«La sociedad tendría que premiar a los propietarios que conservaron las Fragas do Eume o el Courel»

Abordamos con el presidente de la Asociación Forestal de Galicia, Antonio Rigueiro Rodríguez, algunos de los temas de actualidad para los propietarios forestales y comunidades de montes, como el anteproyecto de Ley de lucha contra incendios, el minifundio, los problemas con el Catastros o las limitaciones del monte en Red Natura

«La sociedad tendría que premiar a los propietarios que conservaron las Fragas do Eume o el Courel»

Antonio Rigueiro Rodríguez, presidente de la Asociación Forestal de Galicia y catedrático emérito del Departamento de Producción Vegetal.

Antonio Rigueiro Rodríguez es el presidente de la Asociación Forestal de Galicia (AFG) y un gran conocedor de la realidad del monte gallego. Desde el año pasado que se jubiló, es catedrático emérito del Departamento de Producción Vegetal y Proyectos de Ingeniería de la Universidad de Santiago.

Además, durante 14 años ejerció como director de la Estación Científica del Courel (USC), lo que le permitió estar en contacto directo con la realidad de la montaña lucense. Con él abordamos algunas de las cuestiones que preocupan a los propietarios forestales y comunidades de montes, como el anteproyecto de ley de incendios, el minifundio que predomina aún en muchas zonas de Galicia, así como los problemas del Catastro o las limitaciones que hay en las zonas de Red Natura.

-Desde la Asociación Forestal de Galicia (AFG) han presentado una serie de alegaciones al anteproyecto de la Ley de Lucha contra los incendios forestales de Galicia, en concreto por la gestión de las fajas de seguridad alrededor de los núcleos de población. ¿En qué se basan?
-Comprendemos que lo primero que hay que proteger son los pueblos, las casas y la vida de las personas, pero también entendemos que es un tema de protección civil. Es decir, que esa necesidad de mantener limpias estas fajas no es responsabilidad de los propietarios, mientras que tal y como está redactado el anteproyecto de ley se consagra esa responsabilidad solo para el propietario forestal.

Las estimaciones apuntan a que el importe de mantener limpias todas las fajas secundarias costaría unos 85 millones de euros, aunque hay algunas que se encuentran ya con una actividad agropecuaria que las mantiene limpias, con lo que esta inversión se reduciría a 30 millones de euros. Nuestra propuesta es que esto sea financiado por las Administraciones y que no recaiga esa obligación en los propietarios forestales.

“Es un agravio para el resto de propietarios que solo se subvencione la limpieza de fajas secundarias de las parroquias con riesgo alto de incendios. Se penalizan las zonas con menos fuegos”

– En la actualidad, las Administraciones (Xunta y Fegamp) realizan desbroces bonificados en alrededor de 150 parroquias consideradas prioritarias. ¿Cómo ven esta situación?
– Es un agravio para aquellos propietarios de terrenos en fajas secundarias de parroquias con un riesgo de fuego bajo, que deben asumir su limpieza. Mientras, a los propietarios con parcelas en parroquias prioritarias (aquellas que registran mayor número de fuegos) la Administración les subvenciona estos desbroces. Es un agravio para el resto de los propietarios que se subvencione la limpieza de fajas secundarias de estas parroquias y que no se haga lo mismo con el resto de parroquias, ya que de este modo las que menos fuegos tienen se están castigando, en vez de salir favorecidas.

-Otro de los temas sobre los que se lleva mucho tiempo debatiendo es el minifundismo forestal y ahora vuelve a estar de actualidad con la creación de las agrupaciones de gestión conjunta. ¿Qué perspectivas tienen sobre ellas desde la AFG?
-Tenemos esperanzas puestas en ellas, después de que haya habido otros intentos por afrontar el minifundio, como fueron las UXFOR (en el bipartito) o más recientemente las SOFOR, que no han dado mucho resultado. Ahora estamos esperando que el día 23 de este mes de junio, en el Consello Forestal, se presente el borrador de los estatutos de estas agrupaciones de gestión conjunta y un borrador del tipo de contrato que deberán firmar los propietarios.

