La Asociación de Criadores de la Raza Porcina Celta (Asoporcel) considera importante acercar a los más pequeños de la familia a la realidad del rural gallego con los objetivos de desmontar estereotipos en cuanto a las labores agroganaderas y de hacerlos conocedores del funcionamiento del sector primario en general y de los diferentes sistemas de producción respetuosos con el medio ambiente en particular.
“Que la juventud, como generación consumidora del futuro, conozca de dónde proceden los alimentos que consumen y, por supuesto, que aprendan a valorar los productos gallegos de calidad diferenciada, es para nosotros un eje de trabajo imprescindible”, aseguran los portavoces de Asoporcel, al tiempo que valoran muy positivamente la receptividad de los niños y las niñas ante este tipo de actividades.
En concreto, en el que se refiere la esta línea de trabajo, la Asociación ofrece charlas y exposiciones en distintos centros educativos y, entre otras iniciativas, formó parte por segundo año consecutivo del proyecto “Da Escola á Granxa”, el programa de educación ofertado desde el área de Medio Rural, Mar e Xuventude de la Vicepresidencia da Deputación de Lugo a través de las Anpas para dar visibilidad a proyectos de emprendimiento en el rural.
En la primera convocatoria participaron las ganaderías lucenses de Porco Celta: Finca A Rega (Alfoz) el MVMC de Carballo (Friol), Porco Celta de Couboeira (Mondoñedo) y Casa da Fonte (Pantón). Esta última repitió este año, y a ella se sumaron Casa Labradela (Xove), Fraga do Coto (Vilalba) y la Fundación Terreo (Ribeira de Piquín).
Más de 5.000 niñas y niños de toda la provincia acudieron a alguna de las 106 visitas organizadas, en las cuales pudieron conocer de cerca el potencial y el nivel de innovación del sector productor lucense. De ellas, desde el área Rural de la Diputación de Lugo, se organizaron más de 30 visitas a granjas de ganado porcino autóctono en la concurrencia de las 2 convocatorias anuales.
Adaptando el contenido a la edad de los asistentes, ahondaron en aspectos como el valor de la labor ganadera, los motivos para fijar población en el rural, las bondades de la ganadería extensiva para recuperar tierras abandonadas y para prevenir los fuegos en el rural, el bienestar animal y la calidad de los productos que, como es el caso de los derivados del Porco Celta, son elaborados y comercializados por productores locales que generan valor añadido en el entorno y ayudan a la fijación de población en áreas del rural interior y de montaña.