O Caxigo, una cooperativa con 40 años de servicio a las granjas de Terra Chá

Hablamos con el presidente de O Caxigo, Antonio Alvite, una pequeña cooperativa de A Pastoriza que apostó hasta ahora por mantenerse independiente, al margen de las fusiones que se vinieron sucediendo en las últimas décadas en el campo

O Caxigo, una cooperativa con 40 años de servicio a las granjas de Terra Chá

Antonio Alvite, presidente de O Caxigo, delante de la sede de la cooperativa.

O Caxigo es una cooperativa de ganaderos ubicada en el lugar de Vián (A Pastoriza, Lugo), de la que los socios se benefician de diversos servicios, desde apoyo en la gestión a servicio veterinario. Es una cooperativa que se mantuvo fiel su esencia de servicio de proximidad, adaptándose a las necesidades de cada explotación, aunque esto le suponga tener un tamaño más reducido.

El origen de O Caxigo se sitúa en el año 1984, cuando un grupo de ganaderos decidió asociarse para hacer la compra conjunta de abono. Un par de años más tarde ya se iniciaban los tramites de constitución de la nueva sociedad, sumando progresivamente nuevos servicios a los ganaderos, como la comercialización en conjunto de la leche, un equipo veterinario propio, servicio de sustitución o asesoramiento técnico y económico.

En los últimos años, debido al descenso de ganaderos en activo, algún servicio como el veterinario, fue exteriorizado.

“Llegamos a 115 explotaciones entregando leche, hoy somos 14 de leche y 19 de carne”

Esta sociedad centra su actividad en granjas de la zona de la Terra Chá y su trayectoria acompaña paralelamente a la situación del campo gallego. Explica Antonio Alvite, presidente desde 2014, “actualmente la cooperativa está formada por 80 socios, principalmente de A Pastoriza, pero también de ayuntamientos vecinos como Meira, Abadín, Riotorto o Castro de Rei”.

“En activo quedamos 14 explotaciones de leche y 19 de carne, en algunos años llegamos a ser 115 granjas. Cierto es que el volumen de venta no experimentó ese descenso, pues entregamos mensualmente unos 400.000 litros de leche y utilizamos la cooperativa como figura intermediaria para la negociación en conjunto”.

Antonio lamenta el cambio de la normativa de contratos lácteos desde 2015, pues “de alguna manera quedamos desprotegidos, dado que la industria y el ganadero tenían que tener relación directa, por lo que dejamos de actuar como primeros compradores”.

O Caxigo es una de tantas cooperativas que había dispersas por la geografía gallega y que posteriormente se fueron integrando en grupos de mayor tamaño. “En alguna ocasión valoramos la posibilidad de integrarnos, pero creo que el trato que puede recibir el ganadero sería muy diferente. Tenemos que pensar que cooperativas como esta realizan una importante labor social en el entorno, en primer lugar porque siempre ayudaron a tener mejores precios y por otra parte, la cercanía de la entidad con el socio, generando una relación de confianza mutua”.

O Caxigo y la cooperativa O Xeixo colaboran en la prestación de servicios a sus respectivos socios

Esta entidad ofrece servicios propios, pero también colabora con otras cooperativas. O Caxigo tira mano de Clun y Aira para el suministro de pienso y se complementa con otra cooperativa próxima, como O Xeixo (A Pastoriza), en diversos servicios.

“Nosotros tenemos un agente de sustitución que pueden solicitar socios de O Xeixo e igualmente nosotros podemos utilizar el servicio de calidad de leche o el suministro de gasóleo que tienen ellos. Somos pequeñas entidades y debemos colaborar entre nosotros, pues algunos de los servicios no los podríamos ofrecer de manera individual”.

Desde un simple trámite de dar de alta o baja un animal, hasta la gestión de subvenciones o recomendaciones para la fertilización de las parcelas, el asesoramiento de O Caxigo a los socios es amplio.

“Es un trabajo simple pero fundamental el de tener un apoyo técnico para aquellas granjas que tienen dificultades para realizar trámites. También ofrecemos ayuda al vecindario en pequeños trámites administrativos, poniendo la cooperativa al servicio del pueblo. Además, tal y como se presenta el futuro, con exigencias como el cuaderno digital o el veterinario de explotación, creemos que debemos mantener o, en la medida de lo posible, reforzar esta figura”, explica Antonio, con un vistazo en el futuro más próximo.

“Las subvenciones nos dan mala imagen, soy partidario de que desaparezcan y de que nuestra producción se pague por lo que vale”

En el contexto actual de los ultimos meses, marcado por la oposición del sector en toda Europa a las nuevas normativas, Antonio explica desde su propia perspectiva la situación actual del campo gallego.

