¿Cuanto se cobra por vendimiar en Galicia?

A punto de comenzar la vendimia las bodegas y viticultores se enfrentan a un problema cada vez más acuciante en el campo: La falta de personas dispuestas a trabajar. Analizamos como está la situación en Galicia.

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¿Cuanto se cobra por vendimiar en Galicia?

Vendima en la DO. Rías Baixas. Foto: Cedida

Comienza la época de vendimia, una de las más precoces y difíciles de los últimos años, principalmente por la falta de mano de obra. Hablamos con Manuel do Pazo, secretario de Unións Agrarias de la Denominación de Origen Rías Baixas, y con Carlos Basalo, secretario de la misma organización pero en el Ribeiro, para conocer cómo se afronta la campaña.

Fue un año difícil para los viticultores, pues implicó más esfuerzo y gasto del esperado, principalmente debido al problema del mildiu y del pedrisco. En este sentido, ambos insisten en la importancia de que el mercado asuma esos sobrecostes de producción de este año, por lo que el precio del vino debería subir ligeramente o como mínimo mantenerse en los valores actuales. También coinciden en la dificultad de encontrar mano de obra, un problema que cada año va a peor.

“La escasez de la mano de obra frena el avance del sector”

Carlos afirma que cada año resulta más difícil encontrar trabajadores para el sector agrícola en general e en el vinícola en particular, factor que dificulta mucho las posibilidades de crecer de las bodegas:

“La escasez de la mano de obra frena el avance del sector, ya que muchos viticultores desearían contratar a más personal para seguir creciendo pero no encuentran gente que quiera trabajar en el sector, y mucho menos que tengan formación o experiencia. Durante la vendimia sucede lo mismo, por eso cada vez más bodegas apuestan por traer cuadrillas de trabajadores especializados en vendimiar de fuera de Galicia e incluso de España, que en muchos casos cobran por kilo cosechado. Aún así, se está pagando como en años anteriores, entre 50 y 70 euros por jornada, a lo que habría que sumarle las comidas, que muchas veces se hacen en el propio campo o en los restaurantes de la zona.
En la comarca de Monterrei se nota menos este problema pues no se necesita tanta mano de obra al estar mucho más mecanizada. En las zonas próximas a Portugal también se nota menos pues viene más gente de allí a trabajar. A La mayoría de la gente, actualmente, no le gustan los trabajos agrónomos, huyen de trabajar en el campo. Incluso la gente joven que viene a vivir al rural, muchos no están interesados en estos trabajos”, advierte el responsable de Unións Agrarias en la DO. Ribeiro.

Por su parte, Manuel do Pazo confirma que los jornales se están pagando como en los años anteriores: “El precio por hora normalmente oscila entre los 8 y los 12 euros, lo que se viene pagando estos años. Las bodegas cada vez comienzan a buscar gente antes pues saben lo difícil que resulta encontrar trabajadores. Además, normalmente viene mucha gente del sector de la hostelería pero este año la temporada se está alargando más de lo normal y no se pueden incorporar a la vendimia. La gente pone carteles pero lo que mejor funciona es el boca a boca”, destaca el responsable de Unións en la Denominación de Origen Rías Baxias.

“La administración complica aún más poder contratar gente”

Ambos coinciden en que la Xunta y las administraciones públicas, lejos de ayudar, dificultan más la situación, aplicando restricciones que no tienen ninguna lógica y son inflexibles, haciendo que muchos trabajadores no se puedan incorporar por estar en situaciones incompatibles legalmente.

“Resulta muy difícil encontrar a gente que quiera trabajar y a la que le puedas hacer contrato, porque están jubilados, están cobrando el RISGA o el desempleo, o porque trabajan en otro sector y resulta incompatible, como en el caso de los mariscadores”, afirma Manuel.

Carlos Basalo, por su parte, habla del vacío legal que hay en la ayuda entre vecinos. “Supuestamente es legal que nos ayudemos entre vecinos siempre que no haya acuerdos económicos, esto se llama ayuda de buena vecindad. Ahora bien, si viene un inspector y resulta que en el DNI del vecino pone otra dirección, queda en la mano del inspector decidir si multar o no, y eso no puede ser. Tienen que solucionar estos problemas legales de una manera flexible, permitiendo que los amigos y familiares puedan participar, aunque está claro que es fundamental y bueno para todos que haya contratos y seguros”.

Tanto Carlos como Manuel recuerdan con cierta nostalgia cuando la vendimia era un momento de fiesta, de reunirse con los vecinos, amigos y familiares, de celebrar la recogida de los frutos de un año de trabajos en la viña. Con el paso de los años, se está perdiendo esta concepción festiva, convirtiéndose en un paso más en la producción del vino, cada vez más difícil de realizar, principalmente debido al abandono de los trabajos agrarios por gran parte de la sociedad, y también, debido a la falta de apoyo y flexibilidad institucional. Esperamos que sea un buen año de cosecha y que el tiempo acompañe.

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