Ourense se ha convertido en las últimas décadas en un agujero negro en el capítulo de incendios forestales. Los datos son concluyentes. La provincia acumula 27 de las 35 parroquias de alta actividad incendiaria de Galicia. El 21% de la superficie forestal de la provincia ardió en la última década, un porcentaje que dobla al promedio gallego, y Ourense registró además en los últimos 30 años la mitad de los grandes incendios forestales de Galicia, es decir, aquellos mayores a 500 hectáreas.
El panorama que presentan buena parte de los montes afectados por los fuegos en Ourense, superficies rasas con tendencia al abandono, explica también uno de los datos más significativos de los incendios en Galicia. En el 2020, de las 14.800 hectáreas que ardieron en la comunidad, sólo 1.950 estaban arboladas, en tanto más de 12.800 carecían de árboles y de aprovechamientos forestales.
La elevada tasa de monte raso quemado en el 2020, el 87%, se corresponde con la tendencia que se viene registrando en los últimos 20 años, en los que alrededor de dos tercios de las superficies afectadas carecían de arbolado, según los datos del Plan de Defensa contra Incendios Forestales de Galicia (Pladiga 2021).
La excepción es el año 2017, en el que una prolongada seca se combinó en octubre con fuertes vientos y actividad incendiaria, desencadenando grandes fuegos que arrasaron en tres días con 50.000 hectáreas. Ese año se saldó con 62.000 hectáreas quemadas, de las que 32.000 eran arboladas.
Se da la circunstancia de que los dos años de la última década con más fuegos, el 2017 y el 2011, se caracterizaron por importantes incendios en el mes de octubre, después de prolongadas secas y coincidiendo con circunstancias meteorológicas adversas.
La mayoría de los fuegos se registra en primavera y en verano, pero octubre se va configurando también como un mes de alto riesgo en años específicos marcados por un inicio de otoño seco.
Detallamos a continuación las parroquias de alta actividad incendiaria en el 2021.