Las ayudas de los dos primeros pilares de la PAC inciden en la actividad agroganadera y en los desafíos medioambientales planteados en la PAC 2023-2027. Los apoyos económicos directos del primer pilar se dividirán en dos tipos: aquellos desacoplados de la producción y otros dependientes de ella. En el segundo pilar de la PAC están aquellas destinadas al desarrollo rural, en las que se encajan las ayudas agroambientales, y las destinadas a zonas con limitaciones naturales y lo ecológico.
“En el grupo de las ayudas desacopladas de la producción se encaja la ayuda básica para la sostenibilidad (ABR), las redistributivas complementarias a la anterior o los eco regímenes. En el segundo caso, en las acopladas a la producción, están los apoyos vinculados a la tipología de ganado, entre otras”, detalla el jefe del Servicio Territorial del Fondo Gallego de Garantía Agraria (FOGGA) en Lugo, José Manuel Ferreiro., quuen explicó las novedades de la nueva PAC en la última jornada tecnica d el a Asociación de Criadores de la Raza Porcina Celta (Asoporcel) celebrada el pasado 26 de noviembre.
Ayudas al desarrollo rural: requisitos y cantidades
En este según piar de la PAC se encuentran las ayudas a zonas de montaña, y las agroambientales. Dentro de este último grupo se enmarcan aquellas dirigidas a los cultivos sostenibles, al fomento de los pastos, a las razas autóctonas en peligro de extinción o incluso los complementos por convivencia por grandes carnívoros, entre otras.
-Ayudas a zonas de montaña: En cuanto a los apoyos en zonas de montaña “es similar a lo que hay ahora. Optarían a ellas agricultores activos a título principal o explotaciones prioritarias. La superficie mínima indemnizable en cada una será de 2 hectáreas hasta un máximo de 60, con una carga ganadera mínima de 0,7 UGM/ha. El importe base establecido es de 155€ por hectárea”, expone José Manuel Ferreiro.
-Ayudas agroambientales: Estas tienen un radio de acción más amplio y unas condiciones generales a todas: “las explotaciones tendrán que estar dadas de alta en el Reaga, no aplicar lodos de depuradora en ninguna parcela, recibir el servicio de asesoramiento -o acreditar una formación idónea-, mantener el cuaderno de explotación actualizado y un compromiso de 5 años”, avanza Ferreiro.
-Cultivos sostenibles: Los cultivos sostenibles representan un subgrupo de los apoyos agroambientales, y a su vez contiene tres líneas principales: cultivos forrajeros, cultivos extensivos y cultivos leñosos. En los primeros lo que se pide es una superficie mínima de 3 hectáreas, con una rotación de cultivos de 2 años consecutivos, donde cada año tiene que haber un cultivo diferente, alternando cultivos forrajeros con cereales, pastos temporales, oleaginosas, proteaginosas, etc. Además, cuenta con una serie de limitaciones, como la prohibición de herbicidas y variedades transgénicas, o disponer de un plan de fertilización que contemple el uso de abonos orgánicos. La prima de estos cultivos es de 150 euros por hectárea.
De una manera similar a la anterior están los cultivos extensivos, en los cuáles se requiere una superficie mínima de 5 hectáreas con una rotación de 3 años consecutivos con un tricultivo -patata, cereal, exceptuando el maíz, y un tercero que sea de huerta, leguminoso, proteaginoso, etc.-. Las limitaciones son las mismas que en los forrajeros excepto porque se permite el uso de herbicidas justificados por la autoridad competente, y de insecticidas siempre que haya justificación mediante trampeo. La prima en este caso es de 180 euros/hectárea.
En el caso de los cultivos leñosos se contemplan dos grupos: los viñedos en pendiente, en los que exigen una superficie mínima de 0,5 hectáreas, más de un 20% de desnivel, el mantenimiento de muros o bancales, y no labrar a favor de la pendiente; los frutales -olivos, manzanos y castaños- con una superficie mínima de 1 hectárea, siempre que se mantenga cubierta vegetal entre las líneas de plantación, y al igual que la anterior, sin aplicar fitosanitarios en el cultivo excepto casos justificados. En ambos grupos la prima es de 200€/ha.
-Fomento de pastos y prevención de ataques de lobo: En la misma medida, el fomento de pastos se contempla como una ayuda agroambiental más. Para obtenerla es necesario una superficie mínima de 5 hectáreas, mantener el 70% de la superficie en pasto temporal o permanente, aplicar sólo fertilización orgánica y tener una carga ganadera de entre 0,4 UGM/ha y 2 UGM/ha sobre el total de terreno de la explotación. La prima por extensificación de prados es de 110 euros/ha.
