Serrerías Rodríguez, situada en Valga (Pontevedra), es una empresa especializada en el serrado de coníferas y fue una de las primeras en contar con el sello Pino de Galicia, que se puso en marcha en 2022. Conocemos de la mano de Ana Busto Zúñiga, adjunta de dirección de la firma y cuarta generación de Serrerías Rodríguez, más sobre esta empresa.
-¿Cuéntanos cómo es Serrerías Rodríguez?
-Serrerías Rodríguez somos una empresa familiar, somos ya la cuarta generación. Nuestra principal línea de negocio es la fabricación de tabla para empresas que fabrican y reparan palés. Además, tenemos otras líneas, pero son de menor volumen, como la tabla de carpintería. En total, tenemos una producción aproximada de 6.000 metros cúbicos al mes.
-El embalaje es el primer segmento de negocio del pino gallego. En vuestro caso, ¿cuándo y por qué comenzasteis a especializaros en la fabricación de palé?
-Comenzamos con la fabricación de tabla para palé sobre la década de los 70. Inicialmente la serrería estaba centrada en la fabricación de tabla para envases de fruta o bebidas, pero cuando comenzaron a fabricarse también los palés para utilizar en el transporte de otro tipo de productos, vieron que había un nicho de mercado y decidieron especializarse en el.
Nuestros principales clientes son fabricantes y reparadores de palés que están especializados, sobre todo, en los sectores de la alimentación y distribución. Nosotros estamos enfocados al mercado nacional, aunque también tenemos clientes en Portugal, Italia y Francia.
-¿Trabajáis sobre otras líneas de negocio?
-Ya llevamos unos años potenciando otras líneas de negocio como el embalaje industrial para sectores químicos o empresas que trabajan con piedra. Además, tenemos otra línea centrada en proporcionar tabla para carpintería, aunque esta es una línea de negocio con menor volumen.
-¿Con qué tipo de madera trabajáis?
-Trabajamos con pino gallego. Traemos pino de toda Galicia, mayoritariamente procedente de Lugo y A Coruña, aunque también tenemos algo de pino del norte de Pontevedra y algo procedente de Ourense.
-¿Qué ventajas os proporciona el pino frente a otras especies?
-El 90% de los embalajes se realiza con pino, es una exigencia de los fabricantes, que prefieren esa madera, es una materia prima muy compatible y con buenas cualidades para destinar a este tipo de uso. Además, en nuestro caso, trabajamos con el pino porque también es una madera que tenemos cerca y disponible.
-Sois una de las empresas inscritas en la marca de garantía Pino de Galicia, impulsada desde la Fundación Arume, ¿qué supone esta marca para vosotros?
-Pasamos la auditoría meses atrás y ya somos una de las empresas que cuenta con la marca Pino de Galicia acreditada. Por el momento, no estamos comercializándola porque está todavía empezando todo el proceso.
-¿Qué expectativas tenéis sobre la marca?
-Creemos que es una buena oportunidad y que nos puede aportar mucho en un futuro, sobre todo en la tabla de carpintería. Este sello de Pino de Galicia puede traducirse en un mayor valor añadido a la tabla de calidad que producimos.
-En su momento, apostásteis también por la certificación forestal, que garantiza un manejo sostenible del monte, ¿es una demanda de vuestros clientes?
-Llevamos muchos años certificando porque nuestros clientes así nos lo pedían y cada vez es una demanda mayor. Ahora mismo estamos certificando en PEFC porque nuestro sector es lo que más nos demanda. Ahora mismo el 80% de nuestras ventas son certificadas en PEFC.
-Estáis también apostando por la digitalización y automatización en el aserradero. ¿Cuáles han sido las últimas acciones que llevasteis a cabo?
– Cada año intentamos mejorar, bien sea una máquina o un proceso concreto. Nos estamos especializando cada vez más en ofrecer a nuestros clientes la tabla de reparación de palé ya lista, con todo el pintado, así como los agujeros para que precisan para los palés pequeños… En este sentido, cada año intentamos también automatizar y digitalizar alguna de las máquinas.
– Si bien el mercado de pino ya se ha ralentizado, el 2022 puede calificarse de un año histórico en precios. ¿De qué manera os afectó el incremento de la demanda y los precios de la madera de pino que se vivió en los últimos años?
-Gestionarlo fue un poco difícil, ya que había nuevos clientes que querían que les sirviésemos y nuestros propios clientes nos demandaban una mayor cantidad de mercancía. La parte positiva fue que pudimos trasladar la subida de precios que hubo de la materia prima porque el mercado nos lo permitía.
«La parte positiva fue que pudimos trasladar la subida de precios que hubo de la materia prima porque el mercado nos lo permitía»
Creo que fue algo positivo para el sector porque pudimos situar al pino en unos precios competitivos con respecto a otras maderas, lo que resulta bueno para toda la cadena, desde el propietario. Es un incentivo para optar por el pino, que ha sido positivo para el sector.
-¿Continúa la elevada demanda de palé por los cambios en los flujos del comercio que se produjo tras el Covid y con la guerra de Ucrania?
-Se ha estabilizado la demanda y ha disminuido. En los primeros meses del año, enero y febrero, la demanda fue muy baja. Ha habido una leve recuperación en abril y mayo, pero estamos muy lejos de las cifras que se manejaron el año pasado. Esta bajada de la demanda se debe a la reactivación de los flujos mundiales y esto coincide con una bajada de la demanda de palés.
-¿Se han vuelto a incorporar al mercados productores de palé como Chile o Brasil?
-Si, ya vuelve a entrar tabla tanto de Chile como de Brasil, así como de Europa del Este, lo que está provocando una mayor competencia. Sobre todo está entrando en barco en la zona del Levante mucha madera de fuera y eso nos está afectando de manera significativa. Los precios están cayendo con esa mayor oferta y al haber también una menor demanda.
-¿A qué creéis que se debe esta bajada de la demanda de palés?
-Puede deberse a que las empresas tienen un alto stock de palés después de las compras que realizaron el año pasado. Aunque también puede estar relacionado con una bajada de la economía y que haya una menor demanda. Lo que está claro es que no estamos en los números que se barajaron en 2022. Esperamos que se incremente esa demanda de cara al próximo año.