Cuatro novillas aparecieron muertas al pie del parque eólico Sotavento, que se ubica en los municipios de Monfero (A Coruña) y Xermade (Lugo). El suceso tuvo lugar el pasado domingo a la tarde, durante una tormenta que descargó relámpagos en la zona, por lo que la principal hipótesis es que un relámpago mató a los animales. El Sindicato Labrego, que se hace eco del caso, al afectar a un afiliado suyo, demanda una actuación de la Xunta sobre este episodio.
“Solicitamos a las Consellerías de Medio Rural e Industria que desarrollen las acciones precisas para aclarar el origen y circunstancias en las que tuvo lugar este suceso, que podría haber afectado a tres ganaderos que se encontraban trabajando en el entorno”, advierte la secretaria general del SLG, Isabel Vilalba, al tiempo que instó a la Xunta de Galicia “a hacer valer el principio de precaución, activando la paralización cautelar de todos los polígonos industriales eólicos actualmente en construcción, hasta que sea aclarado este incidente”.
Asimismo, solicitó que “se dé inicio a la elaboración de un informe independiente realizado por las universidades gallegas al respecto de la situación actual de nuestro territorio en lo tocante al abanico de interacciones que tienen lugar entre los polígonos industriales eólicos y las condiciones meteorológicas, abundando sus efectos sobre la población, animales, patrimonio y recursos naturales”.
“Además de su condición de ser considerados ‘un blanco natural para el rayo’ -debido especialmente a su diseño y materiales empleados para su construcción-, en el año 2014 el grupo de investigación Rayos, Electricidad Atmosférica y Alta Tensión, dirigido por el profesor Joan Montanyà, de la Universitat Politècnica de Catalunya, demostró que existe una relación directa entre el movimiento de las turbinas de los aerogeneradores de los parques eólicos y la generación de descargas que, en determinadas condiciones atmosféricas, dan lugar a rayos”, alertan desde el Sindicato.