Claves para una correcta fertilización del viñedo

Los expertos en manejo del viñedo Julián Palacios y Bárbara Sebastián recopilan algunos de los principales aspectos a tener en cuenta en el abonado de la vid. El análisis de los suelos y evaluar el estado nutricional del viñedo mediante análisis foliar son imprescindibles para proporcionar la fertilización adecuada

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Claves para una correcta fertilización del viñedo

La observación del viñedo y las analíticas de suelo y foliar son fundamentales para un buen diagnóstico previo a la fertilización.

Para lograr una fertilización adecuada del viñedo, el control de los nutrientes presentes en los suelos sigue siendo prioritario. “Puede parecer muy básico, pero sigue siendo imprescindible prestar atención a los nutrientes esenciales, tanto a los macronutrientes como a los micronutrientes, y a veces no se hace”, apuntaba el viticultor e ingeniero agrónomo Julián Palacios, durante unas jornadas sobre prácticas sostenibles celebradas recientemente en Ribadavia (Ourense) y organizadas por la Estación de Viticultura e Enoloxía de Galicia (Evega).

Así, es preciso tener controlados los nutrientes esenciales para un normal crecimiento y desarrollo del viñedo. Por un lado, los macronutrientes (Nitrógeno, Fósforo, Potasio, Magnesio, Calcio y Azufre) y por otro los micronutrientes (Hierro, Manganeso, Cobre, Zinc, Molibdeno, Boro).

A la hora de evaluar la presencia de estos nutrientes en los suelos hay factores que afectan directamente a la disponibilidad. La cantidad de materia orgánica presente en el suelo, los nutrientes aportados, la capacidad de retención de los mismos, la cantidad de lluvia, el lavado, la lixiviación y la infiltración son determinantes para contar con estos nutrientes. “Se necesita saber en qué medida están acumulados en el suelo estos nutrientes, cómo se mueven por el suelo y si están disponibles o no para la planta”, explica Palacios, promotor de la empresa de asesoría agrónoma Viticultura Viva.

La presencia de nutrientes en el suelo, la disponibilidad de agua y la distribución del sistema radicular de la planta son condicionantes a tener en cuenta para cubrir las necesidades nutricionales del viñedo

Aún estando presente los nutrientes necesarios en los suelos, también hay que tener en cuenta que dicha capacidad de absorción está ligada al agua. “La planta es capaz de absorber nutrientes en función de la disponibilidad de agua”, apunta.

Otro de los condicionantes a la hora de aplicar fertilizante a las viñas es el sistema radicular de la propia planta, de manera que si sus raíces se encuentran a mayor profundidad o en la superficie será preciso escoger diferentes métodos para la fertilización. “A todos nos gustaría tener plantas con las raíces muy profundas, ya que eso permite que tengan una mayor resistencia a la sequía en verano, pero no siempre es así, por eso es importante tenerlo presente”, indica.

Diagnóstico previo a la fertilización

A la hora de fertilizar el viñedo, la ingeniera agrónoma Bárbara Sebastián, integrante también del equipo técnico de Viticultura Viva, recoge varios métodos a tener en cuenta para realizar un diagnóstico previo del estado del viñedo para después proporcionar una fertilización adecuada y ajustada a sus necesidades.

-Diagnóstico visual. Es importante prestar atención a distintos aspectos del viñedo que pueden ser indicativos de las carencias de nutrientes o excesos que presentan los suelos y la planta.

• desarrollo vegetativo
• vigor
• producción
• número de racimos por pámpano
• tamaño de los racimos
• nivel de cuajado
• síntomas de carencias o toxicidad

-Análisis de suelo. Las analíticas resultan herramientas básicas para mejorar la fertilización al proporcionar información sobre la presencia de nutrientes. Las variaciones que puede haber de suelo en base a la profundidad o en una misma parcela son claves a la hora de toma de decisiones no solo de fertilización sino también para escoger el portainjerto a emplear.

Conocer parámetros como el pH del suelo es determinante para la disponibilidad de nutrientes en el suelo. Así, una mayor acidez reduce la presencia de Nitrógeno, Fósforo, Potasio, Azufre, Calcio y Magnesio. “Es fundamental no subir el pH del suelo muy de golpe, ha de hacerse de forma gradual”, recomienda Sebastián.

-Análisis foliar. Muestran lo que realmente toma la planta. Proporcionan valores de referencia en momentos concretos y claves para el desarrollo de la viña, como el cuajado o envero. “Es recomendable realizarlo siempre sobre las mismas plantas, sin mezclar diferentes sitios para poder tener un histórico y ver la evolución”, explica la ingeniera agrónoma Bárbara Sebastián.

Respuestas de fertilización a síntomas del viñedo

Tal y como recogía en su presentación Sebastián, la fertilización del viñedo permite solucionar problemas de bajo rendimiento y cualitativos. Al mismo tiempo, proporcionar una adecuada fertilización también ayuda a asegurar una nutrición correcta y equilibrada de la planta. El aporte de nutrientes contribuye a compensar las pérdidas del viñedo derivadas de las extracciones, como la recogida de uva o la poda. “De media, un viñedo extrae al año 30 unidades fertilizantes de Nitrógeno, 15 de Fósforo y 45 de Potasio”, señalan desde Viticultura Viva.

En función del grosor de los brotes anuales, Sebastián propone diferentes estrategias de manejo del suelo y fertilización en un modelo de viticultura sostenible atendiendo a algunos indicadores que se pueden encontrar en el propio viñedo:

-Si en el momento de la poda, predominan los sarmientos muy finos será necesario proporcionar un aporte de materia orgánica al viñedo. También debe controlarse el pH de los suelos y la relación de Calcio y Magnesio. Sería recomendable realizar un laboreo de la tierra para reducir la competencia en la cubierta y mineralizar la materia orgánica. “Hay que tener en cuenta que en la Cornisa Cantábrica predominan los sarmientos más finos que en el Mediterráneo o la zona centro de España, debido a las condiciones climáticas”, apunta Palacios.

-El desarrollo de sarmientos largos y de un grosor en su base superior a 1,2 centímetros indica que el viñedo tiene un gran vigor por lo que no será necesario aportar materia orgánica. En la fertilización deberán incluirse nutrientes específicos si se detecta carencia de ellos en las analíticas. También es recomendable realizar un control del pH y supervisar la relación del Calcio y el Magnesio. “Puede resultar interesante disponer de una cubierta vegetal para fomentar la competencia, es decir no labrar la tierra para favorecer la humificación”, detalla Sebastián en su presentación.

-Si aparecen síntomas de carencias en hojas y el comportamiento del viñedo no es correcto, los expertos recomiendan realizar un análisis foliar para concretar de qué nutriente se trata además de controlar el pH del suelo, así como el nivel de materia orgánica y los niveles de Calcio y Magnesio.

-También puede darse que el viñedo quede sin racimos y el pH del suelo sea adecuado, en este caso habrá que prestar atención a los niveles de macronutrientes en hoja, como el Nitrógeno, el Fósforo y el Potasio. En concreto, el Potasio puede ser determinante para esto.

-Detectar problemas en el cuajado es un indicativo de que los niveles de micronutrientes en hoja no son los adecuados. En este caso habrá que prestar atención al Zinc, Molibdeno y Boro. “En la Garnacha, que es muy sensible a problemas de corrimiento, por lo que hacemos siempre aplicaciones dos semanas antes de floración de micronutrientes, para fomentar que haya un buen nivel de ellos y que cuaje lo mejor posible”, detalla Palacios.

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