“Es un error acumular paja por miedo a que siga subiendo, la que hay ahora es vieja y de peor calidad”

La escasez y el incremento de la demanda a causa de la sequía ha disparado esta semana un 30% la cotización en la Lonja de León. Un camión de paja picada de cebada puesta en una explotación gallega cuesta unos 4.000€

Palla nunha explotación de leite da provincia de Lugo

Almacén de paja en una explotación de leche de la provincia de Lugo

Los costes de alimentación de las granjas de vacuno de leche y de carne siguen incrementándose. Esta semana se han producido subidas considerables de la paja y la alfalfa en la Lonja de León, una de las de referencia junto con la de Salamanca y Binéfar. La revalorización ha alcanzado los 30€ en tonelada en la paja y 20 en la alfalfa.

La sequía que viven amplias zonas productoras de cereal en España hace prever una menor cosecha este año en la campaña que comienza dentro de un mes y está disparando los precios de la paja que hay almacenada del año pasado.

Con la subida producida en la sesión de este miércoles, la alpaca grande de paja entera de cebada de categoría 1ª ha pasado de valer 90€ a 120. A ese coste habría que añadir entre 30 y 35€ del proceso de picado y otros 25€ más de portes, por lo que la tonelada de paja puesta en una explotación gallega se sitúa ahora mismo en los 175-180€.

El precio de la paja se ha triplicado en el último año

Con esos precios, traer un camión de paja, que en septiembre rondaba los 2.500€, pasa ahora de los 4.000. La escalada de precios, que se venía produciendo en los últimos meses (desde hace un año el precio de la paja se ha multiplicado por tres, pasando de los 40€ en mayo de 2022 a 120 en la actualidad), se ha hecho más evidente en las últimas sesiones (la paja de cebada de 1ª calidad duplicó su precio en el último mes, pasando de 60 euros en León en la sesión celebrada el pasado 5 de abril a los 120€ con el que ha cerrado este miércoles).

No hay oferta en el mercado y la cosecha será ínfima

“No hay oferta en el mercado y la cosecha será ínfima”, justifican los responsables de la Lonja de León. La sequía, que está reduciendo los pastos y mermando las cosechas de forraje, está provocando una mayor demanda por parte de las ganaderías y también unas malas previsiones de cosecha de cereal para la campaña que comienza a finales de junio con la cebada y sigue en julio con el trigo.

Nerviosismo y especulación

“Hay mucho nerviosismo tanto por parte de los ganaderos que compran como por parte de los agricultores que venden, lo que está provocando especulación en el mercado”, asegura José Antonio González, nutrólogo de CLUN responsable de la formulación de la ración húmeda que elabora el CAVI de Irmandiños.

En su opinión, “el propio ganadero es el que está generando en buena medida la especulación y provocando la subida de los precios al acaparar el producto”. “Si en una explotación se consumían al año 10 camiones de paja y hasta ahora los iba comprando escalonadamente, a medida que le iban haciendo falta, pero ahora de repente los quiere comprar todos juntos y almacenarlos, por miedo a que siga subiendo el precio, eso inevitablemente provoca esa subida”, razona.

Paja de peor calidad

Además de ser una de las razones de la escalada de precios, “acumular paja es un error”, asegura, porque “hasta dentro de un mes no se inicia la nueva campaña ni se comienza a cosechar, por lo que la paja que está viniendo ahora es paja vieja, de la campaña pasada, que ha pasado el invierno fuera, porque la capacidad de almacenamiento en origen es limitada”, dice.

“Es cierto que hay una gran incertidumbre y nadie sabe en este momento qué va a pasar dentro de un mes o dos, pero la incertidumbre lo que no te puede llevar es a hacer locuras”, afirma José Antonio, que teme un empeoramiento en la calidad de la paja que está llegando a las explotaciones.

Acumular paja es un error, porque la que hay ahora es paja vieja que ha pasado el invierno fuera

“Va a depender del proveedor, pero yo pienso que lo que va a suceder es que ante la escasez se va a meter para picar paja de peor calidad, que en otras circunstancias no se usaría para la alimentación del ganado”, indica.

Por eso, recomienda “tranquilidad” a las explotaciones a la hora de cerrar acuerdos de compra y no teme que se produzca desabastecimiento. “Aunque la producción de cara a la cosecha de este año será menor, las dos campañas anteriores fueron buenas y hay paja antigua acumulada a la que se le dará salida este año al haber buenos precios”, razona.