La superficie mínima son 10 hectáreas, como mínimo deben ser 3 propietarios y tienen que estar de acuerdo los propietarios del 75% de la superficie. Este es un requisito muy importante, ya que en Galicia hay bastante rechazo al asociacionismo para la gestión de la tierra, por lo que el hecho de que no tenga que ser el 100% de la superficie puede ser decisivo para que puedan ir adelante. También suponemos que las ayudas de las Administraciones irán encaminadas a este tipo de agrupaciones, por lo que también puede ser un incentivo para su creación.

“Estamos esperando a que se presenten los estatutos para poder crear las agrupaciones de gestión conjunta”

-¿Qué trabajo están realizando con sus socios para fomentarlas?
– Nuestra intención es fomentar su creación entre nuestros asociados porque creemos que puede ser una manera de superar el minifundismo. Ya lo estamos haciendo con iniciativas como las desarrolladas con Promas de A Mariña y en la provincia de A Coruña, que de alguna manera ya casi son agrupaciones de gestión conjunta. Falta darle la forma legal, para lo cual es preciso que se presenten esos estatutos, que ya llegan con casi dos años de retraso.

“En algunas zonas de Ourense se desconoce el propietario de cerca del 40% de la superficie forestal”

-Junto con el minifundio, una de las trabas para la gestión de los montes es la problemática del Catastro en Galicia, que presenta errores, falta de actualización, propietarios desconocidos… ¿Qué impacto tiene en los propietarios?
-Es una reclamación recurrente, de hecho el tema se volvió a tratar en la última asamblea de la Asociación, que celebramos a finales del mes de abril. Volveremos a enviar una petición para entrevistarnos con el delegado del Catastro, al no tener por el momento contestación, ya que queremos poder tratar la situación con él.

Hubo muchas revisiones del Catastro, pero seguramente la que está vigente sea una de las peores. Hay un gran número de parcelas con errores en la cartografía o en la identificación del propietario e incluso muchas de ellas de propietarios desconocidos. En algunas zonas de Ourense se desconoce el propietario de entre el 35 y 40% de la superficie de monte, según datos del Agader. En Galicia tampoco es un porcentaje nada despreciable, puesto que posiblemente se encuentre entre un 20 y un 30%.

Estos errores generan a los propietarios un importante perjuicio, ya que incluso se están dando casos de venta de madera por parte de personas que no son los propietarios de la parcela.

-¿Cómo se podría solucionar esta problemática?
-Hay distintas medidas que se pueden tomar. Por un lado tratar de aclarar la propiedad y actualizar el catálogo en cuanto a los propietarios, para que figuren los propietarios actuales y no sus antepasados. También habría que mejorar la cartografía, echando mano de las nuevas tecnologías, que pueden contribuir a tener referencias de gran calidad. Y sin dilatarlo mucho en el tiempo, sería conveniente hacer un nuevo Catastro.

– La demanda de una mejora de la fiscalidad de los propietarios particulares y comunidades de montes es otra de las líneas de trabajo de la AFG de los últimos años. ¿En qué se basa la propuesta que se hace desde la Asociación?
-Uno de los aspectos más importantes tiene que ver con el tratamiento fiscal que tienen muchos propietarios forestales. Aquellos propietarios que se deben acoger al sistema de estimación directa para la venta en madera, al tener ya ese régimen para su actividad principal, tienen un agravio frente a los propietarios que para la venta de madera pueden hacer una estimación objetiva (funcionarios, pensionistas…). A aquellos que lo hacen por estimación directa solo se les permite desgravar los gastos que tuvieron a lo largo de los años (podas, desbroces…). Toda vez que se trata de turnos de tala que pueden llegar a varias generaciones, es difícil que se guarden los recibos durante este tiempo.

Mientras, los que pueden acogerse a una estimación objetiva, simplemente se les aplica un coeficiente en función del tipo de especie (de crecimiento rápido es el 0,26% y para las de crecimiento lento del 0,13%). Realmente es un tratamiento muy favorable y buscamos que se pueda extender a todos los propietarios.

