Posible contagio a Galicia de las protestas de agricultores en Francia y Alemania

Distintas voces llaman a secundar las tractoradas en contra de la burocratización y el aumento de las exigencias ambientales en la producción de alimentos, con contactos en marcha para la organización de movilizaciones a principios de febrero en la comunidad

Los tractores mantienen cortadas numerosas autovías y autopistas en Francia

Los agricultores mantienen cortadas con sus tractores numerosas autovías y autopistas en Francia

Las protestas de agricultores se extienden por distintos países europeos, como Alemania, Francia, Países Bajos, Polonia o Rumanía, y su efecto contagio podría llegar a Galicia. Desde hace días grupos de productores de distintos puntos de la comunidad mantienen conversaciones de cara a secundar las movilizaciones con algún tipo de acción reivindicativa. Se baraja la fecha del día 6 de febrero. 

El efecto dominó de lo que está pasando en países como Francia o Alemania ha llegado también esta semana a Italia, donde se exigen ayudas por la sequía, y a Bélgica, donde los agricultores han llevado este lunes su protesta a Bruselas.

En España organizaciones como Asaja o Unión de Uniones anunciarán en los próximos días actos reivindicativos, mientras UPA y COAG meditan qué hacer, pero Christiane Lambert, presidenta del Comité de Organizaciones Profesionales Agrícolas (COPA), la principal federación de sindicatos de agricultores de Europa, ha pronosticado que los agricultores italianos y españoles pronto organizarán sus propias protestas.

Apuntando a Bruselas

En algunos de los principales países productores europeos, en las últimas semanas los tractores han dejado los campos para cortar carreteras. El detonante en Alemania, por ejemplo, ha sido la eliminación de las ayudas al gasóleo, al igual que en Francia, pero el cabreo es más profundo y tiene que ver con la sobrecarga legislativa emanada desde Bruselas que soporta el sector.

Los agricultores italianos y belgas inician esta semana las movilizaciones y en España Asaja y Unión de Uniones anuncian acciones similares

Las políticas ambientales pesan cada vez más en la agenda de la UE, relegando a un segundo plano la soberanía alimentaria, un objetivo que había ganado protagonismo durante la pandemia.

El propio comisario europeo de Agricultura, el polaco Janusz Wojciechowski, reconocía recientemente su impotencia para hacer oír la voz del sector en normas como la Ley de restauración de la Naturaleza o la actualización de la Directiva sobre emisiones industriales, impulsada desde el departamento europeo de Medio Ambiente pero que afectará a todas las explotaciones de ganado vacuno, porcino y avícola con más de 150 UGM. 

Las protestas se extienden y las reivindicaciones se generalizan a 5 meses de las elecciones al Parlamento europeo

Por ahora la respuesta de la Comisión Europea ante las protestas se limita al anuncio de la presidenta Úrsula Von der Leyen de la puesta en marcha de un panel de expertos, formado por 27 personas, entre especialistas y representantes del sector, para debatir sobre el futuro de la agricultura en la UE. Las conclusiones estarían listas en verano, después de las elecciones al Parlamento europeo del mes de junio.

Aunque oficialmente Wojciechowski considera que las movilizaciones se deben a “cuestiones internas” de los distintos países, el Ejecutivo comunitario teme que las protestas sean aprovechadas por los partidos de extrema derecha de cara a los comicios en un momento en el que las encuestas auguran su auge en el Parlamento europeo.

Crecientes exigencias medioambientales

Los productores europeos, y las organizaciones agrícolas que los representan, se quejan de que las nuevas políticas verdes de la UE, explicitadas en documentos como el Pacto Verde Europeo o la Estrategia de la Granja a la Mesa e incluidas en Directivas sobre medicamentos, nitratos, fitosanitarios, bienestar animal o gases de efecto invernadero, no han sido consensuadas con el sector.

El año 2024 ha arrancado con cambios normativos importantes en países como España

Pese a que las ayudas comunitarias de la PAC complementan de manera decisiva los ingresos de las explotaciones, la sensación mayoritaria es la de que la Comisión Europea y los distintos Estados miembros están “legislando en contra del sector” y que el impacto de estas normativas será importante sobre la cuenta de resultados de las explotaciones.  

