Nuevas estrategias en el cultivo de patatas para atajar a los nematodos y reducir los fertilizantes fosfatados

Las plantas trampa se presentan como una alternativa en la lucha contra los nemátodos en A Limia y el empleo de hongos micorrízicos puede ayudar a movilizar el fósforo. Conocemos estas dos investigaciones encuadradas en el proyecto europeo Soildiver

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Nuevas estrategias en el cultivo de patatas para atajar a los nematodos y reducir los fertilizantes fosfatados

Una de las parcelas en las que se sembró tumba caballos en A Limia para combatir los nematodos.

El proyecto europeo SoildiverAgro, en el que participa la Universidad de Vigo y el Instituto Ourensano de Desarrollo Económico (Inorde) presentó en Xinzo de Limia (Ourense) los primeros resultados de varias líneas de investigación que procuran una producción de patata más sostenible y reducir los costes. Las tres líneas de investigación que se están siguiendo son el uso de sistemas de alerta para optimizar la aplicación de tratamientos contra el mildiu, la búsqueda de alternativas para combatir los nematodos de la raíz del tubérculo y el empleo de hongos micorrízicos para reducir el aporte de fertilizantes.

La investigación sobre los nematodos del quiste (Globodera spp) se centra en el uso de plantas trampa, es decir, el cultivo de especies que causan la salida de los nematodos de los quistes, pero de las que no pueden alimentarse, por lo que acaban muriendo de inanición.

Los nematodos del quiste son uno de los desafíos actuales para la producción de la patata en Galicia, ya que su presencia provoca daños en el sistema radicular de la patata, de manera que se reducen en gran medida las cosechas y su eliminación resulta compleja. Además, la presencia de altas concentraciones de quistes puede causar la puesta de las fincas en cuarentena impidiendo el cultivo de la patata por largos períodos.

Con el uso de especies como el tumba caballos consiguieron reducir la presencia de nematodos a más del 80% en algunas fincas

La investigación se centró en el Solanum sisymbriifolium, una especie de la familia de las patatas y conocida popularmente como tumba caballos. Los primeros resultados, de la primera cosecha, muestran que el empleo de estas plantas consiguió reducir la presencia de nematodos a más del 80% en algunas fincas. “Por el momento son los resultados solo de un año, pero observamos una reducción importante en dos de las parcelas en las que se emplearon”, explica el investigador y director del Inorde Servando Álvarez Pousa.

Los resultados de la primera cosecha

Trabajaron en tres parcelas en la comarca de A Limia. Dos de ellas se localizan en Piñeira Seca y otra en Bustelo. Estos predios se dividieron a su vez en subparcelas en las que había una presencia irregular de nematodos. Así, en algunas de ellas se contabilizaba una incidencia de 13 o 30 quistes por cada 100 gramos de tierra, mientras que en otras se alcanzaban cifras de más de 200 quistes, lo que se acerca ya a los valores de 350 quistes, donde la producción de patata se ve prácticamente imposibilitada.

En una de las parcelas de Piñeira Seca y en la de Bustelo con las plantas de tumba caballos se consiguió reducir la incidencia de los quistes en un 87% en el caso de la primera y de un 77% en la otra parcela. En algunos casos, incluso se eliminó totalmente la presencia de quistes. En parcelas en las que apenas se contabilizaba una incidencia de 15, 47 o 52 quistes por cada 100 gramos la presencia se redujo a 0.

Resultados del empleo de tumba caballos procurando la reducción de los nematodos. En rojo a presencia de quistes antes del cultivo. En verde el recuento de quistes tras cultivar esta planta.

Resultados del empleo de tumba caballos procurando la reducción de los nematodos. En rojo a presencia de quistes antes del cultivo. En verde el recuento de quistes tras cultivar esta planta.

En este primer año de investigación también se observaron resultados menos favorecedores en una de las fincas de Piñeira Seca, donde la incidencia solo se redujo en un 26% y en algunas subparcelas incluso se incrementó puntualmente la presencia de los quistes del nematodo, de 71 a 84 quistes por 100 gramos. Aunque como apunta el investigador, el manejo que se hizo del cultivo de la planta trampa puede ser el motivo para no lograr los resultados favorables que se obtuvieron en las otras fincas, ya que un nacimiento deficiente del Solanum implica un descenso de su efectividad.

Planta de tumba cabalos.

Planta de tumba caballos.

