El Sindicato Labrego Galego rechaza las ofertas de renovación de contratos que están llegando a las granjas de leche, con propuestas de precio con bajadas importantes respecto al que están cobrando en este momento e iniciará acciones de denuncia pública que pongan el foco en las industrias que abanderan esta bajada señalando sus marcas comerciales e informando a las personas consumidoras para visibilizar qué parte de la distribución se está quedando con los márgenes de beneficios.
«Una vez más, la estrategia de la industria es engordar sus beneficios a costa de estrangular el eslabón más desprotegido de la cadena: las granjas. Estamos comprobando que, independientemente del producto que transformen o del segmento de mercado diferente en el que trabajen, lo que hay es una bajada orquestada de los precios por parte de las empresas», denuncia Xulio Fernández, coordinador del sector lechero en el SLG.
Una vez más, la estrategia de la industria es engordar sus beneficios a costa de estrangular al eslabón más desprotegido de la cadena: las granjas
«Desde el SLG estamos haciendo un seguimiento pormenorizado de esta estrategia de presión operada por las industrias lácteas, a través de la cual procuran aumentar injustificadamente su margen de beneficios en un contexto comercial en el que no se han producido rebajas de precio a los consumidores, ni una bajada del consumo, ni existe un aumento de la producción suficiente para influir en la demanda», considera.
«Coacciones» a las granjas para que acepten la oferta presentada
«Esta situación de coacción a las ganaderas y ganaderos se está agravando con el chantaje que algunas industrias están realizando con los propios contratos. Lejos de respetar la obligación vigente desde el 30 de junio de inscribirlos en el registro de contratos en la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) antes de su entrada en vigor, están comunicando por escrito a las granjas que en el caso de no firmar los contratos y entregar la leche asumen la aceptación automática de la propuesta de contrato ofertada por la industria», denuncian.
El Sindicato Labrego Galego ya ha procedido a denunciar esta práctica ante la AICA, dependiente del Ministerio de Agricultura, ya que considera que no es un método válido para dar por aceptada la relación contractual entre productores e industrias.
Reuniones con los grupos políticos a las puertas de las elecciones
A lo largo de esta semana el SLG mantendrá reuniones con representantes de los grupos políticos con el fin de trasladarles que el «desequilibrio de fuerzas en la cadena de producción láctea está impactando una vez más en el eslabón más débil: las granjas».
La prórroga de la supresión del IVA de la leche está privando de cierta liquidez a las granjas
«Desde el SLG defendemos el establecimiento de precios de abajo hacia arriba, que tomen como punto de partida los costes de producción y la remuneración del trabajo de la base de la cadena productiva, las ganaderas y ganaderos, y que los beneficios a lo largo de la cadena sean articulados, como en cualquier campo profesional, en base al respeto de la normativa a aplicar. En este caso, al menos, la Ley de la Cadena Alimentaria, que de contar con la voluntad de la Xunta de Galicia y el Ministerio para su aplicación, debería haber impedido estrategias colectivas de bajada de precio como las que las industrias lácteas nos están imponiendo ahora», concluye Xulio Fernández.
«La Xunta es cómplice de los abusos de las industrias lácteas»
El Sindicato Labrego Galego acusa a la Xunta de «actuar como cómplice necesario en los abusos de las industrias lácteas». «La Xunta les hace un gran favor incumpliendo su compromiso de publicar la evolución de los costes de producción, dificultando con ello el cálculo de un precio final por litro que cubra costes y remunere el trabajo», argumentan.
«Después de décadas denunciando la posición de superioridad con la que las industrias lácteas imponen el precio a las granjas, con las que negocian de una en una, la Xunta sigue sin proporcionar las herramientas y el escenario adecuado para poder desenvolver una estrategia de negociación colectiva, como está perfectamente normalizado en la práctica totalidad de los sectores laborales», insisten.
«Las actuales amenazas de bajadas de precios se producen en un momento en el que los costes de producción se mantienen altos, sin que de momento se noten bajas importantes en insumos principales como la alimentación, y cuando la sequía está condicionando la producción de forrajes en algunas zonas», explica Xulio Rodríguez.
Las industrias están imponiendo unilateralmente los precios que les da la gana
«Cada vez vemos más incumplimientos de la Ley de la Cadena: empresas que tratan de imponer unilateralmente precios abusivos incluso por debajo de costes de producción, empresas que no hacen las ofertas en el plazo que indica la Ley, contratos a corto plazo, etc», denuncia el Sindicato Labrego.
Además, añade, «en los últimos tiempos se está viendo nuevamente la entrada de leche y derivados lácteos de fuera, sin que la Administración sea transparente y aclare esta situación, ni tome medidas al respecto, en lo que supone otra amenaza para la supervivencia del sector».
El conselleiro, «callado y desaparecido»
Xulio Rodríguez recuerda que «hasta ahora, en las puntuales ocasiones en las que hubo subidas de precios de la leche, al conselleiro le faltó tiempo para salir inmediatamente afirmando que era mérito del trabajo de la Consellaría. Ahora, en la que la imposición de precios a la baja, la entrada de leche de fuera y los flagrantes incumplimientos de la Ley de la Cadena condicionan el escenario a favor de las Industrias, el conselleiro y la Xunta están desaparecidos, mientras la sangría de cierre de granjas de leche continúa agravándose: de las 6.251 que había hace un año, ya solo quedamos 5.892», detalla.
«Lo que necesita el sector es transparencia y una Administración que pare las bajadas de precio y cumpla con su responsabilidad de hacer respetar la Ley de la Cadena. Pero la Xunta, lejos de cumplir con su responsabilidad de velar por una aplicación real de la Ley, va en contra del objetivo propio de la misma, introduciendo modificaciones para que puedan acceder a las ayudas empresas sancionadas en firme por incumplir la Ley de la Cadena Alimentaria. Es el caso, por ejemplo, de Inleit, que incumplió los contratos firmados con las explotaciones y ahora la Xunta la va a premiar con ayudas públicas», critica el SLG.