Los productores sienten además un agravio comparativo con respecto a la importación de productos de terceros países, con controles más laxos en materia de productos fitosanitarios, bienestar animal o diversos aspectos medioambientales, por no hablar de derechos sociolaborales. 

Garantizar precios justos

Junto con la flexibilización de las exigencias normativas en materia ambiental, los agricultores y ganaderos demandan una retribución justa por parte de las grandes cadenas de supermercados y mayor transparencia en los distintos eslabones de la cadena que va desde el campo a la mesa de los consumidores.

A pesar de la aprobación de normativas específicas en algunos países, como Ley de la Cadena Alimentaria en España o las leyes Egalim en Francia, no existen garantías reales de que los precios en origen que perciben los productores cubren los costes de producción.

Leyes como la de la Cadena Alimentaria en España o la Egalim en Francia no han servido para evitar prácticas abusivas

En Francia el problema se evidencia estos días en varios sectores. Por un lado, entre los agricultores de cereal, ya que el precio del trigo se ha reducido a la mitad en el último año y medio, pero los costes de producción, que se dispararon tras la guerra de Ucrania, siguen altos, a lo que este año se añade la obligatoriedad de dejar un 4% de la superficie sin cultivar para fomentar la biodiversidad y cumplir de este modo con la condicionalidad de la PAC.

Por otro lado, entre los viticultores, que han empezado a vaciar cisternas de vino de mesa a granel procedentes de España, país al que acusan de producir más barato e inundar el mercado francés con sus exportaciones. La legislación en materia de aplicación de productos fitosanitarios en Francia es de las más exigentes de la UE, lo que otorgaría a países vecinos como España o Italia teóricas ventajas competitivas.  

Entre los ganaderos lácteos, el descontento se centra en estos momentos contra la multinacional francesa Lactalis, la industria que más leche recoge en Francia, después de que haya impuesto un precio de 40,5 céntimos para enero. Para las granjas, el precio de Lactalis es inaceptable, no solo porque no cubre los costes de producción, sino porque además actúa de palanca a la baja con el resto de las empresas del sector.  

Los motivos de las protestas por países: desde la importación de cereales de Ucrania a la eliminación de las rebajas fiscales al gasóleo agrícola

El primer ministro francés, Gabriel Attal, hablando cara a cara con Arnaud Rousseau, presidente de la FNSEA, el principal sindicato agrícola del país

El primer ministro francés, Gabriel Attal, hablando cara a cara con Arnaud Rousseau, presidente de la FNSEA, el principal sindicato agrícola del país

Con cuestiones comunes, como el rechazo a una legislación europea alejada de la realidad del sector y cada vez más paralizante, y otros motivos más concretos y específicos de cada país, la ira de los agricultores gana fuerza y se hace más visible.

Las tractoradas se extienden, cual mancha de aceite, por toda Europa, obligando a los Gobiernos de los distintos países a actuar, desplegando efectivos policiales para garantizar la seguridad y medios negociadores para tratar de rebajar la tensión a las puertas de unas elecciones donde la extrema derecha podría capitalizar el descontento.

El primer ministro francés, Gabriel Attal, ha centrado su agenda en los últimos días en materia agrícola y este mismo lunes se ha reunido con Arnaud Rousseau, presidente del FNSEA, principal sindicato agrícola de Francia, que está liderando las protestas junto a Arnaud Gaillot, presidente de la organización Jóvenes Agricultores.

Asedio a París

Una semana después del inicio de los bloqueos de autopistas en Occitania, las protestas se han extendido por toda Francia, cortando la comunicación entre el norte y el sur del país. Las barricadas de fardos y alpacas de paja han logrado ya el primero de los objetivos: que el Gobierno dé marcha atrás en su intención de incrementar los impuestos al diesel agrícola.

El Gobierno francés capitula y da marcha atrás en su intención de aumentar gradualmente hasta 2030 el impuesto sobre el diesel agrícola

El primer ministro francés también ha prometido menos burocracia, con un plan de 10 medidas de simplificación inmediata, y mayores controles a las importaciones, para evitar la competencia desleal de terceros países, por ejemplo de Mercosur, pero también dentro de la propia UE, donde la legislación francesa en materia de productos fitosanitarios es de las más exigentes.

