La rinotraquis infecciosa bovina (IBR) está ampliamente extendida entre la cabaña ganadera. A pesar de los esfuerzos realizados en los últimos años, la situación en comunidades como Galicia dista mucho de permitir su erradicación a corto plazo, mientras a nivel europeo países como Alemania han sido ya declarados libres de IBR.
Ante esta realidad, el Ministerio de Agricultura pretende dar un paso adelante con un programa obligatorio de control de la enfermedad, lo que implicará un mayor esfuerzo por parte de las ganaderías.
Elena García Villacieros, jefa del servicio de Epidemiología del Ministerio de Agricultura, participó recientemente en una jornada técnica organizada en el CIAM de Mabegondo, donde avanzó algunos de los cambios que se avecinan en el control de esta enfermedad.
Mediante el Real Decreto 554/2019 (modificado en 2021) se creó el actual programa voluntario de IBR en España
En este momento en España no existe un plan nacional de control de IBR que especifique las pruebas de diagnóstico a utilizar, los pasos a seguir y objetivos a alcanzar, la certificación de las granjas y las condiciones para la adquisición y mantenimiento de las diferentes calificaciones.
Es decir, cada comunidad autónoma puede desarrollar sus propios programas. Unificar esos criterios es el objetivo del Programa Nacional contra IBR que se prevé obligatorio a partir de 2025.
De programa voluntario a obligatorio
“La situación epidemiológica de la enfermedad en España es endémica en las zonas de mayor densidad de ganado, con una seroprevalencia en rebaños de carne y leche del 60% y entre el 25 y el 40% de los animales, aunque la situación varía notablemente entre comunidades autónomas”, explica la jefa del servicio de Epidemiología del Ministerio de Agricultura.
La enfermedad es endémica en las zonas de mayor densidad de ganado
“En Europa, países como Alemania, Dinamarca, Suiza, Austria, Suecia, Noruega y Finlandia han sido ya declaradas zonas libres de IBR. En España a día de hoy el 90% de las explotaciones están encuadradas en la categoría IBR0, es decir, no están aplicando un programa de erradicación de la enfermedad, pero queremos avanzar. Es necesario bajar el nivel de prevalencia, porque una vez presentemos el programa a la Comisión Europea sólo hay 6 años para declararse libres”, aclara Elena.
Una vez presentado el programa nacional a la Comisión Europea hay que lograr declararse libres en 6 años
El Ministerio de Agricultura ha creado un Grupo de Trabajo sobre IBR en el que participan las comunidades autónomas y distintos agentes. “Es muy importante la implicación del sector, porque sin esa implicación el programa no tendría éxito, pero las organizaciones del sector están de acuerdo”, asegura.
Distintas velocidades
El Ministerio prevé distintas velocidades para la consecución de los objetivos que se fijen en el nuevo Real Decreto en función de la situación de cada comunidad autónoma y del nivel de prevalencia de la enfermedad en cada zona.
“El programa voluntario en algunos casos no ha funcionado y tenemos el obligatorio a la vuelta de la esquina. Andalucía, Galicia y País Vasco son las comunidades que van más avanzadas en el programa, pero no hay información en otras comunidades que no han hecho prácticamente nada”, lamenta la responsable del Ministerio.
Algunas comunidades van más avanzadas que otras y podrán declararse libres de IBR antes, igual que ocurre con la tuberculosis
Por eso, se prevé que si una comunidad avanza más rápido que las demás pueda declararse libre de IBR, al igual que está sucediendo ahora con otras enfermedades como la tuberculosis.
De las 135.532 explotaciones existentes en España (alta en REGA) hay calificadas 104.883 ganaderías, de las que unas 5.000 serían IBR4 (negativas a gE) e IBR4+ (negativas a gB). De ellas, unas 1.600 están en Galicia.
Discrepancias en la clasificación de explotaciones
Uno de los aspectos que deberá abordar el Programa nacional contra IBR es la unificación de criterios en la clasificación de las explotaciones, ya que en la actualidad se utilizan clasificaciones diferentes en las distintas comunidades autónomas.
Galicia tiene un gran número de explotaciones calificadas como IBR2 que el Ministerio clasifica como IBR0
“Tenemos que llamar a las cosas todos de la misma manera y para ello habrán de definirse unos requisitos comunes para encuadrar a una ganadería en uno u otro nivel, sin perder la referencia de la reglamentación europea”, indica Elena.
Para ser calificada como IBR4 la explotación no puede haber tenido casos positivos en los últimos 12 meses ni haber vacunado a ningún animal en los últimos 2 años. Estar declarada libre de IBR tiene ventajas para las ganaderías a la hora de comercializar sus animales, ya que una explotación IBR0 solo podrá vender a otra explotación IBR0, mientras una explotación IBR4 podrá vender su ganado a ganaderías encuadradas en cualquier categoría, con la ventaja que esto supone a la hora de comercializar animales, que alcanzarán un mayor valor en el mercado.
