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Ya con anterioridad a la actual peste llamada Covid-19, hace más de dos años que en el rural de Galicia comenzamos a padecer una epidemia no menos letal que la actual, esta última, con nombre, pero también con apellidos. A finales de septiembre del año 2018, el ourensano José González Vázquez se hizo cargo del departamento de Medio Rural de la Xunta de Galicia, desde entonces, mucho de lo que ocurre en esta Consellería carece de sentido.
No puedo dejar de referirme al producto más vendido como un catalizador y que solucionará todos los problemas en las zonas rurales, las famosas «Aldeas Modelo», el costo será demasiado alto, el rural gallego no precisa de ensayos que después no se sabe cómo mantener, inventando para eso métodos incongruentes. Parece que los tecnócratas de esta Consellería no tuvieron en cuenta que la maleza crece de nuevo, para que en un corto período de tiempo encontremos esas zonas en la misma situación que anteriormente, debido a la falta de actividad agrícola, dado que son zonas desfavorecidas que no son aptas para implantar ningún tipo de actividad agro-ganadera. Y mucho menos el campo gallego requiere de inversiones en ‘museos’ con la finalidad de que sean la exhibición de nuestro rural, siendo ya de por sí el propio rural gallego nuestro mayor escaparate.
Durante estos dos años, la Consellería apostó por una serie de medidas que se materializaron en un nivel de ejecución muy bajo, por no decir nulo, y aun así, se siguen proponiendo modificaciones y traspasos de partidas económicas, parece que de una manera unilateral. El objetivo de este injustificado traspaso de fondos para nada favorece la economía y el desenrollo rural, sino que se realiza el capricho de la Consellería para invertir en proyectos que llevarán al ocaso definitivo de nuestro rural.
«La línea de trabajo que se está siguiendo supondrá un fracaso rotundo del rural gallego, para nada se está impulsando el desarrollo rural tal y como se entiende desde la base territorial, habida cuenta el conocimiento y las necesidades»
La justificación de dicha reestructuración, no puede ser otra, que tratar de comprometer fondos para esos proyectos que desde la Consellería se consideran ‘estrella’, que no van a suponer ni desarrollo, ni asentamiento, por ser algunos inviables, innecesarios o poco eficaces. La línea de trabajo que se está siguiendo supondrá un fracaso rotundo del rural gallego, para nada se está impulsando el desarrollo rural tal y como se entiende desde la base territorial, habida cuenta el conocimiento y las necesidades.
Es totalmente incoherente que en las últimas anualidades, los fondos del Plan Marco se vean reducidos drásticamente, una reducción desproporcionada en la que la población rural verá como se deja una vez más abandonada, sin el mantenimiento de las vías que usan a diario, ya que este Plan Autonómico era una herramienta básica para todos los municipios rurales.
Los GDR son la fuerza motriz y el factor fundamental dentro del medio rural, crean y consolidan empleo, conociendo de buena tinta las necesidades del territorio, distribuyen los fondos dotados según una estrategia clara y definida para promover el medio rural, de ahí el éxito de su ejecución en el marco del PDR actual, y que en el nuevo marco les gustaría prescindir de ellos, pero saben que no pueden, y por lo tanto quieren transformarlos en meros asesores.
Mi reflexión es, si no sería una mejor opción, entre otras, para esas partidas presupuestarias que quedan sin ejecutar, y algunas que se pretenden destinar en las aldeas modelo o en la creación de museos rurales, modificar las mismas para fomentar los intercambios voluntarios ya previstos en el marco de la reestructuración parcelaria y así hacer las explotaciones más viables y con más capacidad de crecimiento reduciendo los costos de producción, con parcelas agrupadas y rentables.
Se avecinan malos tiempos para nuestro rural, hoy por hoy que estamos inmersos en una pandemia sanitaria y también económica, en que no tenemos tiempo para experimentos, debemos de tener gestores capaces de apoyar al rural con medidas reales, directas y que tengan como finalidad impulsar nuestro medio. Estoy seguro de que acabaremos con la Covid-19 mediante la vacuna que en estos momentos se está administrando, como también espero que pronto dispongamos de la vacuna idónea para también disipar la otra pandemia, por el bien del rural gallego.
