Si hay algún producto que identifique a Riotorto son sin duda las navajas, cuchillos y hoces que desde hace siglos realizan los herreros del municipio y también la tarta de almendra que desde hace 85 años elabora la Confitería Irma. Teresa Cuanto y su hijo José Manuel siguen la tradición de un pastel único que mantiene su sabor original.
Allá por el año 1918 salieron del puerto de Vigo en barco hacia Argentina José Gutiérrez y Consuelo García. Son los iniciadores de una tradición pastelera que continuó su hija Irma, su nieta Teresa y ahora su bisnieto José Manuel. La tarta de almendra que ellos comenzaron a hacer sigue siendo hoy el emblema de esta pastelería familiar de Riotorto.
José Gutiérrez había trabajado en una pastelería en Buenos Aires y de vuelta a Galicia decidió seguir en la profesión junto a su mujer
Con la receta original de sus abuelos, Teresa elabora una tarta que lleva como principal ingrediente un 45% de almendra natural. “Empezaron mis abuelos en el año 1935 en este mismo emplazamiento. Habían sido emigrantes pero al tocarles esta casa en herencia regresaron. Al principio era confitería y panadería”, cuenta Teresa Cuanto, que regenta en la actualidad el establecimiento.
José había trabajado en una pastelería en Buenos Aires y, de vuelta a Galicia, decidió seguir en la profesión junto a su mujer. Ese mismo año fundaron la Confitería Irma, el nombre de su única hija. Pero el estallido de la Guerra Civil en el año 1936 les obligó a cambiar sus planes. “Los años de la posguerra fueron muy duros y al serles asignada la elaboración del pan de la tasa, entregado mediante la cartilla de racionamiento, tuvieron que centrarse en hacer pan”, explica Teresa.
Montaron primeramente una confitería asociada a una panadería pero en los años de la postguerra tuvieron que centrarse en hacer pan para la cartilla de racionamiento
Durante esos años la dedicación del matrimonio era casi exclusivamente la de la panadería, relegando la elaboración de dulces, pero pasada la posguerra el negocio volvió a encauzarse de nuevo hacia la confitería, dejando totalmente la panadería y centrándose ya para siempre en la pastelería.
Relevo y mejora de la receta
A mediados de los años cincuenta Irma Gutiérrez, la madre de Teresa, pasó a regentar el establecimiento que llevaba su nombre junto a su marido Edelmiro Cuanto. Entre los dos consiguieron, a base de mucho trabajo y buen hacer, darle prestigio al negocio gracias a la elaboración artesana de gran variedad de dulces, pero especialmente de la tarta de Riotorto, que pasó a ser el producto estrella de la confitería hasta la actualidad. La madre de Teresa quería vender algo diferente y al final lo consiguió, pero echó meses hasta dar con la receta definitiva e incluso tuvo que tirar más de una tarta, recuerda aún hoy.
Teresa elabora las tartas siguiendo la receta original de su abuelo, que mejoró después su madre
“La receta es original de mis abuelos pero modificada después por mis padres, que fueron los continuadores del negocio hasta que lo cogí yo en el año 1996 al jubilarse mi madre”, relata Teresa. “Estudié Empresariales y nada más acabar me casé y me quedé con la confitería. Nunca me arrepentí”, afirma.
Producción artesana
En los tiempos de la digitalización y la robotización, las únicas máquinas que se pueden ver hoy en el obrador de esta confitería son una trituradora para la almendra, una amasadora y el horno. El resto es manual. “Es una producción artesana, se hace cada tarta de una en una, por separado. No es fabricación en serie, no es un proceso industrial”, evidencia Teresa.
Solo tengo una trituradora, es la única maquinaria que uso. Tiene más de 70 años y ya era de segunda mano
Tampoco hay aditivos ni conservantes, solo ingredientes naturales. “Compro la almendra natural entera en sacos. Luego la lavo, la cuezo y la trituro yo. Es un proceso de elaboración laborioso”, explica. Hacen también otra tarta estilo Mondoñedo con almendra, bizcocho y cabello de ángel de elaboración propia a partir de las calabazas que ellos mismos cultivan que también tiene mucho éxito, así como otro tipo de pastelería por encarga.
Lleva un 45% de almendra y necesita una coción lenta, echa 2 horas en el horno
El hojaldre que sirve de base a la tarta es hecho a mano por Teresa, igual que el relleno de almendra. Es el ingrediente principal en un porcentaje de más del 45%. El resto son huevos, azúcar y harina de trigo. Luego va al horno durante dos horas y cuando sale y enfría, se decora.
De Riotorto a Australia
Teresa y su hijo José Manuel, que le ayuda desde el año pasado, distribuyen su producción en el ámbito local. “Vendemos en Riotorto y en los alrededores, en Meira, A Pastoriza, A Pontenova y Muimenta, y llevamos también a Lugo y a A Coruña”, explican. Pero aquella receta original llegada de la emigración ha viajado también desde Riotorto a otros continentes de la mano de los propios emigrantes de este ayuntamiento de 1.000 vecinos. “Nuestras tartas han llegado a Australia, Estados Unidos o Venezuela. Personas de Riotorto que están fuera las llevaban cuando venían”, cuenta.
No es un proceso industrial ni se fabrican en serie, hago las tartas una a una
La tarta de almendra sigue siendo 85 años después el producto estrella de la Confitería Irma. “Es la especialidad de la casa porque es un producto único”, destaca Teresa. Aunque ya han pasado muchos años desde que se comenzó a hacer, la tarta de Riotorto mantiene su sabor porque sigue haciéndose igual que siempre, una elaboración artesana y natural que es la base para el reconocimiento del que es objeto este producto y que Teresa espera que mantenga su hijo José Manuel. “Tiene 24 años y yo espero que siga él cuando yo me jubile”, dice.