La alimentación es uno de los pilares en las ganaderías y representa más del 60% de los gastos de la producción, por eso, la dependencia de materias primas importadas, como la soja, que acostumbran a sufrir importantes variaciones en el precio, es un condicionante para la rentabilidad de la actividad. Pero, ¿qué alternativa tienen los ganaderos para reducir costes y aportar proteína en la ración?
Esta es la pregunta a la que intentó dar respuesta la veterinaria Izaro Zubiria, junto al equipo de Neiker-Tecnalia (País Vasco), en un trabajo que realizaron para ofrecer opciones viables al sector y reducir la dependencia de este tipo de materias primas, importadas por lo general de Estados Unidos, Brasil y Argentina, y que tienen un alto contenido en proteína, indispensable en la ración.
Las alternativas a la soja pasan por cultivos de oleaginosas como la colza y el girasol o leguminosas forrajeras como la alfalfa y la veza
Las alternativas a la importación de soja pasan por cultivos de oleaginosas con alto contenido de proteínas, como la colza y el girasol; o leguminosas forrajeras, como la alfalfa, la veza o la esparcela. La producción de cultivos oleaginosos en Europa acarrea otras ventajas, al usarse como biocombustibles, en especial la colza, al tiempo que resultan una alternativa más sostenible para la ganadería, debido a la reducción de la huella de carbono derivada del transporte internacional de la soja.
Competir con la soja americana
Hasta el momento, tanto Estados Unidos como Brasil supieron lograr una gran producción de soja, en base a grandes extensiones y al empleo de variedades modificadas genéticamente que los pusieron a la cabecera mundial. «En Europa, en cambio, no se hizo mucho por favorecer este tipo cultivos proteaginosos frente a otras cosecha como los cereales», explica Zubiria.
Así, hoy Europa es deficitaria en proteína, debido a la escasa presencia de estos cultivos proteicos como la soja que, además, suelen registrar muchas fluctuaciones de precio. «Es habitual que materias primas como la soja registren bajadas y subidas del precio. Tanto pueden estar vendiéndose a 320 euros por tonelada como pasar a 400 euros por tonelada en pocos días, con lo que el gasto para el ganadero se incrementa notablemente», apunta la veterinaria.
Una de las razones por las que no despegaron estos cultivos es la menor producción que se logra frente a los cereales
En los últimos años, la producción de soja y colza en España aumentó, en parte derivada por la nueva Política Agraria Común (PAC 2015-2020), que impulsa a incluir este tipo de cultivos de proteaginosas para la fijación del nitrógeno en el suelo. El cultivo de colza se constató como viable en las condiciones de la Cornisa Cantábrica.
Otro factor que, de forma indirecta, impulsó que se haya incrementado la producción de cultivos como la colza en España y en Europa es su aprovechamiento como biocombustible. «La política de la UE sobre biocombustibles probablemente, sea la que más efecto ha causado en el aumento de estos cultivos, aunque, su principal objetivo no fuera abastecer a la ganadería de fuentes protéicas», comenta la veterinaria. El procesado de colza para biocombustibles pone además en el mercado un subproducto rico en proteína que puede ser utilizado en alimentación animal. Se trata de la torta de colza que resulta del prensado en frío de las semillas.
Con todo, una de las razones por las que no acabó de despegar este tipo de cultivos es la menor producción que se logra por hectárea frente a los cereales. En el caso concreto de la soja también influyó, en gran medida, la rigurosa política europea sobre los Organismos Genéticamente Modificados (OGM).
La torta de colza resulta del prensado en frío de las semillas tras la obtención del biodiesel
La colza en la alimentación del ganado
El incremento de la producción de colza en España, con plantaciones en zonas de Navarra y Álava, como constata la veterinaria, abre la posibilidad a utilizarla como sustituto de la soja. «La colza es uno de los cultivos en los que más interés se ha puesto para su aprovechamiento como biocombustible y, de esa obtención logramos un subproducto que podemos aprovechar para el ganado», incide. Así, la investigación realizada evidencia las posibilidades que ofrece la colza, tanto en la producción de biodiesel como su aprovechamiento en alimentación animal.
La torta de colza contiene mucha más energía, porque conserva mayor cantidad de grasa. Pero, además, esta grasa tiene un perfil de ácidos grasos insaturados que modifican las características de la leche, incrementando la concentración de ácidos grasos insaturados, con beneficios conocidos para el consumidor.
Una oportunidad para el vacuno en ecológico
El cultivo de la colza para autoabastecimiento de las ganaderías se ha demostrado una opción viable. La investigación implantó un sistema de prensa móvil y caldera para producir torta de colza en dos ganaderías de ovino de leche». «Los resultados fueron satisfactorios en ambos casos, aunque se trata de experiencias a pequeña escala», concreta la veterinaria.
De hecho, en estos casos ya consiguieron un ahorro del 9% al utilizar la torta de colza. Por el momento, la mayor limitación está en su aprovechamiento para ganaderías de vacuno de gran tamaño. Está pendiente aún de estimar los gastos que supondría el proceso y la viabilidad económica, aunque todo apunta a que implicaría una reducción de costes.
El uso de esta torta de colza prensada en frío permitió un ahorro del 9% en las ganaderías que lo han probado
«Las explotaciones locales o ecológicas, normalmente producciones más pequeñas, son un tipo de sistema en el que podría encajar el proceso, ya que se trata de modelos en los que se prima la utilización de los recursos propios o, en su ausencia, de productos locales», apunta la veterinaria.
Además, «el precio de las materias primas ecológicas casi duplica a las convencionales y, en consecuencia, pequeños cambios implican grandes diferencias», apunta Zubiria.
Un consumidor que exige más sostenibilidad
El uso de la torta de colza prensada en frío en la alimentación del ganado también pretende atender a las exigencias del consumidor, que reclama productos más respetuosos con el medio ambiente. «El consumidor se preocupa y exige que la alimentación de los animales sea más natural y saludable», recuerda la veterinaria. En este sentido, la colza es una alternativa a los cultivos importados de América donde los transgénicos están muy presentes.
Realizaron una cata de la leche y comprobaron que el cambio del perfil de ácidos grasos no generó rechazo
Dado que el uso de la torta de colza prensada en frío varía el perfil de ácidos grasos de la leche, realizaron una evaluación de las características sensoriales, para comprobar si dicho cambio provocaba el rechazo por parte del consumidor. Para eso se llevó a cabo una cata con 60 catadores no entrenados, de edades entre 18-65 años, que no apreciaron diferencias. «Las pruebas demostraron que el consumidor no daba preferencia alguna a ninguna de las leches, por tanto, la conclusión fue, una vez más, que la torta de colza prensada en frío puede ser una alternativa como fuente proteica y energética en alimentación animal», reafirma la veterinaria Izaro Zubiria.
La investigación se enmarcó dentro del proyecto Life Seedcapital (Life Env/Eres/590) y del proyecto Inia (RTA 2012-00065-C05). El trabajo de Izaro Zubiria le valió, además, el premio especial Neiker por ser el mejor artículo de divulgación en euskera, en el marco de los premios CAF-Elhuyar, que reconocen las investigaciones en esta lengua relacionadas con el sector agroganadero y forestal.