La evolución de las ganaderías de leche en los últimos tiempos está siendo frenética. Los sistemas cambian, la producción por vaca se eleva año tras año, el análisis de datos pasa a ser un tema clave y la gestión óptima de los recursos alimentarios en la granja es un aspecto crucial para que las explotaciones mantengan producciones elevadas.
Todo esto implica cambiar el enfoque de trabajo desarrollado tradicionalmente en las granjas, para enfocarlo en la búsqueda de un concepto que por un lado debe ser global e interconectado, pero por otro deba considerar a cada explotación como un sistema independiente. En este sistema los resultados de cada variable productiva (como si de un ecosistema se tratara) tienen una influencia medible que afecta positiva o negativamente a las demás.
Uno de los desafíos más importantes en la producción lechera es la precisión en la formulación de las raciones, ya que esta categoría supone históricamente alrededor del 50% del coste de producción medio de la granja tipo. Además, en estos momentos en los que el mercado de las materias primas se encuentra en niveles elevados de precios es de vital importancia, para la rentabilidad de las explotaciones, la obtención de forrajes de la máxima calidad que permitan a las explotaciones ganaderas alcanzar, en base a ellos, la mayor producción de sus animales.
Con objeto de ofrecer el mejor servicio a sus clientes de vacuno lechero, De Heus está trabajando en varias líneas. Por un lado cuenta con un laboratorio propio en su planta de producción de Orkoien (Navarra), diseñado con la tecnología más puntera y con un objetivo claro: obtener datos fiables y completos en tan solo 48 horas, que ofrezcan la mayor precisión en los resultados.
Por otro, y para ofrecer a cada granja una solución específica, han creado Laboexpert, un sistema que profesionaliza todo el proceso por el que pasa una muestra hasta llegar a la recomendación nutricional concreta más acertada en cada caso.
El forraje, visto en detalle
En la cornisa Cantábrica, el silo de hierba es un pilar importante de la producción leche y la aplicación de Laboexpert permite arrojar luz acerca de la evolución de la calidad de este forraje en los últimos años.
Este sistema engloba las actividades de toma de muestra, envasado, envío de muestra, recepción de análisis e importación de resultados a Feed Expert. A través de Laboexpert y QS podemos crear fácilmente una trazabilidad de la muestra y lo que es más importante, una base de datos que nos permite analizar el Big Data generado por más de 13.000 muestras analizadas en nuestro laboratorio propio con la tecnología más alta y el personal altamente cualificado.
El ensilaje de hierba en la nutrición del vacuno de leche cumple un papel principal, ya que es decisiva en cuatro de sus parámetros: materia seca, proteína, fibra y digestibilidad.
Este conjunto de variables indicará la calidad final del ensilaje, ya que su sinergia es clave en la cantidad de forraje que podrán consumir los animales y en la asimilación de sus nutrientes de la manera más eficiente.
La materia seca
Esta variable encuentra su punto óptimo cuando oscila entre el 25-35%, cifras adecuadas para que la fermentación y posterior conservación del silo sea correcta una vez abierto. Así, podemos encontrar dos realidades, con referencia a la materia seca. Una materia seca muy baja provoca una gran pérdida de nutrientes por los lixiviados y la acidez provocada por la humedad, lo que dificulta la fermentación y la consecución de un correcto pH de estabilización, clave para evitar posteriores fermentaciones indeseables. Y, por el contrario, una MS elevada afectará básicamente al desensilado, ya que con silos muy secos su compactación es muy compleja y al abrirlos es más factible la respiración, lo que provocará fermentaciones indeseables, con su posterior deterioro.
En Galicia en este año 2023, la materia seca media de las muestras analizadas en nuestro laboratorio es del 28,9%, lo que indica que estamos en un punto óptimo, pero cabe destacar que tenemos valores muy dispares con silos muy húmedos y otros secos, provocados por una primavera con muchos días de lluvia y humedad intercalados con semanas soleadas. Esta “inseguridad climatológica” generaba una complejidad añadida a la hora de decidir cuándo cortar, ya que en muchos casos cuando la planta estaba en su momento óptimo de corte el clima era inestable, obligando a segar sin poder hacer un presecado adecuado o esperar a poder hacerlo, a riesgo de penalizar cualquiera de los otros parámetros de ensilaje, antes mencionados.
