El gusano gris, una amenaza para esta campaña del maíz: claves para controlarlo

El aumento de estas larvas en las fincas provoca que la planta seque y tener que volver a sembrar las zonas afectadas. Advierten sobre los daños que pueden darse en el tiempo de la cosecha por los ataques tardíos de la rosquilla. Recogemos las recomendaciones para afrontar esta plaga

El gusano gris, una amenaza para esta campaña del maíz: claves para controlarlo

Planta de maíz marchita tras un ataque de rosquilla.

Esta primavera muchas plantaciones de maíz están viéndose afectadas a causa del gusano gris (Agrotis segetum), conocido también como rosquilla del maíz, por ser una de las plantas de las que se alimenta. En algunas zonas está causando auténticos estragos en el cereal, obligando incluso a tener que volver a sembrar buena parte de la parcela.

El gusano gris es una larva que suele estar presente en Galicia y dejar daños puntuales en los cultivos, pero esta campaña se ha registrado una explosión de la plaga, lo que provoca que algunas plantaciones se vean seriamente afectadas, sobre todo aquellas que fueron sembradas más tarde. Además del maíz, esta larva está afectando este año también de manera significativa a otros forrajes como el girasol, la alfalfa o cultivos como la cebolla o incluso la patata.

Las plantaciones en las que la siembra se hizo más tarde son las más afectadas

Están localizándose daños en toda Galicia, a excepción de aquellas zonas más frías, donde parece haber una menor incidencia del gusano. En las comarcas coruñesas de Ordes o Bergantiños se detectaron importantes daños en parcelas, lo que obligó a volver a sembrar. “Desde Oficinas Agrarias Comarcales de Coruña y Lugo nos informan de que está habiendo daños y llaman para preguntarnos cómo abordar la plaga”, apuntan desde el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (Ciam).

¿Por qué este año hay más gusanos?

Los expertos coinciden en señalar en que este año se dieron condiciones muy favorables para que buena parte de los huevos sobrevivan y haya una explosión de gusanos, que es la fase en la que causa mayores daños a los cultivos. En el caso del maíz, el propio ciclo de la plaga es bastante parejo al del maíz, por lo que es uno de los cereales más afectados.

“El invierno suave que hemos tenido este año es la causa de que se haya dado esta explosión de gusanos”: Jesús Collar, investigador experto del Ciam

“El invierno suave que hemos tenido este año es la causa de que se haya dado esta explosión de gusanos”, explica Jesús Collar, ingeniero agrónomo del Ciam y uno de los mayores expertos en Galicia sobre esta plaga. Los gusanos precisan de temperaturas cálidas para sobrevivir, entre 24 y 28 grados, así como un alto grado de humedad y sobrevive incluso en zonas anegadas, lo que está dejando una gran incidencia desde zonas de Mazaricos (A Coruña) hasta Allariz (Ourense), como apuntan desde el Ciam.

verme gris

Gusano gris al lado de una planta de maíz.

“Otras primaveras se registra más frío en marzo y abril y buena parte de los huevos o los gusanos en las primeras fases acaban muriendo, mientras que este año el calor propició que sobrevivieran más individuos”, explica José Manuel Medeiros, ingeniero agrónomo y jefe de ventas en la cooperativa AIRA.

También hay que tener en cuenta que es una plaga muy explosiva, es decir, con un rápido crecimiento, lo que provoca que tras detectar los primeros daños, si no se trata puedan verse afectadas muchas plantas.

Daños más allá del tiempo de la siembra

El gusano gris, a partir del tercer estadio, vive enterrado en el suelo, a una profundidad de entre 1 y 2 centímetros y se alimenta de la parte central del maíz en las primeras fases de desarrollo del cereal. El ciclo del maíz y el del gusano coinciden en el tiempo, por lo que la etapa más susceptible para el cereal es también la de desarrollo del gusano en la tierra.

“En las plantas dañadas por el gusano gris durante el cuarto y quinto estadio los síntomas son fácilmente reconocibles: cortan o roen el cuello, lo perforan internamente y ascienden por la cavidad del tallo hasta cierta altura”, detalla un informe sobre la plaga elaborado por el grupo de trabajo fitosanitario de laboratorios del Ministerio de Agricultura. De este modo, las plantas aparecen secas y acaban por secar si el ataque se produce precisamente en las primeras fases de crecimiento.

El maíz es muy sensible al ataque del gusano mientras que no cuenta con 6 o 8 hojas, de manera que acaba secando cuando la rosquilla le roe el cuello

Mientras el maíz se encuentra en estado de plántula, es decir hasta que no se alcanza el cierre del maíz y el cereal no cuenta con 6 o 8 hojas, es la fase más delicada y donde el ataque de rosquilla puede dejar más daños, ya que hace secar la planta.

