“Vivo mejor que si fuese funcionaria; ojalá me hubiera decidido antes a trabajar en la ganadería”

Hablamos con tres mujeres que desarrollan su labor en explotaciones lácteas para conocer cómo es su día a día y los avances que se han producido en las granjas en el campo de la igualdad y el reconocimiento del trabajo femenino

La semana pasada, en la que se celebraba el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, Río de Galicia, marca perteneciente al Grupo Lence, celebraba la segunda edición de su programa Ganaderas con Actitud Río, en la que reunió a una veintena de mujeres pertenecientes a distintas ganaderías gallegas proveedoras de la empresa láctea lucense.

Entre las asistentes a estas jornadas, que buscan contribuir al empoderamiento femenino y a que vayan ganando espacios de responsabilidad y decisión en las ganaderías, había mujeres de distintas edades y procedentes de distintos tipos de explotaciones, pero todas comparten un sentimiento común: “somos imprescindibles en las explotaciones”, aseguran.

Hablamos con tres de ellas, Quiara Pardiñas, socia de SAT O Palomar (Láncara); Julia Fernández, titular de una ganadería en O Corgo; y Maite Vázquez, trabajadora de SAT San Antonio (Palas de Rei). Las tres están orgullosas de trabajar en el rural y valoran la independencia y la libertad que les aporta.

Motivación y autoestima

Es la segunda edición de este programa de apoyo a las mujeres que trabajan en las explotaciones lácteas gallegas y que tendrá continuidad, según avanzan desde Río de Galicia. Además de su carácter formativo, esta iniciativa pretende ser un lugar de intercambio de experiencias y de relación entre mujeres ganaderas.

Ganaderas con Actitud Río pretende contribuir de este modo a la valorización del trabajo femenino en el campo, un trabajo siempre presente pero muchas veces silenciado. Esa realidad, sin embargo, ahora está cambiando, como explica Cristina Dopico, responsable del Departamento de Campo de la empresa lucense.

Recogemos leche en 350 explotaciones de toda Galicia y puedo decir que en el 100% de ellas trabaja una mujer

“Recogemos leche en 350 explotaciones de toda Galicia y puedo decir que en el 100% de ellas trabaja una mujer, ya sea directa o indirectamente. Su labor es esencial y queremos ayudarles a que adquieran herramientas útiles en su día a día, contribuyendo a su autoestima, a su motivación y a su crecimiento personal”, indica.

La puesta en marcha de este programa es una muestra, dice, del compromiso del Grupo Lence con la igualdad. “La igualdad es un hecho muy notorio en la propia empresa, donde muchos de los departamentos clave están dirigidos por mujeres”, destaca.

Grupo Lence Gandeiras con Actitude Rio3Quiara Pardiñas, socia de SAT O Palomar (Láncara)

“Para mi cambiarme para el rural han sido todo ventajas; estoy muy contenta de haberme ido a la ganadería”

Hace 4 años que Quiara cambió la profesión para la que había estudiado, peluquera, por la ganadería. Se incorporó a la explotación en la que su marido, Odón, había tomado el relevo de sus padres, SAT O Palomar, de Láncara.

“Trabajaba en Lugo de peluquera pero cuando me quedé embarazada decidimos que lo mejor era que yo me fuera a trabajar también a la granja, y la verdad es que estoy muy contenta, no me arrepiento para nada de esa decisión”, dice.

Yo no tenía nada que ver con el campo, ni siquiera vivía en el rural, sólo iba los fines de semana cuando iba a ver a mi abuela

Quiara no se había criado en el rural pero hoy no lo cambiaría por ninguna ciudad. “Yo no tenía nada que ver con el campo, ni siquiera vivía en el rural, sólo iba los fines de semana cuando iba a ver a mi abuela, pero para mí lo de cambiarme para el rural han sido todo ventajas. Estoy muy contenta de haberme ido para la ganadería, porque tengo otra independencia y puedo criar a mi hijo en un ambiente totalmente sano”, afirma.

El día a día de Quiara comienza dejando a su hijo Antón en el colegio. Después va para la granja, donde se ocupa de atender a los animales que están en la enfermería. “Miro temperaturas y veo si hay que poner calcio, vitaminas o algún otro tratamiento. Llevo ese control a primera hora y después me ocupo de la parte administrativa. Esa parte no me gusta tanto como tratar con los animales, pero a día de hoy las ganaderías tenemos que echar muchas horas con el papeleo”, se queja.

A día de hoy la mujer tiene un papel muy importante en las ganaderías, somos imprescindibles y estamos logrando que nos valoren

Quiara considera que a día de hoy “la mujer tiene un papel muy importante en las ganaderías, pienso que somos imprescindibles y estamos logrando que nos valoren como tiene que ser, igual que a un hombre. En nuestra granja siempre se contó mucho con nuestras opiniones, tanto la mía como la de mi suegra; sinceramente creo que mandamos más que los hombres a día de hoy”, asegura.

Por eso, dice, “me parece muy interesante que se organicen jornadas como esta por parte de la empresa que nos recoge la leche, donde se reconoce el papel tan importante que realizamos las mujeres en las ganaderías”. Quiara es de las ganaderas más jóvenes en estas jornadas de formación y lo hace con el ánimo de «desconectar un poco de la rutina y aprender» porque, dice, “siempre se aprende algo de las demás y de su experiencia”.

