Tío Ramón SC, una ganadería que enfoca todo su manejo al robot de ordeño

"Yo he mejorado el 100%, porque pasar de 30 a 40 litros lo cambia todo". Así resume Miguel López la situación de su explotación tras la construcción hace tres años de unas nuevas instalaciones con ordeño automatizado. Todo en esta ganadería de Láncara está pensado en función de eso

Miguel López na súa explotación, ubicada en Armeá de Arriba, no concello de Láncara

Miguel López en su explotación, ubicada en Armeá de Arriba, en el municipio de Láncara

Ganadería Tío Ramón SC, ubicada en el lugar de Vilela de Arriba, en la parroquia de Armeá de Arriba, perteneciente al Ayuntamiento lucense de Láncara, es una explotación familiar que Miguel López heredó de sus padres, Gerardo y Pilar, cuando en el año 2010 se incorporó a la actividad agraria. Contaban con un establo antiguo, con el ganado trabado tras una reforma acometida de tipo canadiense, donde cabían 40 vacas. Pero aquella «no era una instalación de futuro y para mí solo requería de un trabajo mucho más laborioso», indica Miguel.

Por eso hace tres años decidió construir junto a su mujer, Shaila Pérez, una nueva nave donde poder desarrollar un nuevo sistema productivo basado en el ordeño robotizado. El cambio de modelo los obligó a modificar por completo el manejo que hacían para adaptarlo a las exigencias del robot. Pero esa nueva apuesta, en busca de comodidad y posibilidades de crecimiento, se vio recompensada con un considerable aumento de la producción.

En esta explotación se mueven ahora alrededor de los 40 litros de producción por vaca y día, 10 litros más que en el establo viejo. «Mejoramos el 100%, porque pasar de 30 a 40 litros lo cambia todo. Hoy si no te pones al día es complicado», asegura Miguel.

Los primeros años es complicado, mientras no vas empezando a pagar letras. En nuestra situación un céntimo o dos nos reporta mucho

En cuanto a las calidades, «varían mucho del invierno al verano», explica, sitúandose en invierno en promedios de 3,85% de grasa y 3,30% de proteína y cayendo en verano a niveles de 3,70% de grasa y 3,20% de proteína. Tío Ramón entrega la leche a Lactalis, que no valora la calidad tanto como otras industrias. «Es algo que se nota, porque en nuestra situación un céntimo o dos nos repercute mucho», dice Miguel.

Nave nueva

Para una ganadería familiar como esta renovar por completo sus instalaciones supone un importante desembolso económico, que en este caso se situó en los 500.000 euros de inversión. «Los primeros años es complicado, mientras no vas empezando a pagar letras», reconocen.

Hicieron un establo totalmente nuevo, construido por la empresa de Sarria PMCela, con 89 cubículos (67 para animales en producción y 22 para vacas secas) más un pozo para el purín. Hoy el establo no está aún al 100%, ya que suman un centenar de cabezas totales de las que unas 63 son vacas en producción.

Noto que aquí las vacas me duran más que antes cuando las tenía en la otra cuadra. Una vaca de 5 partos veo que aquí tiene una buena condición

La comodidad de las nuevas instalaciones no solo se nota a la hora de trabajar, sino que también lo perciben los propios animales. «Noto que aquí las vacas me duran más que antes cuando las tenía en la otra cuadra. Una vaca de 5 partos veo que aquí tiene una buena condición», explica Miguel. «Lactalis vino a hacer aquí un curso de bienestar animal para técnicos y controladores de toda España», cuenta.

Adaptación a una nueva manera de trabajar

Ganderia Tio Ramon (Lancara) robot muxido2

El 3 de agosto del 2017 Miguel cambió sus vacas desde la cuadra vieja para las nuevas instalaciones. Comenzó ahí un período de adaptación a una manera de trabajar totalmente distinta. «El cambio fue duro, tanto para los animales como para mí. La producción en el establo viejo era baja y desde el principio ya aumentamos, pero antes ordeñábamos con circuito y las vacas venían de estar atadas, así que no estaban acostumbradas a circular como requiere el robot. Tardamos un año en habituar bien a todas las vacas, porque es cierto que la adaptación de las primerizas es ejemplar, pero las vacas necesitan un parto aquí en el robot para habituarse y a las que cogió el cambio al robot con la lactación ya iniciada no acabaron de adaptarse de todo hasta el siguiente parto», explica Miguel.