-¿Hay posibilidades de lograrlo? ¿Han tenido respuesta a esta petición?
-El Ministerio de Transición Ecológica se muestra partidario, pero las reticencias vienen por parte de Hacienda, que ya rechazó la propuesta. Seguiremos trabajando para conseguir un trato más justo para los propietarios.

«Sería interesante incrementar la superficie forestal pública adquiriendo espacios de gran valor ecológico»

-La compleja gestión del monte que se encuentra bajo la protección de Red Natura es una de las cuestiones recurrentes en las asambleas de la AFG. ¿Cuáles son las principales limitaciones en estos espacios?
-Hay limitaciones que están ya contempladas en el propio Plan director de la Red Natura. No se pueden plantar determinadas especies, como eucaliptos. Es una medida acertada, ya que en Galicia también debemos de tener algunos espacios preservados. Tampoco se pueden instalar parques eólicos e incluso hay limitaciones para las talas de frondosas. El problema es que estas directrices limitan el aprovechamiento de los propietarios, por eso desde la Asociación Forestal de Galicia defendemos que se mantengan este tipo de espacios protegidos, pero se compense a los propietarios por el lucro cesante de estos montes, que suelen ser muy valiosos.

Debería de premiarse a los propietarios que permitieron que espacios naturales de gran valor como las Fragas do Eume o la Sierra del Courel lleguen a nuestros días y no limitarles la actividad y el uso, sin ninguna compensación. Los propietarios lo interpretan como un castigo, cuando estos espacios repercuten en un beneficio para el resto de la sociedad. Habría que establecer un sistema de compensación para estos propietarios.

-En el caso de las Fragas do Eume, hay una percepción de los visitantes al espacio de que el cultivo del eucalipto está muy extendido, en las partes medias – altas del valle, principalmente. Como presidente de la junta rectora del Parque Natural, ¿cómo se conjuga ahí la conservación de un espacio natural y los derechos de los propietarios?
-Es cierto que hay parcelas de eucalipto y hubo incendios que permitieron que el eucalipto se fuera extendiendo. También hay una conciencia de que en un parque de estas características no haya esta especie, de hecho acaba de aprobarse ahora el plan rector del Parque Natural, que lleva un retraso de unos 25 años.

En este plan se establecen zonas donde los usos son muy limitados, ya que tienen mayor valor por su biodiversidad, y otras en las que hay más usos permitidos. También se limitan especies o las infraestructuras, para así conservar el espacio.

Por otra parte, la Consellería de Medio Ambiente habilitó líneas de ayuda para la transformación de estos eucaliptales en montes de frondosas u otras especies. Además desarrolló un plan de compra para adquirir parcelas en las Fragas do Eume, atendiendo a una reivindicación histórica de los propietarios. Es una medida que considero acertada, no solo para el parque del Eume sino para la Red Natura en general, puesto que en Galicia la administración pública solo tiene un 2% de la superficie forestal y sería interesante que se fuera incrementando, centrándose en estos espacios de gran valor ecológico y donde los propietarios tienen muchas limitaciones.

– Vayamos a otra zona de Red Natura. Como buen conocedor de los montes del Courel por su trabajo en la Estación Científica de la USC, ¿cómo valora la situación de la Sierra?
-El Courel, junto con los Ancares, está en una zona especial de conservación y es el espacio más extenso de la Red Natura que tenemos en Galicia, con 110.000 hectáreas. Estamos en zonas de montaña con población envejecida y escasa y con una reducción muy significativa de la actividad agroganadera, con abandono de los terrenos agrícolas y forestales. También hay plantaciones de pino que no tienen un tratamiento silvícola adecuado y el fuego puede acabar afectando mucho territorio, como ya aconteció.