-¿Cuáles son las perspectivas a corto plazo, viendo la situación actual y los cambios que se vienen?
-Creo que lo que se va a conseguir es que se acelere el cierre de muchas explotaciones. Es necesario que tengamos unos controles, pero no veo bien que después nuestro producto compita en el mercado con otros procedentes de zonas con menores exigencias. Además de una competencia desleal, considero que es un engaño al consumidor. Estamos en un mercado global y no podemos cerrar las puertas, pero tenemos que proteger lo nuestro.

Para competir en igualdad de condiciones, el consumidor debe saber el origen y los controles que hay detrás de cada producto que hay en el supermercado.

“Veo bien que se reduzca el uso de antibióticos, pero no es normal que para tratar una hipocalcemia tengamos que llamar a un veterinario”

En sanidad animal, en cuanto a las estrategias que se están siguiendo para reducir el uso de antibióticos, lo veo bien porque están apareciendo en la sanidad resistencias a algunos antibióticos. Lo que sí que no es lógico, y entra en contradicción con las normativas de bienestar animal, es que no podamos utilizar sin una visita previa del veterinario algo tan simple como un tratamiento de calcio, por ejemplo.

En el momento en que encontramos una vaca con hipocalcemia, deberíamos poder actuar lo antes posible, y cualquier ganadero sabe cuando es preciso hacer un tratamiento de este tipo.

“El control de la fertilización incluso puede suponer un ahorro. Es bueno trabajar en base a las necesidades del cultivo y a analíticas de suelo”

En el límite que puede haber en el uso de fertilizantes, no creo que sea un problema, sino que habrá que acostumbrarse a trabajar de forma diferente y hacer un plan de fertilización sobre una analítica de suelo y unas necesidades para cada cultivo. Además, esto puede suponer un ahorro, por no estar abonando por encima de las necesidades del cultivo.

– ¿Cómo ves al sector ante los cambios legislativos?
– Veo cierto desánimo en el sector, especialmente por ganaderos de cierta edad, que en un sector con problemas de relevo generacional, es una parte mayoritaria. Es triste que desaparezcan explotaciones familiares porque directamente va a ir desapareciendo la gente de los pueblos.

En Galicia tenemos los precios más bajos del estado y no entiendo como siendo España un país que no produce la leche que consume, continuamente haya problemas de precio en origen. Y sinceramente, no creo que los lácteos de otros países, como por ejemplo de Holanda, lleguen a los supermercados a precios inferiores a los de aquí.

Para que las explotaciones sean viables, los precios no pueden bajar. Además de todo el trabajo diario que hay en una explotación y las inversiones que hay detrás, tenemos que adaptarnos a otros percances. Por ejemplo, los gusanos que atacan las praderas o la enfermedad de la hemorragia epizoótica. Al final son pequeños problemas que incrementan los costes de producción.

-Como ganadero, ¿qué medidas crees que serían necesarias para mantener la viabilidad y garantizar el relevo generacional?
-Veo que el poco relevo que tenemos no lo cuidamos, ni desde la administración, la industria o la distribución. Este es un trabajo digno como otro cualquiera, pero hoy se valora mucho la calidad de vida y una explotación familiar, como la mayoría de las que hay hoy en Galicia, requiere muchas horas.

El poco relevo generacional que hay no lo cuidamos, ni desde la Administración ni desde la industria o la distribución

Es una profesión que en primer lugar tiene que gustar porque hay que tener una dedicación constante. En el caso de explotaciones de gran tamaño y más industrializadas, se puede organizar el trabajo porque el plantel es mas amplio, pero tenemos que ser conscientes de que estas no son las que más beneficio dejan en el entorno.

Mi opinión es que las subvenciones deberían desaparecer y la producción que tenemos tiene que ser suficientemente valorada y remunerada. Creo que las subvenciones crean una mala imagen del sector en la población, a pesar de que todo lo que recibe el ganadero es una forma de sufragar una parte de los costes de producción y repercute en beneficios para toda la cadena de la leche, incluido el consumidor.

– ¿Cómo ves el futuro de la cooperativa?
– En cuanto a la cooperativa, el futuro irá en consonancia con el sector. En alguna ocasión consideramos la opción de transformar nuestra leche, pero es una situación compleja. Es una fuerte inversión y nos daría una estabilidad y mayores posibilidades para defender nuestro producto. Es una posibilidad, pero hay que poner la mirada a largo plazo y reforzar el espíritu cooperativista para hacerla viable. Hay un problema de relevo generacional y eso es un problema fundamental para un proyecto de este tipo.

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