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Una comitiva en representación de los vecinos y vecinas de Xanceda y del Sindicato Labrego Galego se acercaron este lunes hasta la Casa del Ayuntamiento de Mesía para presentar las alegaciones contra el proyecto Xanceda 7138 con el que la empresa Erimsa pretende extraer cuarzo metalúrgico en una concesión de 781 hectáreas, la mayoría en suelo de especial protección agraria.
En total, y tras el acto de hoy, se llevan registradas 217 alegaciones; dado que el plazo de presentación finaliza aún el próximo miércoles, las estimaciones apuntan a que se presentarán, finalmente, más de 250 alegaciones.
Además del vecindario afectado, en el acto de hoy estuvieron presentes a coordinadora del Slg en la comarca de Ordes, María Vieites; y la coordinadora de la lucha contra la minaría destructiva en el sindicato, Margarida Prieto ledo. También hubo presencia de la plataforma contraMINAcción, a la que también pertenece el Slg, con Guadalupe Rodríguez (Salva a Selva), Xoán Doldán (Véspera de nada) o Carlos Montero (Comisión contra as Minas en A Terra Chá).
Entre los principales motivos para rechazar la actividad de Erimsa en la zona están que los terrenos en los que se pretenden llevar a cabo las excavaciones pertenecen, en su mayoría, a las concentraciones parcelarias de Xanceda y Papucín, estando afectadas directamente un total de 26 granjas cuya principal actividad es la producción de leche y que sostienen 90 puestos de trabajo.
Otro hecho denunciado por el Sindicato Labrego en las alegaciones es la fragmentación de proyectos de Erimsa en la comarca de Ordes para no provocar alarma social, ya que al Xanceda 7138 habría que sumar otros tres vecinos en fase de investigación: Marís, Andrea 7137 y Lamosa. “Si sumamos todos, estaríamos hablando de 6.721 hectáreas, más de 200 granjas y 500 puestos de trabajo directos afectados”, advierten desde el Slg.
Además, recuerdan que la actividad de Erimsa “entra en colisión con la declaración de la comarca de Ordes, incluidos los ayuntamientos de Frades y Mesía, como de especial interés agrario”.
Las alegaciones también hacen mención al supuesto impacto negativo que tendría la actividad minera sobre los acuíferos de la zona, que se traduciría “en un incremento del arrastre del suelo por erosión, en una merma o impedimento para la recarga de los acuíferos (fuentes, pozos traídas vecinales de agua, etc) y en un incremento del peligro de inundaciones. También hay un impacto sobre la calidad de las aguas, que supone un arrastre de partículas del suelo, fertilizantes, nutrientes, herbicidas etc produciendo la contaminación de las aguas”.
Otro de los supuestos impactos más notables sobre la actividad agropecuaria de la zona que se denuncia en las alegaciones sería “el deterioro irreversible de la estructura y de la estabilidad de los agregados del suelo”, lo que “impide el desarrollo de las raíces, por lo que tienen menor capacidad de extraer los nutrientes así como el agua del suelo. Por otra parte, se retrasa la fecha de cultivo debido a que tarda más en secar el terreno debido al pobre drenaje y capacidad de infiltración del agua de la lluvia. Esta excesiva humedad del suelo produce condiciones anaeróbicas que originan la asfixia de las semillas y perjudica a las raíces de las plantas, lo que implica un mayor gasto en fertilizantes para compensar la pérdida de productividad y un mayor gasto en gasoil en las labores agrícolas por la compactación del suelo”.
Las alegaciones presentadas concluyen que, con la actividad extractiva de Erimsa, “se eliminaría la funcionalidad actual y potencial de los suelos y destruiría el medio de vida de mayor parte de pobladores/as del territorio, generando desempleo y alentando el éxodo rural”.
Mesía Unida denuncia a presión que ejercen los trabajadores sobre los vecinos
Por su parte, desde la Asociación Mesía Unida denuncian lo que consideran “presión que se está ejerciendo sobre el vecindario y parientes por parte de los trabajadores de Erimsa en la zona de Mesia y Frades, que está siendo una amenaza para la convivencia en la zona, al romper ciertas relaciones vecinales o familiares”.
“Los trabajadores de la Minera no paran de introducir propaganda falsa en las viviendas y recoger firmas en apoyo de la multinacional, creando tensión y mal estar entre familiares y vecinos y enfrentamientos con ganaderos y propietarios de la zona, ya que incluso invaden la propiedad particular y zonas íntimas de las familias, todo para introducir folletos a favor de la minera”, advierte la asociación.
“Parece que sólo son importantes sus puestos de trabajo, olvidándose del resto de la población de la zona y de las inversiones realizadas en las explotaciones ganaderas afectadas”, añaden.
Ante esta situación, desde Mesía Unida le solicitan a Erimsa “que no siga usando a sus trabajadores como meros recaderos de presión mediática para crear climas de tensión y mala convivencia”.