Pero pese a estas importantes concesiones, las protestas continúan al grito de «hechos y no palabras» y el objetivo de los agricultores y ganaderos se centra ahora en asediar París, cortando todas las vías de acceso principales, así como en el bloqueo del mercado mayorista de Rungis, uno de los más grandes de Europa.  

Bloqueo del puerto de Hamburgo

En Alemania este mismo lunes miles de agricultores han bloqueado el acceso al puerto de Hamburgo en contra de la “locura fiscal y burocrática”. El corte con tractores del puente Köhlbrand, que ha afectado al funcionamiento habitual de uno de los principales puertos europeos, ha sido una “decisión espontánea” fruto del hartazgo de los manifestantes, aseguraron desde las organizaciones convocantes de las protestas.

Con esta acción los productores alemanes han querido también visibilizar su oposición a los acuerdos de libre comercio con países como Nueva Zelanda, que implica la importación de importantes cantidades de carne de cordero y ternera.

El Gobierno alemán ha avanzado su intención de escalonar hasta 2026 la eliminación de la exención al diesel agrícola

El Gobierno del canciller Olaf Scholz, formado por una coalición de socialdemócratas, ambientalistas y liberales, ha avanzado su intención de escalonar hasta 2026 la eliminación de la exención al diesel agrícola, detonante de las movilizaciones, pero este anuncio no ha servido para acallar las protestas.

Importaciones sin aranceles para el cereal ucraniano

La competencia ucraniana, por el aumento de las importaciones de este país tras el inicio de la invasión rusa, está detrás del malestar de los agricultores en países como Polonia y Rumanía. A raíz de la ofensiva rusa, la UE suspendió los aranceles a los productos importados de Ucrania para facilitar rutas alternativas al mar Negro para la salida de los cereales ucranianos a través de los países fronterizos.

Pero estos corredores de mercancías duty free para el trigo y el maíz ucranianos han acabado produciendo “competencia desleal” para los agricultores locales polacos o rumanos, que en las últimas semanas han bloqueado pasos fronterizos con Ucrania, pero también de países como Eslovaquia, Hungría o Bulgaria.

En junio expira la actual exención aduanera para los cereales procedentes de Ucrania y los países vecinos exigen que se elimine

En junio expira la actual exención aduanera para los cereales procedentes de Ucrania pero la Comisión Europea podría renovarla. Los países de Europa del este exigen sin embargo que la UE revise de forma definitiva sus medidas de liberalización comercial con Ucrania.

Reducción de cabezas de ganado en Países Bajos

En Países Bajos, en cambio, el detonante del malestar de los productores ha sido el plan gubernamental presentado en 2019 para bajar las emisiones de nitrógeno mediante la reducción del número de cabezas de ganado.

Las protestas, mantenidas durante meses, han dado paso a la movilización política. El Movimiento Campesino Ciudadano (BBB), liderado por Caroline van der Plas, ha logrado una importante representación, consiguiendo el 20% de los votos en las elecciones provinciales de marzo de 2023 y 7 diputados y 16 senadores en las generales de noviembre, convirtiéndose en la quinta fuerza del Parlamento neerlandés, liderado en la actualidad por el partido de ultraderecha PVV de Geert Wilders. 

La formación de un nuevo gobierno podría paralizar o reformar ahora el proyecto de reducción de un tercio de las cabezas de ganado actuales (3,8 millones de vacas y 11,4 millones de cerdos) que el Gobierno conservador de Mark Rutte lanzó en 2022, un plan con el que pretendía reducir a la mitad las deposiciones de nitrógeno para 2030 (la media actual en Holanda es de 46 kg por hectárea, cuatro veces más que la media europea). 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Solicitamos su permiso para obtener datos estadísticos de su navegación en esta web, en cumplimiento del Real Decreto-ley 13/2012. Si continúa navegando consideramos que acepta el uso de cookies. OK | Más información