Claves en el manejo de la cerda reproductora en la raza Porco Celta

Para conseguir un plan de mejora eficaz hace falta establecer objetivos en recría, gestación, lactancia y primeros 4 días de los lechones, teniendo en cuenta una serie de peculiaridades que diferencian estos animales. El veterinario Ignacio Ortolani da algunas pautas

Claves en el manejo de la cerda reproductora en la raza Porco Celta

El Porco Celta necesita un manejo de reproducción adecuado para reproducir los rasgos característicos y mantener unas condiciones óptimas. Foto: Tres Fuciños

La cría de la raza Porco Celta se está cada vez a profesionalizar más, lo que exige también un manejo adecuado de las cerdas reproductoras. En este sentido, la última jornada técnica organizada por ASOPORCEL, la asociación de Criadores de la Raza Porco Celta, abordó las claves para optimizar los resultados de las granjas de esta raza autóctona.

En líneas generales, los objetivos del apartado reproductor del Porco Celta, al igual que en el resto del sector porcino, deben procurar maximizar el número de lechones por camada, el número de camadas o la producción lechera, además de optimizar cuestiones como el peso al nacimiento o su longevidad y vida productiva. Pero, “¿cuánto maximizamos o cuanto optimizamos?”, pregunta Ignacio Ortolani, veterinario especialista en nutrición animal en Agrifirm España. La respuesta parte de “establecer unos objetivos concretos a diferente niveles -recría, gestación, lactancia, y primeros cuatro días de vida del lechón- además de llevar unos registros para conseguir establecer eficazmente un plan de mejora”, señala.

Una correcta recría en Porco Celta

En la recría el objetivo principal es generar las futuras madres, pero para que tenga éxito hace falta poner una serie de metas, siempre teniendo en cuenta que la edad de pubertad de la raza Porco Celta es menor a la del cerdo blanco -por debajo de 160 días-. La primera meta que Ortolani propone es buscar una edad adaptada para el primer servicio. “Esta no debe ser menor a los 200 o 225 días, y siempre y cuando el animal tenga un peso corporal de entre 135kg y 160kg” detalla el veterinario. De este modo, “lo indicado es esperar a un segundo celo para que el animal haga el primer servicio, y de no cumplir con el peso recomendado, a un tercero”, explica.

Una edad adaptada al primero servicio no puede bajar de los 200-225 días y con un peso corporal del animal de entre 135kg y 160kg

Si no se cumple con los mínimos de peso pautados anteriormente o con la edad del primer servicio “estaríamos ante madres primerizas inmaduras con un menor desarrollo ovárico de la cerda y, por lo tanto, menos capacidad de fecundación. Además, tendría pocas reservas corporales, lo que repercute en una reducción de la capacidad de consumo durante la lactancia”, avanza Ignacio Ortolani.

Por el contrario, si se espera a un sobredesenvolvimiento de la cerda, superando la edad del primero servicio y criando con animales de mayor tamaño, la primera consecuencia es la existencia de más días improductivos y un aumento del gasto. Durante estos días a alimentación del ejemplar continúa, tiene más necesidades para mantenerse y vivir, y pueden aparecer problemas articulares debido al aumento de volumen. Además, todo esto genera un engrasamiento del tracto reproductivo dando lugar a posibles problemas en el parto y la una menor producción de leche. Tanto la selección de ejemplares de este tipo, como de aquellas hembras que están subdesenvolvidas degenera en una merma de la vida productiva.

La selección de ejemplares subdesenvolvidos o sobredesenvolvidos en la edad del primero servicio lleva a una merma de la vida productiva

Los criterios de selección para la raza Porco Celta pasan por diferentes fases, correspondientes al tiempo de vida del animal: al nacimiento, a las 10 semanas, a los 6 o 7 meses. En la primera “se deben elegir animales sin defectos, con buen peso durante el nacimiento y el destete, y con un bueno número de tetas”, recomienda el veterinario de Agrifirm. “En la segunda fase, a las 10 semanas, es necesario observar que se cumplan los rasgos de la raza, que tengan una buena calidad de las tetas, y un correcto desarrollo de las pezuñas”, señala.

En la tercera fase, entre los 6 y 7 meses, se debe continuar estudiando la evolución de los caracteres de la raza Porco Celta sobre los ejemplares seleccionados -orejas, jamón, etc.-. “En este punto es donde se debe hacer mayor presión de selección, incluso atender la cómo se desarrolla el animal sobre el terreno ya que, cuanto más estricto sea el criterio, más se prolongará la vida útil de las cerdas”, avanza.