La digestibilidad
Cada vez somos más conscientes de la vital importancia que esta variable tiene en la calidad del ensilaje. Este parámetro se está mejorando actualmente gracias a que los agricultores, que cada vez dan más importancia a las variedades que siembran y están realizando cortes más tempranos, lo que les permite obtener ensilajes más digestibles. En este sentido, el uso de variedades de raygrass inglés híbridas y de floración tardía nos está dando más tiempo para hacer un corte en el momento óptimo. Si a esto le sumamos el uso de una mezcla de variedades diploides y tetraploides, podremos combinar un mayor crecimiento con una mayor cantidad de hoja, respectivamente, lo cual es ideal.
La evolución del racionamiento lechero, tanto en explotaciones con PMR (Partial Mixed Ration) -alimentación disociada como es el caso de los robots de ordeño-, como con sistemas TMR, -Unifeeds completos-, exige un gran conocimiento sobre la digestibilidad de los forrajes de la propia explotación. Tanto la digestibilidad del forraje al momento de muestreo como la evolución de los parámetros durante el período de ensilado son claves. Este parámetro del ensilaje marcará la cantidad de alimento que un animal es capaz de ingerir y, sobre todo, en ordeño robotizado es determinante para su buen funcionamiento, debido al efecto negativo de saciedad que provocan los silos de baja digestibilidad en los animales: los silos de baja digestibilidad pueden afectar el número de ordeños y a la rutina voluntaria, haciendo que los ganaderos tengan que empujar muchas vacas al robot.
En este sentido, las medias (DIG MO =73%) indican que vamos mejorando en este parámetro, aunque es un proceso lento y difícil por la gran influencia del clima, que condiciona o dificulta a la hora de corte.
La fibra
Como bien se dijo antes, los parámetros de calidad de un ensilaje en el que nos estamos enfocando están en sinergia entre sí y la digestibilidad está directamente condicionada por las fibras de los forrajes, donde debemos hacer referencia a la Fibra Neutra Detergente (FND), compuesta esta por celulosa, hemicelulosa y lignina.
En referencia a esto, hay que recalcar de nuevo la importancia de la variedad de hierba a utilizar, ya que las últimas (híbridas e inglesas) tienen menor cantidad de fibra por tener mayor proporción de hojas que las italianas, que crecen más rápido y sondean antes. Eso sí, el momento del corte tiene un efecto directo porque, si nos retrasamos, las plantas contendrán una mayor cantidad de lignina dentro la FND que harán que disminuya la digestibilidad así como su valor nutricional, siendo el nivel de degradabilidad de la FND el que nos marcará da cantidad de energía y proteína que este aportará al animal para su producción lechera.
La proteína
Por último, y no por ello menos importante, tenemos que hablar de la proteína del forraje, una cualidad que en el caso del ensilaje de hierba tiene un peso muy grande en la decisión de utilización en la ración por parte de los ganaderos. La cantidad y calidad de la proteína de éste, al igual que los anteriores parámetros, depende de las variedades y del momento del corte. En el caso de las variedades, entre las que más aportarán está el raigrás inglés, pero con diferencia los cultivos que más aportarán son las leguminosas, por lo que para obtener una mayor cantidad de proteína, lo ideal sería sembrar una mezcla de ballico inglés y leguminosas.
Esta alternativa, por supuesto, como todo en la vida,tiene un punto complicado: la dificultad que tienen las leguminosas para su implantación y su intolerancia, en algunas variedades, al abono acolchado con purines.
Pero los datos medios obtenidos en nuestras muestras recientes indican un valor de Proteína Bruta (PB) de 12,2%, lo que refleja una mejora respecto al año anterior que fue del 11,5%. Algo estamos haciendo bien.
En definitiva, estamos viendo una gran evolución en la producción de ensilaje por parte de nuestros ganaderos, que están mejorando mucho la calidad de sus forrajes.
Es cierto que en ocasiones el clima no ayuda a elegir el óptimo momento de corte, pero lo principal es que cada vez son más conscientes de que para conseguir mejores rendimientos es necesario contar con silos de mejor calidad. Y no sirve únicamente tener en cuenta los valores de proteína, sino también los de digestibilidad, contar con valores bajos de cenizas, y realizar un proceso de ensilado correcto…
Trabajar con precisión es fundamental para conseguir mejores producciones, calidades y, en definitiva, ganaderías más rentables.