Las claves del éxito de Galicia en la lucha contra la IBR bovina

El investigador y experto Ignacio Arnaiz Seco ofrece algunas claves para comprender las infecciones de IBR y las medidas de control de la enfermedad que se están llevando a cabo en los últimos años tanto desde la Administración autonómica como a nivel nacional

Las claves del éxito de Galicia en la lucha contra la IBR bovina

La Rinotraqueítis Infecciosa Bovina (IBR) es una enfermedad vírica que Galicia lleva más de 30 años esforzándose por tener a raya o llegar a erradicar de las ganaderías. En los últimos años también se ha puesto en marcha un programa nacional con el mismo objetivo, por lo que en estos momentos están conviviendo los dos, sin ser obligatorios los controles, aunque se espera que esto cambie a corto plazo.

Las propias características de la enfermedad hacen que pueda pasar desapercibida en la granja durante algún tiempo, pero dejar brotes que provoquen consecuencias en el bienestar de los animales y en la rentabilidad de la ganadería. “Una de las principales características de este virus es que puede permanecer latente en el organismo sin detectarse ningún síntoma, hasta que se reactiva por una bajada de defensas del animal”, explicó Ignacio Arnaiz Seco, veterinario de la Consellería de Medio Rural, durante su participación en la jornada divulgativa organizada por la ADS Vacasán, en la sede de la Cooperativa agroganadera AIRA en Chantada.

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Instante de la jornada impartida en las instalaciones de AIRA y organizada por la ADS Vacasán.

Es una patología que suele provocar afecciones respiratorias, pero también puede presentarse en los órganos reproductivos, afectar al sistema nervioso o incluso puede haber animales que sean asintomáticos pese a ser portadores. Durante mucho tiempo fue conocida popularmente como la enfermedad de la nariz rojiza, ya que era un síntoma común que ahora ya prácticamente no se produce en los brotes de IBR.

El IBR puede permanecer latente en el organismo del animal, sin síntomas, hasta que en una bajada de las defensas de la vaca se produzca un brote

Se trata además de un virus que se propaga por el aire, por lo que es muy difícil evitar el contagio entre animales en la granja. Por eso es fundamental hacer un control de los nuevos animales que entran en la granja para evitar que puedan venir contagiados e infectar al resto del ganado.

¿Por que un programa de control?

Arnaiz Seco incide en la importancia que tiene realizar un seguimiento de la enfermedad y de las ventajas que proporciona disponer de un programa de control de la incidencia. Como cualquier infección de los animales, la IBR tiene efectos directos en la salud de los animales. Entre los más destacados se encuentran las neumonías y los abortos, pero además produce pérdidas en la producción y en el bienestar del animal.

Al margen de las razones sanitarias, el IBR provoca el incremento del gasto en tratamientos. Además, pese a que los animales no tengan síntomas, no disponer de certificados que acrediten estar libre de IBR también lastra la comercialización de los animales. “Las regiones libres de IBR pueden solicitar garantías adicionales en el movimiento del ganado. Igualmente, en las zonas donde existe un programa aprobado por las autoridades comunitarias se pueden pedir garantías adicionales”, indica Arnaiz.

El control en Galicia

En Galicia, el control de la IBR se inició en el 2004 por medio de las Agrupaciones de Defensa Sanitaria (ADS), para lo cual llevaron a cabo una monitorización de los rebaños, que les permitiera detectar temprano los brotes. Para eso se hacen tanto analíticas anuales en los animales como analíticas trimestrales de la leche en el tanque.

Además, para conseguir disminuir progresivamente la positividad de los rebaños optaron por tres vías. La primera de ellas se centra en reducir las nuevas infecciones, para lo cual fomentaron la bioseguridad en la granja, con medidas como la vacunación voluntaria. También resulta fundamental el control de las entradas de nuevos animales en la granja, por lo que se hacen analíticas sobre IBR a los nuevos animales que se van a incorporar a la granja.