Las altas temperaturas y el alto grado de humedad registrados están ocasionando que las plantaciones que fueron sembradas más tarde estén teniendo más daños. “Las plantaciones que se hicieron a mediados de mayo están teniendo más daños”, explica Juan Valladares, investigador del Ciam.

Recomiendan controlar la plaga en las fincas de maíz para evitar que los ataques tardíos, que afectan a las raíces secundarias, terminen por tumbar las plantas cuando estén próximas a la cosecha

Más allá de los daños que puede causar el gusano en las primeras fases de crecimiento del maíz, también es importante mantener a raya la plaga, ya que también puede causar daños en el desarrollo de la planta que finalicen por condicionar la cosecha. “Los ataques tardíos de rosquilla afectan ya no a la parte del tallo, sino a las raíces secundarias, que sirven de anclaje de la planta”, explica Medeiros.

raices afectadas por verme gris

Raíces de una planta de maíz sana y una planta afectada por ataques de rosquilla.

“Si los ataques de rosquilla son más tardíos le afectan a las raíces sustento y cuando la planta está alta puede acabar tumbada por el viento”, confirma Collar. Así, los ataques tardíos de rosquilla pueden provocar que la planta caiga antes de que llegue a criar espiga o a madurar, obligando a ensilar antes de tiempo, como ha ocurrido ya en otras campañas. 

Mientras que los ataques cuando el maíz es más pequeño son fáciles de detectar, ya que las plantas acaban murchando, cuando se trata de ataques tardíos la planta no presenta daños aparentemente, por lo que es muy importante revisar la tierra para comprobar la presencia de gusanos.

Medidas para atajar la plaga

Al tratarse de un gusano que permanece enterrado, los expertos coinciden en la importancia de revisar los cultivos para conocer la afección real de la plaga. “Es necesario remover la tierra cerca de la planta para comprobar la cantidad de gusanos que hay”, explican los investigadores.

Una vez constatada la presencia de la plaga recomiendan tratar para evitar que siga causando daños tanto inmediatos como con ataques tardíos. Recogemos algunas de las recomendaciones y consideraciones a tener en cuenta para atajar la plaga:

-Tratamientos

-Los tratamientos autorizados y más comunes para atajar la plaga son insecticidas piretroides como Delta EC Deltametrin o Lambda cihalotrin.

-También hay tratamientos biológicos, muy empleados para cultivos de huerta, ya que carecen plazos de espera de seguridad que cumplir. “Dentro del Bacillus thuringiensis la variedad aizawai es la más eficaz para el gusano gris. También la variedad Kurstaki puede resultar útil”, explica Collar. Como reconoce el experto, estos tratamientos además de tener un coste más elevado, tampoco tienen gran eficacia si el gusano se encuentra en los estados finales de las fases de su evolución.

-Hay expertos que apuntan también al empleo de nematodos entomopatógenos, como la Steinernema feltiae, que para los tratamientos de suelo pueden ser muy efectivos.

-Aunque no hay consenso entre los expertos, Collar apunta que incorporar soluciones granuladas puede ser también una alternativa en las primeras fases de la plaga. “Si cuando se comienza a preparar la tierra para el cultivo se realiza un control previo y se comienzan a ver larvas es recomendable emplear estos granulados para atajar ya la presencia de la plaga”, concreta. Mientras, otros técnicos reconocen que estas soluciones no les resultaron efectivas.

-Método de aplicación

-Es recomendable emplear abundante caldo de agua para su aplicación, ya que así se consigue llegar mejor donde se encuentra el gusano. “Solemos emplear entre 800 a 1.000 litros por hectárea”, explica Juan Valladares.

-Debe aplicarse en días nublados y sin lluvia, para evitar que el agua termine arrastrando el producto.

-Se recomienda aplicar el insecticida en las últimas horas del día, ya que es una solución que se degrada con la luz y dado que el ciclo de actividad del gusano también es nocturno. “Es un insecticida por contacto, por lo que se busca que el gusano esté en contacto con él cuando sale a comer por las noches”, explica Collar.

-Si hay mucha cantidad de gusano se recomienda tratar aunque el maíz ya tenga más de 8 hojas, para evitar que se produzcan ataques tardíos que afecten a las raíces secundarias y al anclaje de la planta adulta.

-Aprovechar para aplicar un abono foliar. “Si es preciso entrar en la finca para aplicar el insecticida puede ser muy acertado aprovechar para aplicar un abono foliar, cuyo coste por hectárea es bajo y que sin embargo favorece mucho al desarrollo del maíz”, aconseja Medeiros.

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