«La pandemia ha sido un revulsivo para las Plazas de Abastos»

El coronavirus ha servido para acercar nueva clientela a los mercados municipales, un público joven preocupado por la salud y la alimentación de calidad que encuentra respuesta a sus demandas en la confianza que ofrecen las tiendas de proximidad

Jesús Somoza, no seu posto da Praza de Abastos de Lugo

Jesús Somoza, en su puesto de la Plaza de Abastos de Lugo

La Plaza de Abastos de Lugo y el Mercado Municipal de Quiroga Ballesteros son dos instalaciones ubicadas en pleno centro de la ciudad que llevaban años en decadencia, con puestos cerrados y afluencia de público menguante. Ni las obras millonarias acometidas en los dos edificios en los últimos años habían servido para reflotar su actividad, que seguía bajando poco a poco. Pero en esto llegó la covid-19 y todo cambió.

«Se nota mucha más afluencia de gente que antes, la gente vino a comprar en el confinamiento y se ha quedado como clientela fija. Fue como un revulsivo», asegura Jesús Somoza, que lleva 29 años al frente de la Carnicería Somoza, ubicada justo frente a la puerta principal de entrada a la Plaza.

La carnicería era de mis abuelos y después de mis padres; llevamos en total 90 años en la Plaza

El suyo es uno de esos negocios «de toda la vida» que mantenían únicamente ese tipo de clientela fiel. «Llevamos 90 años en total en la Plaza, antes que yo estuvieron mis padres y primero mis abuelos», detalla Jesús. «Pero tan importante como mantener la clientela de toda la vida es renovarla y atraer a otra nueva», reconoce.

Ser uno de los establecimientos más antiguos del recinto les permite hacer en primera persona un recorrido cronológico por el devenir de estos comercios de proximidad y percibir los cambios que se han dado en el último año. «En el confinamiento se dio un cambio de clientela, comenzó a acercarse más gente joven a comprar y aumentó mucho la venta los sábados», asegura Jesús.

Trazabilidad y confianza

Los días fuertes en la Plaza de Abastos de Lugo siempre han sido los martes y los viernes, cuando se celebra el mercado tradicional en el que los productores del entorno se acercan a vender sus excedentes. Muchos de ellos son personas jubiladas que traen quesos, chorizos o verduras de casa, productos sin envasar ni etiquetado que no llaman la atención del nuevo perfil de compradores.

Los martes y viernes sigue viniendo la gente de siempre pero los sábados ahora hay mucha gente joven que comenzó a venir en el confinamiento y se ha quedado como clientela fija

Éstos buscan otro tipo de artículos y se refugian en la trazabilidad que les ofrecen negocios de confianza como el de Jesús. «Yo creo que es por el buen producto que hay aquí en la Plaza a respeto de los supermercados, yo compro la ternera directamente al ganadero y sé como fue criada, no pido nada a ningún matadero ni sala de despiece y la zorza, las hamburguesas o las albóndigas son de elaboración propia, las hacemos nosotros. De este modo podemos garantizar la calidad y la trazabilidad a nuestros clientes», cuenta.

Mayor demanda de alimentos saludables

Ana, no seu posto de produtos ecolóxicos Traloagro

Ana, en su puesto de productos ecológicos y carne de producción propia de Traloagro

Si el de Jesús Somoza es uno de los puestos más antiguos de la Plaza de Abastos de Lugo, el de Ana Lozano es de los más recientes. Hará dos años en junio que se instaló, después de coger un traspaso. Vende productos ecológicos, algunos de ellos de producción propia, ya que forma parte del proyecto de Traloagro, una explotación de cría de pollos y vacuno de carne en extensivo asentada en el vecino ayuntamiento de Friol, donde cuentan también con ecotienda y centro de despiece y elaboración. «Nuestra filosofía es vender directamente al consumidor», explica.

Hay más concienciación sobre la salud y más interés por los productos ecológicos

Ana constata la misma percepción que tiene Jesús, que los mercados municipales están recuperando una parte de la clientela que les había sido robada hace años por los supermercados y grandes superficies. El consumidor sigue queriendo comodidad, pero ahora busca también productos más saludables. «La gente está más concienciada con la salud, se nota más interés por los productos ecológicos», dice.