Además, “el que había estado acogido a la de fomento de pastos, y se localice en uno de los concellos que la Consellería del Medioambiente tenga registrados ataques de lobo, podría acogerse a un suplemento. Para eso, aquellas explotaciones solicitantes tendrán que pastorear por lo menos con 15 UGM teniendo a su disposición sistemas de vigilancia y cuidado. Esta prima complementaria por convivencia con grandes carnívoros es de 75€/ha, hasta un máximo de 50 hectáreas”, explica José Manuel Ferreiro.
-Producción en ecológico y razas autóctonas: Aparte de las ayudas para agricultura, ganadería y apicultura ecológica -con un mínimo de 80 colmenas en zonas con limitaciones naturales- existe otra línea que subvenciona los cultivos en riesgo de erosión genética, la cuál marca como requisito disponer de una superficie mínima de 2 hectáreas de trigo autóctono -callobre o caaveiro- con semilla certificada.
También se contemplan las razas autóctonas en peligro de extinción entre esta tipología de ayudas. Para optar a ellas hace falta disponer de un mínimo de 5 UGM en ganado equino y bovino, y con otros tipos de ganado -porcino u ovino- 2,5 UGM. También es necesario participar en el programa de mejora genética de la raza y haber inscrito el ganado en el libro oficial de registro genealógico de la raza. La prima en este caso es de 200€ por UGM.
Ayudas directas desacopladas de la producción: requisitos y cantidades
-Ayuda básica a la renta para la sostenibilidad (ABR): Es un apoyo similar al pago básico con una misma estructura por regiones -hoy por hoy hay 50 pero en el próximo período se reducen a 20- y con unos derechos asignados. Aun así, existen ciertos matices: en la PAC 2023-2027 las regiones se fijarán en función del cultivo declarado en esa parcela en el 2020 y, además, se realizará una conversión de derechos en dos períodos.
“El primero, ya pasado, entre el 31 de diciembre y el 1 de enero de 2023, que da lugar a una conversión provisional en función de la equivalencia de regiones entre pago básico y ayuda básica a la renta, y la superficie disponible de cada declarante durante el año pasado. Esta última se comunicará antes del inicio de la solicitud de la PAC y la conversión definitiva concluirá antes del 1 de abril de 2024”, amplía Ferreiro.
Aquellas personas que no tengan los derechos y quieran acceder a ellos podrán hacerlo a través de compra o mediante el censo de la Reserva Nacional. A esta última pueden acceder agricultores jóvenes, nuevos agricultores, y quien esté legitimado por una sentencia administrativa firme. “Como novedad, podrán acceder a la Reserva Nacional agricultores en desventaja, es decir, aquellas que hayan tenido actividad desde el 2015 pero que nunca optaran a derechos de pago básico, o bien, aquellos que participen en programas de reestructuración de la propiedad -aquí en Galicia, se correspondería con todas las formas acogidas en la Ley de Recuperación de Terra Agraria-”, avanza el jefe del Servicio Territorial.
-Ayuda redistributiva complementaria: “La cobrará quien tenga derecho a la ABR y por las hectáreas declaradas, independientemente de que la persona beneficiaria tenga derechos de pago básico para cada una de ellas o no”, especifica Ferreiro. La cantidad se determina por tramos -los cuales varían por región de la superficie declarada-, por eso, existe un primero umbral, en función de las hectáreas declaradas, en el que se cobrará el 20% del valor medio de los derechos de la región; entre este primer tramo y el segundo se cobrará el 40%”, explica.
-Ayuda complementaria para agricultores jóvenes: Pueden ser beneficiarios de ella chicos y chicas que se habían incorporado a la actividad en el año de solicitud o en los 5 anteriores, y por primera vez en su vida laboral. Además de estos requisitos, al igual que hasta ahora, “tendrá que estar dado de alta en la Seguridad Social, acreditar formación y tener un control efectivo a largo plazo de la explotación”, detalla José Manuel Ferreiro. Consistirá en un pago anual por hectárea subvencionada -máximo 100ha- por un importe igual al valor medio de la región, con un suplemento del 15% para agricultoras chicas -llegando al 115%-.
-Ecoesquemas: La tercera línea de ayudas son los eco regímenes, por los cuales la PAC remunerará a las explotaciones que lleven a cabo alguna práctica agrícola o ganadera beneficiosa para el clima y el medioambiente. Del mismo modo, “son compromisos anuales y voluntarios, esto es, puedo acogerme este año a uno y para el año cambiarme de eco regímen; los pagos anuales son en función de las hectáreas acogidas a una determinada práctica de las 7 posibles”, concreta Ferreiro.
Ayudas directas acopladas de la producción:
En este apartado de ayudas directas también estarían aquellas que están acopladas a la producción, en las que se destinan ciertas cantidades a prácticas como la producción de leche sostenible, el vacuno extensivo, el engorde de becerros o el ganado ovino y caprino de producción de carne y leche. Además, también se incluiría la producción sostenible de proteína vegetal.