Habla con la tranquilidad, el conocimiento y la madurez propias de una persona que llevase toda la vida trabajando con vacas y, al mismo tiempo, con la ilusión de un chico de tan sólo 22 años que está haciendo lo que le gusta. Pablo Rodríguez es ganadero por vocación, un joven que está labrando su futuro en el rural, allí donde otros muchos de su generación no ven oportunidades.
«La explotación la cogí de mis abuelos, era una ganadería familiar, una explotación de subsistencia con 12 vacas de leche y otras tantas de carne rubias. La explotación ya estaba a nombre de mía tía pero en el 2016 ella se jubilaba también y no había quien siguiese. Justo en esa época yo estaba estudiando, tenía 18 años, y decidí cogerla yo. Mis padres nunca se dedicaron a esto, vivíamos en Quiroga, donde mi padre tenía un taller y mi madre trabajaba en la residencia de mayores. Yo viví allí, en Quiroga, hasta los 18 años, hasta que me vine para aquí a montar la explotación. A mi padre le daba miedo porque yo era un niño y la inversión no era poca cosa, pero yo tenía claro que me quería dedicar a esto desde pequeño, siempre me gustaron las vacas. Así que en el 2016, con 18 años y seis meses, me incorporé y pedí un Plan de Mejora, que me denegaron porque no éramos una explotación prioritaria al ser tan pequeñita. Pero lo volví a pedir al año siguiente y al segundo intento me lo aprobaron. Hice una nave nueva con 60 cubículos, una fosa de purín de un millón de litros de capacidad y un silo de trinchera. Y empecé».
Así narra Pablo sus inicios como ganadero. Ahora, con 22 años, ya piensa en ampliar. «Este año hice obras en el establo viejo para las vacas secas y en 2 años quiero doblar la nave de producción», avanza. La nave que hizo ya fue pensada para eso y diseñada pensando en la ampliación. Pablo tiene todo el futuro por delante y quiere que su establo de nueva construcción también tenga esa capacidad.
Me dejo aconsejar tanto por los técnicos como por otros ganaderos que llevan más tiempo que yo, porque yo comencé la ciegas en esto, mis padres nunca se dedicaron a la ganadería
A pesar de su juventud, Pablo está al frente de su propia explotación, Ganadería Xuíz SC, y trata de formarse y mejorar todos los días. «Aprendo mucho de los veterinarios y de otros ganaderos, me dejo aconsejar tanto por los técnicos como por otros ganaderos que llevan más tiempo que yo, porque yo comencé la ciegas en esto, mis padres nunca se dedicaron a la ganadería y la explotación de mis abuelos era de simple subsistencia y el 90% de lo que hacían no me servía para copiar, al contrario, era contraproducente», argumenta.
Ganado comprado en Francia
Pero aquella pequeña explotación familiar le permitió no tener que comenzar de cero. «De mis abuelos heredé las fincas, 20 hectáreas alrededor de la explotación todas llanas y buenas de trabajar. Era una lástima que hubieran quedado sin aprovechar. Y heredé también unas pocas vacas que me ayudaron a empezar. Las 12 rubias que había las vendí y con eso compré las primeras 10 vacas de leche, que añadí a las 12 pintas que ya tenía también en casa», cuenta.
Pablo tiene hoy 56 vacas en producción, a las que se añaden 18 secas y 32 terneras y novillas de recría, que hacen un total de 106 cabezas. «Comencé ordeñando las 12 que tenía y compré el primer mes otras 10 vacas recién paridas y luego todos los meses fui comprando una o dos vacas, el 50% de ellas de Francia, Ganados Barreira Bascuas de Lugo fue quien me las trajo, 7 o 8 aún este año, y el resto en ganaderías referentes de esta zona, como Ganadería Tío Andrés, de Sarria, o de otras zonas de Galicia, como SAT Familia Martínez, de A Coruña, a quién compré los últimos cuatro animales», indica.