Nuestras vacas venían de estar atadas y no estaban acostumbradas a circular como requiere el robot; tardamos un año en habituarlas bien a todas

La nave ya fue diseñada para el robot y todo en esta explotación gira ahora alrededor de él. «La manera de trabajar cambia y pasas a hacer todo en función del robot: alimentación, genética, manejo. Hay gente que se plantea poner los robots y piensa que así no va a tener que volver al establo, pero no es así. Hay que estar pendiente igual, pero si tienes todo equilibrado no tienes problemas», asegura.

Criterios distintos para la selección genética

Ganderia Tio Ramon (Lancara) red holstein

Tío Ramón logra medias diarias de 2,8 y 2,9 ordeños por vaca y no tiene especiales problemas de rechazo. «Tengo el mismo número de circulaciones en el robot por la noche que por el día, eso quiere decir que está funcionando bien. No está sobrepasado de animales, por lo que no tenemos problemas de retrasos, solo meto alguna por la mañana», cuenta.

La selección genética del rebaño también varió a raíz de la introducción del robot. «Nosotros entramos aquí con los animales que teníamos y había muchos que no valían para el robot por tener ubres hondas o pezones mal colocados, pero por el momento hemos descartado pocos de esos animales. Tenemos que mejorar mucho por ahí, por lo que uno de los aspectos que ahora miramos a la hora de recriar y de escoger los toros son esos aspectos estructurales de ubres y patas. Después habrá que seguir por la velocidad de flujo de leche. Tengo 4 vacas de flujo muy lento que no volveré a inseminar porque cada una de ellas tarda lo mismo que dos vacas de las otras. Con este sistema va todo enfocado al robot, incluso la genética. Tengo vacas que valdrían perfectamente para ordeñar en sala, pero para el robot no se adaptan», justifica.

El mío fue el primer robot Monobox de GEA montado en Galicia. Me decanté por este modelo porque me permitía colocar manualmente las pezoneras a algunas vacas que tengo con una configuración de ubre que no se adapta al robot

Poder aprovechar esas vacas fue uno de los criterios que lo llevaron a escoger el modelo de robot por el que finalmente se decantó, un Monobox de Gea que fue el primero instalado en Galicia. «Había ido a verlo a Córdoba en un viaje organizado a Covap y me decanté por él porque me permitía colocar manual o separar un cuarterón, algo que con otros modelos de otras marcas de robot no podía hacer». De este modo, dice, pudo seguir manteniendo algunas vacas de las que tenía que por su configuración de ubre de otro modo no valdrían para el robot. «Yo podía seguir teniendo contacto con la vaca a la hora de ordeñarse y colocar manual en estos casos», explica.

Optimización de la mano de obra

Dispoñen de 49 hectáreas de superficie e Miguel fai boa parte do traballo agrario

Disponen de 49 hectáreas de superficie y Miguel hace gran parte del trabajo agrario

Atender una explotación con 60 cabezas, como tenía antes, teniendo que ordeñar dos veces al día con un circuito y hacer el resto de trabajos de la ganadería una persona sola no era viable y esa falta de mano de obra disponible fue lo que hizo que Miguel se decantara por la instalación del robot y, a pesar de que recuerda como duro el tiempo de adaptación, hoy está satisfecho. «Aunque pasé unos meses malos, mi calidad de vida ahora ha cambiado y tengo mayor libertad y flexibilidad. Antes tenía unos horarios para ordeñar que tenía que cumplir. Y echaba dos horas ordeñando por la mañana y otras dos por la noche más el tiempo de limpiar», dice.

No tener que estar en el establo la una hora fija para ordeñar, por ejemplo por las tardes, le permite atender mejor el trabajo agrario y centrarse más durante las campañas en tareas como el ensilado. «Hago la recogida de la hierba yo en la mayoría de las fincas, excepto en una de 9 hectáreas en una sola pieza que tenemos a 3 kilómetros de aquí, para la que llamo a una empresa que me viene con una cosechadora y que me facilita mucho el trabajo. Para extender el abono también llamo. Voy haciendo los trabajos agrícolas según puedo, pero si hay una campaña complicada en la que no dé abasto contrato algunas tareas», indica.

