El cultivo de la vid se da de forma tradicional en regiones con temperaturas medias anuales de entre 10 y 20°C, con características climáticas que permiten la producción óptima de este cultivo y la obtención de vinos de gran calidad. En Galicia existen diferentes zonas con condiciones apropiadas para la producción de una gran variedad de uvas: Albariño, Caíño, Espadeiro, Godello, Loureira, Mencía o Treixadura son las variedades tradicionalmente cultivadas en nuestra comunidad, que cuenta en la actualidad con una extensión de viñedos de más de 30.000 hectáreas (MAPA, 2023).
La adaptación de las diferentes variedades a cada una de las zonas de cultivo depende de las condiciones y características climáticas de cada zona, y la variabilidad climática existente entre las diferentes temporadas de cultivo y cosecha garantizan una diferenciación entre las campañas dentro de los mismos viñedos. De este modo, los viticultores se fueron adaptando de forma gradual a las condiciones ambientales locales de cada región y a sus variaciones para optimizar la producción.
Dada la gran sensibilidad que presenta la vid ante el clima, las variaciones producidas en los últimos años a causa del cambio climático están provocando modificaciones en el desarrollo de los ciclos productivos de estas plantas. Según los modelos de predicción climática existentes, las principales alteraciones esperadas en los próximos años son el aumento de las temperaturas tanto medias como máximas y mínimas, las variaciones en los regímenes pluviométricos y la intensificación de los eventos extremos. Al tratarse la vid de un cultivo interdependiente de forma anual, en el que las condiciones de un ciclo de cultivo influyen en las características del ciclo siguiente, estas alteraciones tienen más incidencia cada año.
En los últimos años se han desarrollado numerosos estudios para analizar los efectos que las condiciones climáticas cambiantes están teniendo sobre los cultivos de vid, incluyendo variaciones en las secuencias de plagas y enfermedades. A nivel español, de forma general se está observando un descenso en la superficie vitícola, un aumento en la demanda de regadío y una reducción en la esperanza de vida de la planta de un 30%.
Siguiendo las previsiones de clima futuro en diferentes escenarios climáticos (Gaitán, E. 2022), las temperaturas irán ascendiendo de forma progresiva en las próximas décadas, con mayor intensidad en los meses de verano, y las lluvias caerán en igual volumen, pero en periodos temporales más cortos, incrementándose las lluvias de tipo torrencial. Esto va unido a una tendencia a sufrir periodos de sequía severos o extremos, cada vez más extensos e intensos.
En este contexto, la gestión de plagas y enfermedades de la vid es cada vez más compleja para los viticultores, dado que los momentos de riesgo de enfermedad se han adelantado en el tiempo, presentando una afectación mayor en la planta durante un periodo más largo, lo que obliga a buscar los momentos en los que sea más efectivo aplicar los tratamientos fitosanitarios para evitar un despilfarro en el uso de estos insumos, evitando así un consecuente impacto ambiental negativo y un incremento en el gasto económico asociado.
En el caso concreto del mildiu, enfermedad fúngica que en la actualidad representa un problema endémico en la mitad norte de España, la deriva en las condiciones climáticas está provocando un adelanto en el desarrollo de la enfermedad y en su durabilidad. Durante el pasado otoño-invierno hubo en Galicia temperaturas cálidas y tiempo húmedo, junto a poca incidencia de heladas, condiciones óptimas para el desarrollo de las esporas del mildiu. Como consecuencia, un sistema de captación de esporas instalado en una de las parcelas experimentales de la Estación Fitopatolóxica do Areeiro recogió esporas de mildiu el 21 de febrero de 2024, dando el primer aviso fitopatológico de la temporada con un mes de antelación con respecto a lo habitual.
Puede observarse, por tanto, la necesidad de disponer de información de calidad, tanto climatológica como ambiental, que permita llevar a cabo la toma de decisiones en cuanto a la aplicación de los tratamientos fitosanitarios contra el mildiu de la vid. En este contexto trabaja el Grupo Operativo PLASMOWINE, con el objetivo de desarrollar un sistema de ayuda a la toma de decisiones que permita determinar el momento óptimo de aplicación de tratamientos fitosanitarios contra el mildiu. De este modo se pretende mejorar la gestión de esta enfermedad en los viñedos gallegos, promoviendo una viticultura de calidad, rentable, sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
El sistema propuesto en el proyecto PLASMOWINE está trabajando en indicar el momento óptimo de aplicación tanto del primer tratamiento contra el mildiu como de sus renovaciones, teniendo en cuenta el riesgo de enfermedad y la eficacia y duración real de la protección de los fungicidas empleados habitualmente contra este patógeno.