Tú coges los datos del Control Lechero y las de Francia están en el 5% de grasa. Ellos llevan años enfocando la genética a producir sólidos y yo pienso que el futuro va por ahí
Optó por comprar fuera parte de los animales porque considera que es una de las maneras más sencillas de mejorar la genética del rebaño en el aspecto relacionado con las calidades de la leche. «Nos llevan muchos años de ventaja en eso. Tú coges los datos del Control Lechero y las de Francia están en el 5% de grasa, y dan leche igual que las otras. Ellos llevan años enfocando la genética a producir sólidos y eso se nota, y yo pienso que el futuro va por ahí», considera.
Apuesta por las calidades
Ganadería Xuíz entrega la leche a Río. De marzo de 2019 a marzo de 2020 firmó a 29 céntimos, más la prima de cantidad, que en su caso eleva el precio a 32 céntimos, a lo que hay que añadir la prima por calidades y el IVA y esta primavera renovó por un año más en esas mismas condiciones.
«Río empezó a pagar el año pasado la proteína, hasta entonces no lo valoraban. Yo pienso que el futuro va ser producir sólidos, todas las empresas van a ir por ahí y yo quiero estar preparado porque la genética no es algo que se pueda cambiar de un día para otro», razona.
Yo pienso que el futuro va ser producir sólidos, todas las empresas van a ir por ahí y yo quiero estar preparado porque la genética no es algo que se pueda cambiar de un día para otro
Por eso, Pablo está focalizando la inseminación de sus vacas hacia la producción de grasa y proteína. «El 95% de la genética que pongo son toros americanos, me gustan más, quizás sea una manía mía, y el otro 5% es de Fontao. Me fijo mucho en el TPI y en el mérito neto de los toros y miro sólidos, porque pienso que los tiros van por ahí», recalca.
Con la intención de mejorar el nivel genético de su cabaña Pablo compró el año pasado, en la III Subasta de Élite de Ganado Frisón celebrada en Curtis en marzo del 2019, a medias con su primo Fernando, de la Ganadería Tío Andrés, de Sarria, una ternera de 4 meses, Cundis Cisma Pinnacle, de la explotación Cunordam SC, de Zas, por 3.700 euros. «Ahora está preñada y le hemos extraído también embriones para implantar», cuenta Pablo.
Porcentaje de detección de celos del 92%
En esta explotación logran un porcentaje de detección de celos del 92,31% («si está por encima del 70% ya está muy bien», matiza Pablo), un 54% de fertilidad y una tasa de preñez del 47,16%, con un promedio de 161 días en leche, empleando de media 1,8 dosis.
Hacen el control reproductivo cada 15 días. «Trabajo con Seragro, también me hacen la podología, y el mismo veterinario que me hace la reproducción es nutrólogo y se encarga también de la alimentación, así si no me empreñan las vacas no le puede echar la culpa al nutrólogo, porque es él mismo, y así si tengo que discutir discuto con uno solo», dice.
Ponen semen sexado tanto en vacas como en novillas para seguir creciendo
La primera inseminación es siempre con sexado tanto en vacas como en novillas y en estas últimas repiten también con sexado la segunda dosis. «Quiero crecer, gasto un poco más en semen pero siempre creo que me deberían salir más baratas a mí las novillas que si las compro», razona.
Recría en el centro de la Diputación de Lugo
La recría la tiene sin embargo externalizada a través de Recría Castro, la empresa vinculada a Seragro que gestiona el centro público de recría de la Diputación de Lugo. «Las mando con 15 días, desde que les hago la prueba de cartílago. Fui de los primeros en entrar en el centro de recría de Castro, tengo allí ahora en este momento 32 animales y ya me comenzaron a venir de vuelta criadas, de hecho ya me parió una y tengo ahora otras tres en la explotación próximas al parto», cuenta.
El 64% de las vacas que tiene ahora en ordeño son primíparas y el resto de segundo parto
Hasta ahora Ganadería Xuíz ha aumentado el número de cabezas a base de comprar animales, pero a partir de ahora quieren seguir creciendo con recría propia. «Cuando me vengan las 32 terneras que tengo ahora en el centro de recría ya casi doblo el número de cabezas con ellas, por eso necesito aumentar las instalaciones en dos años para tener capacidad para acogerlas, porque en este momento ya casi tengo completa la capacidad de la nave», explica.