Estrategia de vacunación
Prácticamente en todas las comunidades autónomas hay ya implantadas ayudas para control frente a IBR: 14 de ellas dan algún tipo de ayuda para vigilancia de la enfermedad y 6 comunidades subvencionan la vacunación. Sin embargo, existen discrepancias en cuanto a las estrategias de vacunación seguidas.
El Ministerio nunca ha creído en dar ayudas a las vacunas, como hace Andalucía
“En algunas regiones se vacunan todas las explotaciones y en otras, como en Galicia, se vacuna en función de la prevalencia, vacunando sólo las explotaciones con una prevalencia superior al 10% medida en el tanque de leche”, explica Elena, que avanza que “la idea del Ministerio es no subvencionar vacunas, sino la toma de muestras y los kits de diagnóstico”.
Restricción de movimientos
La jefa del servicio de Epidemiología del MAPA reconoce que se han detectado algunos problemas y dificultades para la implementación de un Programa nacional obligatorio y reconoce que “quizás haya que flexibilizar algunas medidas en el caso de las explotaciones pequeñas”.
“Va a haber problemas en la restricción de movimientos, pero no se ha establecido todavía si se impedirá sólo vender para vida pero no enviar a matadero o cebadero, o si se inmoviliza la explotación para todo tipo de movimientos”, indica.
Puede que sea necesario establecer alguna transitoria para el movimiento de animales, porque sino el impacto puede ser tremendo
“Podrían establecerse algunas medidas con carácter transitorio en cuanto a los movimientos entre explotaciones, porque sino el impacto puede ser tremendo”, admite. Podrían establecerse excepciones en el caso de envío de animales desde ganaderías IBR4 a centros de recría, donde habitualmente se vacuna, y su posterior regreso a la granja de origen, sin que esta pierda la condición de libre de IBR.
Es probable que se permitan también los movimientos entre instalaciones del mismo propietario, como ocurre en porcino, donde existe también la figura de las agrupaciones de granjas, una flexibilización pensada en este caso para ganaderías que realizan la recría en otra nave distinta a la de producción, algo cada vez más habitual en explotaciones lácteas a medida que van creciendo.
El ejemplo de Aujeszky en porcino
La rinotraquis infecciosa bovina (IBR) tiene semejanzas con la enfermedad de Aujeszky en porcino. Se trata también en este caso de una infección viral altamente contagiosa que afecta al sistema nervioso central y produce afecciones respiratorias en cerdos adultos.
Su control ha sido una prioridad en los últimos años para las autoridades sanitarias y a día de hoy la mayoría de granjas de porcino están libres de esta enfermedad, por lo que el ejemplo de Aujeszky podría servir a la hora de adoptar medidas contra IBR.
A través de medidas severas de bloqueo de granjas se ha logrado un control muy rápido de la enfermedad de Aujeszky en cerdos
En Aujeszky, por ejemplo, se ha logrado un control muy rápido de la enfermedad en la cabaña ganadera al implicar el bloqueo de la granja tanto para venta como para compra de animales. Pero en este momento no está decidido si una explotación IBR0, además de no vender, no podrá comprar tampoco animales.
Por analogía con Aujeszky en porcino, donde las explotaciones clasificadas como nivel 0 no pueden realizar ningún tipo de movimiento de animales, las granjas no diagnosticadas o con casos positivos a IBR podrían tener restricciones severas.
Debido a la restricción de movimientos será necesaria una mayor autosuficiencia en la recría
De hecho, de aplicarse este mismo criterio al ganado vacuno afectado por IBR, muchas explotaciones se verían gravemente afectadas. En el caso de ganaderías lácteas, por ejemplo, obligaría a una mayor autosuficiencia en la recría e implicaría también cambios en la venta de terneros con destino a cebaderos.
Las explotaciones de carne, más reticentes muchas veces a la eliminación de animales positivos, se verían afectadas en sus movimientos de ganado, tanto en la compra de machos para sementales o becerras y novillas de recría como en la venta de animales para vida a otras explotaciones. En principio, en explotaciones positivas se permitiría únicamente la salida con destino a matadero o cebadero.
Abordaje conjunto con DVD
El Ministerio está estudiando un posible abordaje conjunto dentro del Programa nacional contra IBR con otra enfermedad habitual en las ganaderías: la Diarrea Vírica Bobina. “A lo mejor es una buena oportunidad para trabajar conjuntamente en ambas enfermedades”, opina Elena.
Puede ser una buena oportunidad para empezar a trabajar también en materia de Diarrea Vírica Bovina
“Aunque lo estipulado en el nuevo Real Decreto para BVD quizás sea más de mínimos que en el caso de IBR, si no empezamos ahora con BVD nos va a pasar lo mismo que con IBR, porque ya hay países que están empezando a aplicar programas oficiales contra BVD”, argumenta la jefa del servicio de Epidemiología del MAPA.