Pero apostar por la calidad no tiene por que suponer renunciar a la comodidad. «Cuando empezó el confinamiento comenzamos a hacer entregas a domicilio y mucha gente encarga por teléfono para no tener que esperar aquí pero después viene ella a buscar el pedido», explica Ana. Porque en Plazas de Abastos como la de Lugo o las de muchas otras ciudades ir a comprar los sábados por la mañana se está consolidando como una actividad de ocio más para hacer en familia. Al menos lo fue en los tiempos de los cierres perimetrales, pero tanto Ana como Jesús confían que esa sea una de las pocas cosas buenas que nos deje el coronavirus.

Un tercio más de afluencia en el último año

Praza de Abastos Lugo

Puerta principal de entrada a la Plaza de Abastos de Lugo, que extremó las medidas de higiene y limpieza por la pandemia para presentarse como un lugar seguro donde comprar

El interés por las tiendas tradicionales se ha incrementado a raíz de la covid-19. Es un hecho que constatan también desde el Ayuntamiento de Lugo, titular de las instalaciones tanto de la Plaza de Abastos como del Mercado Municipal de Quiroga Ballesteros, situados uno enfrente del otro. Calculan alrededor de un tercio el aumento de afluencia a estos dos recintos en el último año y eso está tirando también de la demanda de puestos donde instalarse por parte de comerciantes y productores.

Hace tan sólo dos años, una cuarta parte del centenar de puestos de venta con los que cuentan la Plaza de Abastos de Lugo y el Mercado Municipal de Quiroga Ballesteros estaban vacíos. Hoy quedan ya pocos libres, después del proceso seguido a nivel municipal para adjudicar los puestos vacantes. Se trata de concesiones por 25 años que sirven para fijar empleo y dar garantía a las personas que exploten estos espacios.

En la Plaza solo quedan en este momento tres puestos disponibles pero ya hay ofertas para ellos, como la de la cooperativa A Carqueixa, que reúne a productores de vacuno de carne de Os Ancares y que tras la buena acogida de su iniciativa de venta a través de internet quieren ahora establecer un puesto de venta físico en la Plaza lucense.

El consumidor busca refugio en el comercio de proximidad

«Seguimos trabajando para que la Plaza y el Mercado lleguen a tener la totalidad de sus puestos ocupados y en funcionamiento», indica Cristina López, la concejala de Participación y Servicios para el Vecindario, que destaca que «en la Plaza y en el Mercado encontramos productos de calidad, al mismo tiempo que recibimos la atención personal de las y de los distintos profesionales de cada puesto».

El comercio local ha demostrado su importancia durante la crisis sanitaria

Para la responsable municipal, «el comercio local ha demostrado su importancia durante la crisis sanitaria», por eso, dice, «en este momento es más importante que nunca colaborar en la reactivación económica y social comprando en el comercio de proximidad».

Peatonalización y obras en el sótano de la Plaza

A las obras de remodelación y mejora llevadas a cabo en la última década tanto en la Plaza como en el Mercado lucense con fondos europeos del Plan Urban, se suman en este momento los trabajos de peatonalización que se están acometiendo en las calles de su entorno, lo que permitirá convertirlo en un lugar atractivo para el paseo y las compras. “La peatonalización de la calle Quiroga Ballesteros permitirá tener un entorno adecuado para dinamizar la economía en un lugar privilegiado del centro de la ciudad”, asegura Cristina.

Trabajamos para convertir la Plaza de Abastos y el Mercado Municipal en un referente del casco histórico

Al mismo tiempo, también se están llevando a cabo obras de mejora en el sótano de la Plaza, que acoge los mercados tradicionales de los martes y los viernes, con la intención así de potenciarlos a través de una mejora de la imagen y presentación de los productos. “Trabajamos para convertir la Plaza de Abastos y el Mercado Municipal en un referente del casco histórico», concluye su responsable.

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