El volumen de recría del que dispone esta explotación es en este momento muy superior a la tasa de la reposición necesaria, debido a la juventud de su cabaña, donde el 64% de las vacas que están ahora en ordeño son primíparas y el resto de segundo parto, lo que les permitirá destinar el excedente de recría que obtienen mediante el uso de semen sexado a incrementar el número de cabezas de la explotación.
Extremar la higiene en la paridera
En cuanto a la producción, el promedio de la granja es de 37,6 litros por vaca y día, con un porcentaje del 4,10% de grasa, del 3,45% de proteína y un recuento medio del año de 109.000 células. Para obtener estos resultados en cuanto a sólidos y calidad higiénico sanitaria de la leche, explica Pablo, influye, por un lado, «la genética para la producción de sólidos de las vacas de Francia» y, por otro, «el hecho de que todas las vacas que tengo son animales jóvenes».
Los bebederos se limpian todos los días
A mayores, Pablo cuida la higiene y prima a comodidad del ganado. Al disponer de una nave nueva, abierta y ventilada, los animales no sufren estrés por calor y los cubículos son amplios, con una separación de 1,23 centímetros a centros con cama de arena. «Relleno una vez a la semana las camas y las limpio y las estiro dos veces al día, el baño de pies lo hago cada 15 días y los bebederos, que tienen más de 10 centímetros lineales por vaca, se limpian todos los días», explica.
«Vigilo también mucho la higiene en el parto, procurando tener siempre limpia, sea y desinfectada a paridera. Las primeras 24 horas el ternero está con la madre mientras no libra bien para evitarle estrés y no suelo tener problemas de metritis. Si el calostro de la madre es bueno se lo doy a la cría y sino toma del comprado. Luego le doy leche de vaca, sea de la madre o de otra», detalla.
Diseño de las instalaciones pensando en el presente y en el futuro
Uno de los aspectos que hay que prever cuando se diseñan unas instalaciones de nueva construcción son las ampliaciones futuras, sobre todo cuando se trata de explotaciones con relevo o de jóvenes que se incorporan. Pablo tuvo eso muy en cuenta. Por eso separó la fosa de purín, permitiendo de este modo poder ampliar la nave para otras 70 vacas más en producción a continuación de la ya construida y después poder duplicar esa estructura del otro lado del pasillo de alimentación, que ahora queda en uno de los laterales. De este modo, sería factible poder meter hasta 250 animales.
Poner robots sin tener vacas suficientes para ellos es absurdo y la sala te permite ir creciendo poco a poco
Pero aunque su intención es seguir creciendo, Pablo prefiere ir poco a poco. Por eso, aunque la nave está diseñada también para poder acoger robots sin tener que hacer reformas, prefirió meter una sala de ordeño. «Puse una sala 2×4 Westfalia de Gea a la que le puedo poner 4 puntos más, hasta llegar a 12. Aunque el establo quedó diseñado para poner robots y no lo descarto en el futuro, de hecho es algo que tengo en mente, poner robots sin tener vacas suficientes para ellos es absurdo. La sala te permite ir creciendo poco a poco hasta que tenga vacas para instalar dos robots, porque de este modo logras abaratar, porque lo que es bombas de vacío y otras partes de la instalación sirven para los dos robots, son compartidas», explica.
Ganar superficie agraria para poder incrementar en los próximos años el número de cabezas
Ubicada en el lugar de A Portela, perteneciente a la parroquia de Remesar, en Bóveda, pero ya casi en el límite con Paradela y O Saviñao, Ganadería Xuíz SC dispone en este momento de 35 hectáreas de superficie agraria, 25 de ellas en propiedad (las que tenía la explotación del abuelo de Pablo) y otras 15 alquiladas, que son de regadío y que se encuentran en la zona de Ribas, en el mismo ayuntamiento de Bóveda, y en Probeiros, perteneciente ya a Monforte. «Se las alquilé a un vecino que echaba maíz en ellas para vender. Saqué el año pasado de allí 40.000 kilos por hectárea de maíz forrajero, que sin regadío es imposible lograrlos aquí en esta zona a no ser que venga un verano muy lluvioso», explica.
