los últimos tiempos también han puesto en marcha una ruta apiturística por sus colmenares».

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