-Luego de aquel fuego hubo críticas a las superficies repobladas con pino en la sierra. ¿Cree que fueron un problema?
-Hay colectivos en la Sierra del Courel que creen que esos pinares fueron una de las causas para que el incendio fuera tan virulento. Es cierto que los pinares que estaban abandonados ardieron, pero también ardieron muchas zonas de matorral y aunque ardieron menos, también se quemaron algunas zonas de frondosas (sotos y robledales). Incluso llegó a estar amenazada la Devesa de la Rogueira, un símbolo del Courel.

«En Vilar están valorando hacer plantaciones de castaños, de pinos, de frutales, de plantas medicinales… que sirvan de experiencia piloto para realizar en otras áreas del Courel»

-¿Cómo habría que enfocar la restauración del espacio?
-Hay iniciativas de la Administración para la recuperación y plantación de nuevos sotos. En las zonas de matorral se va recuperando poco a poco. También es cierto que se perdió tierra, ya que tras el fuego hubo importantes lluvias. En esas zonas la recuperación será mucho más lenta, incluso en el matorral. Hay alguna iniciativa a pequeña escala en Vilar para hacer plantaciones de castaños, de pinos, de frutales, de plantas medicinales… que sirva de experiencia piloto para ver lo que se podría realizar en otras áreas de la montaña.

-En los últimos años hemos vivido grandes fuegos en zonas como Ancares, Courel o Valdeorras. ¿Veremos más fuegos así en los próximos años?
-Por desgracia creo que sí. Estamos viviendo los efectos del cambio climático, con el incremento de las temperaturas y las sequías, tal y como muestran los datos, por ejemplo del último año hidrológico (septiembre de 2021 a ese mismo mes de 2022). En este año, las precipitaciones en Galicia fueron la mitad de la media de los últimos años. Estos períodos de sequía prolongada y altas temperaturas favorecen los grandes fuegos, que son muy difíciles de atajar y peligrosos.

-La sequía es un aliado para los fuegos en el monte, pero ¿qué efectos puede tener el estrés hídrico en las enfermedades y plagas forestales?

-Tanto la sequía como efecto del cambio climático, así como la globalización, se relacionan con la expansión de plagas y de especies invasoras. Un ejemplo de eso es que en los últimos años hubo una elevada afectación de banda marrón, que afecta sobre todo al pino insigne, aunque esta campaña hay menos incidencia.

Tenemos que estar alerta y no podemos bajar la guardia. En el eucalipto se vio en los últimos años en determinadas comarcas una explosión del hongo Mycosphaerella, pero también se está teniendo ya alguna planta resistente. Aunque aparecen problemas sanitarios, también se está avanzando en investigación y en la obtención de plantas mejoradas y resistentes. Cada vez se trabaja más con soluciones respetuosas con el medio, como en el caso de la avispilla del castaño o el gorgojo del eucalipto, contra los que se están consiguiendo resultados favorables mediante la lucha biológica.

“Debería priorizarse la investigación aplicada, que responda a los problemas que se detectan desde el sector, dada la importancia que tiene en Galicia”

– ¿Cuáles deberían ser los objetivos prioritarios en la investigación forestal en Galicia?
-Aunque es importante la investigación básica, también debería priorizarse la investigación aplicada al sector, es decir, que responda a los problemas que se detectan desde el sector, dada la importancia que tiene en Galicia. Sería interesante que la Administración estableciese un plan de investigación agroganadero y forestal para atender los problemas de estos tres subsectores.

«La idea es que Galicia también pueda producir madera de frondosas de calidad»

-Conocidos los nuevos datos de superficies por especies en el nuevo Inventario Forestal de Galicia, ¿cómo valora la situación del monte gallego?
-Seguimos teniendo la misma superficie global de arbolado (1.400.000 hectáreas) y de matorral (600.000 hectáreas). Lo que cambia con respecto a los datos de anteriores inventarios forestales es el reparto, con más superficie de frondosas, tenemos también algo más de eucalipto y menos pino.

Hay que tener en cuenta también que esas 600.000 hectáreas de masas de frondosas no son de plantaciones con material genético de calidad, ni con tratamientos silvícolas adecuados, ni están pensadas para la producción de madera de calidad, que es algo que Galicia también necesita. Son masas de frondosas en muchos casos fruto del abandono y que tienen un importante valor paisajístico, pero no productivo.