Para la aplicación del primer tratamiento es necesario conocer el periodo de maduración de la oospora, el estado fenológico del viñedo y las condiciones meteorológicas. Las renovaciones, por su parte, dependen de la evaluación del riesgo de enfermedad, la fenología y la modelización de la eficacia y el periodo de cobertura real de los fungicidas. De esta forma, el proyecto lleva desde su aprobación en el año 2022 analizando las variables bioclimáticas y biológicas y realizando el conteo de esporas del mildiu presentes en el ambiente en los días posteriores a los tratamientos. Con estos datos, junto a los parámetros meteorológicos, agronómicos y las observaciones del estado de los cultivos, se están desarrollando modelos matemáticos que permiten indicar el momento óptimo de la aplicación de los tratamientos en el viñedo. A continuación, se muestra una gráfica para la parcela experimental situada en la DO Ribeiro que recoge los riesgos de infección de mildiu, los datos del recuento de esporas, la lluvia caída y el acumulado de horas de humedad foliar al inicio de la campaña 2022, en concreto en el intervalo de estados fenológicos C-E, comprendido entre el 5 de abril y el 1 de mayo.
Ilustración 1. Riesgos de infección de mildiu en parcela experimental de DO Ribeiro. Elaboración propia
El modelo de riesgo basado en condiciones meteorológicas indica la primera infección de mildiu de la campaña el día 9 de abril, coincidiendo con el primer pico de esporas. El estado fenológico predominante en la parcela es brotación (C), por lo que no se aplica un tratamiento fitosanitario ya que no se considera que en ese estado fenológico haya riesgo de implantación de la enfermedad. El día 12 de abril se indica una nueva infección de mildiu y al día siguiente se registra el pico de esporas más elevado del período, con un total de 129 esporas. El estado fenológico sigue siendo C, por lo que tampoco se aplica un tratamiento fitosanitario. El día 21 se decide aplicar un tratamiento fitosanitario (TF1) ya que el modelo de riesgo de mildiu predice riesgo de infección para el día 22 de abril. Ese día la parcela se encuentra mayoritariamente en estado D (hojas incipientes), aunque ya hay plantas en estado E (hojas extendidas). La efectividad de este tratamiento se refleja en el recuento de esporas en los siguientes días, que se mantiene en valores inferiores a 20.
En resumen, la estrategia de optimización del control químico que se está desarrollando en el marco del proyecto PLASMOWINE busca reducir los costes de explotación, el riesgo de resistencia por el patógeno y la huella de carbono, mejorando la protección al medio ambiente y la salud humana y aumentando la calidad del vino.
El grupo operativo PLASMOWINE está formado por un equipo multidisciplinar en el que participan especialistas en Viticultura, Botánica, Fitopatología, Aerobiología, modelización estadística y tecnologías aplicadas al sector primario. Los componentes del grupo operativo son Monet Tecnología e Innovación, empresa representante, la Estación Fitopatolóxica Areeiro de la Deputación de Pontevedra, el Grupo de Aerobiología de la Universidade de Vigo y la Fundación Empresa Universidad Gallega (FEUGA).
Presupuesto total del proyecto: 179.999,99 € Subvención: 179.999,99 €
Este proyecto está financiado por las ayudas para la ejecución de proyectos de los grupos operativos de la Asociación Europea de la Innovación (AEI), cofinanciadas en un 75% por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) en el marco del Programa de Desarrollo Rural (PDR) de Galicia 2014-2020, con fondos propios de la Xunta de Galicia en un 22,5% y con fondos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en un 2,5%. La Consellería do Medio Rural es el órgano de la Administración Galega al que corresponde proponer y ejecutar las directrices generales en el ámbito rural, y engloba las competencias en materia de agricultura, ganadería, desarrollo rural y ordenación comarcal, estructuras rurales, industrias agroalimentarias y forestales, montes, prevención y defensa de los incendios forestales.