Pablo echó este año unas 29 hectáreas de maíz, 12 en A Portela, donde tiene la explotación y 17 en la zona de Ribas y Probeiros. En las 12 hectáreas que están del lado de la explotación labré el día 6 de mayo y las otras en dos tandas, el 10 y el 29 de mayo, porque había fincas más húmedas. Espera lograr rendimientos algo inferiores al año pasado, ya que «el frío no ayudó nada para el maíz este año y hubo problemas con las malas hierbas, que no fueron fáciles de controlar este año tampoco, aunque ahora el maíz ya ha cubierto la tierra. A mayores, el problema es el jabalí, que aquí hay muchísimo», dice.
El maíz lo corto a 50 centímetros del suelo, pierdes 2.000 kilos por hectárea pero de una fibra muy poco digerible que no te aporta nada
Con las 35 hectáreas que tiene a día de hoy, Ganadería Xuíz cubre perfectamente las necesidades de su ganado, pero, pensando en ampliar, Pablo quiere ir aumentando ya también la superficie agraria de la que dispone. «Aquí en el pueblo van a quedar fincas de explotaciones que están cerrando y la Xunta anunció que va aportar 200.000 euros para preparar 160 hectáreas que están en el Banco de Terras aquí en Bóveda. Yo estaría interesado en coger alguna y supongo que SAT Lixeiro, que es una explotación importante que hay en esta zona, también», indica.
Calidad de los forrajes y del ensilado
Al contar por el momento con superficie suficiente, prefiere primar la calidad de los forrajes aún a costa de perder cantidad. «Me centro mucho en la calidad del ensilado, el maíz lo pico alto, a 50 centímetros del suelo, para tener buena digestibilidad. Pierdes volumen de silo, puedes perder en torno a 2.000 kilos por hectárea, pero son 2.000 kilos de una fibra muy poco digerible que no te aporta nada», considera Pablo.
En cuanto a la hierba, hace dos cortes. «Procuro dar una corta a comienzos de abril y otra en mayo, en función del tiempo, para lograr proteína y digestibilidad. Todo esto se transmite al pesebre y después a la leche», afirma.
Procuro ganar proteína en el silo de hierba porque todo eso se transmite al pesebre y después a la leche
Para ganar proteína en el silo de hierba emplea una doble estrategia de fertilización. «Hago hincapié en el abonado. Echo purín en septiembre-octubre y luego ya no vuelvo a echar para que esté bien deshecho en la tierra y el ensilado no tenga ceniza. Después, 25 días antes de ensilar meto nitrógeno para ganar proteína, pero procuro tener las fincas bien abonadas de antes con purín, porque sino con nitrógeno solo poco se hace», asegura.
Contrata el carro y parte de los trabajos agrícolas
Pablo aprovechó parte de la maquinaria que tenía su abuelo, igual que hizo con las vacas y con las fincas y por ahora prefiere contratar ciertos trabajos y no tener que invertir en maquinaria. «Echar el purín y el ensilado lo contrato y arar también. Segar la hierba y juntarla lo hago yo y pasar la grade rápida para echar el maíz también, y sembrar me lo siembra mi primo», explica.
De momento priorizo invertir en la nave y en las vacas más que gastar el dinero en maquinaria
«De momento priorizo invertir en la nave y en las vacas más que gastar el dinero en maquinaria. Heredé dos tractores de mi abuelo y compré yo uno de segunda mano. Eran dos tractores pequeños, pero uno tiene pala y me hace mucho servicio», dice.
También le viene el carro mezclador de la cooperativa Lemos todas las mañanas para hacerle la ración de las vacas en producción, que están comiendo 27 kilos de silo de maíz, 13 de silo de hierba y 13 kilos de pienso. A las vacas secas les hace la ración cada 4 días con 5 kilos de pienso y 6 kilos de hierba seca o paja. «Primero gasto la hierba seca que recojo yo y cuando la acabo compro paja», explica Pablo, que aplica esa misma lógica de ahorro de costes a todas sus decisiones en la granja.