“Cuando eché la vista al campo, vi que la apicultura era de lo más modular que había para emprender”

Entrevistamos a Xurxo Domínguez, un apicultor de la Baixa Limia que centra su actividad en la producción de enjambres. Es uno de los impulsores de una asociación que busca aglutinar a los abejeros de los 11 municipios de montaña del suroeste ourensano

“Cuando eché la vista al campo, vi que la apicultura era de lo más modular que había para emprender”

Xurxo Domínguez, en uno de sus colmenares.

Xurxo Domínguez (Bande, Ourense) se reencontró en el 2014 con la antigua tradición familiar de las abejas. Eran aún los años de la crisis y Xurxo buscaba la manera de quedar en la Baixa Limia. “Yo no me quería ir” -recuerda-. “En aquellos años hubo un cierto ‘boom’ de personas que comenzamos en la apicultura a raíz de la crisis. Si echas la vista al campo, te encuentras con que la apicultura es de lo más modular que hay. Igual no tienes dinero para poner 1.000 colmenas, pero si tienes 500 euros puedes arrancar con 5 e ir creciendo. Lo que pasa es que hacer esa actividad rentable ya es otra película”, reconoce.

Él comenzó con un primer enjambre y en lugar de enfocarse a la cosecha de miel, decidió hacer de la producción de abejas su actividad principal. A partir de aquel primero enjambre, Xurxo lleva vendidos ya más de un millar de enjambres y además montó sus propios colmenares, hasta llegar a las 149 colmenas, cifra límite a partir de la que los apicultores están obligados a dar el salto al profesionalismo. “Estoy ahora mirando de dar el salto, de poner 300 colmenas y hacerme profesional”, valora.

Su aprendizaje en la apicultura fue principalmente autodidacta. Leía todo lo que encontraba, en papel y en internet; “preguntaba mucho” por grupos de whatsapp y chats, y después practicaba con sus propios enjambres. También aprendió de cómo se trabajaba antes, pues Xurxo recuerda que en el Ribeiro de Bande, su abuelo siempre tuvo colmenas, una tradición que continuó en la familia y con la que él, ya en una línea de apicultura moderna, se gana ahora la vida. La progresión de su aprendizaje fue tal que estos últimos años complementa la actividad de abejero con la de formador en cursos de apicultura, como los que imparte para Asefoga.

¿Cuál es la situación de la apicultura en la Baixa Limia y Serra do Xurés?
– En la Baixa Limia, somos cinco municipios (Bande, Lobeira, Entrimo, Muiños y Lobios) y entre todos, puede haber una veintena de apicultores profesionales. Lo que sí es que también habrá otros tantos que comenzamos en la apicultura a raíz de la crisis, en el 2014-2015, y que están en su mayoría como yo, valorando comenzar a pagar autónomos. Lo que hicimos todos fue a crecer hasta las 149 colmenas y ahí pararnos a meditar.

Aquí en la comarca estamos en la zona por excelencia de la miel de montaña, una miel negra con mucho mielato de rebollo. Yo, como en primavera centro la fuerza de los enjambres en producción de abeja y en divisiones para nuevas colmenas, pongo las alzas tarde, en junio, y me queda temporada sólo para que me entre miel de silva, castaño y sobre todo, mielato de rebollo. El resto de apicultores puede hacer también miel de milflores en primavera.

El mielato parece que tiene tirón en el mercado y de hecho, la IGP Mel de Galicia modificó su pliego para ampararlo. ¿Piensas que está bien valorado?
– Es valorado, pero no lo que debería. Por ejemplo, el año pasado fue terrible, se nos pagó la miel a granel a 3,30 euros. Con ese precio, pagas autónomos, gasoil y gastos y poco te puede quedar. Un precio a granel razonable, para darse mantenido con 300 – 400 colmenas, habría que comenzar a hablar a partir de 4 euros.

Colmenas de Xurxo en altitud, bajo la nieve invernal.

Colmenas de Xurxo en altitud, bajo la nieve invernal.

Hace dos años sí, ahí estaba el precio a 5 euros. A modo de anécdota, en el 2018 tuve una reunión en Madrid donde había algún apicultor de cada comunidad autónoma. Comenzamos a hablar del precio y el primero en abrir el turno fue el de Asturias, donde habían vendido a 4 euros aquel año; después fui yo y les expliqué que en el 2018 habíamos vendido a 5 euros (+Iva), yo me imaginaba que todos estaríamos por ahí, en los 4 – 5 euros, pero el siguiente precio más alto que oí fue para una miel monofloral a 2,85 euros. La excepción era Madrid, donde no se vendía la miel a granel. Son pocos productores y tienen 7 millones de consumidores al lado, con lo cual venden toda la miel a tarro.

Entonces, ¿está valorada la miel gallega?. Justo ese año estaba al doble de precio, pero otros años no. En general, tenemos una miel apreciada en el mercado porque en Europa se mezcla con mieles de terceros países para darles color y cuerpo.

