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Adaptar la formación en prevención de riesgos laborales a la nueva realidad social, con una cada vez presencia mayor de las nuevas tecnologías en nuestra vida cotidiana, para reducir la siniestralidad laboral en el sector forestal.
Esa es la idea que llevó al Instituto de Seguridad y Salud Laboral de Galicia (Issga), centro dependiente de la Consellería de Promoción del Empleo e Igualdad de la Xunta de Galicia, a apostar por la gamificación; es decir, el empleo de mecánicas de juego en entornos y aplicaciones no lúdicas con el fin de potenciar la motivación, la concentración, el esfuerzo, la fidelización y otros valores positivos comunes a cualquier juego.
De este modo, el Issga comenzó a programar en el año 2021 cursos de «Gamificación para avanzar en la prevención de riesgos laborales en el sector forestal», que se impartieron en diferentes centros formativos de Galicia. En concreto, en este 2023 se impartieron 3 cursos en el CFEA de Lourizán, uno en el IES San Rosendo de Mondoñedo; otro en el IES Antón Alonso Ríos de Tomiño y otra formación en el CFEA de Sergude.
Cada curso tiene una duración de 15 horas lectivas repartidas en tres jornadas y en las que participan entre 10 y 20 alumnos y con un carácter eminentemente práctico. Así, el alumnado dispone de los medios técnicos y materiales para el desarrollo de las acciones formativas (motosierras, material de mantenimiento y repuesto, equipos de protección individual, cascos con pantalla y protectores auditivos, perneras anticorte, botas de seguridad y guante anticorte, …).
El personal docente cuenta con una amplia experiencia académica y profesional en la rama forestal y en prevención de riesgos laborales. Precisamente para conocer de primera mano como son estos cursos y las ventajas que supone la gamificación, hablamos con Segundo Ruiz Lemos, Ingeniero Técnico Forestal, y que lleva impartidos varios de estos cursos.
-¿En que consiste la gamificación y que ventajas supone a nivel pedagógico?
La gamificación es una técnica de aprendizaje que traslada la mecánica de los juegos al ámbito educativo o profesional con la finalidad de conseguir mejores resultados, bien sea para asimilar mejor ciertos conocimientos o para mejorar algunas habilidades concretas, entre otros objetivos.
Este tipo de aprendizaje viene ganando terreno en las metodologías de formación debido a su carácter lúdico, que facilita la interiorización de conocimientos de una forma más amena, generando una experiencia positiva en el alumnado.
El modelo de juego realmente funciona porque consigue motivar a los alumnos, desarrollando un mayor compromiso de las personas, e incentivando el ánimo de superación. Para ello se emplean una serie de técnicas mecánicas y dinámicas extrapoladas de los juegos.
-En el caso concreto en la formación para la prevención de riesgos laborales en el sector forestal,¿ que ventajas aporta?
La formación en materia de prevención de riesgos laborales es un tipo de formación que el alumnado percibe como tediosa y poco dinámica.
Al incluir la gamificación en esta tipología de formación conseguimos una mayor implicación por parte de los participantes, lo que conleva mayor atención y asimilación de conceptos con mucha más facilidad.
Mediante simulaciones, con la apariencia de juegos, relacionadas con acontecimientos o procesos de la actividad forestal, se pretende analizar y anticipar situaciones de riesgo sin perjuicio del posible error por parte del alumno.
En un sentido amplio, a través del juego, logramos influir en los hábitos de los usuarios en el ámbito de la prevención de riesgo laborales durante la realización de diferentes actividades propias del sector forestal.
-¿Que llevó al Issga a apostar por esta modalidad de formación?
Como dije antes, este tipo de formación es mucho más dinámica y amena para el alumnado lo que propicia un mayor aprovechamiento por parte de los participantes. Apostar por este tipo de formación, además de facilitar el proceso de aprendizaje y la asimilación de conceptos, aporta una mayor carga lectiva de carácter práctico a los participantes.
-¿Por qué motivos se está empleando la gamificación en la formación en centros de enseñanza y no tanto para los profesionales ya en activo en el sector forestal?
El uso de la gamificación en la formación, en general, tiene mucha mejor acogida entre un perfil de alumnado más joven, ya que los profesionales en activo en el sector forestal, posiblemente debido a su edad, son algo más reticentes, de entrada, a un tipo de formación en el que tienen que participar de manera más activa y a través de diferentes simulaciones o dinámicas grupales. Esto no quiere decir que en la formación que llevamos a cabo para profesionales en activo en el sector forestal no se emplee también la gamificación. De hecho también la empleamos, aunque en menor medida.
-¿Que destacarías de la acogida de los cursos de gamificación por parte del alumnado?
Los cursos de gamificación están teniendo una muy buena acogida por parte del alumnado participante. De hecho, el Issga lleva ofertando esta formación, a los centros de Formación Profesional de la familia agroforestal, desde el año 2021 y, en todas las ediciones, el grado de satisfacción fue muy elevado.
-¿Y en concreto de las actividades prácticas que se realizaron con el alumnado para la prevención de riesgos en el sector forestal?
Dentro de las actividades prácticas que se realizaron con el alumnado podríamos destacar el empleo de la app Alertas Issga, que es una aplicación del Issga para informar y sensibilizar sobre las buenas prácticas en prevención de riesgos laborales a través de un juego de test.
También tiene muy buena acogida la dinámica en la que los alumnos asumen el papel de jefes del equipo de trabajo y son los encargados de planificar las diferentes tareas a llevar a cabo en un aprovechamiento forestal centrándose en la seguridad de los trabajos.
Y, por supuesto, la actividad que más éxito tiene es la de trabajo real con la motosierra. En esta actividad son los alumnos los que, supervisados por los docentes, llevan a cabo el apeo y procesado de árboles. Para esto se dota a los participantes de sus corresponsales EPI (Equipos de Protección Individual) y maquinaria.
-¿Que mejoras o correcciones consideras que es preciso introducir en este tipo de formación?
Aunque esta formación ya se imparte con grupos reducidos (máximo 15 alumnos y 2 docentes), sería ideal poder hacerlo con un menor número de alumnos por docente ya que, de esa manera, cada participante tendría la posibilidad de realizar más prácticas específicas con las que perfeccionar diferentes técnicas de trabajo. De todas maneras, estamos trabajando en nuevas actividades para introducir en cursos futuros, que permitan una mayor interacción por parte del alumnado.
