Sintomatología, tratamientos y secuelas de la EHE en granjas de vacuno

El veterinario Alberto Díez, que participó en una jornada de la ADS Aira sobre la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica, subraya la importancia de tratar cada caso de manera individual

Sintomatología, tratamientos y secuelas de la EHE en granjas de vacuno

El veterinario Alberto Díez, en una granja. / Archivo.

Alberto Díez Guerrier, veterinario clínico especialista en rumiantes y profesor asociado del departamento de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, intervino en una jornada de la ADS de Aira, en Chantada, para explicar cómo las ganaderías afrontan el reto de positivos de EHE (Enfermedad Hemorrágica Epizoótica) entre sus animales.

El veterinario empezó haciendo un repaso por cómo ha llegado la enfermedad, “que es antigua en muchas zonas como China o Estados Unidos, y nueva para nosotros”. Explicó que la EHE llegó a España a la par que en Italia, sin embargo la manera de propagación “fue totalmente diferente”. Fue en el año 2022 cuando entró en Cádiz y Sevilla, donde aparecieron los primeros casos llamativos: “Irrumpió en nuestro país con una mortalidad bastante alta, sin embargo, cuando llegó a Galicia y a la cornisa, en 2023, la incidencia fue menor”, valoró.

Sintomatología y diagnóstico
Díez enfatiza que “el virus no actúa igual en todas las vacas” y la sintomatología que presenta es muy diversa, si bien con síntomas más habituales o comunes. “El virus cuando entra en la vaca, se multiplica a lo bestia y conlleva lesiones en diversos tejidos”, puntualiza. Uno de los primeros síntomas es la fiebre, que normalmente desaparece, además de que los animales que tienen EHE dejan de comer y “se quedan en el chasis”. Otro síntoma común es la cojera que presentan, llegando a tener yagas.

Ya no tan común, según el veterinario, son los abortos. Aclara que al principio detectaron abortos al final de la gestación, en el límite entre aborto y morinato (vacas que les quedan unas dos o tres semanas para parir y abortan). “Lo cierto es que las muestras que tenemos de esos terneros dieron positivo al virus”. Otro caso, que ya es más habitual, son las vacas afectadas a los tres o cuatro meses. En este caso, según las investigaciones, el aborto era negativo y por lo tanto, determinaron que no se producía directamente por el virus, “podía ser por el estado de salud que presenta la vaca al enfrentarse a la enfermedad, por lo que sería una causa indirecta del virus”.

Un cuadro que apareció al principio bastante fuerte fueron las hemorragias. Se empezaron a detectar en Extremadura y “luego lo percibimos mucho”. Se debe, según indica Díez, a que el virus machaca las mucosas digestivas.

“En cualquier enfermedad vírica es importante notificar cualquier sospecha, no solo por vuestra explotación sino por el sector en general”

En cuanto al diagnóstico, clínicamente “yo creo que es importante hacer una confirmación en laboratorio, a lo mejor no en todos los casos, pero sí en la mayoría”. De esta manera, se sabe seguro que es la enfermedad ya que algunos síntomas se pueden confundir con otras enfermedades, como la lengua azul. Lo que hay que hacer es en vacas vivas análisis de sangre, en animales muertos del bazo. “Siempre en animales muertos recientemente, porque si lleva algunos días ya no nos sirve la muestra”, aclara el veterinario.

«Es importante hacer análisis de laboratorio, tanto de animales vivos como muertos»

Recalca la importancia de notificar cualquier sospecha, porque para los investigadores conocer el estado de la enfermedad y cómo se desarrolla es fundamental. “De forma general, con las enfermedades infecciosas, no tengáis miedo en notificarlo. No penséis solo en vosotros sino en el sector en general”.

El veterinario Alberto Díez durante su charla el auditorio de Chantada

El veterinario Alberto Díez durante su charla el auditorio de Chantada


Tratamiento: la prevención
Contra un virus, hoy por hoy, no existen tratamientos eficaces. Lo que buscan los veterinarios es que el sistema inmune del animal actúe ante el virus y lo elimine de su organismo lo antes posible. En cuanto al uso de medicamentos, los estudian en cada caso con dos finalidades, una evitar las inflamaciones y otra quitar dolor. “Llevo 30 años en clínico y no he visto tanto dolor en vacas como con esta enfermedad. Es una cosa, que hay días que se nos caía el alma a los pies”, recalca Díez.

La respuesta a los tratamientos es muy diferente, recalca el profesional y recuerda un caso en el que tenían dos animales en las mismas condiciones y aplicaron el mismo tratamiento. “En uno de ellos nos convertimos en Dios, ya que se ha salvado de manera asombrosa, en el otro ha fallecido”.

Díez incide en que lo más importante es prevenir la enfermedad. “Desde el punto de vista oficial hay que tener una vigilancia de la enfermedad, detectarla lo antes posible para evitar su propagación. Evitar los movimientos, porque el vector es un mosquito, y estar pendiente constantemente de todos los animales ante cualquiera síntoma o cambio de actitud”.

“Las secuelas aun necesitan de más investigación para determinar cuales son derivadas de la EHE”

En cuanto a las vacunas, recuerda que actualmente no hay ninguna oficial en Europa. Indica que en España se está trabajando en ello, pero por el momento ninguna es oficial. “Es importante que no confíen en lo que reciben por móviles y demás, ya que no hay cura”.

Secuelas
La muerte de los animales en una granja es la principal secuela, pero aún así, los animales que consiguen pasar la EHE se quedan con secuelas múltiples. Una de las más habituales es una mamitis severa que perdura en el tiempo y provoca que el animal tenga que ser llevado a matadero.

Otra común es que, aunque vuelven a comer bien, no consiguen recuperar su peso anterior a la enfermedad y por lo tanto no valen ni para matadero. También es habitual que se queden con problemas respiratorios, como neumonías agudas.

Hay secuelas, como la baja fertilidad, que aún no se ha determinado si vienen provocadas por haber pasado la enfermedad o no. “Mi impresión es que, por suerte, no está siendo tan grave como parece. Sí puede haber abortos, pero no es nada llamativo”. Aclara que para hacer una mejor investigación necesitan más resultados, evaluar como estaban los animales previamente a la enfermedad y qué secuelas les quedaron posteriormente.

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