-¿Qué sería preciso para crear una oferta de frondosas atractiva para la industria de la madera?
-En algunas zonas, donde tengan un mayor valor paisajístico y de conservación del medio, sobre todo aquellas que estén en zonas de Red Natura, habrá que conservarlas. Mientras, aquellas en las que se pueda hacer un aprovechamiento productivo, sería de interés aplicar tratamientos silvícolas adecuados para lograr un aprovechamiento maderero de calidad.

Precisamente, en el próximo Consello Forestal se presentará el Plan de Aprovechamiento de Frondosas de Galicia para producir madera de calidad, en el también se incluye hacer plantaciones con material genético de calidad. El objetivo es que Galicia, que es un productor de madera, sobre todo de eucalipto y pino, también pueda producir madera de calidad de frondosas, ya que se está importando este tipo de madera.

– En el caso del eucalipto, cuya superficie también se incrementó en relación a los últimos datos que se manejaban, cuando acabe la moratoria en el 2025, ¿cómo sería partidario de regular la especie?
-Esta moratoria fue aprobada por los 3 grupos políticos del Parlamento, entonces cabe pensar que se busque de nuevo ese consenso. Podría suceder que continúe la moratoria, una opción que preferirán los que tienen eucalipto, ya que ellos podrían seguir cortando y plantando, al tiempo que se limitaría la competencia y la caída de precios por exceso de producción.

También podría darse que se levantara por completo la moratoria, lo que podría ocasionar que vuelva a haber un gran interés por plantar eucaliptos, lo que seguramente llevaría a una nueva moratoria a corto plazo.

Cuando acabe la moratoria del eucalipto, sería partidario de establecer limitaciones territoriales y de superficies mínimas de la especie

Una tercera vía es que con el fin de la moratoria se establezca una tercera vía, con ciertas limitaciones a la hora de realizar plantaciones de eucaliptos. Limitar el territorio donde plantar esta especie y fijar una superficie mínima para atajar el mosaico de eucalipto que había antes de la moratoria por toda Galicia. De este modo, se podría superar el minifundio y se fomentaría la gestión del monte de manera conjunta, como con las agrupaciones de gestión conjunta o con las comunidades de montes. Además, debería limitarse la proporción de eucalipto de nueva plantación, siendo mínima, y que el resto tenga que plantarse con otras especies.

» La moratoria del eucalipto y la subida del precio de la madera de pino de calidad favoreció que se incremente el interés de los productores por el pino»

– El pino ha sido en los últimos 15 años una especie en regresión en el monte, si bien los datos apuntan a un aumento de las plantaciones en monte. ¿Hay que ser optimistas sobre el futuro del pino en monte?
-Pienso que sí. Es verdad que desde que se comenzó a hablar de la moratoria y ya años antes, se estaba viendo un boom del eucalipto, en parte por el precio alto que se estaba pagando por el eucalipto en comparación con el pino. Mientras el eucalipto para trituración podía rondar los 30 euros la tonelada, en el pino para el mismo fin el precio caída hasta los 15 euros.

Pero, desde hace un par de años el precio de la madera de pino ha mejorado notablemente y hoy la tonelada de pino de calidad para sierra puede llegar a pagarse a 60 o 80 euros la tonelada, mientras que la de eucalipto está a menos de la mitad. Esto, junto con la moratoria del eucalipto, ha favorecido que el propietario se anime a plantar pino, aunque el turno de corta sea un poco más largo.

En el año 2022 se plantaron unas 5.000 hectáreas de pino en Galicia (2.000 de pino insigne y 2.000 de pino del país y unas 1.000 de pino silvestre) y se vendieron unos 6 millones de plantas, lo que hace que sea un año récord. Hay una buena tendencia de recuperación del pino y esperemos que cuando se levante la moratoria del eucalipto no se rompa esta tendencia.

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