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El Grupo de Investigación Plantas, Suelo y Aprovechamiento de Subprodutos BV1, con sede en la Facultad de Ciencias del campus de Ourense, está participando en un proyecto que bajo el título «Innovación en el proceso productivo para una apicultura sostenible». Su objetivo principal es incrementar la competitividad y sostenibilidad de este sector a través tanto de la diversificación de la producción apícola cómo de la reducción de los costes de esta producción.
El proyecto, liderado por la Agrupación Apícola de Galicia y realizado en colaboración con empresas y apicultores del sector, está cofinanciado por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader) en el marco del Programa de Desarrollo Rural (PDR) de Galicia 2014-2020, en la convocatoria de 2020. La participación de la Universidad de Vigo, que se prolonga desde este año y hasta 2022, está liderada por M. Carmen Seijo, profesora e investigadora del Departamento de Biología Vegetal y Ciencias del Suelo de la UVigo, y con ella se da continuidad a la línea de especialización de su equipo en el campo de la apicultura.
Sobre la relevancia de apostar por la innovación en el proceso productivo para una apicultura sostenible a través de iniciativas como este proyecto, el equipo participante de la UVigo explica cómo «la apicultura es una de las actividades agroganaderas de mayor tradición en Galicia pero también una de las más vulnerables a los cambios que suceden en un entorno globalizado actual».
Entre esos cambios, destaca el efecto de la dinámica climática sobre la fenología de las especies, afectando a los recursos nectaríferos y al aprovechamiento por las abejas, y en las consecuencias de la entrada de especies invasoras como la Vespa velutina o los efectos de Varroa destructor sobre las colonias de abejas. También apuntan la necesidad de introducir nuevas tecnologías en el sector para la mejora de los sistemas de manejo.
Dos líneas de actuación
En este contexto, las líneas de trabajo del grupo de investigación BV1 están encaminadas, tal y como apuntan sus responsables, a «fomentar un sector apícola productivo, competitivo, con alto grado de resiliencia a las amenazas y por lo tanto económicamente viable».
El proyecto que desarrollan, detallan, tiene dos vertientes: la diversificación de la producción apícola y la mejora de sus métodos y técnicas de manejo, para hacer frente a los retos de la apicultura actual. La primera vertiente se dirige a la puesta en valor de productos de la colmena como el polen y los propóleos. «La obtención de ambos productos está cada vez más introducida, constituyendo una alternativa económica para los apicultores en años de mala cosecha de miel», indican. La participación del grupo de la Facultad de Ciencias se centra en este campo en la mejora del conocimiento de las características de estos productos que dependen fundamentalmente del origen botánico. «El objetivo final es tener información sobre el producto para garantizar su autenticidad y facilitar su etiquetado», afirman.
La segunda línea de trabajo está relacionada con la introducción de nuevas tecnologías para facilitar el manejo de las colmenas y se basa en la instalación de sistemas de monitorización de colmenas que permitan obtener datos para mejorar la gestión de las explotaciones apícolas. «En especial, estos sistemas de monitorización constituyen un método de seguimiento en remoto de las colonias, pudiendo proporcionarnos datos como el estado general de la colonia, la entrada de flujo de néctar o la presión de velutina», comentan las investigadoras. De este modo, apuntan, se busca «reducir las operaciones de los apicultore, reduciendo con ellos los costes operativos y los gastos directos, que dadas las características de Galicia representan casi el 70% de los costes productivos».
El plan de trabajo del proyecto, indican por último desde su organización, incluye líneas de actuación que convergen «en la reducción de costes para las explotaciones, en la diversificación de la producción, en el uso eficiente de los recursos, en la mejora de los servicios de polinización en los ecosistemas agrarios, en la reducción del impacto del cambio climático en la agricultura gallega y en el uso de las nuevas tecnologías».
