Ganadería Gado, más de 2.000 cabezas de ganado en Australia alimentadas 100% con pasto

Ana Pimenta y su marido Tom Perry crían su rebaño de vacas de carne a base del pasto producido en las más 800 hectáreas de tierra que gestionan en Tasmania. Conocemos cómo trabajan en el día a día en la ganadería

Ganadería Gado, más de 2.000 cabezas de ganado en Australia alimentadas 100% con pasto

Ana Pimenta atiende junto con su marido Tom Perry la Gandería Gado, centrada en la producción de carne de vacuno alimentada a base de pasto. // Foto Gandería Gado.

Ana Pimenta llegó a Australia en 2008, desde Barcelos (Portugal) y ya se quedó en estas tierras donde hoy tiene una destacada ganadería de vacuno de carne que atiende junto con su marido Tom Perry. Comenzaron de cero y han ido creciendo con paso firme, de manera que en poco más de 10 años, la Ganadería Gado es popular en el país y fuera de sus fronteras.

Tanto Ana como Tom tienen formación agraria y antes de meterse de lleno en este proyecto personal habían trabajado ya en otras ganaderías, primero de leche y después de carne en el caso de Ana. Mientras, Tom fue gerente de varias ganaderías en King Island, una pequeña isla perteneciente a Tasmania, donde viven y tienen la ganadería. «Comenzamos con la ganadería en octubre del 2009, en una granja alquilada y con apenas 30 cabezas de ganado», recuerda Pimenta. Al poco tiempo alquilaron unas instalaciones de mayor tamaño y pidieron un préstamo para poder comprar más ganado. «Pedimos nuestro primer crédito de 165.000 euros para así comprar más animales», comenta la ganadera.

Comenzaron con unas 30 cabezas y pidieron su primer crédito para poder crecer. Tienen ya más de 800 hectáreas de terreno donde pace su ganado

En menos de 10 años, han logrado comprar más de 800 hectáreas de tierra en King Island. Estos terrenos son los pastizales en los que crían a su ganado. «Críamos nuestro ganado a base 100% de pasto», explica Pimenta. La ganadera mostró cómo trabajan en su granja durante las VIII Jornadas Internacionales de Bovinicultura celebradas recientemente y organizadas por la Asociación Internacional de Estudiantes de Agricultura (IAAS-UTAD) de la Universidad de Trás os Montes e Alto Douro, en Vila Real (Portugal).

En la ganadería también tienen rediles donde trasladan a los animales puntualmente para acometer distintas labores para su cría. // Foto Ganadería Gado.

Atender más de 2.000 cabezas de ganado

Hoy, en esta ganadería cuentan con más de 2.000 cabezas de ganado. Buena parte de los animales son de la raza Angus, populares por su aptitud cárnica. También crían animales de la raza Hereford y tienen además otros cruces. Cuentan con unas 750 reproductoras, las terneras las crían para reposición y los terneros los venden cuándo consiguen un peso de unos 450 kilos, que suele ser una vez que tienen entre 12 y 16 meses.

Programan los partos para la primavera. Esperan a que las novillas tengan los 15 meses para inseminarlas de modo que al momento del parto hayan alcanzado ya los 24 meses

Programan el ciclo reproductivo de sus vacas para que los nacimientos se produzcan en primavera, que en este hemisferio coincide con los meses de agosto y septiembre. Luego, en noviembre habitualmente realizan la castración, vacunación y la identificación de los nuevos terneros y el descarte de los animales de la ganadería. Unos meses después, en marzo, es tiempo para el destete de los terneros, cuando buena parte de ellos tienen ya entre 5 o 6 meses. En este momento del año también comienzan a detectar las vacas preñadas y es el turno de vender los terneros más mayores, que ya han alcanzado el peso adecuado para su comercialización.

El destete de los terneros lo hacen cuándo tienen entre 5 o 6 meses. // Foto Ganadería Gado.

Entre noviembre y enero se produce la inseminación de las vacas del rebaño. Cuentan con un toro para cada 40 o 50 vacas. Las terneras las inseminan cuando tienen entre 14 o 15 meses, de manera que paren cuándo ya tienen alrededor de los 24 meses. «Las vacas las mantenemos en producción hasta aproximadamente los 8 años», concreta la ganadera. También optan por descartar aquellas vacas reproductoras con problemas de cascos, ubre o comportamiento.

Apuesta por el pasto

En la ganadería Gado apuestan por el pasto como base de la alimentación de su ganado. La mayor parte de sus predios son praderas permanentes con leguminosas y gramíneas y van cambiando el ganado de parcelas para conseguir la regeneración del pasto. La ganadería está dividida en varias parcelas con una superficie de entre 3 y 6 hectáreas donde pace el ganado. «Solemos tener grupos de animales bastante numerosos, entre 200 cabezas o más», apunta.

Tienen la tierra dividida en parcelas de hasta 6 hectáreas en las que el ganado pace a diario. // Foto Ganadería Gado.

Así, en el día a día, el trabajo en la ganadería se centra en cambiar el ganado de parcelas, así como en controlar el estado de los cierres y en garantizar que los animales tengan acceso al agua. Junto con estas labores, y de manera regular también llevan a cabo desparasitación de los animales, o el aporte de minerales. La fertilización de los prados y el control de las hierbas invasivas o mantenimiento de los cierres vegetales son otros de los trabajos que tanto Ana como su marido acometen de manera regular. También se encargan de temas como la contabilidad de la granja o la venta y el pesado de los animales.

La carne de sus animales está libre de antibióticos y de hormonas. Apuestan por un manejo sostenible y respetuoso con el medio ambiente

Además de una alimentación a base de pasto, Ana y Tom también reivindican un manejo sostenible y respetuoso con el medio. Así, no emplean antibióticos ni hormonas para la cría de sus animales y cuentan con certificaciones que así lo acreditan. «Buscamos una ganadería sostenible y practicar una agricultura regenerativa», defiende Pimenta.

La ganadería también ofrece estancias y visitas turísticas a sus instalaciones y degustación de la carne que producen. // Foto Ganadería Gado.

Al margen de la cría del ganado, el matrimonio también está abrieron una ventana permanente a su granja a través de las redes sociales y la página web Meat your Beaf,  en las que muestran su trabajo diario en la granja, sus animales y reivindican la calidad de su carne, al tiempo que comercializan de manera directa la carne que producen.

A la par de estas visitas virtuales, también tienen un proyecto que combina el turismo con la ganadería y de este modo ofrecen estancias en su granja para conocer de buena tinta cómo crían su ganado. En un país como Australia, que produce cerca del 2% de la carne de vacuno que se consume en el mundo, con una producción que en 2018-2019 alcanzó los 2,4 millones de toneladas y que es el segundo mayor exportador mundial de carne de vaca solo por detrás de Brasil, conocer de forma directa estas ganaderías es también un atractivo para muchos turistas. Esta iniciativa permite así conocer de forma directa y cercana no solo cómo es el día a día de la granja, sino también degustar la carne que se produce en estas praderas.

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