“El 2020 es el más complicado que recuerdo para controlar el mildio en la viña”

Hablamos con tres expertos en viticultura, Rosa Pérez, Diego García y Paco Rego, que nos explican por qué este año está siendo tan difícil controlar el mildio en la viña

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“El 2020 es el más complicado que recuerdo para controlar el mildio en la viña”

Mildiu en hoja. Foto: Estación Fitopatológica de Areeiro

El mildiu es uno de los hongos que más afecta a los viñedos en Galicia, y especialmente este año, donde está suponiendo un quebradero de cabeza para muchos viticultores, sobre todo en las denominaciones de origen Rías Baixas y Ribeiro.

Y es que desde el mes de abril se cumplió la llamada regla de los tres 10 para el desarrollo de este hongo que ataca a las hojas pero también los racimos de las vides: el patógeno aparece cuando los brotes de las vides creen hasta los 10 o más centímetros; cuando se registraron precipitaciones mayores de 10 litros por metro cuadrado durante 1 o 2 días y cuando hay una temperatura media superior a los 10 grados. Una regla que este año se cumplió desde muy temprano y de forma reiterada, dando lugar a un ciclo continúo de infecciones solapadas.

Hablamos con tres expertos en viticultura que nos cuentan su experiencia este año en la lucha para conservar la salud de la viña frente a los ataques del mildio.

Rosa Pérez Otero (Estación Fitopatológica Areeiro): “Hay que insistir en que las dosis y los tratamientos fitosanitarios se hagan bien”

La doctora Rosa Pérez Otero, responsable de los avisos fitosanitarios de la Estación Fitopatológica Areeiro, centro dependiente de la Diputación de Pontevedra, reconoce que “este año hay y hubo muchísimo mildio en el viñedo”.

Las razones fueron las condiciones climáticas especialmente favorables para el desarrollo del mildiu, un hongo que llegó a Galicia procedente de Norteamérica a mediados del siglo XIX. “Primero, tuvimos un invierno muy lluvioso y con poco frío, y eso teóricamente ya favorece la maduración de las esporas de mildiu. Después, durante la primavera alternaron períodos de lluvia con períodos de sol, y además las temperaturas nocturnas fueron y son muy altas, con noches en las que llegamos a 20 grados en zonas de la provincia de Pontevedra. Todo eso,unido a la humedad, son condiciones muy favorables para el desarrollo de la esporulación del mildiu”, detalla la responsable de la Estación Fitopatológica de Areeiro.

Ademáis, Rosa Otero apunta a otro factor que también agravó esta situación crítica: “Muchos viticultores a tiempo parcial no pudieron tratar las viñas a tiempo en los meses de abril y mayo debido a las restricciones de movilidad por el estado de alarma a raíz del coronavirus”.

Los ciclos contínuos de ataques de mildiu -una vez que coloniza las hojas o los racimos de la vid, el hongo libera sus esporas al aire que inician un nuevo ciclo si las condiciones climáticas son favorables- hicieron también que la protección de los tratamientos fuera más corta. “Algunos colaboradores nos informaron de propietarios que tuvieron que hacer tratamientos cada 5 días recurriendo de forma generalizada a los antifúngicos sistémicos, para aumentar el período de protección, aunque es cierto que estos productos son los que más resistencias en los hongos pueden generar”, asegura Rosa Pérez Otero.

Otro aspecto en el que incide la técnica es en la importancia de aplicar tratamientos de calidad para mejorar su efectividad. “Como principales aspectos a corregir están evitar aplicar los tratamientos con viento; con las viñas demasiado frondosas, ya que el producto no penetra bien; y sin tener controlada la hierba del suelo. También no siempre se respetan las dosis recomendadas, sobre todo en años de especial incidencia de la enfermedad, aunque en eso tampoco ayuda que ahora en muchos fitosanitarios las dosis vienen referidas a hectárea, no a hectolitro como se hacía antes”, reconoce la experta.

En este momento, ya a comienzos de julio, la situación empieza por fin a mejorar en los viñedos de la provincia de Pontevedra: “En las visitas que realizamos esta semana a las viñas vimos que la expansión del mildio está más contenida, aunque en las plantas testigo que no llevaron ningún tratamiento siguen apareciendo manchas de mildio, y eso significa que siguen dándose condiciones favorables”, advierte.

Diego García (Bodega Paco & Lola): “Hay pérdidas pero no creo que sea el año con más daños de uva por el mildio”

Diego García es director de viticultura de la bodega Paco & Lola, una de las de referencia en la Denominación de Origen Rías Baixas.

Reconoce que el 2020 está siendo “un año muy complicado, porque a lo largo de toda la campaña las condiciones meteorológicas han favorecido que se estuvieran iniciando distintos ciclos de mildio de forma solapada, lo que nos obligó a tratar con más frecuencia”. Y también desde más temprano debido al adelanto en el ciclo vegetativo que se registra este año: “A finales de marzo ya detectamos las primeras manchas de mildiu y empezamos a aplicar los primeros tratamientos el 10 de abril, cuando el año pasado comenzamos a tratar la primera semana de mayo, y en un año normal sería hacia finales de abril”, explica Diego García.

La situación actual, una vez que el racimo de la uva comienza a cerrar y a acumular zumo es menos problemática para la incidencia del hongo en las uvas, aunque hay que seguir vigilantes ante el mildio larvado.

Lo que sí le llamó la atención al director de viticultura de la bodega Paco & Lola es que “este año, además de afectar a las hojas y a los racimos de las vides, también afectó de forma generalizada a los pámpanos, algo que nunca había visto en los años que llevo trabajando, y que indica la elevadísima esporulación del mildiu que hubo en el ambiente”.

En cuanto a las pérdidas que pudieron ocasionar estos ataques sucesivos del patógeno, Diego García, considera que “aunque fue una afectación muy dilatada en el tiempo, y por lo tanto más difícil de controlar, no creo que sea de los años de más pérdidas por mildiu, como cuando ha habido ataques más agresivos en la fase de floración”.

Francisco Rego (técnico jubilado de la EVEGA): “La clave es tener maquinaria para dar los tratamientos a la viña en poco tiempo”

Francisco Rego Martínez, investigador y técnico jubilado de la Estación de Viticultura y Enología de Galicia (Evega), reconoce que en su larga experiencia “este año posiblemente sea uno de los peores de mildiu”. “Aquí en el Ribeiro las viñas estaban adelantadas y hubo un ataque muy largo y persistente debido a que tuvimos un clima demasiado oceánico, de forma que tratabas pero a los pocos ya había otra esporulación y tenías que volver a aplicar fitosaniario”, reconoce.

La inusual climatología obligó a aplicar tratamientos cada pocos intervalos de forma que, según Francisco Rego, “la clave estuvo en tener maquinaria idónea y suficiente para, cuando escampaba, tratar las viñas en pocas horas”.

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