Otra de las estrategias seguidas en Galicia para reducir la incidencia de IBR en las ganaderías fue la prohibición de la utilización de las vacunas no marcadoras, es decir las vacunas tradicionales, ya desde el 2007. El uso de las vacunas convencionales estaba dificultando identificar aquellos animales que tenían anticuerpos de IBR por haber sido vacunados, así todo animal positivo en IBR se considera posible portador latente. Mientras, las vacunas marcadas muestran que ese animal tiene anticuerpos a través de la vacuna, pero no supone un riesgo para la ganadería, ya que la enfermedad no está latente.

En Galicia, la incidencia de la IBR en las ganaderías adheridas a las ADS pasó de más del 25,5% de los animales en el 2004, cuando comenzaron a hacerse los controles a reducirse a un 3,5% de los ejemplares en el 2020. En cuanto a las granjas, se pasó de suponer más del 57% a quedar un 17 % con animales infectados. Tal y como señala Arnaiz, las ADS fueron claves para este control.

Incidencia de IBR en animais en ADS

Incidencia de IBR en granxas

Evolución da incidencia da IBR nas granxas adheridas a ADS e a porcentaxe de animais afectados. En vermello a taxa de granxas e animais infectados por IBR e en azul porcentaxe de granxas e animais vacinados con vacinas tradicionais.

Es suficiente con comparar los datos de animales y granjas afectadas por IBR adheridas o no a las ADS para comprobarlo. Así, en las ganaderías de carne de A Coruña, la tasa de IBR por ganadería se sitúa casi en un 25% fuera de la ADS, mientras que se reduce a casi un 13% en las supervisadas por la ADS. La situación es muy pareja en el que a ganado de leche se refiere, pasando de una incidencia de IBR del 50,7% en las granjas que no están en la ADS a reducirse la un 24,5% en las que cuentan con este servicio.

IBR en ganderias de carne A Coruña

Diferencias entre el programa de control gallego y el nacional

Con la entrada en vigor del nuevo programa estatal de control de IBR en estos momentos conviven los dos sistemas. Hasta que el programa nacional de prevención de IBR se haga obligatorio, en Galicia van a convivir los dos modelos de control. Se baraja que el programa nacional se vuelva obligatorio en el 2024 como indican desde el Ministerio de Agricultura con la intención de que las ganaderías compitan en igualdad de condiciones con el resto de los socios europeos y dado que las exportaciones y los movimientos intracomunitarios están demandando estas garantías.

Hasta que el programa nacional de prevención de IBR se haga obligatorio, en Galicia van a convivir los dos sistemas

Pese a buscar el mismo objetivo: erradicar la presencia de la enfermedad, se encuentran algunas diferencias entre lo programa nacional y el gallego a la hora de clasificar las ganaderías en base a la incidencia detectada. Además, mientras que en el programa estatal es obligatorias/es obligatoria la vacuna marcada, en el programa gallego esta vacunación es voluntaria.

En las primeras etapas de clasificación, aquellas que están había sido del programa o con una presencia de animales infectados ya desde los primeros meses, los dos programas coinciden. Las diferencias se presentan en los niveles más exigentes y que procuran confirmar que se erradicó la enfermedad en esa granja así como en el grado de vacunación, que será decisivo para alcanzar una clasificación u otra en el modelo estatal y en el gallego.

Diferencias entre el programa nacional y gallego de control del IBR

Diferencias entre el programa nacional y gallego de control del IBR

Así, las granjas que vacunen con vacuna marcadora en los últimos 12 meses de los niveles 1, 1- y 2 tendrán la misma calificación en los dos programas. Mientras, las granjas que no vacunen en el programa gallego de los niveles 1,1- y 2 tendrán el nivel 0 en el programa nacional.

Para alcanzar el nivel 3, las ganaderías deberán estar vacunadas con vacuna marcadora en los dos programas. Y en el caso del programa estatal, para lograr el nivel 4 no se puede vacunar en los últimos 24 meses.

“Para aquellas ganaderías que ya estén en un nivel de control avanzado del IBR es bueno que también se adhieran ya al programa nacional. Aquellas ganaderías que no estén en ese punto lo recomendable es seguir avanzando a través del programa de Galicia para que una vez que el programa nacional se haga obligatorio no resulte tan costoso incorporarse a él”, concreta el experto.

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