Una vez cumplidas las metas expuestas, y aplicados los criterios de selección, es necesario tener en cuenta unos puntos básicos, como por ejemplo el origen de los animales. Cuidar los temas de consanguinidad o mantener en cuarentena ejemplares externos con los que se pretende criar son conductas que siempre se deben tener en cuenta. Igualmente, proporcionar un ambiente cómodo, con un sitio habilitado para el descanso, y con unos parámetros higiénicos o de temperatura acomodados favorece una correcta reproducción. Del miesmo modo, el contacto con el macho durante la etapa previa al primero servicio estimula la salida en celo de las hembras.

Gestación: fases y alimentación

El objetivo primordial es llegar al parto con el animal en las mejores condiciones corporales posibles. Para esto, es útil establecer tres fases -o tercios- en las que se cubran unos requerimientos nutricionales y medio ambientales específicos. En la primera de ellas -entre los días de servicio y el día 30-, la curva de alimentación tiene que estar enfocada a recuperar las reservas corporales anteriores a la última lactancia, por lo que la cantidad recomendada de pienso es de unos 2,8kg se perdió peso, y de unos 1,8kg si engordó. Este es el momento de la fecundación de la hembra por lo que hay que evitar el estrés del animal, y a los 25 días de la inseminación aproximadamente, realizar una confirmación de preñez.

Curva de alimentación en gestación. Fuente: Ignacio Ortolani

Curva de alimentación en gestación. Fuente: Ignacio Ortolani

“En el segundo tercio -entre el día 30 y 90- la curva de alimentación irá enfocada a mantener las reservas corporales, por lo que la cantidad idónea será de unos 2,2kg”, concreta Ortolani. Finalmente, “en los últimos 30 días de gestación correspondientes a la última fase -hasta el periparto-, aumenta la demanda nutricional para el crecimiento mamario, por lo que a la cerda no le podrá faltar alimento y puede aumentarse gradualmente la ración hasta los 2,8kg, aproximadamente”, afirma.

Gráfico sobre la evolución en días de un feto porcino. Fuente: Ignacio Ortolani

Gráfico sobre la evolución en días de un feto porcino. Fuente: Ignacio Ortolani

“Durante el periparto hace falta apartar a la cerda al sitio donde va a parir con material accesible para anidar, mantenerle la zona mamaria limpia, y comprobar que todos los signos del parto, como el calostro, transcurren correctamente”, insiste el experto.

Lactancia y primeros 4 días del lechón

Una vez se produce el parto es importante estimular el consumo de alimentos ya que es probable que la cerda pierda apetito. “Muchas veces se sienten estresadas por la cantidad de lechones que las rodean, o por estar constantemente alimentándolos, por lo que ofrecerles alimentos apetecibles -incluso húmedos- en horas frescas del día favorece una correcta nutrición. Igualmente, si la cerda está continuamente acostada es recomendable levantarla”, aconseja Ortolani.

Lechón de Porco Celta a los pocos días de su nacimiento. Fuente: Ignacio Ortolani

Lechón de Porco Celta a los pocos días de su nacimiento. Fuente: Ignacio Ortolani

La curva de alimentación en lactancia cambia. “Si en el parto se alimenta con 1,5kg aproximadamente, a partir de ahí hay que ir aumentando de forma escalonada, y sobre el día 10 se llegará al máximo consumo, lo cual depende de cada animal, pero puede situarse en unos 5kg. En este momento, se están formando los ovocitos del siguiente celo, por lo que es importante conseguir ese máximo”, explica el veterinario de Agrifirm. Del mismo modo, a medida que avanzan los días hace falta observar cuestiones como la temperatura, la postura del animal, la piel o la capacidad corporal, y ver que todo se desarrolla correctamente.

En las primeras 8 horas del lechón “lo fundamental es asegurar el encalostramiento puesto que representa la única fuente de inmunidad y energía, con una cantidad de entre 200g y 250g de calostro”, detalla Ortolani. Así mismo, el veterinario referencia a que “en las primeras 24 horas es muy importante no mover o intervenir sobre el lechón, y mantenerlos secos y calientes”, destaca.

Sin embargo, en el día 1 o 2 ya se pueden hacer adopciones; en este caso, con cerdas de primer parto es aconsejable hacerlo con lechones más grandes puesto que favorece una estimulación mamaria. “A partir del día 2 es cuando se comienzan a dar los tratamientos, como el de hierro o contra parásitos, y después del día 10 o 15, ya se pueden comenzar a alimentar con pienso”, adelanta el veterinario.

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