Grupo Lence Gandeiras con Actitude Rio4Julia Fernández, titular de una explotación en O Corgo

“Hay mujeres que se defienden tan bien como los hombres y explotaciones que han quedado en manos de mujeres y van hacia arriba”

Julia Fernández lleva toda la vida trabajando en la explotación familiar, ubicada en O Corgo, pero las vacas no estuvieron nunca a su nombre, hasta hace un año, cuando su marido, Fermín, se tuvo que jubilar por enfermedad. “Tuvo un brote de artritis y la explotación pasó a mi nombre”, explica Julia.

Su situación era la habitual hace 30 años en Galicia, una realidad que está cambiando hoy con el avance de la cotitularidad en las explotaciones. “Mis padres tenían vacas de carne en casa, pero cuando nos casamos decidimos pasarnos a la leche; ya llevamos más de 30 años produciendo leche”, cuenta.

Julia es hoy la titular de la explotación familiar después de la jubilación hace un año de su marido por enfermedad

Julia destaca las posibilidades de conciliación que ofrece el trabajo agrario. “Yo crié a mis hijos y cuidé a mis padres y a mi abuela. Atendía la casa y ayudaba en la ganadería. Siempre llevamos bien el trabajo entre los dos”, dice, aunque a veces sea difícil atender a todo: “igual es hora de recoger a los niños o de hacer la comida y hay un parto, hay días complicados”, reconoce.

Fue el propio Fermín el que la animó a apuntarse a la segunda edición de las jornadas Ganaderas con Actitud Río, que buscan incrementar la autoestima femenina en el sector. “Hay mujeres que se defienden tan bien como los hombres y hay ganaderías que han quedado en manos de las mujeres y van hacia arriba igual, yo no veo que un hombre tenga más importancia que una mujer en una explotación”, afirma Julia.

En una explotación hay que trabajar, es cierto, pero puedes obtener una rentabilidad como en cualquier otro sector

Para continuar produciendo leche en los próximos años y poder adaptarse a las actuales normativas, su granja necesitaría de nuevas instalaciones, reconoce, pero al no tener el relevo asegurado prefieren no hacer esas inversiones. “Tenemos dos hijos, pero tienen otros trabajos. Yo estaría encantada de que alguno continuase pero debe ser una decisión suya. Y es cierto que las vacas hay que ordeñarlas todos los días, es más sujeto que otros trabajos, pero puedes obtener unos ingresos igual que en cualquier otro sector. Yo nunca he tenido falta de nada, lo que muchas veces tengo es falta de tiempo para ir a gastar algo, eso sí”, bromea.  

Grupo Lence Gandeiras con Actitude Rio5Maite Vázquez, trabajadora de SAT San Antonio (Palas de Rei)

“Libro una semana completa al mes; tengo unas condiciones laborales que muchos envidian”

Maite Vázquez vivía en el rural pero nunca había trabajado en la ganadería hasta hace dos años, los que lleva como empleada en SAT San Antonio, de Vilar de Doñas, en Palas de Rei. “Me enteré de que buscaban gente, fui allí, probé y estoy encantada”, dice.

Ella encontró en el sector agroganadero una salida laboral. “Para mí es un trabajo como otro cualquiera. Soy del rural pero no tenía ninguna experiencia en esto, porque no teníamos vacas en casa. Ojalá me hubiera decidido antes a trabajar en el sector”, afirma.

La labor de Maite se centra en ordeñar. “Voy por las mañanas, nos lleva alrededor de tres horas, y cuando acabamos me marcho para mi casa y después vuelvo otra vez a la hora de ordeñar por la tarde”, explica. Comparativamente con otros empleos que tuvo antes, dice, “fue una lástima que esto no se me hubiera ocurrido antes, porque tienes una independencia y un horario que no tienes en ningún otro trabajo”, destaca.

Tengo un horario que te da una libertad total a la hora de poder hacer otras cosas

“Trabajamos tres semanas, con un fin de semana por medio, y después libramos una semana completa al mes, con fin de semana incluido. Para mí el horario está muy bien, porque una semana de vacaciones al mes no la tienes en ningún otro trabajo, eso te da una libertad total a la hora de poder hacer cosas. La verdad es que realmente hoy tengo una vida muy privilegiada y unas condiciones laborales que muchas personas del mi entorno envidian; vivo mejor que un funcionario”, recalca.

La falta de mano de obra es uno de los problemas más acuciantes de las explotaciones a día de hoy. Sin embargo, Maite no entiende como la gente no quiere trabajar en una granja: “Es un trabajo en el que no coges pesos, no es un trabajo cansado, y pasas frío o calor como en otro trabajo cualquiera. Las vacas dan olor sí, y acabas de trabajar y te tienes que duchar, pero igual que si trabajases en una pescadería”, argumenta.

Somos tres mujeres en la explotación y el ambiente de trabajo con nuestros compañeros es muy bueno

SAT San Antonio está formada por 5 socios, entre las que está también Pili, que acompañó a Maite a las jornadas organizadas por Río de Galicia. “Nos animamos a venir las dos y merece la pena, porque las herramientas personales que adquieres en este tipo de cursos te abre otras expectativas para el futuro en muchos ámbitos de la vida. Es interesante que otras mujeres vengan y las adquieran también”, dice.

El ambiente de trabajo en la explotación es algo que también quiere destacar Maite. “Somos tres mujeres, Pili, Ana y yo, y la relación con nuestros compañeros es muy buena; yo estoy como en mi casa”, destaca.

Reportaje elaborado con la colaboración comercial del Grupo Lence

2 ideas sobre ““Vivo mejor que si fuese funcionaria; ojalá me hubiera decidido antes a trabajar en la ganadería”

    • María

      Porque distorsión ella es empleada y tiene unas condiciones laborales que pocos trabajos las tienen

      Contestar

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