Aunque pasé unos meses malos durante la adaptación, mi calidad de vida ha cambiado y ahora tengo mayor libertad y flexibilidad. Antes echaba cuatro horas al día ordeñando y tenía unos horarios que tenía que cumplir

Tío Ramón dispone de 49 hectáreas de superficie total, muchas de ellas en alquiler. A pesar de que en esta zona hay problemas para conseguir base territorial, dado que aún quedan explotaciones de leche y abundan las de carne, en su caso cuentan con superficie suficiente e incluso les sobra para las necesidades actuales de la ganadería después de haber externalizado la recría. «Llevamos una finca de 20 hectáreas en una pieza que era donde teníamos las novillas en la que vamos a meter unas vacas rubias, porque ya era de una explotación de carne que cerró por jubilación», cuenta Miguel.

Carro propio y arrimador de ración automático

Dispoñen dun achegador autónomo

Disponen de un arrimador autónomo para incentivar que las vacas por la noche también acudan al robot

En esta zona del ayuntamiento de Láncara, tirando ya hacia Becerreá, uno de los problemas recurrente son los daños que provoca el jabalí. «El año pasado eché una finca de 3 hectáreas de alfalfa y me la destrozaron por completo. Para el maíz también nos afecta bastante, este año al lado de casa en una finca de unas dos hectáreas tuvimos mermas de entre el 20 y el 25% por culpa del jabalí. En esta zona el jabalí lo tiene muy fácil, porque es ya una zona de montaña y hay mucho monte. Por aquí se echa aún bastante maíz, los destrozos no son para uno solo, nos tocan repartidos», dice.

Estamos en unos 13 kilos totales de concentrado. Si das mucho pienso en el pesebre la vaca está satisfecha y no acude al robot

En esta explotación siembran todos los años entre 12 y 13 hectáreas de maíz. La cosecha de este año ha sido desigual. «Donde es buen terreno recogimos más o menos la misma cantidad que el año pasado, pero en las fincas más deficientes hubo una diferencia de entre 10 y 12.000 kilos menos por hectárea», reconoce.

Ya en el establo antiguo la alimentación de las vacas en producción era con carro mezclador, por lo que el único cambio que sufrieron en ese sentido fue adaptar la ración a las necesidades del robot. «Si das mucho pienso en el pesebre la vaca está satisfecha y no acude al robot», explica. La ración de leche está formada por entre 13 y 14 kilos de silo de hierba, 22 de silo de maíz y 8 de concentrado, más los 5 de punteo del robot. Para las secas la mezcla lleva silo de hierba, paja y 2 kilos de pienso. Disponen de carro propio.

Cubículos con carbonato

Ganderia Tio Ramon (Lancara) camas2

Tío Ramón ha introducido también un empujador de comida automatizado como un complemento necesario que ayuda al funcionamiento homogéneo del robot tanto por el día como por la noche. «Al pasar acercando la ración por la noche incentiva que las vacas se levanten a comer y, ya de paso, vayan al robot a ordeñarse también», argumenta Miguel.

Otra de las modificaciones que esta ganadería hizo cuando se mudó para la nave nueva fue cambiar el material de los cubículos, aunque fue un cambio que no les gustó y enseguida volvieron atrás. «Eché arena durante un tiempo, pero no son muy partidario de ella por los efectos secundarios que tiene, como los problemas en el purín, el desgaste del robot o los gastos en limpieza. Usé solo tres camiones de arena y volví al carbonato, que ya usaba en las camas en el establo viejo. En la última analítica que hice en las tierras me daba un PH de 5,9 y eso es gracias al carbonato», razona.