¿Qué posibilidades ves en la Baixa Limia – Xurés de centraros en la miel a tarros?
– En el Xurés, la mayoría de los apicultores ecológicos tienen su propia marca y entre los otros, también los hay que sacan sus botes. El problema que tenemos en general en la comarca es que hay una despoblación galopante y en cada aldea hay algún apicultor. Entonces, a quién le vendes los tarros aquí?. Acabas los primos, los amigos y te quedan los tarros en casa.

Nuestro futuro es sacar la miel de aquí y darle salida en zonas urbanas o hacia grandes consumidores. Yo hasta ahora no me centré en la miel, puedo producir unos 1.000 kilos por temporada, y le doy salida a buena parte en tarros, pero en nuestra comarca, después de unos años puedes llegar a 500 – 600 botes, pero si quisieses duplicar esa cantidad, olvídate porque no hay gente. Todos tenemos que vender a granel.

xurxo apicultura 660

Desde Bande estáis impulsando una asociación de apicultores de toda la comarca. ¿Crees que puede ayudar a mejorar la comercialización?
– El principal objetivo es precisamente buscar una salida para la comercialización de la miel. Inicialmente creamos una asociación hace un par de años que fue fundada en Bande, pero la aumentamos y ahora puedes pertenecer a la asociación si tienes algún colmenar en los 11 municipios de la sierra, los 5 de la Baixa Limia, los 3 de la Serra do Leboreiro (Verea, Padrende y Quintela de Leirado) y los tres de la prolongación del Xurés (Calvos de Randín, Os Blancos y Baltar).

Es un proyecto que lleva sus tiempos. Comenzamos primero en Bande, después extendimos la asociación a la Baixa Limia y ahora estamos en la fase de darle un impulso en los otros ayuntamientos. Nos paralizó un poco el coronavirus, pero ahora volveremos a retomarlo, en cuanto se acabe de quitar la miel. El objetivo es lograr un buen precio base para la miel a granel porque para las ventas a tarro, como te comentaba, en la comarca tenemos un mercado muy limitado y la venta a tarro es también un trabajo sacrificado que exige dedicarle muchas horas.

En la miel a granel, en Galicia hay principalmente tres compradores, con precios muy similares, y tenemos que valorar otras vías que nos permitan mejores precios. También estamos mirando de cara al futuro hacer una feria en la comarca impulsada por la asociación.

A nivel de trabajo individual, ¿cómo os está afectando el coronavirus esta temporada?
– En primavera se paró tanto la venta de miel como, en mi caso, la venta de enjambres. La temporada fuerte de producción de enjambres es la primavera, hasta mayo, y tuve que cortar en marzo. Contaba vender 200 enjambres y acabé entregando 105 porque el apicultor, al reducir ventas y trabajo, también redujo las compras de enjambres sobre lo que tenía previsto o sobre lo que me tenía encargado.

¿Qué criterios sigues para la selección de enjambres?
– Fundamentalmente producción y mansedumbre. También higiene.

“Desapareció el ganado, desapareció el trabajo en el campo y perdimos mucha uz para las abejas”

Xurxo Rodríguez revisando una colmea.

Xurxo Domínguez revisando una colmea.

La avispa asiática es el gran peligro que afecta en los últimos años a la producción de miel en Galicia, aunque en la montaña ourensana, las pérdidas debidas a la velutina son por el momento bajas. Sus problemas se centran en la varroa y en el cambio de hábitat del monte. “Fuimos una zona muy buena para la miel, pero ahora ya no lo diría”, valora Xurxo. Repasamos los riesgos y desafíos de producir miel en la Baixa Limia.

¿Cuál es la situación de ataques de la velutina en la comarca?
– Trampeamos en primavera, pero no padecemos la gravedad del problema de la costa. Nuestro problema es el saqueo en noviembre y diciembre. Las velutinas fichan las colmenas más débiles, comienzan a entrar y te eliminan algunas, pero no es el problema de la costa. En toda la comarca, no conozco a nadie que tenga que usar arpas. También aquí estamos en Bande, que es la parte más alta y más fría. Si bajamos a Entrimo y a Lobios, probablemente haya más avispa asiática.

Para evitar que te ataque las colmenas más débiles en otoño, tienes también la opción de instalar piqueras antivelutinas. Crucemos los dedos de que no vaya a más el problema porque instalar arpas lleva consigo reorganización de los apiarios y una inversión fuerte. De momento, el frío del invierno nos ayuda. Las velutinas tardan mucho en prosperar y no hay nidos grandes en junio y julio. Cuando las velutinas tienen fuerza, ya las abejas tienen cerrada la campaña.

Las principales pérdidas de colmenas en la Baixa Limia son por la varroa y también tenemos casos de colmenares perdidos en los incendios.

¿Qué impacto está teniendo la varroa?
– El problema que tenemos aquí con la varroa es que acabamos tarde la producción por el mielato de rebollo. En la costa acaban antes y pueden medicar pues igual en el mes de agosto. Si lo haces así, puedes mantener la varroa a raya, pero aquí tienes mielato prácticamente hasta el 20 de septiembre y entonces, medicamos muy tarde, igual a comienzos de octubre.