Recomendaciones en el cultivo del tumba caballos

En base a la experiencia y a la documentación manejada, se recogen las siguientes pautas para el manejo del cultivo del tumba caballos:

-Es preciso lograr un nacimiento regular, lo que resulta complejo al tratarse de una semilla con poco peso. Los investigadores emplearon una abonadora pendular o una sembradora de las que se utilizan para el cereal en la comarca.

-Es recomendable hacer plantaciones superficiales, de 5 centímetros de profundidad.

-Es necesario sembrar cada campaña, ya que en las condiciones de A Limia no se comporta como una especie invasiva. Recomiendan sembrar una dosis de 20 kilos por hectárea, lo que elevaría el coste a unos 400 euros por hectárea.

-Se aconseja hacer una ligera compactación superficial del terreno tras la plantación, para evitar que las semillas se desplacen, al tratarse de semillas ligeras.

-Debe haber temperaturas diarias por encima de los 25 grados. También resulta interesante que haya una humedad de entre el 25 y el 40%. “Si las temperaturas son frescas y el suelo está muy seco entonces las siembren no brotarán hasta que se den las condiciones idóneas”, detalla Álvarez.

Estrategia integrada para lograr el éxito

A pesar de los buenos resultados que se alcanzaron, Servando Álvarez incide en la importancia de emplear una estrategia integrada, en la que se asocien diferentes métodos para el control de los nematodos. Así, junto con el uso del tumba caballos pueden emplearse otras plantas nematicidas, así como aplicar nematicidas químicos o procurar rotación de cultivos.

“A día de hoy la lucha debe ser integrada, hay que asociar métodos como el cultivo de plantas y el uso de nematicidas químicos”: Servando Álvarez, director del Inorde

En A Limia ya se había trabajado con plantas nematicidas como los tagetes o crucíferas como la mostaza, los nabos o las coles. “En los últimos 10 años en A Limia se llevan plantado muchas alternativas para luchar contra los nematodos. Con los tagetes se tenía grandes esperanzas, pero casi no se consiguieron resultados. Lo mismo ocurrió con las crucíferas, ya que con especies como la mostaza apenas se consigue reducir la presencia de nematodos en un 35%, si se emplea esta especia como único método de control”, señala el investigador. Sin embargo, el empleo combinado de las mostaza nematicidas, con otras medidas pueden aumentar la eficacia del control hasta superar el 50 % de reducción en el número de quistes.

Servando Alvarez e Paula Perez_ investigadores pataca

Los investigadores Paula Pérez y Servando Álvarez durante la presentación de sus investigaciones en el Inorde.

El uso de hongos micorrízicos en las fincas de patatas

El uso de hongos micorrícicos en el cultivo de las patatas es otra de las investigaciones llevadas a cabo en el marco del proyecto SoildiverAgro y que también fue presentado en estas jornadas celebradas en el Inorde con productores y empresas del sector. La investigadora principal, Paula Pérez Rodríguez, de la Universidad de Vigo, destaca la contribución de los hongos micorrícicos en la producción de patatas, al conseguir movilizar nutrientes y poder reducir la cantidad de fertilizantes químicos a aportar.

“El uso de hongos micorrícicos que se añaden al suelo cuando se planta la patata conforman una red amplia y le ayudan a las plantas a captar más nutrientes en zonas más allá de la superficie que abarcan sus raíces”, explica la investigadora.

“Reduciendo la dosis de fósforo a la mitad o en algunos casos, sin necesidad de echar fósforo, la producción de patatas con los hongos micorrícicos fue superior o se mantuvo”: Paula Pérez, investigadora

Además, los hongos micorrícicos pueden ser una alternativa a los fertilizantes convencionales de fósforo a la hora de incrementar la producción. “Reduciendo la dosis de fósforo a la mitad o en algunos casos, sin necesidad de echar fósforo, la producción de patatas con los hongos micorrícicos fue superior o se mantuvo”, explica la investigadora.

La investigación permitió constatar además, que buena parte de los suelos de la comarca de A Limia son ricos en fósforo, lo que podría permitir reducir el uso de estos fertilizantes químicos al combinar el fósforo presente en los suelos con los hongos micorrícicos aportados en la línea de plantación.

Pese a los prometedores datos obtenidos, la investigadora se mantiene cauta y apunta que se trata de los primeros resultados obtenidos de un único año de ensayo, con unas condiciones climáticas y carácterísticas del suelo muy concretas. En futuros ensayos se pretende testar esta técnica en un número grande de parcelas con distintas características del suelo.

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