Usé solo tres camiones de arena y volví al carbonato, que ya usaba en el establo viejo. En la última analítica me daba un PH de 5,9 en las tierras y eso es gracias al carbonato

En materia de confort del ganado lo que sí han notado es la mejora en el comportamiento térmico de las instalaciones. La altura de la nave y su situación, en la parte alta de la parcela, favorece su ventilación en verano. «El proyecto inicial era hacer la nave en la parte baja de la parcela, pero no me la autorizaron por distancia a núcleo rural, al que había menos de 100 metros, y a un riachuelo. Al estar alto es un establo muy ventilado. Eso es bueno, porque si hay moscas en el robot la vaca tampoco va, en ese caso habría que colocar un ventilador para que esté fresca e incentivar que vaya», indica Miguel.

Recría externalizada y vacas por leasing

Vacas na parideira da explotación

Vacas en la paridera de la explotación

Hace solo 10 años Ganadería Tío Ramón era una de esas explotaciones abocadas al cierre. Atendida por sus padres, con instalaciones antiguas y sin relevo, quizás a día de hoy no existiese de no ser por una serie de circunstancias que hicieron que Miguel se replantease su modo de vida y su futuro. Trabajaba de ebanista y no había pensado dedicarse a la actividad agraria pero quedar en el paro, una enfermedad de su padre, y su posterior jubilación, le hicieron cambiar de planes, una decisión que sirvió para salvar la explotación familiar y de la que una década después no se arrepiente.

Desde entonces, Miguel fue adaptando y modernizando la granja para mejorar su viabilidad y tomando decisiones para redimensionarla. No tiene en mente crecer, porque eso implicaría tener que instalar otro robot y la inversión es elevada, pero sí completar la capacidad máxima del robot actual (ordeñar 65 vacas) para de este modo obtener su máximo rendimiento.

Probé a hacer yo la recría y no me salían unas novillas como yo quería y me parían con 26 meses. Ahora las mando al centro de recría de la cooperativa Aira y a la Ganja Gayoso Castro

Este objetivo le ha llevado también a externalizar la recría e incluso a decantarse por el alquiler de vacas en producción. «Probé a hacer yo la recría y no me salían unas novillas como yo quería. Las terneras las teníamos en una finca de alquiler a 7 kilómetros de aquí. Me las atendía un tío mío que vive allí al lado. Pero me parían con 26 meses. Con la intención de adelantar esa edad empecé a mandarlas al centro de recría de la Granja Gayoso Castro. Ahora paren antes de los dos años, son cuatro meses de alimentación que ahorro y cuatro meses de producción de leche que gano. Si miras bien eso, no considero que me salga tan caro. Lo que hago es encalostrar bien las terneras y mandarlas a los 15 días, tras hacerles la prueba de la oreja, y vuelven próximas al parto. Comencé a recibir novillas ya en enero, han venido ya 8. Ahora mando también alguna al centro de recría de la cooperativa Aira para de este modo dar apoyo también a esta iniciativa. Ya había comprado antes a un particular alguna novilla que venía de este centro y también me gusta como vienen. Empecé en el mes de marzo a mandar alguna ternera también para allí», explica Miguel.

Tío Ramón pone solo semen sexado en las primerizas y en aquellas vacas que destacan por producción. «Solo crío de las mejores vacas para mejorar la genética. Al resto les pongo cruce. En el nuevo establo las vacas me duran más y no necesito más de 20 novillas al año», explica Miguel.

Este año trajo 5 primerizas de Alemania y optó por la fórmula del pago mensual para no tener que hacer frente de golpe al desembolso económico que le suponía

Hace unos meses optó también por el leasing para incrementar el número de cabezas sin aumentar el endeudamiento de la explotación. «Tenía muchas vacas secas y no quería tener el robot por debajo de su rendimiento. Me hacían falta 5 vacas y opté por el alquiler, porque comprar de golpe esas 5 vacas de buena genética suponía un desembolso grande», cuenta.

Miguel contactó con la empresa catalana Cipsa Pecuaria, especializada en importación de ganado vacuno bajo la fórmula del leasing y trajo 5 novillas a punto de parir de Alemania. Aunque una de ellas tuvo una producción muy alta ya en el primer parto, Miguel considera que «hoy por hoy el ganado que viene de fuera no es mejor que el que tenemos aquí». Sin embargo, la fórmula del pago mensual le permitía ir haciendo frente a los 60 euros de cuota mensual por vaca con su propia producción.

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