¿Qué pasa si medicas tarde?. Puedes matar la varroa, pero ya tienes la colmena muy débil. La abeja de verano, en septiembre u octubre hace la camada de abejas de invierno, que va a durar 6 meses y va a mantener la colmena. Si cuando medicamos, las abejas ya hicieron la camada de invierno, va a nacer con mucha varroa y en malas condiciones. Quedan las colmenas muy débiles y pequeñas para invernar. Igual te quedan dos panales en una esquina y el resto murió. En primavera, con suerte te sobrevivió un núcleo, pero en un caso así ya no puedo dedicar la colmena a producir enjambres, si evolucionase bien produciría miel ese año.

Yo en mi experiencia, un colmenar de 60 colmenas que mediqué el pasado año el 17 de septiembre, tuve sólo 2 – 3 bajas en invierno. Otro que mediqué un mes más tarde, perdí el 45%.

Equipo para la aplicación de ácido oxálico, elaborado por un apicultor de la comarca.

Equipo para la aplicación de ácido oxálico, elaborado por un apicultor de la comarca.

¿Cómo estáis tratando la varroa?
– Yo este año empleé oxálico en agosto en las colmenas en las que aún mantenía la producción de miel, que es un tratamiento ecológico, y en las que no tenía producción, adelanté la medicación. En general, todos los apicultores estamos usando el amitraz, estábamos rotando tratamientos, pero ahora mismo el resto de tratamientos, como el ‘Checkmite’ (cumafós), no son efectivos porque se generaron resistencias.

Comentabas antes que también os afectan a los incendios.
– Los incendios es un riesgo que siempre está ahí. Hay que machacarse mucho en los desbroces alrededor de las colmenas y aun así, cruzar los dedos, porque si viene un fuego con una ola de calor y viento, mal asunto. Aunque el incendio no llegue al pie del colmenar, con que le llegue el humo ya es suficiente para perderlo.

A mí directamente nunca me afectó, pero por ejemplo, un compañero hace un par de años perdió un colmenar con unas 60 colmenas en el Xurés, que quedó arrasado en un fuego. Yo las tengo aseguradas por lo que pueda pasar. Desbrozo, limpio y si pasa algo, me apoyaría en el seguro.

Los incendios afectan todos los veranos en especial a muchas comarcas del interior de Ourense, como la vuestra. ¿Cómo ves la situación de los incendios?
– La cuestión es que aquí el campo no está trabajado. Hay una continuidad terrible de la masa forestal, que llega de las puertas de las casas de un pueblo a las puertas de las casas del pueblo siguiente. No hay fincas en medio trabajadas, apenas queda agricultura más que de autoconsumo, junto a las viviendas. Yo trabajé en la extinción de incendios, como conductor de motobomba, y si te encuentras con que todo el monte es matorral y arbolado, sobre todo pinos, es una situación complicada.

Queda poco ganado que controle el combustible y ahí, como apicultores, sufrimos otro problema. Nos quedamos sin flor, el ganado mantenía el monte en una cota de altura del matorral que permitía que hubiera mucha erica, mucha uz, pero desapareció el ganado, desapareció el trabajo en el campo y los helechos y codesos se hacen dueños de todo. Consiguen alturas de metro y pico y la uz rastrera está desaparecida.

¿El cambio del hábitat de la Baixa Limia es una cuestión que se nota en las producciones de miel?
– A ver, siempre que se habla de tiempos pasados, puede exagerarse algo, pero se hablaba de lograr hasta 30 Kg. por colmena y año. Que fuesen 20 a lo mejor, pero en los últimos cinco años llevamos un promedio de 10 Kg. por colmena y año, quizás también por impactos de la meteorología y del cambio climático.

Fuimos muy buena zona para la apicultura, pero hoy en día ya no lo diría. También es cierto que en los colmenares de las partes altas, cuando los demás tenemos 10 Kg., ellos pueden conseguir 20 – 25 Kg. porque el matorral allí no coge tanta altura y mantienen las ericas.

¿Cuál es la situación de los montes vecinales en la comarca, hay una parte que están quedando abandonados por la despoblación y por la bajada de la ganadería?
– La mayoría de montes comunales o están desaprovechados o tienen un aprovechamiento centrado en el pino. Si está a pinos, se trata de un aprovechamiento que gestionan en general empresas externas, con trabajos subvencionados de plantación, desbroces y podas hechos por brigadas que normalmente vienen de fuera.

Verdaderamente, el cultivo del pino ni deja dinero en la comarca ni apenas puestos de trabajo. Yo sería partidario de que se le dé ese empleo en trabajos forestales a las personas de la comarca que quieran trabajar. No puede ser que vengan brigadas de fuera a trabajar un monte vecinal en el que hay comuneros en el paro que estarían dispuestos a trabajar.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Solicitamos su permiso para obtener datos estadísticos de su navegación en esta web, en cumplimiento del Real Decreto-ley 13/2012. Si continúa navegando consideramos que acepta el uso de cookies. OK | Más información