Otro factor que va a provocar un aumento del valor de la paja, además de la menor producción, va a ser la caída en las cotizaciones de los cereales. “El 70% de la superficie de cereal de Castilla es secano y ahí el grano va a rendir muy poco. Además, los cereales están bajando, desde los 380-400€/tonelada que valían el año pasado a los 230€ actuales. Eso va a hacer que el agricultor quiera compensar esa diferencia en el precio de la paja, aprovechando la escasez”, explica.

Alimentación de vacas seas y novillas y cebo de los terneros de carne

En las ganaderías de vacuno de leche gallegas el uso de la paja es habitual en la alimentación de vacas secas y novillas, así como en la cama caliente de la recría. “En las raciones de producción casi no se usa, puede echarse un kilo como mucho para compensar el exceso de humedad del silo de primer corte de hierba, pero las raciones de novillas llevan normalmente de 2,5 a 4 kilos de paja y las de las vacas secas entre 4 y 6 kilos”, explica José Antonio, que dentro de su trabajo lleva a cabo también asesoramiento en las explotaciones.

Las raciones de secas llevan normalmente entre 4 y 6 kilos de paja y las de las novillas entre 2,5 y 4

En el caso de las ganaderías de vacuno de carne, el consumo de paja se concentra sobre todo en el cebo de los terneros y en la cama. Al igual que en las terneras de recría en las explotaciones de leche, la paja que se emplea habitualmente en la cama caliente es de peor calidad y de un precio menor.

La cosecha de alfalfa se reduce únicamente a una cuarta parte de la que habría en un año normal debido a la sequía

alfalfa

La campaña de ensilado de hierba de este año ha sido más dispar en Galicia, con bajadas de producción en determinadas zonas. Eso hace que las necesidades de compra de forraje por parte de las explotaciones se incrementen, sobre todo en aquellas que andan más justas de base territorial.

Pero la carestía se ha trasladado también a cultivos como la alfalfa o la veza, empleados por las ganaderías para suplir la falta de silo de hierba. La alfalfa es poco utilizada en la actualidad por las explotaciones lecheras gallegas, excepto en aquellas que tienen falta de forraje, por lo que su encarecimiento va a tener una escasa repercusión en la cuenta de resultados de las granjas.

La alfalfa y la soja son dos cultivos proteicos que han perdido protagonismo en las raciones del ganado lechero en Galicia en los últimos años

Esta semana la alfalfa ha subido en la Lonja de León 20€ y cotiza a 420 euros la alpaca grande en rama. A ese precio habría que añadir el deshidratado y el porte hasta una granja en Galicia. La subida a respecto del mes pasado es en este caso de 60€, pero con respecto a hace un año prácticamente se ha doblado el precio, pues en mayo de 2022 cotizaba a 228€ en rama y 320€ deshidratada.

La razón de la subida de precios es doble: por un lado una menor cosecha, debido a la menor superficie labrada (en la última campaña se redujo la superficie dedicada la alfalfa, que alcanza unas 250.000 hectáreas en el conjunto de España, por la competencia del trigo, la cebada o la colza debido a los buenos precios) y a la menor producción lograda por hectárea y, por otro lado, un incremento de la demanda exterior, sobre todo de países como China o Emiratos Árabes, que son los que están marcando los precios.

El 75% de la producción española de alfalfa se exporta, lo que ejerce una gran presión sobre el mercado

Castilla y León y Aragón son las dos principales zonas productoras de alfalfa en España y el comportamiento del mercado en una y en la otra está siendo diferente. “Castilla es una bomba de relojería este año, porque hay una peor cosecha en las parcelas de secano y porque allí conviven agricultores y ganaderos, por lo que se incrementa la demanda. Eso hace que esté más cara la alfalfa en rama en Castilla que la alfalfa ya deshidratada en Aragón, porque en Castilla están compitiendo en precio los deshidratadores y los ganaderos para hacerse con la materia prima”, explica José Antonio. La alfalfa deshidratada procedente de Aragón, sin embargo, se sitúa entre los 390 y los 400€/tonelada, más cara si es de los primeros cortes.

La sequía sigue empeorando y las siegas son decepcionantes, con rendimientos que no alcanzan un 25% de lo que sería un año normal

En el caso de la veza, que comenzó a cotizar esta semana, la tonelada se sitúa en 320€. “La sequía sigue empeorando y las siegas son decepcionantes, con rendimientos que no alcanzan un 25% de lo que sería un año normal”, explican desde la Lonja de León.

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