“El diagnóstico es complicado; hemos tenido problemas de falsos positivos”
Otro de los aspectos que deberá abordar el Programa nacional contra IBR es definir la estrategia de diagnóstico. Como enfoque general se acepta que la infección por el virus IBR queda confirmada por un resultado serológico positivo.
“Por tanto, la prueba de Enzimoinmunoanálisis (ELISA) se puede considerar suficiente”, asegura Azucena Sánchez Sánchez, jefa de servicio de Virología del Laboratorio Central de Veterinaria, ubicado en Algete (Madrid), que fue designado en 2019 Laboratorio Nacional de Referencia, tratando con ello de armonizar los métodos diagnósticos y resultados.
La prueba de Seroneutralización (SN) es menos sensible que la ELISA y se usa para confirmación de positivos en animales no vacunados
“Tuvimos un problema de falsos positivos con un determinado kit de diagnóstico (ELISA gE de INGENASA), que es el adquirido por el Ministerio para distribuir entre los laboratorios de referencia de las comunidades autónomas. Por eso, cuando hay dudas se hace un segundo test con otro kit de otra casa comercial”, explica.
Mejora de los kits comerciales
Estos kits comerciales de diagnóstico facilitados por el Ministerio no convencen a algunas comunidades autónomas, como Galicia o País Vasco, que han optado por el kit de IDEXX. Desde el Laboratorio Central de Veterinaria se ha estado trabajando conjuntamente con la casa fabricante para mejorar la especificidad de estos test, primero con el punto de corte y después con el diluyente y Azucena asegura que “el test actual es mucho mejor que el de hace 3 o 4 años”.
Los kits comerciales de diagnóstico facilitados por el Ministerio no convencen a comunidades autónomas como Galicia o el País Vasco
El protocolo de actuación ante falsos positivos establece que en explotaciones con historial negativo en el que aparece un animal positivo se realiza un segundo test de confirmación con otro kit comercial y en caso de no obtener resultados concluyentes se repite la prueba a los 28 días, ante el temor a posibles reacciones cruzadas con el herpesvirus tipo 2, que podría interferir en los resultados.
Entre las funciones del Laboratorio de Algete está precisamente la de confirmar los resultados positivos o dudosos obtenidos por los laboratorios oficiales de las comunidades autónomas. “La toma de muestras adecuada es el primer paso fundamental para hacer un diagnóstico adecuado. Recomendamos congelar y descongelar las muestras, no analizarlas hasta que pasen 24-48 horas tras la recogida y separar el muestreo de la vacunación de IBR al menos 4 semanas”, explica.
En caso de duda, lo indicado es realizar una nueva toma de muestras
En determinadas circunstancias es difícil acometer el sangrado de todos los animales. “A veces nos encontramos con problemas para hacer los tests a la bajada de animales de los pastos comunales, porque todos los animales bajan a la vez y se hace inviable poder realizarlos todos. Habrá que flexibilizar fechas”, reconoce.
Prohibición de las vacunas no marcadas
El test ELISA es la técnica recomendada para la detección de respuesta inmunitaria porque la técnica de sueroneutralización (SN) no permite diferenciar entre animales vacunados e infectados.
La prueba de Seroneutralización (SN) no permite discriminar entre anticuerpos vacunales y de infección
Por esa razón, desde diciembre de 2019 se han prohibido las vacunas no marcadas y todos los animales vacunados antes de esta fecha con vacuna convencional han tenido una moratoria de 4 años para someterse a las pruebas oficiales, que finaliza este año.
“En octubre de 2023 finaliza el plazo para eliminar del muestreo los animales vacunados y pensamos que eso puede suponer un problema”, asegura jefa de servicio de Virología del Laboratorio Central de Veterinaria.
Brotes asintomáticos
Las vacunas marcadas, utilizadas actualmente, permiten diferenciar en las pruebas realizadas al ganado los casos positivos que se deben al virus de los que se deben a la vacuna. Sin embargo, vacunar no es la solución definitiva, ya que no evita por completo el riesgo de contagio, aunque en caso de que ese animal se infecte y desarrolle la enfermedad excretará menos virus, por lo que el riesgo de diseminación del virus a otros animales de la explotación disminuye.
Sólo la eliminación de los animales positivos garantiza que no se disemine la enfermedad por la explotación
Una vez contagiado el virus, el periodo de incubación es corto, entre 2 y 4 días, y la profilaxis se logra con el sacrificio de los animales positivos y la vacunación de los que hayan estado en contacto con ellos.
En muchas granjas se están detectando actualmente brotes asintomáticos, debido a que un animal que es seropositivo cada vez que en él se reactiva el virus responde de forma asintomática, es decir, no existe tos ni lagrimeo, aunque está diseminando igualmente la enfermedad.